Las estadísticas apuntan a que el 85% de la población padecerá acné en algún momento de su vida, sobre todo durante la adolescencia, etapa en la que hay un pico de incidencia que se sitúa entre los 14 y los 16 años. De hecho, el acné es tan frecuente que los dermatólogos calculan que 1 de cada 4 consultas que reciben son por este motivo. Para los pediatras esta enfermedad es bien conocida, ya que por la población a la que atendemos, muchos chicos y chicas que están en plena pubertad, no es raro que también tengamos este tipo de consultas.
Y aunque sabemos que con el paso del tiempo el acné tiende a mejorar y a desaparecer, para quién lo sufren suele tener un gran impacto social y emocional, por lo que debemos de darle la importancia que se merece y poner un tratamiento acorde a la gravedad del proceso para intentar disminuir las lesiones acnéicas que tienen en ese momento, así como evitar posibles cicatrices que mantendrían en la etapa adulta.
En el post de hoy os contamos por qué se produce el acné, que tratamientos cosméticos podéis emplear/evitar en casa y qué tratamientos médicos empleamos en consulta.
¿Por qué se produce el acné?
Toda nuestra piel esta cubierta por pelos más o menos visibles. Estos pelos, a los que también llamamos vello, se encuentran en la dermis (la capa media de la piel) junto a un glándula sebácea que produce grasa. Tanto esos pelillos como la grasa están pensados para protegernos del exterior, así como para evitar que nuestra piel se deshidrate.
A esa conjunto pelo-glándula sebácea es a lo que en medicina se conoce como unidad pilosebacea y cuando se altera da lugar al acné.
Esta enfermedad está caracterizada por el aumento de secreción grasa y por un aumento de las capas celulares que tapizan el folículo, lo que en conjunto da lugar a la formación de comedones. Por decirlo de manera simple, sería una piel que produce mucha grasa y que debido a ese aumento de capas en el folículo no es capaz de expulsarla al exterior, como si chocara contra un tapón. Además, ese acúmulo de grasa en el folículo pilosebaceo es el caldo de cultivo perfecto para que se produzca una colonización bacteriana que acaba induciendo inflamación de la piel.
Se dice que el acné es una enfermedad polimorfa, hecho que da lugar a la presencia de diferentes tipos lesiones. Estas lesiones típicas del acné, de menos grave a más grave, son: comedones abiertos (puntos blancos), comedones cerrados (puntos negros), pápalas y pústulas (los típicos granitos con piel roja a su alrededor) y, en el caso de acné más grave, nódulos y quistes. Tras superar el acné pueden quedar lesiones residuales, tanto en forma de manchas como de cicatrices de mayor o menor envergadura.
Pero para que se produzca el acné necesitamos un estímulo inicial y éste es la producción de andrógenos (las hormonas masculinas), que típicamente se secretan en mayor medida durante la pubertad, de ahí que el acné sea típico de esta etapa de la vida. Estos andrógenos estimulan esa mayor producción de sebo de la piel, lo cual es aprovechado por la bacteria Cutibacterium acnes para colonizar el folículo pilosebáceo de forma oportunista. A pesar de ello, el acné no debe considerarse una enfermedad infecciosa, ya que las lesiones inflamatorias (los granitos rojos) se producen mediadores inflamatorios que segrega esta bacteria.
En la foto de la izquierda se pueden apreciar comedones abiertos y cerrados (puntos blancos y negros) y pápalas inflamatorias. En la foto de la derecha se aprecian muy bien las pápalas. Estos dos casos serían compatibles con acné leve/leve-moderado (las fotos han sido obtenidas de DermNet NZ).
A pesar de que el desencadene inicial son las hormonas masculinas, las mujeres también sufren acné porque ellas también producen andrógenos, de hecho, el acné es igual de frecuente tanto en mujeres como en varones. Sin embargo, en las mujeres suele ser más temprano (pico de incidencia hacia los 14-15 años), mientras que en varones es más tardío (16-18 años), lo que concuerda con que la pubertad se produce en general antes en las chicas que en los chicos. Por otro lado, el acné de las mujeres suele ser más leve, pero más prolongado en el tiempo, mientras que en el de los hombres suele ser más corto, pero de mayor intensidad.
Pero el acné no solo depende de las hormonas, ya que hay otros factores que se han visto relacionados, como el hecho de que sea mucho más frecuente en familiares (lo que hablaría de una predisposición genética) o que suela mejorar en verano y empeorar en invierno (seguramente por la exposición solar, aunque hay pacientes que también empeoran con el sol), así como que ante cierto tipo de cosméticos las lesiones también empeoren.
¿Sirve de algo hacer alguna dieta o utilizar algún cosmético especial?
A pesar de lo que mucha gente cree, no está demostrado que algunos alimentos empeoren el acné. Si es cierto que hay teorías que postulan que el exceso de azúcares, lácteos y proteínas podrían estimular la producción de andrógenos y de ahí que produjeran más acné, pero esta teoría no está demostrados científicamente como para realizar alguna restricción dietética en caso de que un adolescente presente acné.
Por otro lado, los cosméticos pueden ser de gran ayuda en caso de acné, aunque por si solos no deberían emplearse como tratamiento. Lo que sí que deben cumplir es una serie de características para no empeorar las lesiones propias del acné: libres de grasa (oil-free), no comedogénicos, no irritantes ni fotosensibilizantes. A veces es difícil saber que cosmético cumple con estas características, pero seguro que en la farmacia os pueden ayudar a elegir una buena opción.
En la foto de la izquierda podemos apreciar postulas en la espalda y en la de la izquierda pápulas en más del 50% de la cara junto con algún nódulo. Normalmente este tipo de lesiones se clasifican como acné severo (las fotos han sido obtenidas de DermNet NZ)
En cuento a la higiene facial, es adecuado que las personas que tienen acné se laven la cara con agua templada con productos específicos dos veces al día para retirar la suciedad y el exceso de grasa, junto con un tratamiento exfoliante 1-2 veces a la semana. Además, en caso de utilizar maquillaje, podrían utilizar previamente una loción limpiadora tipo agua micelar. En general, con la hidratación que proporcionan los limpiadores es sufieciente.
Lo que si que no se debe hacer nunca es apretar un grano, ya que es muy probable que este se sobreinfecte y la lesión residual que quede sea peor (cicatriz).
Y aunque el sol (más bien el calor) puede mejorar el acné, las personas que lo sufren deben utilizar protección solar para pieles grasas de manera habitual.
¿Qué tratamientos médicos existen contra el acné?
Más allá de los tratamientos cosméticos que se utilizan como coadyuvantes en el acné, pero que nunca se deberían emplear de forma aislada, los médicos disponemos de muchas opciones de tratamiento, es decir de medicamentos específicos, para reducir el numero de lesiones activas de nuestros pacientes. Aunque el acné sea leve deberíamos tratarlo, ya que no es un problema menor y genera un impacto negativo en la calidad de vida de nuestros pacientes.
El tratamiento del acné va dirigido a disminuir los factores que hacen que este se produzca, es decir, son tratamientos dirigidos a disminuir la secreción grasa, disminuir la proliferación de las células que cubren el folículo piloso (y que forman los comedones), a disminuir la colonización bacteriana y reducir la inflamación (que es la que causaría cicatrices).
Como os podeis imaginar, dependiendo de la gravedad de las lesiones, utilizaremos unos tratamientos u otros.
En general, para el acné leve y el leve-moderado (cuando solo hay comedones o escasos granitos que afectan a menso del 50% de la cara) solemos emplear cremas, como el peróxido de benzoilo o los retinodies tópicos (adapaleno, tretinoina, istrotinoina), cuyos efectos van dirigidos a disminuir los comedones (queratolíticos), además de ser antibacterianos moderados y antiinflamatorios. Cuando no se consigue mejoría del acné usando solo una crema (principio activo) se suelen emplear combinaciones, incluso añadiendo un antibiótico tópico (el cual nunca debería ser usado de forma aislada).
En el caso de el acné moderado (cuando afecta a más del 50% de la cara y suele haber nódulos) o en el caso de que en el acné leve/leve-moderado no mejore con el anterior escalón terapéutico, suelen emplearse las cremas antes mencionadas junto con un antibiótico vía oral durante al menos 3 o 6 meses.
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Es importante que los padres y los chavales sepan que estas cremas pueden irritar la piel, ya que es uno de los motivos por lo que suelen abandonar estos tratamientos. Y por otro lado, estos tratamientos deben realizarse en toda la zona afectada, no solo en las lesiones visibles.
Por último, en caso de acné severo (nódulos, quistes, cicatrices…) o que el moderado no mejore, se suele requerir a retinoides orales (la famosa isotretinoina que seguro que muchos tomates de adolescentes). Es muy eficaz para resolver el acné después de 5-6 meses de tratamiento, pero debido a que tiene muchos efectos secundarios, debe ser prescrito en exclusiva por los dermatólogos con visitas y controles frecuentes.
En resumen, el tratamiento del acné se hace de forma escalonada dependiendo de la gravedad del acné de cada paciente y de la respuesta a los diferentes tratamientos.
El acné es una enfermedad crónica que afecta a un gran número de adolescentes con un alto impacto en su autoestima y en su calidad de vida, por lo que los pediatras debemos tratar todos los casos, aunque estos sean leves. El desencadene principal del acné es la producción de andrógenos, por lo que clásicamente ocurre durante la pubertad. NO está demostrado que los tratamientos cosméticos de forma aislada mejoren el acné, pero sí que son útiles como ayuda asociados a tratamientos médicos que deben ser indicados por un médico o un dermatólogo.
En septiembre de 2021 echó a rodar «Sin Cita Previa», un podcast del que somos presentadores y que seguro que también te pude gustar. Puedes escucharlo en:
Nada. A los 2o le desaparecerá y no volverá en lo que le reste de vida.
03 noviembre 2022 | 10:52 am