Mi hijo tiene sueños húmedos

Fuente: Pixabay

Que durante la pubertad un niño eyacule durante el sueño es algo normal, al menos desde el punto de vista médico, ya que a la luz de los términos que utilizamos en lenguaje coloquial parecería que queremos desviar la atención de lo que está pasando. Tal es el caso del título de este post, que bien podría hacer referencia a niños que todavía se hacen pis en la cama mientras duermen, pero también otros como polución nocturna, que parece hacer referencia a la contaminación que tienen las ciudades por la noche.

Independientemente del término utilizado y del tabú que nos pueda suponer hablar de la sexualidad de chicos que están en pleno desarrollo hormonal, no es raro que de vez en cuando aparezcan por consulta padres preocupados porque han detectado que ocasionalmente sus hijos eyaculan durante el sueño y se plantean si es algo normal o es demasiado pronto.

Hoy en el blog hablamos de este aspecto del desarrollo puberal de los niños que seguro que a muchos os interesa.

La formación del semen como parte del desarrollo puberal

La adolescencia hace referencia al periodo de la vida que transcurre entre la niñez y la etapa adulta. Durante ella se producen cambios a muchos niveles, tales como sociales, psicológicos, cognitivos, pero también sexuales.

Si nos centramos solo en esta parte sexual, la pubertad es una parte de la adolescencia en la que se producen los cambios corporales que nos llevan a ser fértiles, es decir, a que podamos cumplir con el mandato de la naturaleza de perpetuar nuestra especie. Los cambios a nivel corporal que se producen duranta la pubertad cumplen unas fechas más o menos predecibles, mientras que los cambios a nivel metal de la adolescencia pueden durar muchos años más, de hecho, es normal que haya chicos todavía en la adolescencia, pero que ya han completado la pubertad.

El inicio de la pubertad en los chicos lo marca el aumento del tamaño testicular por encima de 4 mL. Este hecho objetivable se acompaña de otros cambios a nivel corporal, como son la salida del vello en la zona del pubis y las axilas, el crecimiento del tamaño del pene y el cambio en el olor corporal y la voz. Obviamente no son cambios que se producen de un día para otro, sino que son progresivos a lo largo de varios años (habitualmente 4 o 5 años).

La edad más frecuente a la que comienza la pubertad en varones es en torno a los 11 años, aunque se considera normal desde los 9 años. Aquí debajo te dejo una tabla visual con los estadios de Tanner en la que puedes observar los cambios que se producen tanto en chicos como en chicas durante la pubertad. Cuando observamos que ésta ha comenzado significa que el niño ya está en el estadio II.

Estadios de Tanner: el inicio de la pubertad en las niñas lo marca el inicio del desarrollo del pecho mientras que en los niños lo hace el aumento de tamaño testicular.

Durante la pubertad también se producen los cambios necesarios para que los testículos formen espermatozoides que, llegado el momento, fecunden a un óvulo. Es un proceso progresivo, pero sabemos que cuando un varón está en el estadio III o IV de Tanner somos capaces de detectar espermatozoides en orina, lo que nos vendría a decir que ese proceso ya se ha completado, incluso que se produzca alguna eyaculación involuntaria, que en termino médico se conoce como espermarquia.

Como os podéis imaginar, esas primeras eyaculaciones ocurrirán antes en niños que han iniciado la pubertad con 9 o 10, que en aquellos con un inicio de desarrollo más tardío, pero normal, como por ejemplo a los 12 o 13 años.

¿Por qué eyaculamos sin querer?

Dicho todo esto y habiendo entendido que llega un momento en el que durante la pubertad de todo niño sus testículos empiezan a producir espermatozoides, cabría preguntarse por qué puede ocurrir una eyaculación  involuntaria sin una excitación sexual consciente.

Ya sea en un adolescente o un adulto, el semen que producen sus testículos se va acumulando a la espera de que su dueño decida tener una relación sexual y, por tanto, una eyaculación consciente, ya sea con ánimo reproductorio o no. Gracias a esas eyaculaciones el semen se va renovando en un intento de que los espermatozoides sean lo mas nuevos posibles de cara a una eventual relación sexual que pueda tener por objetivo la fecundación de un óvulo.

Esta necesidad de renovación del semen suele estar cubierta en adultos por las actividades sexuales que realicen, ya sea mediante la masturbación o el coito. Sin embargo, en ocasiones el cuerpo humano renueva el semen de los testículos sin que queramos, dando lugar a una eyaculación no voluntaria.

Estas eyaculaciones no voluntarias suelen aparecer durante la pubertad y suelen ser nocturnas, de ahí el nombre de sueños húmedos o poluciones nocturnas que se les da. Suelen ocurrir durante el sueño y, en la mayoría de las ocasiones, no va asociadas a sueños que el niño recuerde de contenido sexual.

Como os podéis imaginar, la renovación del semen no funciona como un reloj, lo que quiere decir que no sucede a intervalos fijos. Habra chavales que tengan poluciones nocturnas con cierta frecuencia y otros a los que les pase de pascuas a ramos.

Por tanto, que un niño tenga eyaculaciones durante el sueño es normal, de hecho es algo deseable y un buen marcador de salud sexual.

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Habla con tu hijo

El problema es que el sexo y todo lo que le rodea es uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad, cosa que se pone de manifiesto cuando se hacen encuestas a adolescentes en las que manifiestan que la información y formación que reciben a este respecto es escasa o nula y que sus fuentes de información suelen ser internet o los amigos.

Teniendo esto en cuenta, no sería raro que un adolescente que tiene sueños húmedos lo oculte y no quiera hablar de ellos por el qué dirán. O padres y madres que echan la mirada a otro lado cuando al cambiar las sabanas de sus hijos observan alguna que otra mancha sospechosa. Sin embargo, no es lo mismo mantener algo en la intimidad que sentir vergüenza por ello, sobre todo cuando lo que está pasando, como las eyaculaciones involuntarias, son algo normal y que nos ha pasado a todos en algún momento.

En mi opinión, hablar abiertamente con un niño adolescente de cuáles son los cambios que va a experimentar durante la pubertad es algo que hará que se conozca mejor a si mismo pudiendo entender que aquello que le pasa no es algo malo. Esta comunicación abierta debe realizarse desde que son pequeños para que, cuando llegue el momento, sea más fácil establecer un diálogo sobre todas estas cosas que seguro que les inquietan.

Si nos centramos en las poluciones nocturnas, es importante trasmitirles que es algo normal que le pasa a muchas personas y que no hay que sentir vergüenza por ello.

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¿Y si eyacula un niño pequeño?

Como os he explicado en este post, para que un chico eyacule, ya sea voluntaria o involuntariamente, debe haber iniciado el desarrollo puberal, ya que antes de esta etapa los testículos todavía no producen esperma. Si tu hijo es pequeño y crees que ha eyaculado, debes consultarlo con el pediatra para que pueda comprobar si ha iniciado el desarrollo puberal a una edad muy temprana.

Sin embargo, la mayoría de las veces que un niño pequeño acude a consulta y sus padres nos comentan que han visto el calzoncillo manchado por una sustancia blanquecina y pegajosa no se debe a que haya eyaculado, sino a que se han liberado adherencias del prepucio y con ello esmegma. Aunque la palabra esmegma suene a lo mismo que esperma, no tienen nada que ver.

El esmegma es un amalgama de células muertas y secreción que queda atrapada entre el prepucio y el glande, en ocasiones formando pequeñas bolsas blanquecinas que se ven a través del prepucio. En adultos suele deberse a falta de higiene, pero en niños pequeños son debidas a que todavía tienen fimosis o adherencias en el prepucio que impiden que esas células y secreción salgan al exterior. Estos quistes de esmegma son normales y no hace falta hacer nada con ellos.

Como os decía, en muchas ocasiones estas adherencias se liberan de forma inadvertida permitiendo que el esmegma salga al exterior, dando la sensación de que el niño ha eyaculado.


En resumen, que un niño en edad puberal eyacule de forma involuntaria es algo normal y habitual. Está en nuestra mano trasmitir estos conocimiento a nuestros hijos para que afronten con la mejor información esta etapa de la vida en la que experimentan tantos cambios que muchas veces no entienden.

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