Esta mañana he recibido a través del CONTACTO de este blog un correo cuanto menos inquietante. Copio y pego:
«Acude a la parada de taxis de Princesa esquina Marqués de Urquijo. En el primer poste encontrarás una secuencia numérica. Síguela»
Y en el remite, la siguiente dirección: ‘secuenciapar@xxx.com’.
Me pareció un juego la mar de interesante; así que, aprovechando un trayecto finalizado por esos lares, me planté en la parada de Princesa esquina Marqués de Urquijo.
Efectivamente, en el mismo poste de la señal que indicaba la parada de TAXI encontré un papel pegado a conciencia con cinta adhesiva y en él, con trazos gruesos, una secuencia de 18 números separados por comas: 3,9,4,1,6…
Lo arranqué como pude y me metí en el taxi. Mientras esperaba mi turno en esa misma parada comencé a darle vueltas a la secuencia, buscando entre esos 18 números el significado de aquel misterioso enigma.
Pasaron los minutos. Aquellos números no me decían absolutamente nada.
Entonces me vino a la mente su dirección de correo (secuenciapar@…)
– Secuencia par, secuencia par… podría ser una pista, o quizás la llave de acceso al enigma – pensé.
Con esto, lo primero que hice fue tachar todos los números pares, hasta quedarme con los impares 3, 9, 1… que tampoco me decían nada.
Luego pensé que la palabra ‘secuencia’ de su dirección podría referirse a la posición de esos números sobre el papel: El segundo, el cuarto, el sexto…
Descartando la secuencia impar me quedaba un 9, un 1, seguido de otros siete dígitos.
– ¡Ya lo tengo! ¡Es un número de teléfono con prefijo de Madrid! – me dije.
Excitado por aquel descubrimiento tomé raudo el teléfono y marqué el 9, el 1, el 5, el 5, el 3…
Tras cuatro interminables tonos descolgó un hombre de voz gruesa:
– Restaurante xxx, ¿dígame?
(Se trataba de un conocido restaurante de la zona noble de Madrid)
– Eh… buenos días. Soy Daniel Díaz… y alguien… me ha dado este número para que llame…
– ¿Cómo ha dicho que se llama? – volvió el hombre.
– Daniel Díaz…
– Espere un momento – sonó un ruido de hojas – .¡Aquí está! Señor Díaz. Ya decía yo que me sonaba… Hará un par de horas alguien llamó para hacer una reserva para el próximo… viernes a las 22,30 a su nombre.
– ¿Y quién la hizo? – pregunté asombrado.
– Por su voz parecía una mujer, señor. Mesa para dos, según dijo.
Colgué.
En fin, que llevo todo el día dándole vueltas al asunto. Si acudir a esa extraña cita a ciegas, o no…
creo que debes ir yo iría que misterio no????mil besos
19 septiembre 2008 | 16:24
Sin lugar a dudas, tienes que acudir a esa cita a ciegas. A mí también me citó un visitante de mi blog y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Puedes llevarte una agradable sorpresa. De todas formas, no tienes nada que perder. Suerte.
19 septiembre 2008 | 23:47
Quien a nada apunta, a nada da.
21 septiembre 2008 | 06:05
yo lo sé: es LA MUERTE. buen provecho, machote… sigue tentándo tu suerte en acertijos baratos.gesendet.
23 febrero 2009 | 09:30