Con el PSOE en la UVI, gravemente enfermo por cinco grandes males, a Podemos se la ha abierto una enorme oportunidad no solo para lograr ahora el sorpasso social sobre los socialistas, y en breve el electoral, sino también para levantar en la izquierda -en el viejo solar del Partido Socialista- un pilar institucional tan grande como el del PP en la derecha.
Los expertos internos están divididos. ¿Y eso cómo se hace mejor? ¿Al modo Pablo Iglesias -radical, cañero, indignado, frentista y dándole tanto o más papel a la agitación en la calle como a la acción política convencional en las instituciones- o al modo Íñigo Errejón de la sonrisa, la negociación, la moderación y el diálogo para que Podemos, como él mismo decía en una reciente entrevista en 20minutos, no aspire solo a ser «la oposición al PP», sino también «la alternativa»?
Os recomiendo una lectura reposada a la entrevista, publicada el pasado 17 de octubre y llena de claves. Decía Errejón que compartía con Iglesias «en un 95% el mismo diagnóstico y el mismo camino de lo que hay que hacer», pero reconocía que también había algunas diferencias. Cuando Victoria Luna le preguntaba si Podemos tenía que parecerse a la sociedad o hacer, «como defiende Iglesias», que la sociedad se pareciera a Podemos, Errejón contestaba así:
«Una fuerza transformadora hace las dos cosas. Una fuerza transformadora sabe leer bien en qué sociedad está y por tanto se parece un poco a su país, pero al mismo tiempo da pasos para mejorarlo. Si solo te pareces, te conformas con lo que hay, pero si solo eres aquello que quieres que venga, corres el riesgo de tener muy poco eco, de tener una posición política marginal, de estar enfadado con tu país. Tienes que tener un pie en el país que ya existe y otro en el que puede venir».
El debate interno en Podemos se está recrudeciendo estos días, ante iniciativas como el Rodea el Congreso de mañana sábado –Errejón ve algunos riesgos– y sobre todo ante las batallas orgánicas internas abiertas en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura. En Madrid, el prólogo lo han ganado los errejonistas, pero el resultado final es muy incierto.
En el dividido y abatido PSOE, se sigue y analiza el debate interno de Podemos con mucha atención. Les va mucho en ello. Hace unos días, en una reunión interna del grupo parlamentario, el diputado Eduardo Madina -antisanchista- decía que «el peligro» para los socialistas será mayor si el ganador de la batalla es Errejón. Curiosamente, en el otro bando del PSOE se ve de modo parecido. Hace dos semanas, a Óscar Puente, alcalde de Valladolid y sanchista, le preguntaban en una entrevista en Abc si existía el riesgo de una salida en masa de militantes en el PSOE, y contestaba esto:
«Al militante del PSOE se le ha puesto a prueba muchas veces, y hay gente que resiste, pero hay mucha militancia que, si al final se les da este trato, probablemente se irá. Si tenemos una ventaja táctica es que Podemos está en manos de Pablo Iglesias y no le pueden ni ver ni a él ni a su estrategia. Cosa distinta es si adopta una línea más moderada y se imponen las tesis de Errejón. Nos sustituyen en un par de años. Lo tengo clarísimo».
El resultado de los procesos orgánicos en Podemos y el resultado del Congreso Extraordinario del PSOE cuando la gestora tenga a bien convocarlo serán claves en el mapa político final que nos dibujen.