Hace algún tiempo, Daniel Caserta, uruguayo, hijo de europeos e integrante activo de la Casa de Uruguay en Madrid, comentaba las dificultades de su primer tiempo en Madrid. “Por ser uruguayo no me alquilaban pisos”, decía.
“Incluso llegué a hacer hasta una prueba”, contaba Daniel. “Primero llamaba yo, con mi acento, y apenas me escuchaban hablar, me decían que ya estaba alquilado. O peor incluso, llegaban a colgarme. Después llamaba un amigo madrileño y lo atendían sin problemas”.
Los problemas para alquilar son comentarios comunes entre las conversaciones de los inmigrantes. Cada año, llaman la atención sobre esto distintas organizaciones contra el racismo y la xenofobia.
La buena noticia es que hay soluciones. La ONG Provivienda, que está en toda España, ayuda tanto a quienes quieren alquilar una vivienda como a los propietarios. Además ofrece alternativas a quienes no tienen dinero suficiente para alquilar una vivienda por sí solos.
Por otro lado, cada Ayuntamiento tiene que facilitar información de los distintos programas de ayuda para la vivienda y, si no los tienen deberían desviarlos a otros departamentos que sí les puedan ayudar.
El Ministerio de Vivenda, en su página web tiene una guía con los diferentes tipos de ayuda. Y la Red.es http://fomento.telecentros.es/servicios_vivienda_buscar.asp ofrece una lista de lugares donde es posible buscar una vivienda.
Los españoles que quieran ayudar a un amigo inmigrante también pueden hacerlo, por ejemplo, acompañándolos a una inmobiliaria. Además de desterrar la discriminación, se recomienda porque muchos españoles pueden “traducir” aspectos importantes como la comisión que se queda la agencia inmobiliaria y los términos del contrato.
¿Y tú? ¿Has tenido problemas? ¿Tienes alguna otra idea de cómo solucionarlo?