El PP se ve fuerte tras los resultados de las elecciones europeas, y ve tocado a Zapatero. Le ha retado a que presente la cuestión de confianza, un mecanismo previsto en el artículo 112 de la Constitución por el que el presidente del Gobierno somete su continuidad a una votación en el Congreso de los Diputados. Si no obtuviera mayoría simple, es decir más síes que noes, el presidente caería. No creo que Zapatero vaya a darles esa baza ni al PP ni al resto de la oposición, no vaya a ser que se sientan todos tentados a tumbarlo y a provocar elecciones anticipadas. He preguntado por sms a varios dirigentes socialistas cercanos a Zapatero qué posibilidades hay de que el presidente presente la cuestión de confianza. Todos dicen que mínimas, y uno incluso me responde: «¿Qué has fumado?».
Si no se deteriora mucho más la estabilidad del Gobierno, no habrá cuestión de confianza, al menos no parece que ni siquiera se plantee estudiarla antes de que transcurra el semestre de presidencia europea de España (enero-junio de 2010), una oportunidad en la que Zapatero tiene depositadas muchas esperanzas políticas.
El PSOE ha contratacado retando al PP a que presente una moción de censura, un mecanismo regulado en el artículo 113 de la Constitución. Esta moción requiere presentar un candidato alternativo a la Presidencia del Gobierno, candidato que necesita mayoría absoluta para ser investido. Es un arma endemoniada: puede consagrar a ese candidato alternativo, incluso aunque la pierda… o puede hundirlo, como le ocurrió en 1987 a Antonio Hernández Mancha, entonces líder de Alianza Popular (hoy PP). Presentó una moción de censura contra Felipe González, la perdió y acabó cayendo él como líder de la derecha. No creo que el PP la presente ahora, no creo que corra el riesgo de que Rajoy salga malparado.
Cuestión de confianza, moción de censura, bloqueo de los Presupuestos dada la soledad parlamentaria del PSOE, desgaste y más desgaste al Gobierno, insistencia en que Zapatero convoque elecciones anticipadas… El PP va a tratar de que la legislatura no llegue a su término, quiere que haya elecciones generales cuanto antes, antes de marzo de 2012, que es cuando tocan. En el PP creen que, cuanto antes se vote, mayores son sus posiblidades de victoria electoral. Temen que, si se llega a 2012, lo peor de la crisis económica haya pasado y Zapatero vueva a batir a Rajoy, y ellos hayan perdido una oportunidad de cambiar el ciclo electoral.
¿Estamos realmente ante un cambio de ciclo electoral, ante un rosario de elecciones consecutivas de ámbito estatal con victoria del PP? No es seguro, no hay muchos indicios. Es verdad que el domingo pasado, por segunda vez en la historia del España, el partido en el poder (esta vez, el PSOE) perdió las europeas. Ya pasó otra vez: en las europeas de 1995, el PP de Aznar, que estaba en la oposición, ganó al PSOE de Felipe González, que gobernaba, y un año después Aznar ganó también las generales y logró ser presidente del Gobierno. En el PP de Rajoy, ese precedente les ha dado alas. Pero vayamos al detalle.
En 1995, la lista europea del PP, encabezada por Abel Matutes, logró el 40,1% de los votos, y la del PSOE, que encabezaba Fernando Morán, sólo el 30,7%, casi 10 puntos porcentuales menos. Un año después, en las generales, parecía que el PP también iba a arrasar. No fue así: logró el 38,75% de los votos; y el PSOE el 37,63%.
Ahora la victoria del PP sobre el PSOE en las europeas ha sido mucho más corta, por 3,7 puntos porcentuales, luego no es seguro que en unas generales logre el PP batir al PSOE. Los votantes perezosos del PSOE, que se quedan en casa cuando creen que no se juegan gran cosa en las urnas, probablemente sí fueran a votar si ven que Zapatero puede caer y volver la derecha a la Moncloa.