Bettmann/CORBIS
Nevaba, sí. Tal vez por eso me fijé en ella y ella se fijó en mí. La nieve tiene ese efecto bifocal en los taxis. Tratas de hacer nítidos los copos pero no puedes, nunca puedes, y entonces buscas otro punto de referencia: el espejo retrovisor, en este caso. A los dos nos sucedió lo mismo. Tratábamos de enfocar la nieve, cada uno la suya, pero acabamos cruzando las miradas en mi espejo. Y en ese cruce ella me lanzó una sonrisa demasiado seductora y fácil para ser real. Y aquello me escamó, por supuesto. Noté cierto interés en su sonrisa. Y luego, sabiéndose observada, se atusó el pelo. Y elevó una ceja como si estuviera enganchada a un anzuelo invisible y yo tirara del cordel. En cualquier caso, reconozco que la mujer era preciosa. Rasgos nórdicos, ojos color hielo no frost y un cuerpo que invocaba a la ansiedad. Llegó a decirme algo, la típica frase rompehielos: «Tiene que ser cansadísimo conducir todo el día entre tanto caos», creo recordar. Yo contesté con una de esas frases hechas, sin pretender ser gracioso, pero ella reaccionó riéndose de un modo desproporcionado. Y aquello me escamó aún más.
Preocuparse por mi cansancio no fue casual. Se notaba que lo tenía estudiado: a continuación me soltó que debería relajarme, y que ella podría ayudarme a conseguirlo. Me habló de un piso, de aparcar mi taxi y de subir con ella. Después, en tono más formal, añadió: «por ser un taxista tan joven y guapo, te lo dejo en cien euros».
Y aquello me cabreó bastante, la verdad. Me jodió aunque opté por ser cortés con ella. Era preciosa, sexualmente adictiva, y cien euros menos no me dejarían sin comer. Pero nunca he comprendido ni soporto convertir la seducción en mercancía, matar la química entre dos cuerpos a golpe de cash (como quien selecciona la pierna de un cordero cadáver en una charcutería). No me excita que ella no se excite o sólo le excite mi dinero y no mis ganas conjugadas con las suyas, en paridad de deseos, en ese excitante juego que es el calor progresivo, la incertidumbre de un final abierto, la mutua búsqueda a ciegas. Y a pesar de lo que digo, el suyo sigue y seguirá siendo el oficio más antiguo y lucrativo del mundo, y yo seguiré sin entender qué coño le pasa a la gente. Qué hay de excitante en alquilar un cuerpo o en pagar por un cuerpo y fingir las ganas. Y reducirlo todo a la fricción y al simulacro.
Huelga decir que no me refiero a las mujeres coaccionadas o a las que ejercen como último recurso. Se entiende, ¿no?
04 febrero 2014 | 22:25
Algunos tienen que pagar. Y no creo que finjan las ganas, creo que les sobran. Y ellas… la ley de la oferta y la demanda, si hay una necesidad en la sociedad, ahí tienes un puñado de personas dispuestas a satisfacerlas por dinero.
Yo lo que no soporto son los tíos que buscan sexo, se hacen amigos, se portan bien y cuando no consiguen lo que quieren, montan el pollo por todo lo que han hecho y lo desagradecidas que somos. No puedo con esos.
05 febrero 2014 | 00:14
Pues yo no fingo nada, me lo paso en grande y me dedico al sexo porque me encanta http://xurl.es/0mhqs
05 febrero 2014 | 00:25
Pues yo para evitar malentendidos no dejo que ningún hombre me invite a nada..si quiero una copa, me la pago yo, y si quiero comer bien, me voy a casa de mi madre..
No pido nada y tampoco espero nada. Bueno, si, amor, pero eso no se paga, al menos con dinero. El sexo si, pero para pillar a un escort que esté bueno, eso ya es otra historia..
05 febrero 2014 | 01:36
Aquello de fingir es ya de otra época.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
05 febrero 2014 | 07:57
Quizás sea la consecuencia
de prohibir hacer la calle
que las obreras del sexo
tengan que buscar clientes
en el interior del taxi.
Oficio antiguo este es
como lo es el humano,
depende de la ”mercancía”
(me cuesta el llamar así
al cuerpo de una mujer
con el que por necesidad
se tiene que ganar la vida)
y del poder adquisitivo
que tenga el usuario,
de esos dos factores depende
que se ejercite en las calles
de muchos de nuestros barrios
o en accesos a ciudades,
o en polígonos industriales,
o en lujosos hoteles.
A la oferta o a la demanda,
no se trata por igual
unas veces penalizan
al que trata de comprar
y en cambio en otras
a la que amor o placer vende.
Si hay demasiada presión
a la transacción al aire libre
buscarán privacidad
para no ser sancionadas,
en el interior de un taxis.
05 febrero 2014 | 08:51
Totalmente de acuerdo contigo!
http://areaestudiantis.com
05 febrero 2014 | 08:55
Supongo que habrá personas que necesitan de ese amor, aunque sea fingido…
http://relatossincontrato.blogspot.com.es/
05 febrero 2014 | 09:05
Hoy tengo una duda existencial…no sé k es peor si tu post o el comment de Ana…Pésimos ambos…Puffffffff…Cuando te pones moralino NO hay quien te aguante…
P.S.. Las k ejercen » como último recurso » tb tienen tarifa TUR – como con la luz – ???? Puffff…k comment tb el tuyo…
05 febrero 2014 | 10:23
Oferta/demanda… Así es la puta vida. Y no te excuses con tu comentario. A buen entendedor, pocas palabras bastan….
05 febrero 2014 | 10:42
@Carla:
Tienes toda la razón!!
05 febrero 2014 | 11:26
Es otra forma personal de verlo.
Aunque creo que el que paga no suele fingir…
http://www.placerzen.com
05 febrero 2014 | 14:55
No hay puta sin putero,ni manguera sin bombero.
He dicho.
05 febrero 2014 | 15:03
totalmente de acuerdo contigo: hay cosas que no deberían tener precio… para todo lo demás, dicen que está mastercard
05 febrero 2014 | 15:15
Entro solo para decir que últimamente estás más «Simpulsero» que nunca. Y tus lectores lo agradecemos.
05 febrero 2014 | 16:59
Yo tampoco lo entiendo. Simpatizo más con la coaccionadas que con las que, en uso de su libertad, y por eso mismo, son libres hasta para gozar con algún cliente si las da por ahí -en el más amplio sentido del concepto-, pero sin la oportuna bendición de las fuerzas de progreso, que son las que deben decidir lo que las mujeres queremos hacer con nuestros cuerpos, y si resulta que queremos algo distinto, se escaman.
Por eso simpatizo mucho con estas coaccionaditas del vídeo, porque además no sonríen, y eso a las fuerzas de progreso les mola mucho, lo de victimizar a las mujeres, y que qué pobrecillas ellas y que qué estupendos nosotros.
Salvo que nos joda -en el más amplio sentido del concepto-, algún miembro destacado de las fuerzas de progreso, en cuyo caso deberíamos sentirnos honradas; o que nos vendan a miembros -en el más amplio sentido del concepto-, de fuerzas aliadas de las fuerzas de progreso. En este último caso, las fuerzas de progreso, más que simpatizar con estas individua(lidade)s, simpatizan con el colectivo: que las viudas de guerra, pongamos, dado que tienen prohibido trabajar en el paraíso de Allah en la tierra, matrimonien con sus cuñaos porque sólo podrían ganarse la vida como putas y, claro, mejor matrimoniar por orden de las autoridades ; o poder colocar a la chica porque la teocracia -pero de las otras, no de las que temía la Plataforma pro Zetapé ^^- te paga el bodorrio.
http://youtu.be/TbobMDYW_Qo
En resumen, que a las fuerzas de progreso les gustan las hembras que sonríen con su bendición; o que lloran por culpa del patriarcado, pero del católico-capitalista, porque aquí los machos son unos bordes malencaraos, pero a los machotes del vídeo da gloria verlos, tan felices ellos, que sólo por eso merece la pena el sacrificio de las jembras, no hay más que verles la cara…¡Bueno, a las que se les puede ver la cara, claro!, y sobre todo escuchar a la portavoza del colectivo femenil, que parece tensa y apática, pero es porque se les atascó el teleprompter, a ver si, al próximo envío masivo de ayuda humanitaria se agencian uno más moderno, y que la ONU encargue a Woody Allen la filmación de la próxima boda y, de paso, un docu sobre curas pederastas.
Un lío, ¿no? Ya lo dije, que yo tampoco lo entendía.
(Por cierto, ¿la puta políticamente incorrecta supo agradecerte como Dios manda que OPTARAS por ser cortés con ella en lugar de optar por darla cuatro guantás?)
05 febrero 2014 | 19:05
… «por ser un taxista tan joven y guapo, te lo dejo en cien euros”.
Claro; ahora lo entiendo. A mí sólo me piden 10 Euros y que las acerque a Legazpi, Simp.
05 febrero 2014 | 21:01
He sido muchas noches la Purísima de mi amado, cuando nuestros ojos pagaban con miradas que hacían arder las hojas de nuestros otoños mas embravecidos.
05 febrero 2014 | 22:41
Ni el T9 acera que sea putisima queme vuelve Purísima…? Escraches no…jjjj
05 febrero 2014 | 22:43
Lo de vender tu cuerpo a cambio de dinero debe ser horrible, pero ellas también tienen que comer a diario. Eso es lo triste…Me parece peor pagar por orgasmos, mendigar amor. No es culpa de putas, sino de puteros.
05 febrero 2014 | 22:51