Siempre que veo a alguien comiendo de su Tupperware en un parque, o sentado en el maletero de su taxi, me da por pensar que hay alguien detrás, distinto al que come, que preparó la noche anterior para él o para ella esos filetes empanados, o esa ensalada de pasta fría. Un marido o una mujer o una madre o un padre o un hermano cocinando algo distinto cada día, para no repetirse: mañana tortilla porque ayer hubo pescado, metiendo esos Tupper ya elaborados en la nevera, junto a los yogoures que también cogerá y la bolsa isotérmica fuera, sobre la encimera. Tiendo a suponer que algunas parejas recortarán la fruta con formas varias (un corazón o una cara sonriente uniendo kiwis y fresas) o dejarán notas dentro de cada Tupper para sorprender al que lo abre: Un te quiero distinto cada día sobre los muslos de pollo, o un eres muy linda entre las hojas de lechuga de la ensalada sin aliñar.
Yo no tengo a nadie que me prepare los Tuppers, ni siquiera tengo Tuppers en la cocina pero quería saber qué se siente comiendo en ellos sentado al sol en un parque. Por eso he comprado esta mañana un juego de Tuppers en los chinos y, en una tienda de alimentación, un sandwich de pavo (nunca antes había comido pavo, pero pensé que pegaría con la escena), una ensalada mediterránea envasada al vacío, una manzana y una botella de agua (tampoco suelo beber agua, pero también pegaba). He metido el sandwich y la ensalada en sendos Tuppers, así como un par de notas escritas por mí (no os diré lo que decían por preservar mi intimidad) y luego he aparcado mi taxi en un parque de una zona empresarial y me he sentado en un banco distinto al del resto de los comensales allí esparcidos. Al abrir mi primer Tupper he sacado la nota, despacio, y al leerla he sonreído para que los demás supieran que a mí también me habían preparado la comida.
Primero me he comido la ensalada, bien despacio, luego el sandwich (estaba asqueroso, pero por motivos obvios he fingido lo contrario), luego la manzana y, después de recogerlo todo y meterlo en la bolsa, he permanecido un rato al sol. Diez minutos después he mirado el reloj como si yo también tuviera hora de entrada al trabajo y me he marchado.
Aquella escena me ha hecho sentir bien de verdad. Puede que lo repita en un parque distinto, o en ese mismo a la misma hora, ¿por qué no?
Y luego llegar a casa y fregar los Tuppers para la mañana siguiente…
19 octubre 2010 | 00:21
jajaja…. genial.
A mí tampoco me prepara nadie la comida. Aunque muchas veces como fuera de casa, tengo que comprarme un bocata.
Pero adoro que me cocinen.
Si llego a casa de noche ultra cansada y hambrienta, y me han dejado unas croquetas hechas (caseras) guardadas en el horno, al comermelas pienso «esto es amor». Y sonrio.
Cocinar para otros es sin duda hacer el amor.
19 octubre 2010 | 00:33
Mola mas la tartera de aluminio, y si te llevas un soplete puedes calentar las lentejas, o hacerlas directamente en el parque; y entoces, Que se preguntara la gente?
19 octubre 2010 | 00:33
Yo no me adapto a lo que se supone tendría que ser una mujer de mi edad y mis características… lo asombroso del caso es que tampoco me he adpatado cuando he tenido tiempos economicos muy buenos!… También me gustaría ser o ponerme en el lugar de montones de personas que se cruzan conmigo…ser o estar si… pero no por siempre, en ninguna parte por siempre.
19 octubre 2010 | 00:36
Si lo haces por gusto y hace un día bonito puede llegar a ser una escena amena…
Pero si es casi una obligación para ahorrar es un santo tostón. Y si el día anterior te has preparado algo y a la hora de comértelo te apetecería comer otra cosa?? Ajo y agua…
Lo de los tuppers tiene su «intringulis»!!
No hay nada como comer en casa….
Por cierto, no sé a qué Beatriz te referias en el post del cajero automático….yo ya me he perdido…
19 octubre 2010 | 00:41
Nada de satisface plenamente.
No hay nadie que yo conozca a quien deba admirar de una forma insana o envidiar… tal vez ese sentimiento me sacaría de éste robótico momento, una especie de azote emocional.
Me siento desarraigada a mi especie.
Sólo encuentro principios coherentes que tratan de beneficiar a todo el mundo por igual, en la gente bastante mayor que yo.
Te doy las gracias sinceras Daniel, hoy ha sido relajante hablar.
19 octubre 2010 | 00:52
¡Ostras! Yo nunca le he preparado uno a mi marido…es muy señorito para comer de tupper…viene a casa y comemos los 4 o come con el jefe, o si está fuera de BCN en Restaurant, total paga la empresa eso y kilometraje…eso sí, en casa…cuando de postre toma flan con nata ejem, ejem…(no os diré lo que le digo por preservar mi intimidad) 🙂
Mi padre si k fue usuario del «Restaurante Bordillo» y alucinaba de ver como mi madre se levantaba una hora antes a preparle la comida k se tenía k llevar…
P.D.: Yo disfruto mucho preparando la «carmanyola» de mis hijos cuando se van de excursión…
19 octubre 2010 | 00:52
Supongo que pensar que alguien hizo la comida con amor pensando en ti hará que sea menos triste tener que comer solo y en un parque. Por aquí, al ser una ciudad pequeña, la mayoría de la gente va a su casa a comer y luego vuelve al curro
19 octubre 2010 | 00:55
Yo también me tengo que cocinar cada día…a menos que mi madre me mande Tupperware o me pase por el pueblo.
Parece que necesitas buscar compañía Simpulso, así algún día no tendrás que escribirte notas tu mismo.
Buenas noches.
19 octubre 2010 | 00:56
La suerte de la fea, la guapa la desea… me vino a la cabeza según te leí.
Tiendes a idealizar las tradiciones: la mujer que cocina para el marido, la madre para los hijos, etc…
Lo malo de los tuppers es que la mayor parte de las veces te los tienes que preparar tu. Restos de comida del finde, restos de cena… todo es aprovechable con tal de no tener que cocinar día a día la comida del dia siguiente… y si eres tan «vaga» como yo, que cocino el domingo lo que voy a comer el resto de la semana, ya ni te cuento… Sabes que el lunes toca menestra, el martes espaguetis, el miércoles menestra (one more time), el jueves espaguetis (one more time)…
No, a mi no me daban ninguna envidia los neoyorkinos que comian sus tuppers, perritos o ensaladas al sol… yo me los comía con ellos porque salia más barato, pero de haber podido me habría ido a casa y me habría hecho una buena tortilla de patata española 😛
Saludos
19 octubre 2010 | 00:57
Sienta bien sentirse querido, y aun mejor si es por uno mismo..
Buenas noches!
19 octubre 2010 | 01:20
Comer lo que te preparan en el tupper está bien, pero como una buena comida no hay nada 🙂
Bromas a parte, en mi caso prefiero comer comida casera al sol, que cualquier restaurante.
Saludos!
PD: Lo mejor de los mensajes con doble significado, es que sólo tienen un significado.
19 octubre 2010 | 01:32
echo de menos los tupper, he estado a punto de comprarme uno hoy en el supermercado, pero no tengo tanta imaginación como tu para rellenarlo.. asi que no lo he comprado y me he comido el sandwich sin tuper 🙂
19 octubre 2010 | 03:12
Lo del PAVO, es solucionable. La escena y repetirla y sobre todo contarla está muy bien, pero no tienes porqué llenar de asquerosidades el interior del envase. Te metes en el blog que aquí se recomienda: http://www.xxminutos.com/2010/10/xx-minutos-y-la-cocina.html y lo examinas a fondo, y acabas haciendo unas fabes con almejas de lata que engañarían a una abuela asturiana y además puedes usar el tema para dar más «pena», calentándolas en una taza metálica con asa sobre restos de whiskie pedidos a camareros de lo que sobra en los vasos y desparramada la mezcla sobre una piedra y quemado con un chisquero.
19 octubre 2010 | 04:57
Supongo que es lindo de vez en cuando tenerse a uno mismo. No te parece que a veces, cuando se está solo, da la impresión de que un pudiera clonarse a si mismo? Yo me he sentido así, y tu entrada me recordó un poco ese momento. Este momento. Qué curiosa es la vida, que justamente cuando pensaba en clonarme, tú, en un lugar en otro mundo, lejos de mi mundo, me dices que haga precisamente lo que pensaba hacer. Ser dos para mi misma, ser alguien más para no estar sola. Cómo se supone que uno hace eso? si me arranco un brazo y lo siembro en la tierra, me sentiré menos sola?…
19 octubre 2010 | 05:31
A mi no me gustan los tuppers, si metes comida en ellos sabe la comida a plástico.
En mi casa cocina mi marido, que es el mejor cocinero del mundo y además, aún siendo australiano, hace la mejor paella que he comido, y la tortilla española: mmmmmmmmmmm Pero también sabe hacer curris (eso yo nada), y comidas sudamericanas. Yo solo hago pasta alguna vez al mes. Y como comemos juntos, pues lo que me tenga que decir que me lo diga con la voz, jejjeejej, que no me gustaría encontrarme un papel dentro de mi comida. Y hace unos sandwiches propios de cocina de diseño.
Desde mi nombre puede ir a mi blog con un montanazo de cachorros para adoptar.
19 octubre 2010 | 07:00
esas fuentes de cristal que hay fregadas me dicen que eres un buen cocinillas y que has cocinado algo rico rico estos dias ehh!!!
19 octubre 2010 | 07:06
yo tengo todas las mañanas esperando sobre la encimera un termo de café calentito y un sandwich preparados,mi chico es un encanto.buenos días a todos.
19 octubre 2010 | 07:27
Mi «amada esposa» (como yo le digo a mi amante, y ella me dice «mi amado esposo»), la mujer que amo con toda mi alma, y como nunca antes ame a ninguna mujer, ni me sinti amado por nadie con tanta intensidad y dedicacion a pesar de haber tenido varias relaciones y haber estado casado quince años, trabaja en una cafeteria-bar donde hacen tapas variadas y menus diarias y además de excelente calidad y «muy caseros», viene todas las noches a casa a estar u rato conmigo y a llevarse du racion diria de besos, abrazos y mimitos, para según ella, poder dormir al lado de alguien que no la ama como ella quisiera ni le hace apenas caso.
Pues bien, -como decia-, mi amada esposa viene todas las noche de lunes a sabado (domingos descansa) y raro es el dia que no me trae como minimo de uno a tres recipientes conteniendo diversas tapas o raciones del menu que ha habido ese dia.
Yo no uso «tupper» porque me lo trae en envases de aluminio o de plastico transparente y me limito segun el caso, a calentarlo al baño Maria o saco su contenido y lo caliento en el microondas.
Como solo casi todos los dias, aunque desde hace un par de semanas, hemos empezado a comer varios dias juntos porque metio a su niño en el comedor del colegio y ahora deberia de comer sola porque el marido no llega a casa hasta pasadas las cuatro de la tarde hora en que Maria ya lleva varias horas trabajando en el bar.
En fin, que me siento como se sienten esos «amados esposos» que sus «amadas esposas» cuidan y miman.
Me siento -dentro de mis muchos problemas e inconvenientes- el ser mas afortunado del cosmos.
NOTA:
En breve reabriré de nuevo el blog:
http://unavidadaparamucho.blogspot.com/ el cual inauguré en este dendito blog del taxideremista hace ocho meses y que luego mantuve cerrado por reformas hasta ahora.
Quizas algunos lo hayais leido cuando lo inaugure alla por el mes de Enero o Febrero y en el cual cuento con todo lujo de detalles, pelos y señales como conoci a mi «amada esposa adultera» y nuestra complicada historia de amor o relacion tal y como empezo y sigue hasta hoy.
Cuando inaugure dicho blog mi nick era otro distinto al que uso habitualmente. De ello queda constancia en las entradas de este blog de aquellos meses.
Como dije, me siento inmensamente afortunado y dichoso de que la vida a estas alturas de mi existencia haya puesto a esa maravillosa criatura a mi lado.
19 octubre 2010 | 08:03
Estás equivocado. No necesitabas tuppers, necesitabas quien los llenase y te pusiera una notita dentro.
19 octubre 2010 | 08:12
Cuando vivía en casa de mis padres, mi madre hacía comida para muchos (tantos años cocinando para tanta gente es lo que tiene). Luego lo que sobraba lo ponia en un tupper y lo subía al congelador.
Como una vez en el congelador la comida a veces no aparenta lo que realmente es mi madre dejaba notitas.
Cuántas veces cuando iba a la universidad he cogido un tupper de mi madre y al comerlo he leido la notita que ponía: «lentejas para 3», «12 croquetas», «lomo 4 filetes»
19 octubre 2010 | 08:15
Conocía los yoghourts y los yogures, pero los yogoures aún no los he probado.
Clica sobre mi nombre.
19 octubre 2010 | 08:23
Que bonitas se ven las cosas desde fuera.
Yo como de tupper todos los santos dias. Cocino el fin de semana, lo que lo convierte en un maraton en vez de algo para disfrutar. Congelo la comida y la saco la noche anterior. Todas las noches anteriores, de domingo a jueves.
Puedo asegurar que comer de tupper es un poco triste y cutre, pero hay veces en las que no te queda mas opcion.
19 octubre 2010 | 08:35
SI HACE 14 AÑOS QUE LO BENGO VIENDO…AL IGUAL QUE PARECEN LA JUVENTUD AUTOMATAS .CUAMDO EN EL METRO EN LA CALLE, MUCHA FACHADA CÓN SUELDOS MISEROS, Y MUY MAL TRATADA, LA JUVENTUD, UNIBERSITARIOS EN PUESTOS DE TRABAJOS CREADOS PARA LOS NO, CUALIFICADOS…PARARADOS UNOS CUANTOS BIEN COLOCADOS EL RESTO COMO «.LA GUASA» UN VELICO COMO AZNAR QUE HOY SE INTENTA COLAR QUE HACER VER LA NATURALEZA LE INTERESA ES TAL FACCHADA QUE SE LO CREE Y HACE CREER ..EL QUE NO RESPETA AL SER Y SU LLERNO CÓN EL GURTEL…ESCLAVOS BIEN UNIFORMADOS EN PISOS COMPATIDOS Y COMO SI ETC…
19 octubre 2010 | 08:41
Tupperware es una marca registrada, que se caracteriza por una características determinadas. No todos los recipientes de plástico son tupperware.
Yo también como en el (cutre) comedor de mi empresa, proque pagar 12 euros diarios de menú es una salvajada.´
Es incómodo preparar todos los días la comida para el día siguiente y, sobre todo, llegar a casa y limpiar los recipientes sucios.
19 octubre 2010 | 09:07
Que extraño. Es cierto eso que dicen de que cada uno desea lo que no tiene. He estado varios años comiendo “de tupper” por obligación,…bueno, necesidad más que obligación, y aseguro que lo aborrecía con toda mi alma. Será quizá porque para mí significaba una rutina que no me gustaba. Significaba un trabajo que odiaba, un horario que no me permitía hacer nada más, dos horas perdidas de transporte… No era vida. O era una vida que no estaba hecha para mí.
Lo curioso es que dejé el trabajo y me fui a Inglaterra donde ahora como sándwiches de pavo a todas horas…pero ya no significan lo mismo. Es la relatividad de las cosas. Todo es relativo.
Saludos.
P.
19 octubre 2010 | 09:22
Yo ni siquiera paro de trabajar por no sentirme sola.
No vivo en Madrid, pero si te apetece un día decirme la hora a la que vas a ir, me llevaré mi tupper y comeré contigo desde un parque de mi ciudad.
19 octubre 2010 | 09:22
Llevo 4 años comiendo de lunes a viernes en Tupper, en la misma mesa de trabajo… por eso cuando llega el fin de semana me apetece sentarme en MI sillón, ponerme la comida en MI plato y encender MI tele y así soy la más feliz del globo! cuando lo tienes todos los días no le das la importancia que realmente tiene…
19 octubre 2010 | 09:26
Cuando los tupper te los tienes que preparar tú día tras día (y fregarloss al llegar a casa), y comértelos apresuradamente de 14:00 a 15:00 antes de volver al trabajo….la escena no suena tan idílica.
Pero si te hizo sentir bien, ¡repítela! 🙂
19 octubre 2010 | 09:27
Pues desde hace un buen tiempo yo practico «el tupperware» y no diré que es como «en casa» pero tiene sus partes positivas.
Única y exclusivamente comes lo que llevas y si toca manzana, pera, es lo que «toca». Si estas en casa y «me apetecería un trozo de fuet» o «he comprado natillas»… Es sano, barato y en muchos casos «rapido de hacer»…
El típico domingo que estás cansado, coges una ensalada «tipo florete», unas aceitunas, queso, zanahoria y con una bolsita salen «dos» estupendos tappers….
Luego tambien existe el truqui de cuando haces la cena, haces de más para llevar (la típica tortilla de patatas) o los canelones del Domingo.
Aquí en el trabajo «nadie» se quedaba y ahora, con la que está cayendo, «todo el mundo»…
Para mi hay 3 platos estrella «ensalada, pasta, arroz»…. Hay cosas que son más «guarris», tipo lentejas (cosa que las adoro);
Viva el Tupperware!!!!
19 octubre 2010 | 09:30
Mis compañeros comen de «tuper guays» y nunca les han puesto notitas. Y mira que llevo años currando, pero jamás se ha dado el caso.
Es bonito, pero imaginado por ti.
Por cierto, acercate por AZCA, donde está la fuente, ya verás que alucine . De lo que veas sacarás algun post itneresante. Claro, si quieres.
19 octubre 2010 | 09:32
Pues yo como de tupper todos los días, preparandomelos yo la noche antes cuando llego a casa a las tantas, eso si, tras fregarme los del día anterior. No me dejo ninguna notita pq me parece una mariconada y sinceramente… estoy ya hasta los mismisimos de comer así:
Es un coñazo lo de prepararselos el día antes, es otro aún más grande cargar con ellos, y ya comerlo frio ni te cuento.
Durante la semana solo ansio que llegue el finde y comer comida calentita recien preparada en el salón de mi casa. Para comer frio y de «bocata» ya están las excursiones a la sierra, bastante más entretenidas que el madrugón para ir a currar.
En serio, si tanto te a emocionado comer de tupper, te cambio el sitio hoy, mañana y para siempre.
Fmdo: uno bastante quemado de no poder comer en casa.
19 octubre 2010 | 09:48
Entiendo que, a veces, a las once de la noche lo que menos te apetece es llenar el tupper y de fondo tienes la rutina de llega a casa-saca el tupper-friega-seca-llénalo.
Pero en sí, el tupperware hace mejorar las relaciones sociales. Al menos en mi entorno laboral, la crisis ha hecho que la gente tire menos del menú del bar y se junten a diario en el office. Y se ha creado una especia de cultura del tupper que además de charlar y relacionarte con gente con la que no lo haces habitualmente, se crean momentos especiales tipo «pues venga mañana yo traigo lasaña para todos», o los viernes cada uno trae x cosa y se hace una especie de buffet para todos, etc.
Si lo enfocas bien, se te hace más ameno que comer apresuradamente el menú o un bocadillo en el bar.
19 octubre 2010 | 09:50
Lo de las notitas en los envases, me parece de lo más tierno. Nunca he comido de tupper, pero me sucede algo parecido, cuando viajo y me las encuentro entre la ropa de mi maleta. Nunca me la hago yo. Sólo repaso, lo que me han metido. Es el momento más tupper que he tenido nunca.
Me hace mucha ilusión encontrarme un mensaje cariñoso pegado en un sueter o en el bolsillo de una americana. Hacen que se me esfume como por arte de magia, el cansancio o el agobio, para dar paso a una sonrisa.
Me gusta cocinar. También que me cocinen. Por eso comprendo que comerse en un tupper, lo que uno se ha hecho con todo el amor -o le han hecho- es al alternativa más sana, a comer cada día en un restaurante. Estoy con Mara en lo del sabor, pero mejor eso que no saber lo que comemos.
Ruegos y aclaraciones post-cortocircuitos leídos. Sugerencias también of course, of course, pero de verdad, que no van por ahí los tiros.
Vivo de otras cosas, como cualquiera de los que por aquí pasean, leen, aprenden y se divierten. Desde el ama de casa, hasta el que vende figuritas de Lorenzo Quinn y está claro que no es ningún ni-ni, ni una bifurcación a punto de ser abortada…ejem..
Cada uno tienes sus dones, pero el don que los sabios nos cuentan, que comenzó en Sumeria (la escritura) no me fue concedido. De todos modos, gracias por la sugerencia-iniciativa.
…ana que le vaya muy bien. La leí por otro lado. Este no es el único lugar al que vengo. También yo me prodigo. A primeros de año, espero poder leerla de nuevo, en este u otro espacio. Suena bien, ese lugar al que dice se va. Que vaya todo bueno.
Coletita, a por el martes. Beso para comenzarlo.
19 octubre 2010 | 09:51
Comer de tupper es un asco.
-Dejando a un lado las películas y novelas románticas, en el 99% de los casos el tupper se lo tiene que preparar uno mismo la noche anterior o incluso el fin de semana anterior (y congelar unos cuantos tuppers).
-La comida llega fría y pocha tras arrastrarla la tira de horas en una caja de plástico. Vanos, que comes una sombra de lo que era cuando lo preparaste.
-Normalmente has de comer en cualquier rincón de la oficina o en un cutre banco de parque. En cualquier caso siempre es incómodo.
-Además de incómodo, se come muy rápido.
-Al llegar a casa te toca limpiar el tupper grasiento y lleno de restos resecos para volver a empezar de nuevo.
Vamos, que quien le encuentre romanticismo a esto del tupper es que realmente jamás ha comido «de tupper».
19 octubre 2010 | 09:54
A mí la gran mayoría de veces me prepara el tupper mi madre. Está bien comer de esta manera, sobre todo porque es comida más sana y rica de la que comerías fuera.
Un consejo si quieres repetir la experiencia: no lo llenes con comida comprada en un chino. Hazla tú mismo… Te sabrá mucho mejor
http://www.narayani-pasabaporaqui.blogspot.com
19 octubre 2010 | 09:56
Hasta las narices estoy de preparar cada día dos tupperwares, hartita… mi novio necesita más cantidad y calorías por su tipo de trabajo, yo soy oficinista así que con una ensalada normalmente me apaño, pero el tener que pensar cada día que ponerle a él, me desquicia. Aunque lo de dejar notitas nunca se me había ocurrido. Mañana lo hare sin duda XDD almenos el tupperware de mañana sera más divertido 😉
Sigue escribiendo así de bien y experimentandolo todo, almenos así la mañana se hace mas amena al leerte.
19 octubre 2010 | 09:56
A mí mi chico me prepara el tupper todas las noches con todo el cariño del mundo. A mis compañeros les da envidia que ni si quiera sepa si debo calentar el tupper o no, porque no se lo que me ha preparado 😉
Lo de las notitas no lo ha hecho, me ha parecido una idea estupenda, se lo sugeriré!
19 octubre 2010 | 10:03
A mí me gusta más de ordinario, preparar la comida en casa, a no ser, que haya plan de día campestre, con lo cual se me ocurren varias ideas…por ejemplo unas chapatas estupendas de carne mechada con tomate en rodajas, o unas croquetillas, o filetes empanados o tortilla, según…algo de jamón serrano, queso y palillos, una nevera con cervezas y una botella de vino, con un mantel de hule y unas mantitas (algo tradicional)…pero: mucho mejor cualquier modalidad en compañía…
comer solo puede tener su cosa, no te digo que no, y cuando no tienes con quien, no te queda más remedio, pero a mí me priva mucho más comer con alguien. Y si la comida la hemos hecho uno/a de los dos, mejor.
Y a disfrutar. Lo de las notitas, prefiero que me digan in situ lo bueno que está todo.
19 octubre 2010 | 10:37
En el Imserso cuando sales del Hotel a una escursión de un dia de preparan un piknic, pero me da reparo comer en la calle y si no es en la montaña o la playa , prefiero comer en un bar un bocadillo de chorizo. A proposito de chorizos , un dia de estos tengo que contaros una historia de un gobierno choricero.
Clica sobre mi nombre
19 octubre 2010 | 10:56
Es cierto que el que cocinen para tí es un placer y una muestra de cariño. Mi mujer no se ha molestado en hacer de comer, ni en aprender, en demasiados años de vivir juntos. Para mí ha sido suficiente para cogerle asco. Seguro que si ella tuviera un perro se preocupaba de alimentarlo.
19 octubre 2010 | 11:07
En mi caso, siempre comemos en casa mi marido y yo. Es lo que tiene las ciudades pequeñas, y más la mía, que las distancias son cortas y andando se puede ir a prácticamente todos los lugares.
Mi marido es quien siempre se ha dedicado a las legumbres, a cocinarlas digo, ya que dice que el cocido, las lentejas y las alubias le quedan mejor que a mí. Yo me ocupo de los demás platos, vamos los que tienen más intríngulis y siempre del pescado.
Hoy, por ejemplo, tenemos fréjoles con patata con un refrito de ajos y pimentón(de la Vera que es el mejor), y de segundo unas carrilleras de ternera estofadas, que en este momento se están haciendo; es que como me manejo tan mal, lo tengo que hacer todo con tiempo, jejejej.
Mi hija, unos días viene a comer y otros no, por la falta de tiempo; ya se sabe , clase en la facultad hasta las 3, y trabajo en el hospital desde las 3 y media, se suele llevar simplemente un bocadillo de jamón, lomo o chorizo, o bién tortilla de patata si sobró de la cena.
Mi hijo, en Madrid, dew tupper nada, de restaurante comida y cena y me da la sensación que incluso desayuna en la cafetería del ministerio. Su cocina, seguro que está sin utilizar. Ya me gustaría poder ir uno de estos días, digo a Madrid, que me acabo de enterar de la exposición en el Museo del Prado de Renoir, uno de mis pintores impresionistas favoritos.
Menudo tocho que he puesto, es lo que tiene estar ahora en casa, contar mis experiencias domésticas, jajajajj
PD: Pues nada, que si alguien se apunta, ya sabéis el menú de hoy en mi casa, que la cantidad hay de sobra
19 octubre 2010 | 11:17
@Miguel: y tú te has preocupado en cocinar?? Tú le has dado muestras de cariño haciendo la comida? la cena? el desayuno en una bandeja a la cama??
Probablemente el perro sería más agradecido que tú.
19 octubre 2010 | 11:18
Yo lo de las notas sólo lo he visto en las peliculas americanas, y mas bien lo llevan en la «tartera» o la bolsa de papel en la que llevan el desayuno los niños al colegio, pero bueno. Yo de lunes a viernes como en tupperware, unas veces cocino yo otras me cocinas, pero te puedo asegurar que te cansas de comer así, y anhelas el momento que surge el fin de semana te sientas a la mesa y tienes un plato con una comida recien hecha sin recalentar, y en tu plato, y sobre todo ese momento de después de comer cuando estas en casa, que te sientas un ratito en el sofá, que paz, que relajación, que gusto. Cuando quieras me cambio por ti, antes de tu proyecto de probar los tupperware! No sabes lo que has perdido, casi casi como cuando pierdes la inocencia y dejas de ser un niño!
19 octubre 2010 | 11:21
A mí me encanta que cocinen para mí, aunque creo que a excepción de mi madre sólo lo hizo una persona.
Pero no hablo de tupper, hablo de que te preparen una suculenta cena hecha con amor..
El tupper tiene un componente trístisimo, en mi opinión e igual de triste que cenar de pie apoyado en el fregadero. .
Aunque imagino que la gente que come así (en tupper) es porque no tiene el dinero para el menú diario o bien, el tiempo suficiente de «break» para comer sentado y como las personas.
**
Mi madre mantiene que a los hombres se les gana por el estomago, por eso me regaló un libro de recetas.
Pero no he pasado de la tortilla de patata y la paella, así que no veo mucho futuro en ello…
19 octubre 2010 | 11:25
Me has blokeado mal k te veo y te «replyteo» 🙂 🙂 🙂 ( risa maléfica de Halloween con una de mis Blythes de protagonista )
Yo nunca he comido de tupper tampoco…ni durante mi corta vida laboral…primero por k hice practicas de recepcionista de hotel y comíamos en el restaurante, segundo por k tb hice practicas de ayudante de cocina en el hotel de 5* k está justo encima de la Estació de Sants y comíamos con «la familia» ( resto de Jefes de cocina, cocineros y ayudantes de cocina / respostería ) en el comedor de empleados y había muy buen rollo…luego en mi primer kurro de chica Burger ídem…comia allí y me ponía de «fried chicken» y «sundaes» de caramelo…y ese verano me kedé sola en casa y me los llevaba y todo para calentar en el micro y hacer fiestukis con mis amigas en casa…¡Cómo pasa el tiempo! ¡Hay k ver! Parece k fue ayer k montaba esas fiestukis y esta mañana al ir al Mercadona a comprar los chorizos asturianos para las lentejas k me estoy kurrando hoy he visto un cártel anunciando el 15º Aniversario de «Malalts de Festa»…¡Joder! Yo inauguré ese antro…digo antro por k hace 15 años era lo más IN pero ahora no me metía yo ahí ni harta de Mahou´s….
P.D.: Hablando del Mercadona ( k cobran ya tb las bolsas: ¡ojo! ) @ los k coméis de tupper y no os guste cocinar: venden unas empanadas ( de atún o carne ) k están muy bien…yo las compro para cuando vamos a la playa o como hoy k mi hijo no come lentejas…y a él le encanta el atún…Bon dia!!!!
@l Lobo: Se le ve a Ud. con una educación exquisita…Recuerdo k el otro día, ahora no sé en k post, salió algo de Reinosa y casi se me saltanlas lágrimas por k mi abuelo materno de peke me recitaba esto:
«La luna viene bajando,
por los montes de Reinosa,
todos miran a la luna
y yo miro a tu cara hermosa»…
P.D.: K romántico eso k cuentas de las notas…el mío llama por tlf. o, incluso, cuando no teníamos a los crios me llevaba con él cuando le tocaba kurrar fuera de BCN…
@ las lobezn@s: ¡¡¡K calladitas estáis tod@s por aki y por allí!!!
19 octubre 2010 | 11:26
¡Hola Marisa!
K te veo ahora…k entre k escribía e ido a ver el cocido 😉 Bon dia!!!
19 octubre 2010 | 11:27
@ Mariam ( one )
1080 recetas de cocina de Simone Ortega va de «conya»…
19 octubre 2010 | 11:28
Y tb hacer cursos de cocina…
19 octubre 2010 | 11:29
Marisa BCN no es pekeña y mi marido en 10-15 minutos está en casa con la(s) moto(s) 😉
19 octubre 2010 | 11:32