El pasado sábado noté algo raro en el motor de mi taxi; un temblor de lo más molesto que, lejos de mitigarse, continuó creciendo según pasaron las horas.
Así que, sin pensarlo dos veces, el mismo domingo decidí llevarlo al taller de Urgencias Mecánicas.
Me atendió el típico matasanos de mono azul anudado a la cintura, camiseta de tirantes, habano masticado por su punta, barba de tres días y unas manos manchadas de lo que deduje sería sangre negra:
– ¿Qué le pasa? – me preguntó.
– Que tiembla. Cuando está parado, tiembla.
– ¿Tiembla en frío, o siempre?
– Algunas veces en frío y otras no.
– Podrían ser los inyectores, o los tensores del motor…
– Lo dudo… solo tiembla cuando se monta algún usuario que no le gusta…
– ¿Está de coña?
– No: Ayer se subió un borracho que no me quería pagar la carrera, y entonces el coche comenzó a temblar…
– Hombre… habrá sido casualidad.
– Y cuando se marchó dejó de hacerlo. El motor iba suave como la seda. Pero luego cogí a una pareja que se puso a discutir y entonces comenzó a temblar otra vez…
– Me está tomando el pelo.
– ¡En absoluto! – dije, ofendido. – ¿Cree que debería automedicarle?
– ¿Medicar al coche?. ¿Se ha vuelto usted loco? – me increpó.
– Claro que no… la misma palabra lo dice: ‘auto-medicar’. ¿Podría recetarme algún ansiolítico para Diesel?
– Los ansiolíticos solo los puede recetar un psiquiatra… – me dijo.
– ¿No conoce a ningún psiquiatra-mecánico de guardia?
– ¿Por qué no le pide la receta a su santa madre? – me dijo entonces.
– Pues porque mi madre no es psi… vale, vale. Ya lo he entendido.
Así pues, tras marcharme aun convencido de la dolencia que sufría mi taxi, no tuve más remedio que tirar de camello y conseguir por mi cuenta una caja de Trankimazines (de 2mg).
Y le eché un par de pastillas en el depósito.
Oye; tenía razón. Mano de santo.
A Talkin desde luego no hay quien le entienda.
11 febrero 2008 | 21:57
No hay nada más voluntario que leer un blog, ni que decir de leer comentarios, entonces, de qué va quejarse?En todo caso, el único que podría alzar la voz es el desgraciado matasanos de mono azul, de verdad que me reí sola pensando en el despiste del pobre desgraciado…
11 febrero 2008 | 23:07
increible. XDDDD. simplemente brutal. Eres un genio. Me has alegrado la noche.Espero que esos trankimazines no tengan efectos secundarios, a ver si le va adar por marearse al pobre Skodita
11 febrero 2008 | 23:33
Creo que esta metafora no la he entendido…
11 febrero 2008 | 23:54
ke jilipollezes dices ya tio
13 febrero 2008 | 01:14
la cosa es que has ido a un mecanico a vacilarle, lo raro es que no te pegue una hostia por tonto.
23 febrero 2008 | 14:18