El año pasado no pude ver ningún partido de fútbol de la Liga española. Al parecer, el Atlético de Madrid no tuvo ningún jugador que fuera el mejor en su posición, Andrés Iniesta destacó como el gran centrocampista ofensivo de la temporada y los jugadores del Real Madrid lo debieron hacer muy bien casi todos, dado el elevado número de premios que se llevaron. Extraño que el equipo quedara tercero. Eso sí, lo que más sorpresa me causa es que Luka Modric jugara la temporada pasada de centrocampista defensivo.
Un día después de los premios de la LFP, entiendo la indignación de los seguidores del Atlético de Madrid. Que ni Filipe Luis ni, sobre todo, Diego Godín, se llevaran el premio a mejor defensa de la temporada pasada no tiene lógica. Más aún, conviene recordar, con el gol del defensa uruguayo en el Camp Nou que valió una liga. El premio fue para Sergio Ramos, que empezó la temporada mal y la acabó como una bestia siendo decisivo… en otra competición: la Champions.
Lo de Thibaut Courtois también es difícil de comprender, dado que fue clave en el título de Liga más sorprendente de las últimas décadas, aunque es justo reconocer la enorme temporada de Keylor Navas en el Levante.
Tampoco se entiende cómo Iniesta, que hizo un año correcto sin más, fuera elegido como mejor centrocampista ofensivo. Aunque también está en la lista de 23 candidatos al Balón de Oro, otro claro ejemplo de que los premios se conceden o se opta a ellos en demasiadas ocasiones más por nombre que por méritos deportivos