¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de agosto, 2017

Todas hieren, la última mata

En sus comparecencias sobre la corrupción en su partido -judiciales, parlamentarias, ante la prensa…-, Mariano Rajoy es de ciclo alterno trifásico: unas veces miente, otras no contesta a lo que le preguntan y otras ataca a quien le interpela con un ‘y tú más’. Hoy, en el Congreso de los Diputados, el presidente del PP y del Gobierno ha activado las tres fases. Los suyos en el pleno le ovacionan el trifásico, en vez de preguntarse el porqué de la sobreactuación, y se dicen a sí mismos a la salida, una vez más, que su líder sale indemne de la cita.

Creo que se equivocan. Ni el PP logra desprenderse de las muchas inmundicias de corrupción que le han minado internamente estos años ni Rajoy se quita ante buena parte de la opinión pública el estigma de que sabe mucho más de lo que dice sobre la corrupción en su partido. Que quizás la toleró, la propició o se pudo beneficiar personalmente de ella. Y que cuanto más calla o que cuanto menos se explica, más crecen las sospechas.

Dice Rajoy que ya ha comparecido en sede parlamentaria 52 veces sobre temas de corrupción. Es muy probable que le queden algunas más. Al calendario policial y judicial sobre la corrupción en el PP le faltan aún muchas hojas por arrancar.

‘Omnes feriunt, ultima necat’, dice un lema frecuente en algunos viejos grandes relojes de pared o de torre. Todas (las horas) hieren, la última mata. Con la corrupción pasa algo parecido. Aunque no lo parezca, cada caso, cada episodio, cada detalle -y cada mentira o media verdad consiguientes- es una gota más que se añade al vaso. Hasta que rebosa.

Le pasó a Esperanza Aguirre. Se creía siempre a cubierto de las hediondas salpicaduras del PP de Madrid, hasta que la hora Ignacio González la mató políticamente.

El reloj sigue en marcha, presidente.

 

El conflicto en El Prat, compendio de puntos negros de nuestra economía

Un servicio en una infraestructura pública -el de seguridad en el aeropuerto de El Prat- privatizado por una empresa pública, Aena, que se lava las manos.

Una concesionaria, Eulen, a la que le ha ido muy bien en su cuenta de resultados con operaciones como esta, que huelen a capitalismo de amiguetes.

Unos trabajadores malpagados y saturados de horas extra, tan desmotivados e indignados que acaban declarándose en huelga.

Unos usuarios que padecen el mal servicio y se sienten con razón rehenes de unos y de otros.

Una administración pública -la central: el Ministerio de Fomento y el Gobierno- que primero no interviene porque dice que es un conflicto privado y después ‘militariza’ el servicio privado porque considera que es una emergencia pública y manda a la Guardia Civil a hacer de esquiroles de los huelguistas.

Otras administraciones públicas -la autonómica catalana y la local de Barcelona- con escasas posibilidades reales de intermediación, por una normativa obsoleta e ineficiente.

El conflicto de El Prat es un compendio de muchos de los puntos negros de la economía española. Las cacareadas modernización, recuperación, eficiencia, productividad y competitividad… de nuestra economía eran esto: dejación de funciones por parte de la administración, peores servicios públicos, mejores rendimientos privados, pauperización del empleo y de los salarios…

 

 

En el undécimo Harry Hole, Jo Nesbø se toma un descanso

A unos 6.000 kilómetros de la fría Oslo, y entre calores africanos, acabo de terminar la lectura de la larguísima -casi 600 páginas- La sed (Roja & Negra, Penguin Random House), undécima y por ahora última entrega de la serie del policía Harry Hole, del noruego Jo Nesbø.

Tipo curioso Nesbø, pues antes que escritor de novela negra de éxito mundial fue cantante pop, compositor, agente de Bolsa y alguien me contó en Noruega -creo recordar que un colega del diario VG, del grupo al que perteneció 20minutos– que incluso reportero ocasional en Dagbladet, el diario popular competidor de VG. Ah, y autor de interesantes cuentos para niños que también están editados en castellano.

Como las diez entregas anteriores -solo me he perdido una, lo enmendaré rápido-, La sed engancha desde el comienzo y es altamente adictiva. Nada que objetar por ahí. Pero no sé si por mi saturación como lector fiel de la serie o por la fatiga de Nesbø como su creador, lo cierto es que la sed de novedad, de innovación y de maduración del personaje se sacia esta vez poco. El autor se ha tomado un descanso, se ha relajado un poco. Demasiadas pistas de culpables que se nota que no lo son, demasiados trucos literarios ya vistos, demasiadas relaciones cruzadas entre personajes algo forzadas, de nuevo al amago de que antes o después se cogería el exalcohólico Hole una tremenda borrachera… Creo, además, que es el primer libro de la serie en el que sospecho quién es el asesino antes de transcurrido el primer tercio del texto.

Para los fervorosos de Nesbø -como yo-, La sed es de obligada lectura por mantener la afición. Para los que aún no conozcáis a Hole, os sugiero mejor que o bien lo hagáis por su orden natural de publicación -El murciélago, Cucarachas, Petirrojo...-, y así os evitáis el autospoiler, o bien por alguna de las grandes: por ejemplo, El muñeco de nieve, en mi opinión la mejor.

PD. Si eres aficionado a la novela negra, quizás te interese esta vieja entrada en mi blog: Cada ciudad, su detective. Ya mencionaba en ella a Hole, pero no lo incluía en el ramillete de mis detectives favoritos: Adamsberg, Mandrake, Belascoarán, Gordiano, Montalbano… Hoy sí lo haría, pese a La sed.

Buenas noticias para Pedro Sánchez

El Barómetro del CIS de julio, publicado hoy, está lleno de buenas noticias para el PSOE y para su líder, Pedro Sánchez.

– Coloca al PSOE a menos de cuatro puntos porcentuales del PP: 28,8% de voto estimado CIS para el PP y 24,9% al PSOE (en las últimas elecciones generales, la diferencia a favor del PP fue de 10,37 puntos).

– En voto directo, el partido que lidera Pedro Sánchez aventaja con cierta holgura al que lidera Mariano Rajoy: 19,1% para el PSOE frente a 17,1% para el PP.

– Pobre reputación para ambos líderes, pero Sánchez sale bastante mejor valorado que Rajoy cuando se les puede medir con datos homogéneos: en la valoración del 0 al 10, ambos suspensos, pero el socialista logra 3,73 puntos de nota media y el popular 2,79.

– Cuando se pregunta por la confianza que inspiran uno y otro, están muy igualados tanto en los apoyos (al 18,6% de los encuestados le inspira mucha o bastante Rajoy y al 18,4% mucha o bastante Sánchez), como en los rechazos (al 79,8% de los encuestados, Rajoy les inspira poca y ninguna confianza, y al 78,5% poca o ninguna Sánchez).

-El incremento de voto le llegaría ahora al PSOE de sus dos graneros más ansiados: el 6,7% de los que le votarían ahora votaron a Unidos Podemos en 2016 y el 12,3% de sus  ahora votantes no votó en las elecciones de hace poco más de un año.

Sin elecciones a la vista, el reto del PSOE esa hora consolidar la tendencia, cosa harto difícil por la volatilidad del voto. «En ello estamos», comentan en la dirección socialista.