¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Giro del Gobierno sobre el despido

Hace una semana, el pasado 6 de abril, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, visitaba nuestra redacción y participaba en un encuentro digital con los lectores de 20minutos.es. Uno de ellos, Amalia, le preguntaba cómo era posible que se redujera el paro abaratando el despido: «El reto para crear empleo no es abaratar el despido, es estimular e incentivar la contratación con medidas que puedan llevar incorporadas determinados beneficios para los nuevos contratos -contestaba Corbacho-. Nadie contratará pensando en cuánto le va a costar cuando rescinda el contrato, lo hará en función de la necesidad que tenga en su empresa».

Ayer por la tarde, supimos que el discurso oficial se matiza, que se está produciendo incluso un ligero giro en el Gobierno. La propuesta sobre reforma laboral que el Ejecutivo entregó a sindicatos y empresarios recoge «beneficios para los nuevos contratos», como decía Corbacho, pero también abre la puerta a despidos más baratos, una bicha que hasta ahora no quería nombrar el Ejecutivo de Zapatero.

A la CEOE le gusta la novedad. Ayer no dijeron oficialmente nada, pero un alto dirigente empresarial me contaba esta mañana que les suena bien esa nueva música. «Lo que no sabemos es si convencerán a los sindicatos para que la acepten, y qué les darán a cambio».

Zapatero se reunió con los líderes sindicales la semana pasada, probablemente para ir preparando ese terreno. Entrevistado esta mañana por Juan Ramón Lucas en RNE, el de Comisiones Obreras, Fernández Toxo, se mostraba crítico, pero no echaba los pies por alto. Y Cándido Méndez es probable que reaccione de modo aún más moderado. Su cercanía al Gobierno ha hecho que, entre bromas y veras, muchos le llamen «vicepresidente cuarto».

La reforma laboral va despacio

Ha pasado ya casi mes y medio desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió a los agentes sociales que hablaran de reforma laboral, que patronal y sindicatos negociaran un acuerdo. Los comisionados se están reuniendo discretamente, sin ruedas de prensa ni comunicados, bajo la tutela del secretario general para el Diálogo Social, Alfonso Morón, pero las cosas avanzan muy despacio. Las posibilidades de pacto son, a día de hoy, entre bajas y muy bajas, según me cuentan.

Ignoro si las nuevas dificultades empresariales de Gerado Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, al que el Gobierno le cerró ayer la aseguradora, media hora antes de que quebrara, serán un acicate para que el diálogo vaya más rápido o, al revés, para que encalle definitivamente. Esta mañana, la vicepresdenta económica, Elena Salgado, le ha echado un capote a Díaz Ferrán. Dice Salgado que, para el Gobierno, el fiasco de Seguros Mercurio no le ha quitado legitimidad como patrón de patrones a Díaz Ferrán. ¿Seguro?

El nuevo Díaz Ferrán

Entrevistaba esta mañana Juan Ramón Lucas, en su programa En días como hoy (RNE), a Gerardo Díaz Ferrán, el presidente de la CEOE. Está desconocido: conciliador, dialogante, comprensivo. Celebraba mucho el acuerdo sobre negociación colectiva alcanzado el lunes entre la patronal y los sindicatos y se le veía muy predispuesto a llegar también a acuerdos en la negociación gorda, en la madre de las negociaciones sociales: la de la reforma laboral.

Quizás en este nuevo Díaz Ferrán, más humilde, hayan influido mucho la quiebra de su empresa Air Comet y las dificultades de otra de sus compañías, Viajes Marsans. Su futuro como empresario está ahora casi en manos del Gobierno y de sus diferentes terminales, depende mucho de si la Fiscalía hurga mucho o poco en la herida de Air Comet, de si Hacienda hace esto o lo otro, de si la Seguridad Social reclama con mucha o con poca insistencia que salde sus deudas, de si la Inspección de Trabajo mete o no sus narices en la situación laboral de los empleados de sus empresas…

El Díaz Ferrán empresario necesita acuerdos sociales cuanto antes y al Díaz Ferrán presidente de la CEOE se le ve dispuesto a conseguírselos. Quizás sea una buena noticia para muchos: los sindicatos, el Gobierno, los parados, la economía en su conjunto. No sé si para la CEOE también.

Una reforma laboral pensando en las urnas

El Gobierno, el PSOE y hasta los sindicatos han comenzado en los últimos días a abrir un melón del que no querían ocuparse hasta ahora: la reforma del mercado laboral. El debate lo lanzaron hace ya muchos meses la CEOE y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo). La CEOE, probablemente para aprovechar la recesión económica para llevar el agua a su molino y conseguir, sobre todo, un abaratamiento del despido. Mafo, probablemente por la convicción personal de que la economía española es menos competitiva y tiene más difícil salir de la crisis por algunos corsés de nuestra legislación laboral.

¿A qué se debe el cambio en el Gobierno y en los socialistas? Probablemente, a estrategia política a medio plazo y a necesidad electoral. Parece que han llegado a la conclusión de que una reforma del mercado laboral es la mejor herramienta para generar empleo a corto y medio plazo, para adelantarse al comportamiento hasta ahora natural de nuestra economía, que sólo genera empleo con crecimientos del PIB muy altos. Zapatero y la cúpula socialista saben que, para la mayoría de los españoles, la crisis económica no habrá terminado cuando el INE nos diga que el PIB crece en términos interanuales sino cuando la EPA y el INEM nos demuestren que el empleo crece y el paro baja.

Los principales organismos económicos internacionales han certificado en las últimas semanas que todas las grandes economías, salvo España, ya están recuperándose. En el caso español, es muy probable que nuestro PIB, que cayó sólo un 0,3% en el tercer trimestre de este año respecto al segundo, empiece a crecer en términos intertrimestrales o bien en este último trimestre del año o bien en el primero de 2010. Pero hasta la propia vicepresidenta económica, Elena Salgado, reconoce en público que esa recuperación macroeconómica probablemente no genere empleo hasta 2011. Mal asunto sería este para el PSOE, que en la primavera de 2011 tiene unas elecciones autonómicas y municipales en las que la coyuntura económica pesará mucho en el voto de los ciudadanos. El resultado de esas elecciones, además, marcará las expectativas para las elecciones generales de 2012, el tercer gran asalto entre Zapatero y Rajoy (si ambos son candidatos entonces, que en ambos casos está por ver).

Funcionarios «tocándose las narices»

Octavio Granado, uno de los pesos pesados en el PSOE y en el Gobierno en asuntos económicos, rompió ayer un tabú: reconoció en público que hay funcionarios que tienen poco que hacer y trabajan poco.

Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social, se quejó de que la Administración pública no pueda contratar a tiempo parcial, lo que hace que haya puestos «cubiertos a tiempo completo que en la práctica son tiempos parciales enmascarados». Dijo más, fue bastante más allá: «Como no podemos contratar a nadie a tiempo parcial, contratamos a una persona para que esté ocho horas sabiendo que va a estar cuatro horas tocándose las narices».

Además de viceministro, Granado es el secretario de Política Económica y Empleo en la Ejecutiva socialista, es decir, el más alto responsable orgánico del PSOE en esos asuntos, por lo que está en su mano impulsar en su partido y en el Gobierno las reformas necesarias para que no tengamos funcionarios (en los ministerios, en las consejerías autonómicas, en los ayuntamientos…) tocándose las narices media jornada y pagados con el dinero de todos.

No están los tiempos para tales despilfarros.