El primer vino de esta semana nos viene del Cantábrico, en concreto de Getaria. Es el Txomin Etxaniz 2007.
La bodega es propiedad de los tres hermanos Txueka, Iñaki, Ernesto y Andrés. Cuenta en la actualidad con 35 hectáreas de viñedo, situadas en uno de los sitios más bonitos que se pueden encontrar. Viñas con desniveles del 30% que acaban muriendo en el mar.
El txakoli estuvo durante años condenado a ser un vino menor golpeado en infames vasos es las tabernas de Euskadi. Fue el gran esfuerzo de Iñaki Txueka el que sirvió para rescatarle del olvido y darle una mayor dignidad. Fruto de sus esfuerzos en 1989 se funda la Denominación de Origen Getariako Txakolina, el Chacolí de Getaria.
La familia Txueka está ligada al viñedo desde 1649. La bodega se funda en 1930 en un precioso caserón del siglo XV, pegado a la iglesia de Getaria y declarado monumento histórico artístico. Hace ya bastantes años que se traslada a un caserío en las afueras del pueblo, en la ladera del monte Garate, rodeado de sus viñas emparradas, muchas de ellas centenarias y prefiloxéricas.
En su esfuerzo por mantener las raíces del Txakoli los hermanos Txueka para cada nueva plantación se proveen de material vegetativo de sus viejas cepas. Las variedades de uva son Hondarrabi Zuri, con un 90%, y Hondarrabi Beltza, una uva tinta que representa el 10% restante.
Txomin Etxaniz 2007 es un vino fresco, ligero, ácido y con clara presencia del carbónico. Un vino para disfrutar, sin demasiadas pretensiones, pero muy auténtico. Su precio en tienda está sobre los 8 euros.
No dejamos el País Vasco y nos vamos a la Rioja alavesa. Ostatu Crianza 2005 es nuestro tinto de esta semana. La bodega es propiedad de la familia Sáenz de Samaniego y está en el pueblo de Samaniego, como no podía ser de otra forma.
Cuentan con 35 hectáreas de viñedo, en diferentes parcelas de nombres tan sugerentes como Roancho, Revillas, Valcabada, Portillo o Marbella. Los suelos son en su mayor parte arcillo calcáreos, de color muy ocre.
Ostatu Crianza 2005 tiene un 90% de Tempranillo y un 10% de Graciano. Ha tenido una crianza en roble francés de 12 meses. Un vino a medio camino entre los riojas clásicos y los más modernos. Con buena presencia de fruta, con la madera todavía demasiado marcada para mi gusto, pero con buen potencial para mejorar. Su precio en tienda es de unos 14 euros.