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Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Israel y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (2)

El veto de EEUU impidió una condena del Consejo de Seguridad de Naciones al ataque del Ejército de Israel que terminó con la vida de 18 personas de una misma familia, la mayoría mujeres y niños, la semana pasada en Beit Hanún.

Quizás pueda parecer una forma de consuelo, pero lo cierto es que Israel ha hecho caso omiso a más de 80 condenas del Consejo de Seguridad. Un país que parece jugar con sus propias reglas en la escena internacional.

La sucesión de condenas en los años ochenta muestra las acciones militares de Israel en la región a lo largo de esta década y su indiferencia ante las decisiones del consejo: ataca Iraq, invade Líbano, cambia el estatus de Jerusalén, hace lo mismo en los Altos del Golán, sigue adelante con su política de asentamientos en Cisjordania, se niega a recibir a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, ataca Túnez, realiza incursiones armadas en los Territorios Ocupados Palestinos, deporta a palestinos, viola los Derechos Humanos, no respeta la Cuarta Convención de Ginebra

Continúo con el listado que comencé en la anterior entrada de resoluciones del Consejo de Seguridad sobre las acciones de Israel:

. Resolución 332 (1972): Condena los ataques de Israel en Líbano que violan los armisticios firmados así como varias resoluciones anteriores.

. Resolución 337 (1973): Condena el secuestro de un avión de pasajeros libanés por parte de Israel, así como la violación de la soberanía libanesa.

. Resolución 347 (1974): Condena a Israel por nuevos ataques en Líbano.

. Resolución 425 (1978): Solicita a Israel que retire sus fuerzas de Líbano.

. Resolución 427 (1978): Pide a Israel que complete su retirada de Líbano.

. Resolución 444 (1978): Deplora la falta de cooperación de Israel con las fuerzas de paz de Naciones Unidas.

. Resolución 446 (1979): Determina que los asentamientos israelíes en Cisjordania, los Altos del Golán, la franja de Gaza y Jerusalén Oriental son un obstáculo para la paz en Oriente Próximo. Y pide una vez más a Israel que respete la Cuarta Convención de Ginebra.

. Resolución 450 (1979): Pide a Israel que deje de atacar a Líbano.

. Resolución 452 (1979): Solicita a Israel que deje de construir asentamientos en los Territorios Ocupados.

. Resolución 465 (1979): Deplora los asentamientos israelíes en los Territorios Ocupados y solicita a los Estados miembros que no colaboren con la construcción de estos asentamientos.

. Resolución 467 (1980): Condena la intervención militar israelí en Líbano.

. Resolución 468 (1980): El Consejo de Seguridad se muestra profundamente consternado por la expulsión por parte de Israel, como fuerza ocupante, de tres palestinos, los alcaldes de Hebrón y Halhoul, y un juez de Hebrón.

. Resolución 469 (1980): Deplora la negativa de Israel a hacer caso a la resolución 468.

. Resolución 471 (1980): Muestra una honda preocupación por la falta de respeto de Israel a la Cuarta Convención de Ginebra en los Territorios Ocupados, especialmente a su artículo 27, por el que debe garantizar el tratamiento humano y la protección de los civiles.

. Resolución 476 (1980): Pide que termine la ocupación por parte de Israel de los territorios ocupados en 1967, incluido Jerusalén. Reitera que todas las medidas tomadas por Israel para cambiar el estatus, la fisonomía y la composición demográfica de Jerusalén son ilegales.

. Resolución 478 (1980): Censura a Israel por proclamar en su parlamento a la ciudad ocupada de Jerusalén como «eterna e indivisible». Y pide a los estados miembros que retiren sus embajadas de Jerusalén como castigo. También le pide que obedezca las anteriores resoluciones del Consejo con respecto a Jerusalén y que respete la Cuarta Convención de Ginebra. En 1995, EEUU reconoció a Jerusalén como capital del Estado de Israel.

. Resolución 484 (1980): Declara imperativo que Israel readmita a los dos alcaldes expulsados de los Territorios Ocupados.

. Resolución 487 (1981): Condena el ataque militar de Israel a Iraq el día 12 de junio de 1981. Y pide que abra sus instalaciones a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

. Resolución 498 (1981): Exige a Israel que se retire de Líbano.

. Resolución 501 (1982): Pide a Israel que detenga sus ataques en Líbano y le exige que retire sus tropas.

. Resolución 509 (1982): Demanda, nuevamente, a Israel que se retire de forma incondicional de Líbano.

. Resolución 515 (1982): Exige a Israel que levante el sitio de Beirut y que permite el ingreso de ayuda humanitaria.

. Resolución 517 (1982): Censura a Israel por no obedecer la anteriores resoluciones del Consejo de Seguridad y le exige que retire las tropas de Líbano.

. Resolución 518 (1982): Exige a Israel que coopere con las fuerzas de Naciones Unidas en Líbano.

. Resolución 520 (1982): Condena a Israel por sus ataques en Cisjordania.

. Resolución 573 (1985):Condena vigorosamente a Israel por bombardear los cuarteles de la OLP en Túnez.

. Resolución 587 (1986): Toma nota de la desobediencia de Israel a las anteriores resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Líbano, y le exige nuevamente que salga de este país.

. Resolución 592 (1986): Deplora fuertemente la matanza de «estudiantes palestinos indefensos» en la universidad de Bir Zeit por parte de tropas israelíes.

. Resolución 605 (1987): Deplora las prácticas y políticas de Israel que violan los Derechos Humanos de los palestinos.

. Resolución 607 (1988): Pide a Israel que deje de deportar a palestinos y le pide que respete la Cuarta Convención de Ginebra.

. Resolución 608 (1988): Se lamenta de que Israel no haga caso a las resoluciones de Naciones Unidas y continúe deportando a civiles palestinos.

. Resolución 636 (1989): Se lamenta de que Israel siga con su política de expulsión de civiles palestinos y le exige que les permita regresar a su tierra.

. Resolución 641 (1981): Deplora la constante deportación de palestinos.

. Resolución 672 (1990): Condena a Israel por su violencia contra los palestinos en Haram al-Sharif, y otros lugares sagrados de Jerusalén que terminó con la vida de 20 civiles.

. Resolución 673 (1990): Urge a Israel a que colabore con Naciones Unidas.

. Resolución 681 (1990): Deplora la decisión de Israel de reanudar las deportaciones de palestinos.

. Resolución 694 (1991): Deplora las deportaciones de palestinos por parte de Israel y solitica que les permita volver de forma segura y sin dilación.

. Resolución 726 (1992): Condena a Israel por la deportación de palestinos y le pide que respete la Cuarta Convención de Ginebra.

. Resolución 799 (1992): Condena la deportación por parte de Israel de 413 palestinos.

VETOS DE LOS ESTADOS UNIDOS:

Además de las resoluciones anteriormente mencionadas, Israel contó con el apoyo de EEUU, que utilizó su poder de veto para que no prosperaran resoluciones en su contra en las siguientes fechas:

10/9/1972

2/7/1973

8/12/1975

26/1/1976

25/3/1976

29/6/1976

30/4/1980

20/1/1982

2/4/1982

20/4/1982

8/6/1982

26/6/1982

6/8/1982

2/8/1983

9/6/1984

12/3/1985

17/1/1986

6/2/1986

18/1/1988

10/5/1988

14/12/1988

17/2/1989

9/6/1989

7/11/1989

31/5/1990

13/9/1993

17/5/1995

7/3/1997

21/3/1997…

Describo algunos de las últimas resoluciones más importantes que no vieron la luz por el veto de EEUU:

. 13 de septiembre de 1985: Se opone a una resolución que condena las «medidas represivas» que aplica Israel en los Territorios Ocupados.

. 3 de diciembre de 1985: Veta el intento de censura de las acciones militares contra civiles por parte del Ejército de Israel en el sur de Líbano.

. 30 de enero de 1986: Pide a Israel que respete los lugares sagrados del islam.

. 27 de marzo de 2001: Nueve países intentan impulsar una resolución que envíe una fuerza de paz para proteger a los civiles en Gaza y Cisjordania. James Cunningham argumentó que el borrador respondía más al «teatro político que a la realidad política».

. 16 de septiembre de 2003: Varios países intentan que prospere una resolución que condene los asesinatos extrajudiciales de Israel, y que termine con el acoso y la amenaza de expulsión a Yasser Arafat. John Negroponte dijo, tras votar en contra, que al texto le faltaba una condena expresa del terrorismo y de todos los que lo apoyan.

. 25 de marzo de 2004: EE UU veta la Resolución del Consejo de Seguridad que pretendía condenar el asesinato selectivo del jeque Ahmed Yassin, fundador de Hamás.

El borrador contaba con la aprobación de España, China, Rusia, Francia, Filipinas, Angola, Chile, Pakistán, Argelia, Benín y Brasil. Este fallido documento demandaba a Israel que respetase el Derecho Internacional Humanitario y que volviera a las negociaciones de paz impulsadas por la resolución 1515.

. 13 de julio de 2006: En una resolución impulsada por Qatar, el Consejo de Seguridad intentaba condenar el uso desproporcionado de fuerza en Gaza por parte del Ejército de Israel. John Bolton se opuso a la medida afirmando que ignoraba el otro conflicto, en Líbano, que había comenzado el día anterior.

RESOLUCIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL

Según la Biblioteca Judía Virtual, ningún otro país ha sido objeto de tantas resoluciones de la Asamblea General como Israel. En promedio, este órgano de Naciones Unidas pasa al año 19 resoluciones contrarias a Israel, de las que 16 son votadas en contra por los Estados Unidos.

Más allá de las decisiones puntuales sobre conflictos y acciones armadas, el 10 de noviembre de 1975, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en la resolución 3379 una polémica declaración (con 72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones), que señala que «el sionismo es una forma de racismo y discriminación racial».

RESOLUCIONES DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA:

Corte Internacional de Justicia (9 de julio de 2004): Dictaminó que las secciones de la barrera de separación construida por Israel que se adentran en Cisjordania son ilegales y debían ser desmanteladas inmediatamente.

LOS ÚNICOS QUE HAN REACCIONADO A BEIT HANÚN: EL CONSEJO DE DDHH

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que sólo lleva seis meses de existencia, en los que sólo ha censurado a un país, Israel, votó ayer por el envío de una misión para investigar los hechos ocurridos en Beit Hanún.

Se trata de la tercera vez que se reúne con carácter de urgencia el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La primera fue en julio, cuando el Consejo acusó a Israel de violar la ley internacional humanitaria en la franja de Gaza.

El embajador de Estados Unidos, Warren W. Tichenor, cuyo país es mero observador y no miembro como tal del Consejo, calificó de ‘tragedia’ las bajas civiles en Beit Hanún, y rechazó la legitimidad del Consejo para debatir sobre operaciones israelíes.

CONCLUSIONES

La visita de Olmert a Washington parece haber detenido, por el momento, las operaciones del Ejército de Israel en Gaza.

Resulta evidente que existe un doble rasero en la comunidad internacional. Algunos países violan sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Seguridad, sin que esto tenga consecuencia alguna. Otros, padecen severas sanciones, y hasta ataques e invasiones.

Con respecto a Israel, parece que la permisividad que recibe de EEUU la hace sentirse legitimada en sus acciones, que suelen violar los principios elementales del Derecho Internacional Humanitario.

Un error, tanto para Israel como para todo el mundo, ya que esta laxitud no pone fin a sus incursiones bélicas, y tampoco permite ir a la raíz del problema: la devolución de los territorios ocupados tras la guerra de 1967.

Hoy, los periódicos israelíes hablan de preparativos para nuevos ataques a la franja de Gaza. Como sucedió en tantas otras ocasiones, pasado el estupor y la rabia de la opinión pública, las fuerzas hebreas volverán a actuar y, una vez más, lamentaremos la inoperancia y la falta de ecuanimidad de los organismos internacionales, así como el silencio cómplice de nuestros dirigentes.

Israel y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU

Los Estados Unidos utilizaron su poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para evitar que saliera adelante una resolución de condena a la acción militar del Ejército israelí que la semana pasada terminó con la vida de 18 miembros de la familia Al Kafarna, la mayoría mujeres y niños, en la localidad de Beit Hanún.

No es la primera vez que EEUU bloquea una resolución de este tipo. El 30 de septiembre de 2004, el Ejército israelí condujo una incursión militar a gran escala en el norte de la franja de Gaza, la operación Días de Penitencia, que tampoco recibió una condena unánime debido la negativa del Gobierno de Washington.

Esta ofensiva, que afectó a las localidades de Beit Hanún, Beit Lahia y Yabalia, fue anunciada por el primer ministro Ariel Sharón como una respuesta al lanzamiento de un misil Qassam que mató a dos niños israelíes en la ciudad de Sderot.

Duró dos semanas. Terminó con la vida de 133 palestinos, de los que 47 eran civiles (otra vez, mujeres y niños). Destruyó 77 viviendas (entre las que se contó la de mi buen amigo Kayed Hammad, que perdió su taller de electrónica, quedándose así sin casa y sin medio de subsistencia).

EEUU argumentó que la resolución que pretendía pasar el Consejo de Seguridad el 17 de octubre de 2004 «ignoraba el terrorismo contra Israel». Una explicación similar a la que dio la semana pasada John Bolton (controvertido diplomático que parece tener los días contados tras la victoria demócrata), cuando afirmó que el texto resultaba tendencioso, sesgado, y que no contribuiría a la paz, aunque Qatar había aceptado que se incluyera también una condena al lanzamiento de misiles Qassam por parte de algunos grupos de la resistencia palestina.

Más allá de la decepción que el veto provocó, vale la pena preguntarse si este tipo de declaraciones ha demostrado tener alguna utilidad en el pasado. Una forma, quizás, de mitigar la impotencia que muchos sentimos al conocer la noticia.

Entre 1967 y 1988, el Consejo de Seguridad pasó 88 resoluciones contra Israel, 43 de condena directa. En el mismo período, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó 429 contrarias a la política de Israel, 321 eran condenas explícitas.

Basta comparar el momento en que fueron hechas y el efecto que tuvieron en las acciones posteriores de Israel (o como muchos de estos textos inciden una y otra vez sobre las mismas cuestiones) para responder a la pregunta sobre su efectividad.

RESOLUCIONES DEL CONSEJO DE SEGURIDAD SOBRE LAS ACCIONES DE ISRAEL ENTRE 1955 y 1992

. Resolución 106 (1955): Condena el ataque del Ejército israelí sobre tropas egipcias en la franja de Gaza.

. Resolución 111 (1955): Condena a Israel por el ataque a Siria que mató a 56 personas, pues viola el armnisticio firmado con Siria, y el alto el fuego provisional establecido por la resolución 54 (1948).

. Resolución 127 (1958): Recomienda a Israel poner fin a sus actividades en la zona que no está bajo su soberanía en Jerusalén.

. Resolución 162 (1961): Urge a Israel a que respete y aplique las resoluciones de Naciones Unidas.

. Resolución 171 (1962): Determina que los ataques de Israel sobre Siria son una flagrante violación de la resolución 111, así como del armisticio firmado entre ambos países.

. Resolución 228 (1966): Censura a Israel por sus incursiones militares en el West Bank, en control de Cisjordania. Condena las pérdidas de vidas y propiedades causadas por estas acciones.

. Resolución 237 (1967): Pide a Israel que permita el retorno de los refugiados que huyeron durante la Guerra de los Seis Días, y que garantice la seguridad de la población civil bajo su control.

. Resolución 248 (1968): Condena a Israel por su ataque masivo y planificado a Jordania. Le exige que respete la resolución 237.

. Resolución 250 (1968): Realiza un llamamiento a Israel para que no realice un desfile militar en Jerusalén el día 2 de mayo.

. Resolución 251 (1968): Lamenta profundamente que Israel llevase a cabo el desfile militar en Jerusalén desafiando así la resolución 250.

. Resolución 252 (1968): Declara inválida la acción de Israel para unificar Jerusalén como «capital judía», ya que, hasta el momento, la sección oriental de la ciudad se encontraba bajo dominio jordano.

. Resolución 256 (1968): Condena las incursiones de Israel en Jordania como violaciones flagrantes de la resolución 252. Y afirma que tomará medidas por la dimensión de los ataques y porque fueron premeditados.

. Resolución 259 (1968): Deplora la demora por parte de Israel la demora en aceptar la visita de un Representante Especial de Naciones Unidas a los territorios recientemente ocupados, que colabore con la puesta en marcha en lo establecido por la resolución 237.

. Resolución 262 (1968): Condena a Israel por atacar el aeropuerto de Beirut.

. Resolución 265 (1969): Condena a Israel por los ataques aéreos a Jordania que violan nuevamente el alto el fuego.

. Resolución 267 (1969): Censura a Israel por cambiar el estatus de Jerusalén sin respetar los establecido por la resolución 252.

. Resolución 270 (1969): Los ataques del Ejército de Defensa de Israel a aldeas en el sur de Líbano son condenados por el Consejo de Seguridad.

. Resolución 271 (1969): Israel es condenada una vez más por desobedecer las resoluciones precedentes de Naciones Unidas sobre Jerusalén.

. Resolución 279 (1970): Demanda la salida de las tropas israelíes de Líbano.

. Resolución 280 (1970): Condena los ataques de Israel en Líbano. Recuerda lo expresado en la resolución 279. Deplora la indiferencia de Israel a las resoluciones 262 y 270.

. Resolución 285 (1970): Exige la retirada inmediata y completa de Israel de Líbano. Los Estados Unidos se abstienen en la votación.

. Resolución 298 (1971): Recuerda las resoluciones anteriores ignoradas por Israel con respecto a no transformar el estatus de Jerusalén. Y pide que se tomen las acciones legales y administrativas contra Israel.

. Resolución 316 (1972): Enumera la larga lista de resoluciones que Israel no ha cumplido en Líbano. Y vuelve a condenar sus acciones militares en este país.

. Resolución 317 (1972): Deplora la negativa de Israel de liberar a los árabes secuestrados en Líbano.

CONTINÚA…

Agresiones del Ejército de Israel a civiles: ¿errores o política de Estado?

Ehud Olmert ha pedido «perdón» por el error técnico que el pasado miércoles costó la vida a 18 miembros, la mayoría mujeres y niños, de la familia Al Kafarna en la localidad de Beit Hanun. La investigación apunta como culpable del asesinato a un «radar que funcionó defectuosamente».

Una vez más, nadie parece hacerse responsable de lo sucedido. No habrá investigación judicial. Todo quedará dentro del ámbito del Ejército de Israel. Ni los ciudadanos de este país, ni nosotros, tendremos la oportunidad de conocer otra versión que no sea la de los altos mandos castrenses.

Reviso los cuadernos en los que tomaba apuntes cuando estaba en Gaza y en Líbano, recorro algunos informes de organizaciones de Derechos Humanos, y descubro numerosos casos de agresiones contra civiles. Sólo la familia Al Kafarna, la más numerosa de Beit Hanún, ha perdido a más de 30 integrantes desde junio.

Estas son algunas de las acciones de Ejército de Israel que han conmocionado a la opinión pública mundial desde el mes de junio:

1. MUERTE EN LA PLAYA DE LA FAMILIA GALIA

El 9 de junio, la familia Galia había ido a pasar el día a la playa de Gaza, huyendo del calor y de la miseria del barrio en el que vivía en la localidad de Beit Lahia. El proyectil disparado desde un barco israelí terminó con la vida de siete de sus integrantes. El vídeo de Huda Galia, de once años, fue emitido por televisiones de todo el mundo.

Al principio, el Ejército israelí argumentó que una mina de Hamás había matado a la familia. Pero las investigaciones de Human Rights Watch descubrieron la verdad. Cuando estaba en Gaza pude hablar con varios miembros de la familia, así como con el cámara que filmó las imágenes y con los médicos que los recibieron en el hospital.

Cinco minutos antes, otra familia había sido atacada desde el mar, por lo que los Galia se pusieron de pie y llamaron por teléfono a un taxi para que los viniera a buscar. Fue en ese momento cuando los alcanzó el proyectil.

2. ASESINATO CASCOS AZULES EN LÍBANO

El día 25 de julio, cuatro observadores de Naciones Unidas murieron como consecuencia de las bombas israelíes. Hasta en diez ocasiones se pusieron en contacto con los mandos de Israel para avisarles de su posición, ya que el fuego se acercaba progresivamente al lugar en el que se encontraban.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirmó que el ataque contra la FINUL fue deliberado, pese a haber aceptado las excusas del primer ministro israelí Ehud Olmert.

3. SEGUNDA MASACRE QANA

Al principio se hablaba de 56 víctimas mortales tras lo sucedido el 30 de julio. Después la cifra bajó a 28, de las que 14 eran niños. Las tareas de rescate, en medio de la guerra fueron sumamente complejas y se vieron interrumpidas en varias ocasiones. El gobierno de Olmert argumentó que Hezbolá había utilizado a los civiles como «escudos humanos». (No entro en la absurda polémica sobre si el chupete del bebé está limpio en las fotos, me parece una afrenta a la inteligencia y un insulto a los muertos).

Diez años antes, el 18 de abril de 1996, otro error de la aviación hebrea terminó con la vida de 102 personas también en Qana, en el marco de la brutal Operación Uvas de la Ira. El gobierno de Israel se disculpó diciendo que se había tratado de un error, y argumentó que tenía noticias de la presencia de milicianos de Hezbolá.

El vídeo de un casco azul de Naciones Unidas, originario de las islas Fidji, muestra a un avión no tripulado volando por la zona antes del ataque, por lo que los mandos castrenses israelíes tenían una visión muy clara de lo que sucedía. Esta revelación, y el informe posterior de la ONU, dejaron en muy mal lugar al gobierno de Israel, que había afirmado que no tenía aeronaves en el momento en la zona.

Tal fue el estupor mundial que, dos semanas más tarde, Israel dio por terminada la Operación Uvas de la Ira tras firmar un acuerdo con Hezbolá, en el que ambas partes se comprometían a respetar a civiles (para Hezbolá, llamada siempre organización terrorista por la administración de Jerusalén, significó un importante reconocimiento, ya que estaba rubricando un tratado de igual a igual con un Estado).

4. MUERTE DE LA FAMILIA AL KAFARNA

El pasado miércoles, 18 miembros de la familia Al Kafarna murieron cuando estaban en su casa en Beit Hanún. La mayoría eran mujeres y niños.

Vale la pena recordar que, el lunes, el fuego de los tanques hebreos alcanzo a un autobús escolar, matando a Ramzi Al Ashrafi, de 16 años, y provocando irreparable daño cerebral a Najwa Khleif, una maestra de 20 años. La Operación Nubes de Otoño dejó como saldo 63 palestinos muertos, la mayoría civiles, entre los que se cuentan dos conductores de ambulancias.

De mi propio archivo rescato otras tres historias de Gaza:

5. HIRIYA AL ATTAR Y SU NIETO NADI

El día 24 de junio, una abuela, su sobrino y su nieto volvían de trabajar en el campo, en la localidad de Beit Lahia, cuando los impactó un proyectil disparado desde Israel.

La abuela, Hiriya Al Attar, de 58 años, y el nieto, Nadi, de 11 años, morían en el acto. El sobrino, Ahmed Al Attar, recién casado, perdió las piernas.

6. LAS MUJERES DE LA FAMILIA OKAL

El día 28 de julio, un proyectil israelí impactaba contra al salón de la casa de la familia Okal, en medio de la incursión en el barrio de Siyaía, en Gaza.

La madre, que estaba embazada, y dos de sus hijas morían en el instante. La tercera niña, perdería la vida tres días más tarde en el hospital Al Shifa.

7. HUDA NATOUR Y SUS HIJAS

La noche del 6 de agosto, Huda Natour, de 44 años, era alcanzada por la munición de un avión no tripulado cuando huía por las calles de Rafah, ya que los tanques acababan de entrar, junto a sus tres hijos.

Dos murieron a las pocas horas: Kifah, una joven de 16 años, y Amar, de 15, su hermano. El tercer niño perdió una pierna. Ella fallecería a los quince días debido a la gravedad de las heridas.

¿Errores o política de Estado?¿Se puede juzgar a los culpables?

Cuando los «errores» se suceden de forma tan regular, casi metódica, resulta lógico preguntarse si se trata realmente de equivocaciones, o si responden a un error estratégico general, a una idea equivocada de la clases de acciones que se deben emprender.

Si esta serie de ejemplos, y tantos otros que figuran en los archivos de organizaciones de derechos humanos palestinas e israelíes, como el Palestinian Centre for Human Rights o Betselmen, además de Human Rights Watch y Aministía Internacional, que tuvieron lugar a lo largo de seis meses, sirven para demostrar que se está actuando de forma deliberada contra la población civil, o que no se toman las precauciones debidas a la hora de evitar las lesiones que puedan sufrir, ¿se podrá juzgar a los responsables?

Esa es la pregunta fundamental: ¿en qué momento la sucesión de «errores» pasa a ser una conducta de Estado sujeta al escrutinio de un tribunal?

¿Puede tomar la Corte Internacional de la Haya estos datos para convertirlos en pruebas que permitan llevar a juicio a Ehud Olmert y Emir Peretz según lo establecido en el artículo 146 de la Cuarta Convención de Ginebra?

¿Los puede juzgar por considerar desproporcionada y mal implementada la decisión de comenzar una guerra, que terminó con la vida de 1300 personas, como consecuencia del secuestro de dos soldados por parte de Hezbolá?

¿Cómo funcionan los mecanismos legales a nivel internacional? ¿Quién pone en marcha una investigación de esta clase? ¿Se puede juzgar a los imputados en ausencia? ¿Es un precedente lo que sucedió con Ariel Sharón con respecto a las masacres en los campos de refugiados palestinos en Líbano de Sabra y Chatila?

¿O la Corte Internacional de Justicia de la Haya sólo actúa con contundencia cuando se trata de dictadores y militares africanos o yugoslavos caídos en desgracia? ¿Tiene poder y respaldo para enfrentarse a gobernantes en activo?

La semana que viene formularé estas preguntas a un experto que ha llevado al banquillo a numerosos acusados de violar los derechos humanos.

Guerra en Líbano y Gaza: un laboratorio de nuevos armamentos 2

Bombas de uranio en Líbano

Hace dos semanas, el Comité sobre Riesgos de Radiación de la Unión Europea dio su veredicto sobre las muestras de tierra extraídas de los cráteres dejados por bombas israelíes en las ciudades libanesas de Al Tiri y Jiam (donde se encontraba la infame prisión en la que eran torturados los prisioneros libaneses durante los 22 años de ocupación de Israel). Los resultados señalaban «altos signos de radiación».

Análisis posteriores, en los laboratorios Harwell de Inglaterra, confirmaron la presencia de uranio en las muestras, según señala un reportaje publicado en The Independent por Robert Fisk.

Aún no se sabe qué clase de armamento era el que contenía uranio. Se especula con que se trate de una nueva munición que Israel habría probado por primera vez en territorio de Líbano. Hasta ahora, el Ejército hebreo no ha dado explicación alguna sobre estas conclusiones científicas.

Las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña utilizaron misiles con uranio durante la Primera Guerra del Golfo, en 1991. Cinco años más tarde, una plaga de cáncer se extendió por el sur de Irak.

El problema de este tipo de armamento es cuando impacta en superficies resistentes, como tanques o coches, que esparcen las partículas de uranio por el aire.

Esperar una respuesta satisfactoria por parte del Gobierno de Israel acerca de estas armas resulta ilusorio. Ya en 1982 negó haber empleado bombas de fósforo, lo que luego fue desmentido por las evidencias científicas y por los testimonios recogidos por periodistas de cuerpos sin vida que «se incendiaban» al llegar a la morgue.

Hasta ahora, se ha demostrado que empleó en Líbano bombas de racimo, bombas de fósforo, y ahora estas nuevas armas con uranio.

Israel podrá argumentar que no están prohibidas por la comunidad internacional. Es cierto, al ser armas de reciente desarrollo, aún no han sido proscritas. Pero no se puede ignorar que el tercer protocolo de la Convención de Ginebra prohíbe expresamente la utilización de material militar que pueda tener consecuencias a lo largo del tiempo en la población civil, como sucedió con las bombas de uranio en Irak en 1991 (que, para sorpresa de todos, volvieron a ser empleadas durante la invasión de 2003, aunque a menor escala).

Lo que sí va quedando claro es que las recientes guerras en Oriente Próximo no sólo han demostrado un desdén absoluto hacia los no combatientes, sino que fueron utilizadas como verdaderos campos de experimentación de nuevos armamentos.

Y la pregunta que me hago es si alguien pagará algún día por violar sistemáticamente las normas del Derecho Internacional Humanitario.

Guerra en Líbano y Gaza: un laboratorio de nuevos armamentos 1

Cada vez que iba a un hospital en Gaza escuchaba las mismas quejas de los médicos: “No sabemos qué clase de armas está usando Israel, pero nunca hemos visto nada así. Quema los huesos, la piel y nos obliga a amputar los miembros afectados”.

Durante el tiempo que estuve allí vi infinidad de pacientes mutilados, algo que, según me aseguraban, se podría haber evitado de haber sido heridos por armamento convencional. La hipótesis que más se manejaba era la de las armas químicas, como denuncié en este blog en el mes de julio.

La teoría de médicos como el doctor Juma Saka, portavoz del hospital Al Shifa, era que, a través de estas municiones desconocidas, Israel intentaba limitar el número de muertes, que son las que llegan a los titulares de los periódicos, y crear una verdadera legión de minusválidos, con el grave efecto económico y psicológicos que su presencia tiene en una sociedad. Un engranaje más de su estrategia de castigo colectivo.

El problema para saber de qué clase armamento se trataba era el bloqueo que padece Gaza. Las estrictas medidas de seguridad del puesto de control de Erez, la única vía de acceso a una zona limitada por muros y alambradas, había frustrado varios intentos por parte de ONG de sacar muestras de tejido.

Finalmente, un equipo de la RAI consiguió llevar estas evidencias a Italia. Y los científicos de la Universidad de Parma descubrieron que se trataba de una munición que contenía materiales tan sorprendentes e inesperados como carbón, tungsteno, cobre y aluminio.

Según declaró en el reportaje emitido por la cadena pública italiana el antiguo responsable de desarrollo de armamento del Ejército Israelí, el general retirado Yitzhak Ben-Israel, el objetivo de esta clase de bombas es limitar su radio de acción para ser más certeras y precisas.

También es verdad que las micropartículas de tungsteno, que alcanzan altas temperaturas, tienen un poder enormemente destructivo, muy superior al de la metralla convencional, lo que explicaría las terribles heridas que produce este armamento que no aún no ha sido “probado oficialmente”, por lo que Israel tiene la excusa de afirmar que no estás prohibido.

Como si esto fuera poco, la presencia de estos materiales en Gaza no sólo daña de forma irreparable el medio ambiente, además causa cáncer y malformaciones. Hasta el momento el Gobierno israelí no se ha pronunciado oficialmente sobre estas graves acusaciones.

A continuación la segunda parte del reportaje de la RAI, donde se muestran los resultados de las pruebas de laboratorio. Y un link a las fotografías que la cadena italiana publica en su página web (aviso que son muy duras).

Mañana: las recientes denuncias sobre la utilización de bombas de uranio en Líbano

Morir para contar: James Miller

James Miller era uno de los mejores realizadores de documentales de su generación. Había rodado reportajes en Kosovo, Chechenia, Corea, Argelia, Sierra Leona, Sudán y Afganistán.

Algunas de sus imágenes, como las que muestran a los talibán matando a una mujer a pedradas en un estadio de fútbol, habían dado la vuelta al mundo. Su trabajo le había hecho ganar los premios más importantes del periodismo audiovisual.

El 2 de mayo de 2003 se encontraba en el sur de Gaza filmando un documental sobre la situación de los niños, cuando recibió un disparo en la nuca por parte de un francotirador del Ejército israelí.

Era de noche. Llevaba una bandera blanca en la mano para evitar ser confundido con un miliciano, y una linterna con la que se iluminaba el rostro. Su compañera, Saira Shah gritaba: «Somos periodistas británicos». Sin embargo, el soldado hebreo situado en la torre de control volvió a disparar.

Este es el documental por el que James perdió la vida. Se llama Muerte en Gaza. Muestra el momento en que fue asesinado. Tenía 35 años. Era padre de dos niños.

Su vida

James Henry Dominic Miller nació el 18 de diciembre de 1968 en el seno de una familia galesa que contaba con varias generaciones de militares.

Dice que no se hizo soldado porque la disciplina no era lo suyo. Sin embargo, sus colegas de profesión afirman que se mostraba sumamente disciplinado y meticuloso a la hora de trabajar.

James estaba casado con Sophie Miller, que es la principal portavoz en la lucha de familiares y amigos por que se haga juticia. Tenía dos hijos pequeños, Alexander y Charlotte. Los tres continúan viviendo en la casa de la familia en el sur de Inglaterra.

Una carrera extraordinaria

James Miller, que trabajó siempre como cámara y director free lance, se unió al colectivo Frontline News en 1995 para realizar documentales en conflictos armados.

Desde el principio, Miller se mostró como un joven de un gran talento, decidido, que no dudaba a la hora de acercarse a la guerra. Sus compañeros lo describen como un periodista prudente, que no tomaba riesgos innecesarios.

Cuatro años más tarde se unió a la productora Hardcash, donde contaría con el respaldo de un equipo que sacaría lo mejor de él como narrador. Cada uno de los documentales que rodó en este compañía ganó importantes premios.

El primero, un análisis en profundidad sobre la guerra de Kosovo, le valió el galardón de la Royal Television Society (RTS) al mejor documental.

Después vino el extraordinario reportaje Morir por el presidente, que describe el conflicto armado en Chechenia. Lo siguió Los niños del Estado secreto, sobre Corea. Ambos fueron emitidos por la cadena británica Channel Four.

En el año 2000 forma equipo con la periodista británica de origen afgano Saira Shah. Juntos ruedan el documental Debajo del velo, que muestra la forma brutal en que los taliban tratan a las mujeres. Este trabajo conmocionó al mundo al mostrar la brutalidad del fanático régimen que gobernaba Afganistán.

La segunda producción sobre este país, Una guerra no santa, casi le cuesta la vida. Cuando cruzaba el Hindu Kush, junto a Saira Shah, estuvo a punto de morir como consecuencia de las bajas temperaturas. Este film le valió el premio Emmy como director, y el Peabody Award (el Pulitzer del periodismo televisivo). Por su último trabajo, Muerte en Gaza recibió de forma póstuma un premio BAFTA.

La investigación sobre su asesinato

Lo primero que el Ejército israelí argumentó fue que James Miller murió como consecuencia del fuego cruzado. Sin embargo, las imágenes del documental muestran que en aquel momento, cuando el francotirador hebreo, teniente Haib, le dio un certero disparo en la nuca desde 200 metros de distancia, no había intercambio alguno de fuego. Los testimonios de todos los testigos sostienen este afirmación.

El 2 de mayo de 2005, tres años después de la muerte de Miller, el Ejército israelí dio por cerrada la investigación manifestando que no había pruebas concluyentes. Pero según las pesquisas del perito independiente, y experto en armas, Chris Cobb-Smith, resulta imposible que un disparo tan preciso fuera consecuencia de un error.

El teniente Haib, miembro del Batallón Beduino de Reconocimiento, son sólo no fue condenado, sino que ni siquiera recibió amonestación o castigo alguno dentro del Ejército. Así lo había solicitado uno de los fiscales generales de Israel, pero el brigadier Guy Tzur se negó públicamente a sancionar a su hombre.

«Seguiremos luchando contra la cultura de la impunidad», afirmó en una de sus últimas declaraciones públicas Sophie Miller. «Esperamos que la condena a la persona responsable consiga que los soldados israelíes se lo piensen dos veces antes de disparar a civiles inocentes».

Por favor, dejen en paz a Gaza

Los periodistas que trabajamos en el extranjero, tanto corresponsales como enviados especiales y free lance, recurrimos en muchas ocasiones a productores locales que nos orientan sobre las personas a las que debemos entrevistar y los temas posibles de ser investigados, además de hacer también de traductores.

No en pocas ocasiones la asesoría de estos colaborales resulta fundamental para nuestra labor. Sin su ayuda difícilmente podríamos abrirnos paso en la compleja realidad del país en el que desembarcamos en busca de noticias.

Algunos medios anglosajones suelen mencionar el nombre de estas personas al final de las crónicas y reportajes. Aquí aún no ha llegado esta costumbre, pero sería algo que debíamos plantearnos, como un acto de reconocimiento.

Muchos de los reportajes que publiqué en 20 Minutos a lo largo de los casi dos meses que estuve en Gaza merecerían haber llevado también el nombre de Kayed Hammad.

Un excelente profesional, padre de dos hijos, que aprendió a hablar español en Málaga, donde pasó cuatro años estudiando junto a su hermano. Y, ante todo, un gran amigo con el que me une el cariño que se forjó a lo largo de tantos momentos difíciles.

Tantas ocasiones en las presenciamos el dolor de familias destrozadas por la guerra, en los hospitales, entre las ruinas de las casas convertidas en escombros por los misiles.

Y también tantos momentos de miedo e incertidumbre, cuando cogíamos su Daewoo Lanos y nos dirigíamos hacia los lugares por los que habían entrado los tanques Merkava del ejército hebreo.

Un amigo leal, paciente, generoso, al que le he contado mi vida, y él la suya a mí, durante las cientos de horas que compartimos en el coche viajando de un lado a otro. Un amigo que siempre se preocupaba por mi seguridad, que la anteponía a la suya. En broma decía: «Si te ocurre algo malo mi reputación queda por los suelos».

Cuando recibí la noticia de que Israel había comenzado una brutal operación en el norte de Gaza me intranquilicé. Y pensé en Kayed y su familia, que viven justamente en la parte septentrional de la franja, en el campo de refugiados de Yabalia. Un lugar miserable, plagado de niños, en el que la gente vive hacinada.

Las información de los cables de prensa era confusa. Y también escasa y poco desarrollada, por la ausencia de periodistas en el lugar, las crónicas que aparecieron en la mayor parte de la prensa española. Se hablaba de misiones puntuales, contra milicianos, pero faltaba una visión más amplia, detallada, que mostrara exactamente qué estaban haciendo las tropas hebreas en Gaza.

Recién hoy he encontrado un buen artículo. Apareció en The Independent. Y muestra que la operación que en estos momentos tiene lugar es la peor desde que salí de la región a principios de septiembre. Ya han muerto 22 personas, entre las que se cuentan dos niños, de 10 y 14 años, y una joven madre de cinco hijos. Y las acciones continúan.

«No haremos más esfuerzos por ver quién lanza los misiles. Golpearemos a todos, no importa la organización a la que pertenezcan», declaró esta mañana el ministro de defensa Amir Peretz.

El viernes me fui a dormir preocupado. Tenía presente a Kayed y a su familia, y a los vecinos del barrio que me había presentado. Al día siguiente intenté llamarlo pero sin suerte. Le escribí varios correos eléctrónicos.

Finalmente, a eso de las diez de la noche, cuando vuelve la electricidad a la zona durante unas horas, recibí un mensaje de Kayed.

Hola querido hermano

Te estoy escribiendo mientras las bombas y disparos estan muy cerca de nostros ,espero terminar de escribirte antes que se vaya la luz.

la cosa esta mucho peor que cuando estabas amigo, y lo que se espera peor.

por otro lado casi no hay periodistas ultimamenta ,parece que nuestra causa cada vez interesa menos .pero…………….seguimos por nuestra libertad

pase lo que pase.ya como sabes somos Moros y encima cabizotas jajajjajaj

yo siguo tus noticias por lo que escribes siempre que pueda y que haya luz.

por el libro no te preocupes saldra .si dios quiere ,he rezado mucho por eso jajajjaj

por cierto ha salido el informe de la ONG Italiana sobre el armamento prohibido que utelizan los israelis contra los Palestinos ,lo tengo en Arabe ,aver si lo puedes conseguir en Ingles sopongo te sirve ,sino lo encuentras me lo dices te lo busco.

mira, por lo que oigo parece se ha calentado la cosa asi te dejo y estaremos en contacto.

un abrazo muy fuerteeeeeeeeee

tu hermano para siempre

kayed

por cierto si me pasa algo escribirias algo de mi no ?

No voy a esperar a que le pase algo a Kayed para escribir. En estos momentos, mientras los tanques avanzan por su barrio, me pongo a ello. Escribiré sobre su familia y sus amigos, sobre cómo es la vida cotidiana de una familia en Gaza, tras meses de bloqueo, casi sin luz, agua o alimentos, bajo las bombas. Sobre cómo su hermano enfermo no puede salir en busca de atención en un hospital en condiciones, y Kayed también se debe hacer cargo de alimentar y mandar a la escuela a sus sobrinos.

Y en su nombre, y en el de toda la gente inocente que conocí en Gaza, ajena al conflicto, me hago una pregunta: ¿hasta cuándo?

¿Hasta cuándo Israel seguirá con su política de atacar a la población civil de Gaza, además de empujarla al hambre, para que se rebele contra Hamás?

Eso nunca va a suceder. Lo intentaron en Líbano, durante los 22 años de ocupación hostigando a la población civil como bien señala Javier Martín en su excelente libro Hizbulah, el brazo armado de Dios.

Como mucho consiguieron un enfrentamiento de cuatro meses entre Amal y Hezbolá, aunque por otras razones, parecido al de Hamás y Fatah. Porque la gente de a pie, ante semejante agresión, no recula, por más acorralada que se vea, por más familiares, amigos y vecinos que vea morir. Al contrario. Busca justicia, aunque sea a través del camino equivocado de la venganza.

¿Hasta que Hamás no reconozca al Estado de Israel? Sería un paso acertado, sin duda. Pero ¿qué tienen que ver en todo esto los 320 muertos, en gran parte mujeres y niños, de los últimos cuatro meses en Gaza? ¿Y no tendría el Estado de Israel, que es el que detenta el mayor poder, que reconocer también al Estado Palestino? ¿Darle la posibilidad de que sea viable en lugar de colocar puestos de control, muros y embarcarse en acciones militares?

Y támbién me pregunto hasta cuándo Europa seguirá mirando hacia otra parte. Nuestro Gobierno, que se proclama comprometido con Oriente Próximo, por qué se mantiene al margen.

«Viaje a la guerra» en el principal periódico de Israel

Ayer recibí un correo electrónico del famoso intelectual israelí Gideon Levy, a quien entrevisté la semana pasada en Tel Aviv para 20 Minutos, en el que me decía que Haaretz, el periódico de mayor tirada de Israel, iba a publicar cuatro entradas de este blog.

Tras haber pasado buena parte del día fatigando consulados, agencias de viaje y librerías (estoy buscando desesperadamente la obra de Robert Fisk Pitty the Nation), para preparar el viaje que la semana que viene emprendo rumbo al Líbano, acabo de regresar a casa y en el ordenador me encuentro dos correos electrónicos de Meir Marguelit, un apasionado activista israelí que lucha contra la demolición de casas palestinas.

El primer mensaje dice así:

Hola Hernan:

Acabo de leer en el Diario Haaretz un parrafo de tu blog traducido al hebreo, y un resumen de tu biografia.

Se trata de un parrafo del 29 de agosto de 2006 que empieza con las palabras «…al fin y al cabo deje Gaza despues de 40 dias…».

Un abrazo.

Meir.

El segundo, continúa de la siguiente forma:

Hola Hernan:

He seguido leyendo el Diario Haaretz y encontre varios parrafos tuyos en tres hojas mas, con fecha 21 de agosto, 15 de agosto y 9 de agosto.

Que grande Hernan!!

Debo confesar que el correo de Gideon Levy me produjo satisfacción, pero también cierta inquietud. La edición del viernes de Haaretz es la más leída de Israel, y equivale al dominical de El País, pues viene con numerosos suplementos y revistas. El sábado, día no laborable para los judíos, es el momento que muchos aprovechan para ponerse al día con la información de la semana.

¿Por qué no satisfacción a secas? ¿Por qué también inquietud? Creo que me produjo cierto vértigo saber que cientos de miles de israelíes iban a descubrir Gaza a través de mis ojos, de mis palabras.

Como los periodistas hebreos tuvieron durante semanas las puertas cerradas de Gaza, la única información que recibían era de cables de agencia. Precisa en sus datos, pero principalmente cuantitativa, carente de análisis o emoción.

Y lo que me preguntaba ayer por la noche era: ¿Qué pensarán de lo que van a leer? ¿Cómo juzgarán mis palabras? ¿Servirán para que vean las terribles acciones que se están llevando a cabo en su nombre?

Sin dudas, los mensajes de Meir Marguelit me han despejado toda duda. He comprendido la fortuna y el privilegio que significa poder llegar a tanta gente. Y más aún hoy, cuando las bombas siguen cayendo sobre Gaza y el conflicto parece lejos de haberse acabado.

Por lo que creo que es esta una excelente oportunidad para dar las gracias a todos los que habéis hecho posible Viaje a la guerra, cuyas resonancias superan con creces las expectativas que tenía hace tres meses, cuando llegué a Sudán.

En primer lugar, a Arsenio Escolar, director de 20 Minutos, por el apoyo, la confianza y la libertad que me ha dado desde que comencé a escribir este blog. En los 13 años que llevo dedicado al periodismo es la primera vez que cuento con semejante respaldo. Todo un lujo, una fuente de inspiración, para un periodista joven, que te den alas, que crean en tu labor.

También a Ricardo Villa, que tan bien conoce Gaza. Cuya amistad y sus consejos fueron una importantísima guía en la distancia.

Otro tanto de lo mismo a los amigos de la redacción. Desde Fran Pomares, un hermano, culpable de mi desembarco en 20 Minutos, pasando por Virginia Alonso, María del Carmen Caballero, Melisa Tuya, Joan Domene, Ildefonso Garcia, Nacho Rojo, Óscar Gutierrez… Un orgullo formar parte de un equipo así. Principalmente, por la calidad humana que he descubierto en estos meses. Pero también por la pasión en el trabajo y por la valentía a la hora de buscar nuevas formas de comunicación.

Creo fundamental asimismo daros las gracias a vosotros, los lectores del blog. Al principio me preocupaba la sección de comentarios. Sé que el anonimato de Internet suele hacer que ciertas personas digan cosas que nunca se atreverían a decirte a la cara. Pero la verdad es que ha sido uno de las mayores satisfacciones que me ha dado esta experiencia.

Gracias a los comentaristas eventuales. Pero, sobre todo, a los que habéis estado a mi lado en los momentos de soledad, de tedio, de tristeza, de enfermedad, de añoranza, de miedo (como en tantas noches de bombardeos en las que me hacíais reír con vuestras bromas, con las cenas y fiestas imaginarias). Es mucho lo que he aprendido de vosotros, de vuestras reflexiones y compañía.

Mi gratitud a MM, Teresa, Ross, Monolit, Anab, Fer, Oido Cocina, Eli, Mayté, Patricia, Olga Luz, Sonrisa Radiante, Mariano, Jesús, Antonio Alviárez, Z, Alejandro, Hija de la Luna, Anab, Sonia, Lichi, Laura, Lna, Irene, Carmen F, Niro Pasqualle, Paula, Pericles, Fernando, Kekuraz, Carol, Juanlu, Chupetina, Elena, Helena, Nancy Perzin, Gustavo, Eli, Psss, Wpny, Oscar, Alxemi, Portero de Noche, Leticia Ramirez Mendoza, Emilio Laconte, Andaya, Alexandra C, aNT, Maitexu, Pau, Secorancioyamargado, Isla del cielo, Chimpón, Un placer, Eduardo, D´Espaux, Lady Sare, Candyman, Té…

Viendo lo que sucede en Israel, el apagón periodístico que han padecido durante semanas sus ciudadanos, más que nunca hoy creo en la importancia de la comunicación. De un lado o de otro de la noticia, ámbitos que cada día parecen estar más próximos e interrelacionados gracias a las nuevas tecnologías como Internet, tenemos todos que luchar por conseguir una información veraz, accesible y comprometida, pues estoy absolutamente convencido de que se trata de un requisito insoslayable para avanzar hacia la construcción de ese mundo más justo y en paz que tanto anhelamos.

(Otro hecho llamativo: dos páginas palestinas Palsolidarity y Palestine Blogs, también publicaron fragmentos de Viaje a la guerra).

Reflexiones sobre Israel y Palestina: Gideon Levy

Gideon Levy fue uno de los pocos intelectuales israelíes que se opuso a la guerra contra el Líbano desde el primer día.

Mientras que Amos Oz y David Grossman (cuyo hijo murió durante los últimos días de combate), daban la bienvenida a la respuesta armada a Hezbolá, Gideon Levy publicaba un artículo de opinión en el periódico Haaretz en el que decía que Israel es el «matón del barrio», ya que responde de forma brutal y desproporcionada a la más mínima provocación.

Me encuentro con Gideon Levy en su casa de los suburbios de Tel Aviv. Le muestro los artículos de este blog que escribí desde Gaza. Toma nota de los nombres que voy mencionando, me hace preguntas, pues el domingo irá a la zona para realizar varios reportajes junto al fotógrafo argentino Miki Kratsman.

Cierro el ordenador y enciendo la grabadora. Siento un profundo respeto por Gideon Levy. Me despierta una gran admiración la extraordinaria valentía con que defiende sus opiniones aunque esto le suponga quedarse solo, recibir constante insultos y amenazas, enfrentarse a la mayor parte de la sociedad israelí.

Lo escucho:

Suponer que la presión sobre la población civil de Gaza va a conseguir que aparezca el soldado Gilad Shalit y evitar que se lancen misiles Qassam, es una de las ideas más retorcidas y enfermas que he escuchado nunca. Porque los israelíes lo deberían saber, ya que les sucede siempre a ellos. Cuando hay algún acto de terror o una guerra contra Israel, inmediatamente la gente se vuelve más de derechas, más adepta al régimen, más contraria a los árabes. Y lo mismo les pasa a los palestinos y a los libaneses. Con sus acciones militares en Gaza, el Ejército está consiguiendo exactamente lo contrario de lo que se propone. Mientras más los empujamos, más decididos están a luchar contra nosotros. Lo que se está haciendo en Gaza, además de retorcido y enfermo, no es eficiente, no lleva a nada. Hoy tienes la prueba, cinco misiles Qassam tras una semana de incursión en el barrio de Siyaía.

Y me preocupa la indiferencia y apatía de los israelíes. Gaza no está en la agenda. Si sales a la calle y le preguntas a la gente, el 95% te dirá: “¿Gaza? Sí ya se la hemos devuelto a los palestinos. Gaza es libre ahora”. Lo que a todas luces es una gran mentira porque la situación ahora en Gaza no podría ser peor.

Peor inclusive que cuando estaban allí los asentamientos. Y la retirada de los asentamientos fue algo muy bueno. Es una alivio ahora cuando visitas Gaza saber que puedes ir a donde quieras. Al norte, al sur, que ya no está el check point de Abu Holi, donde antes podías aguardar durante horas o días, mientras veías pasar a los colonos por otras carreteras. Era una locura. Sin embargo, más allá de esto, nada ha cambiado. El guardia que vivía dentro de la prisión, ahora vive fuera, pero continúa siendo el guardia y Gaza sigue siendo una prisión. Y si el guardia está fuera de la prisión es simplemente porque le resulta más conveniente.

Y te dices a ti mismo, bueno, esto no puede continuar así, en cualquier momento la situación va a estallar. ¿Pero qué va a estallar? ¿Qué pueden hacer? ¿Pueden lanzar una bomba nuclear contra Israel? No hay nada que los palestinos puedan hacer para detener este. Así que es muy probable que la situación siga así durante mucho tiempo.

Y al mundo no le interesa Gaza. Al menos el otro día Kofi Annan mencionó a Gaza en una frase, pero nada más.

¿Por qué Israel apuesta por el castigo colectivo de los habitantes de Gaza?¿Quiere llevar a la gente hasta el límite de la desesperación, así cuando llegue el momento de sentarse a negociar los palestinos aceptan todo lo que les ofrezcan? ¿Cuál es la lógica del bloqueo, de los ataques? ¿Hay alguna lógica?

En primer lugar, pensamos que Israel tiene derecho a hacer lo que quiera. Si ellos lanzan un Qassam, listo, ya podemos hacer lo que nos venga en gana. Y lanzan Qassam que, por cierto, es algo realmente tonto por su parte, ya que no conducen a nada, ni siquiera hacen daño real a Israel. Y yo podría entender los atentados suicidas, porque tienen algún efecto. Terrible, pero un efecto al fin. Los Qassam no son nada.

E Israel piensa que lo que no se consigue por la fuerza, se consigue empleando más fuerza aún. Así que ahora el objetivo es detener los Qassam, que deben dejar de ser lanzados. Pero esta no es la manera de conseguirlo. Y en este momento están buscando túneles porque el otro día encontraron uno en el paso de Karny. ¿Cuál es la relación entre volar la planta de energía eléctrica de Gaza y lograr que se dejen de hacer túneles? ¿Bombardear las granjas y los túneles? Un millón y medio de personas están viviendo en condiciones terribles. ¿Ha servido esto para que no se hagan más túneles? ¿Para que no se lancen más Qassam?

El mundo debe saber, y los israelíes deben saber, que Israel está ocupando Gaza nuevamente. Desde fuera pero la está ocupando. Y la jugada es muy buena porque ni siquiera los israelíes lo saben.

Sí, durante las semanas que estuve en Gaza, la destrucción de la planta de energía eléctrica me causaba una gran perplejidad. ¿Por qué?, me preguntaba.

Lo curioso es que los Estados Unidos están enfadados con Israel por haber destruido la central eléctrica, ya que fue una empresa americana, Enron, la que la construyó. Y la compañía aseguradora, que deberá pagar ahora decenas de millones de dólares para arreglarla, es también americana.

Y toda la situación es curiosa. Aviones fabricados en Estados Unidos, con bombas de los Estados Unidos, bombardean una planta de energía palestina hecha por los Estados Unidos y asegurada por los Estados Unidos.

¿Y qué le sucede a la sociedad israelí? ¿Por qué no reacciona?

No le pasa nada en particular, siempre ha sido así. Lo único quizás es que en este momento sufre un mayor nivel de apatía. Había tiempos, eso sí, en los que tenía más vergüenza. Ahora no tiene vergüenza alguna por lo que está sucediendo. Había tiempos en los que se hacía preguntas, ahora nadie hace preguntas. Había tiempos en los que después de matar a un inocente había lágrimas, aunque se lo mataba de todos modos, ahora nadie llora.

Esto es porque se piensa que Israel debe ser lo más fuerte que pueda, lo más rica que pueda. Es todo una lucha por los territorios. Y es todo porque se deshumaniza a los palestinos. No se los ve como seres humanos. Y las cosas empeoraron después del 67, después de la primera Intifada, después de la segunda Intifada.

Cuando durante la primera Intifada un cámara filmó a dos soldados israelíes que le rompían el brazo a un palestino con una roca, todo el mundo estaba conmocionado por esas imágenes que fueron sacabas por las CBS. Israel estaba conmocionada por esas imágenes. Y ahora nos parecen una broma en comparación con lo que está sucediendo y que a nadie realmente le importa.

En el cuadro general de Oriente Próximo, en la disputa entre Israel, el Líbano, Siria, Irán ¿dónde situarías a Gaza?

Yo no incluiría a Gaza en el resto de la situación. Resulta muy conveniente para los israelíes hablar de la conexión islámica, nos pone las cosas muy fáciles. Pero Gaza es Gaza. Hamás no es Hezbolá. Hamás sabe lo que quiere. Hamás está dispuesto a alcanzar compromisos. Hamás es un partido local, nacional, con características religiosas, que está luchando por una causa justa, está luchando contra la ocupación.

Reflexiones sobre Israel y Palestina: Amira Hass 1

Si hay un libro que se debe leer en estos momentos de tanta convulsión y dolor en Oriente Próximo, ése es sin duda “La gran guerra por la civilización”. Una obra monumental, extraordinaria, en la que el maestro de periodistas, Robert Fisk, recrea sus treinta años de trabajo como corresponsal en la región.

Empieza narrando sus tres encuentros con Osama Bin Laden. Luego sigue con la invasión soviética de Afganistán. Avanza y retrocede en el tiempo, recordando sus vivencias personales en el frente de guerra, sumergiéndose en las raíces de los conflictos, reflexionando en voz alta con enorme lucidez, honestidad e independencia. Un trabajo que combina de forma magistral la crónica periodística, el ensayo histórico y el artículo de opinión.

En el prólogo de este libro de 1.511 páginas, que fue publicado en marzo por la editorial Destino, Robert Fisk escribe:

“Supongo que, en última instancia, los periodistas intentamos – o deberíamos intentar – ser los primeros testigos imparciales de la historia. Si hay alguna razón de nuestra existencia, como mínimo debería ser nuestra capacidad para informar sobre la historia a medida que va ocurriendo de manera que nadie pueda decir: “No los sabíamos, nadie nos dijo nada”. Debatí esta cuestión hace dos años con Amira Hass, la brillante periodista israelí de Haaretz, cuyos artículos sobre los territorios palestinos ocupados han eclipsado todo lo escrito por reporteros no israelíes. Yo insistía en que nuestra misión era escribir las primeras páginas de la historia, pero ella me interrumpió: “No, Robert, te equivocas. Nuestro trabajo es controlar los centros de poder”. Y creo que, en realidad, ésa es la mejor definición que he oído del periodismo”.

* * *

Lo primero que me dice Amira Hass es que no suele conceder entrevistas. Pero en esta ocasión, como he pasado dos meses en Gaza, va a hacer una excepción. En el correo electrónico de presentación le envié un vínculo a este blog y parece que eso ha ayudado a convencerla.

Ella misma vivió durante tres años entre los palestinos de la franja. Fruto de esta experiencia es el libro “Drinking the Sea at Gaza”, cuya prosa pausada, reflexiva, pletórica de sentido común, me acompañó durante tantas noches de bombardeos, durante tantas horas de guardia en la puerta del hospital Al Shifa.

Nos encontramos en un restaurante del German Colony, uno de los barrios más acogedores y modernos de Jerusalén, con grandes arboledas, amplias calles y lujosas casas. Donde, según Amira, vive la mayor parte de la gente “liberal” de la ciudad.

Comenzamos nuestra charla mientras esperamos que nos traigan la comida, en medio de los camareros que van de un lado a otro, de los comensales que conversan a viva voz.

Enciendo la grabadora. Amira habla:

– La base del problema es material. Y se centra específicamente en el agua. Israel se comporta como si fuera Suiza, en términos de cómo utiliza los recursos hídricos. El 80% del agua de Cisjordania va para Israel. Y yo creo que debería ser compartida de forma equitativa. Lo palestinos apenas emplean una sexta parte de la cantidad de agua que los israelíes utilizan a diario.

Otro problema es que los asentamientos que surgieron en Cisjordania desde el comienzo de las llamadas “Conversaciones de paz” reemplazan al desaparecido sistema de seguridad social. Los asentamientos ofrecen oportunidades que muchos ciudadanos no tienen en el resto de Israel. Buenos colegios, subsidios, casas lujosas y baratas. Muchos israelíes se van a vivir a los asentamientos alentados por estas ventajas. Desde los años setenta y ochenta, los Gobiernos ofrecieron mejores condiciones de vida en los territorios ocupados. Y especialmente durante los años noventa.

Después tienes una parte de la población que se benefician de esta expansión territorial. Tienes constructores, maestros, médicos, cuyo trabajo está conectado a los asentamientos, que ganan dinero gracias a ellos.

Y para mantener esta ocupación necesitas un gran despliegue militar, que es donde comienza el círculo de discriminación y represión contra los palestinos. Un círculo que se cierra con la resistencia de los palestinos.

– ¿Y qué opinas de la resistencia palestina?

– Una resistencia, permíteme que te lo diga, muy pobre desde el punto de vista moral y estratégico, muy estúpida. Lo que no quiere decir que no esté luchando por una causa justa, que sus objetivos no sean legítimos.

En este sentido, la resistencia no actúa de la forma que podría ser más eficiente para conseguir la liberación de los palestinos. Lo único que buscan los distintos grupos armados es aumentar su popularidad dentro de la comunidad. Están motivados por la competencia interna entre organizaciones. Y esto va contra la lógica de la resistencia.

También me resulta difícil llamar miembro de la resistencia a alguien que se pone un chaleco cargado de bombas y se hace explotar en un autobús israelí. Desde una perspectiva moral, pero también desde el punto de vista de la lucha por la liberación de los palestinos, desde una visión estratégica. Los ataques suicidas no muestran más que la debilidad y la desesperación de los palestinos, y su incapacidad para hacer otra clase de resistencia.

Yo creo que lo más eficiente sería la lucha popular. No la llamo “no violenta”, no compro ese término, porque la ocupación es sumamente violenta. Y no puedes hablar de la violencia de los que son violados sistemáticamente.

– ¿Pero te parece que estos errores justifican de alguna manera la ocupación israelí? ¿No es Israel el que tiene la llave para terminar con el conflicto?

– Debemos trazar una línea entre culpa y responsabilidad. Cada pueblo oprimido tiene un cierto grado de maniobra, de acción. Y los palestinos no lo están usando correctamente en este momento. Durante los últimos seis años han cometido grandes errores. Pero tienes razón, eso no cambia el hecho de que Israel es el ocupante, el que detenta el poder, que actúa casi sin prestar atención a lo que hagan o dejen de hacer los palestinos.

En Bilín, por ejemplo, cuando los palestinos tratan de oponerse pacíficamente a la construcción del muro, los israelíes los reprimen de forma violenta. Si hay campañas judiciales en Israel, los jueces israelíes casi siempre respaldan a los militares. Es muy difícil establecer cuál es la parte de responsabilidad del oprimido.

Uno de los grandes problemas es la rutina, que no atrae la atención de los observadores. Pocos escriben sobre la constante represión de los israelíes sobre los palestinos, porque sucede todos los días. Lo que rompe la rutina, como el ataque suicida, es lo que llega a los titulares de los periódicos.

De este modo, la actividad del poder se vuelve invisible. Y es el desafío al poder, lo que llama la atención. Pero también creo que es importante criticar a los palestinos, sus divisiones internas, para que cambie la situación.

Continuará…