Era tan bella como ausente de las calles, de los coches y, sobre todo, de mí. Nada más indicarme un destino no demasiado lejano tomó su iPhone entre los dedos, lo dispuso sobre sus piernas y así lo mantuvo, tecleando y sonriendo lo que leía, pegada siempre a la pantalla, sin levantar la vista por nada ni mucho menos por mí. Precisamente por eso, por mi ataque de soledad en conflicto con su belleza, no se me ocurrió otra que llamar su atención mediante un método tal vez algo bruto (¿acaso el flechazo de amor no lo es?) aunque siempre efectivo: clavar el freno bruscamente con la excusa, qué sé yo, de algún gato imaginario que se cruzó de repente o una paloma o un bache, cualquier cosa.
Y así lo hice pero no calculé o calculé mal la potencia de mi frenada. No esperaba que ella o, más bien, la cabeza de ella acabara empotrándose contra el respaldo delantero saltando a su vez el iPhone por los aires. Vista la violencia del impacto solté el freno al instante y ella recuperó su posición inicial. Ahora tenía el labio inferior ensangrentado y los dientes frontales también. Se echó una mano a la boca, vio la sangre y soltó:
– ¿Qué ha pasado?
– ¡Mierda! Se cruzó un gato de repente. ¿Estás bien? – dije parando el taxi en el arcén.
– ¡Menudo golpe! ¿Estoy… sangrando?
– Me temo que sí. Déjame ver.
Acerqué mi brazo por entre el hueco de los asientos, tomé su barbilla con dos dedos (tersa; muy suave al tacto) y estiré de ella con cuidado para ver mejor la herida. Apenas era un pequeño corte limpio provocado, supuse, por el impacto del filo de sus dientes contra el mismo labio. Busqué un Kleenex y se lo tendí.
– Lo siento mucho – dije.
– Tranquilo. Ha sido culpa mía. Tendría que haber estado más atenta o, al menos, haberme puesto el cinturón. Por cierto, ¿dónde está mi móvil?
– Espera, que lo busco. Saltó por los aires – tanteé por debajo de los asientos delanteros y en seguida lo encontré y se lo tendí, rozando ahora sus dedos con los míos.
– Gracias. Parece que no se ha roto. Menos mal… – dijo.
– Espera un momento. Voy a entrar a ese bar a pedir hielo para tu labio.
– No, no. Tranquilo. No te preocupes. No parece que sea nada. Sólo un poco de sangre – dijo lamiéndose el labio con la punta de la lengua, cardiaco momento.
Apenas sucedió nada más. Continuamos el trayecto y al bajarse me negué a cobrarle la carrera, por las molestias. Luego se marchó con mi Kleenex en el labio y yo me sentí mal y bien. Culpable por aquel golpe suyo que no pretendía, pero bien porque la chica guapa se acordaría de mí mientras durara el escozor de aquel pequeño corte en su labio (que tocaría una y otra vez con su misma lengua), pero culpable también por sentirme bien por su herida (que tocaría una y otra vez con su misma lengua), pero bien y sin embargo culpable porque la chica guapa se acordaría de mí…
…en un insoportable bucle.
Esto es fuera de horas. Chicas
12 abril 2011 | 20:27
Bonita foto. Labios semiabiertos empapados por un rojo y goteante elixir de vida. Le falta tal vez la certera mordida que enlace lo descrito en tu colapso, pero no vamos a ser tan brutitos como tú, no vaya a ser que terminen acusándote de provocar el realismo hasta esos extremos.
Esa forma tuya de atraer la atención de tu pasajera me temo que no te va a dar resultados, a no ser que te vaya la sangre, pero como fantasía quedaría un tanto enfermiza.
https://www.youtube.com/user/milaraven#p/a/u/2/64HLXWjbJxE
Me gustaría aprovechar la ocasión para retirar las sandeces incluidas en mi coment de ayer, acerca de la mala follá y de la relación con hacerlo más o menos. Todo va en cierta manera en el descontento social que nos acompaña y nos condiciona a todos a la hora de la verdad.
Efectivamente es un roce generacional, pero no por ello insalvable o reprochable a uno u otro. Parte de culpa tiene mi generación, claro está, pero la movilización queda en el indicado y aunque a toro pasado parezca que todos somos valientes, el no mover un dedo solo determina el grado de aceptación y acomodo a la situación. A nosotros tampoco nos dieron manual, sin embargo aprendimos de nuestros padres que una familia se mantiene con mucho esfuerzo y sacrificio, familias separadas y repartidas, y es tal vez, esa la movilización que en su momento sirvió para hacer de nosotros protectores de una generación que aún espera la suelta.
Este país, creo, necesita de emprendedores, no todo está inventado, y para eso, tenemos una nueva generación mucho más preparada que solo necesita constancia. Esto mismo debería servir de ánimo y motivación, pero en esta lucha por salir adelante, tiene la necesidad las patas más largas que el desencanto a la incomodidad.
No me extiendo, pido disculpas y animo a la lucha, contra quien nos limita, contra quien nos priva, contra quien nos engaña y sobre todo, contra quien todos sabemos que nos engañará.
12 abril 2011 | 20:27
Espero que no haya mucha gente que te tome como ejemplo, sino ver Madrid desde las alturas va a ser el cachondeo.
12 abril 2011 | 21:08
La verdad más verdadosa Daniel es que…
Pudo gustarle el roce de tu mano con su barbilla. O el encontronazo con el brillo de tus ojos. O simplemente verte el deseo… Y querer ser comida por él (Que no por ti) mujer caprichosa colecciona-miradas.
Pudo gustarle intuir que no existía tal gato. Pensar que haría volar otros 10 móviles solo porque le alimentaras el ego 10 veces más.
Ahí te recordará. Y la cicatriz, será la cicatriz del deseo, de las ganas, de las ansias, del taxista.
Pero puede, simplemente, que no notara nada, ni nada le creara, ni le buscara la cuatro patas al felino.
Simplemente, puede… Que te vea como un jode conversaciones movilísticas, o como un traspie en su día.
Ahí no te recordará un carajo. Recordará que se hizo una cicatriz en el labio mientras viajaba en taxi y hablaba con «mengano».
Quiero decir…
Si tú no has llamado su atención. El frenazo no ha servido. No estás ni estarás en ella ni serás recordado.
12 abril 2011 | 21:22
Confirmado: eres un seductor, Simp. (Y con la imagen del post me has recordado que el lunes tengo cita con el dentista).
12 abril 2011 | 21:23
Si me pasara eso pensaría que he dado con un taxista torpón. Y si supiera la razón cambiaría de torpón a cabrón! Sin ánimo de ofender…
12 abril 2011 | 21:59
Cuánta razón…
12 abril 2011 | 22:22
No me jodáis, aún esperáis k la moskita muerta caiga esta vez? Veo k vais ampliando el dominio, la imaginación de Dani roza lo irreal, lo esperpéntico. Creo k necesitáis un poco de aceptación, humildad es lo k os hace falta.
12 abril 2011 | 22:25
Cicatrices como beatrices…
tantas cosas que explicar que, mejor me callo ya.
12 abril 2011 | 22:30
Vaya tela!
Frateli : por lo que más quieras : no.
12 abril 2011 | 22:34
Eso, eso es lo k hay k hacer de una vez. Hablar, abrir la puñetera caja de pandora, joder, sois un desastre, kién está akí? Todos juntitos de nuevo? Porqué? Nadie va a abrir boca nunca o k? Todo diós con sus cofres cerrados y luego hablando de filosofía marxista indirectamente… no me lo creo, no me creo k gente k había creido k era de una manera durante tantos puñeteros años…pase a ser así de la noche a la mañana.
Miss, Beluga se despide, tiene mejores valores morales k buscar.
12 abril 2011 | 22:56
Chico malo…no fuerces el destino, se te irá de las manos.
12 abril 2011 | 23:07
Lo k digáis, veo k soy la única k llevo una katana de hattori hanzo. Bona nit gent.
12 abril 2011 | 23:22
os hace ser unos cíclopes.
12 abril 2011 | 23:51
Enmascarado
Apoyo la moción y ademas añado, que a la juventud formada y con afan espiritu emprendedor, lo que sin duda le hacen falta son subvenciones para poder continuar sus estudios, y un una tasa de paro no tan salvaje para poder desarrollarse.
Pues los estudios universitarios, a pesar de llamarse públicos, no son accesibles para la gran parte de los jovenes (a parte de ser una pasta son incompatibles con vida laboral, pues bolonia requiere como el 70% de tu tiempo)
Es una cadena de causas y efectos que van mas alla del querer. Te lo dice una frustrada, que pese a follar (o no) tiene inquietudes que van mas allá de lo puramente fisico o estructural que ofrece la pareja.
Los valores nacen o se hacen?
Un saludo!
13 abril 2011 | 00:14
Cual es la mejora que ofrece el capitalismo? cual es la mejora que ofrece el socialismo? cuando nada tengo que hacer,cuando nada tengo que escuchar ,o solo cuando quiero apartarme de la realidad es en el algo que me pongo a pensar, pero si las dos corrientes tienen razón , ¿que es lo que falla? y por mas vueltas que le doy siempre llego a la misma conclusión es el ser humano,¿es el ser humano porque siempre desea lo que no tiene y desprecia lo que tiene? no, no es el ser humano por la corrupción del propio hombre por que se corrompe así mismo por el poder , porque quien lo obstante cree que merece todo.Vamos como miopes por el mundo aun teniendo buena vista vamos en la ceguera total y no hay lente u operación que nos cure de esta ceguera
16 abril 2011 | 05:40