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¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Stieg Larsson, el hombre que escribió tres novelas porque se aburría

Dormía no más de tres horas al día, fumaba tres cajetillas, tomaba unos 20 cafés. El País cuenta hoy cómo fueron los últimos días de la vida de Stieg Larsson, el autor de la trilogía Millenium, que ha vendido 12 millones de ejemplares en 40 países, 1,5 millones en España.

Eva Gabrielsson, pareja de Larsson durante 32 años, hasta su muerte meses antes de la publicación de su exitosa obra, cuenta cómo empezó todo:

«Durante unas vacaciones en el archipiélago de Estocolmo, en medio de veleros y casitas de pescadores, Stieg Larsson dijo que se aburría. No aguantaba estar sentado todo el día ante el mar y con un cóctel en la mano. Su novia, Eva Gabrielsson, escribía mientras un libro sobre la capital de Suecia y no le prestaba mucha atención.

-Estás todo el día ocupada y yo no tengo nada que hacer.

-Cariño, ¿qué te parece explicar por qué le regalaban flores a ese anciano cada vez que cumplía años?

Gabrielsson se refería a un relato breve que Larsson había escrito en 1997 y que contaba la historia de un abuelo que recibía flores de un remitente anónimo. Esa escena es el comienzo de Los hombres que no amaban a las mujeres, el primer libro. Así, por matar el tiempo en vacaciones, Stieg Larsson comenzó a tirar del hilo y se puso a escribir la trilogía Millenium».

Gabrielsson, ex pareja de Larsson pero no su heredera. El padre y el hermano del escritor, con los que él apenas se trataba, se han llevado los siete millones de euros por derechos de autor que hasta ahora ha generado la trilogía. «Stieg estaría muy enfadado con la situación. Odiaba las injusticias y ésta, sin duda, lo es», dice ella.

Como tantos de vosotros, he leído con voracidad las dos primeras entregas de Millenium. La primera, Los hombres que no amaban a las mujeres, la comencé, curiosamente, durante un viaje a Estocolmo, en septiembre del año pasado. Hace diez días he estado de nuevo en Suecia, en una zona de bosques y lagos que me recordaba mucho algunos de los paisajes que describe Larsson tanto en la primera como en la segunda parte de la trilogía, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. El próximo día 18 buscaré en las librerías, como muchos de vosotros, la tercera parte: La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Lecturas para las vacaciones navideñas de 2008

¡Novela, novela, como casi siempre en mis lecturas de vacaciones! En estos días de poco trabajo, voy a estar con estos libros:

-La dulce envenenadora, de Arto Paasilinna (Anagrama). Leí hace ya unos cuantos meses El molinero aullador, por casualidad: no sabía nada de este autor finlandés -ex guardabosque, ex periodista, ex poeta- y compré el libro porque me sorprendió el título y lo que contaban en la contraportada: «Gunnar Huttunen rechaza la normalidad, la mediocridad y la renuncia a los sueños. Cuando aparece en un pueblo de Laponia y decide poner en funcionamiento el viejo molino, los campesinos del lugar lo toman por un demente. Aunque, después, deberán rendirse a la evidencia del éxito de la empresa. Pero aquel extravagante individuo, capaz de encantar a los jóvenes del pueblo, revela un defecto que los hará reafirmarse en su primer diagnóstico: en los momentos de tristeza, Gunnar aúlla…». Me encantó. Os lo recomiendo.

-Un lugar llamado Oreja de Perro, del peruano Iván Thays (Anagrama), novelista y bloguero. La novela ha sido finalista del Premio Herralde. La semana pasada leí una crítica muy positiva en El Cultural que me llevó a buscarla.

-La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, del sueco Stieg Larsson (Destino). Es la segunda parte de la trilogía Millennium. Leí la primera, Los hombres que no amaban a las mujeres, hace tres meses, la comencé en un viaje a Estocolmo, donde se desarrolla parte de la trama. Periodistas, periódicos (algunos de los que salen, del grupo Schibsted, al que pertenece 20 minutos), intriga, mucha acción… No es gran literatura, pero se lee fácil y se hace corto pese a sus muchísimas páginas. La chica…, que ya he comenzado a leer, apunta igual: crea adicción. Ambas se están vendiendo extraordinariamente bien en todo el mundo, quizás ayudadas también por el final trágico del autor. Larsson, que era periodista conocido por sus investigaciones sobre la extrema derecha sueca y novelista en secreto, murió con 50 años de un ataque al corazón pocos días después de entregar a su editor el tercer volumen de la trilogía y poco antes de que se publicara el primero. Nunca supo del éxito que iba a alcanzar.

– El pez dorado, del francés galardonado este año con el Nobel, J.M.G. Le Clézio (Tusquets). Ya la llevo mediada. Es sólida, se ve la mano de un autor muy experimentado, pero no me entusiasma, no me acaba de enganchar… por ahora.

Me he comprado también la monumental Vida y destino, del ruso Vasili Grossman (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores), pero no sé si tendré tiempo de meterme en sus más de mil páginas. Quizás a lo largo de enero.