Fuente: Unsplash
La llegada del calor y del buen tiempo suele acarrear alguna que otra visita a la consulta del pediatra en la que unos padres nos traen a un niño de corta edad con manchitas por el cuerpo que a menudo pican.
Y aunque dicho así podrían ser mil cosas, uno de los diagnósticos más frecuentes en estos casos es el de miliaria: un exantema que se produce por el taponamiento e inflamación de las glándulas sudoríparas como consecuencia del calor y la humedad excesiva.
Teniendo en cuenta que estamos a las puertas del verano, repasamos en este post en qué consiste esta enfermedad leve y qué podéis hacer para calmar a vuestros hijos.
¿Qué es la miliaria?
La miliaria es una enfermedad muy común de la piel que se produce cuando el sudor se acumula en la salida de las glándulas sudoríparas sin que este pueda ser evacuado hacia el exterior por un bloqueo de la salida de los conductos de la glándula.
Como os podéis imaginar, la miliaria aparece cuando hace calor y mucha humedad, lo que condiciona que los niños suden más de lo habitual sin que los conductos que evacuan el sudor al exterior lo hagan a una velocidad adecuada. Esta enfermedad es muy frecuente en recién nacidos y niños de corta edad, ya que en ellos esos conductos tienen cierto grado de inmadurez.
Sin embargo, aunque la miliaria es propia de la infancia, también se puede ver en otras etapas de la vida, sobre todo en determinadas situaciones como el ejercicio muy intenso (de nuevo, porque no da tiempo a que nuestra piel drene todo el sudor) o si se utilizan prendas con poca traspiración o en pacientes encamados, sobre todo si están tumbados en superficies impermeables.
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¿Existen varios tipos de miliaria?
Dependiendo de las lesiones cutáneas que observemos tenemos varios tipos de miliaria:
- Miliaria cristalina: en estos casos el sudor se acumula en el estrato corneo de la piel y genera pequeñas vesículas, como ampollitas, de color trasparente. A este tipo de miliaria también se la conoce como sudamina y no provoca picor.
- Miliaria rubra: además de la acumulación del sudor en el estrato corneo de la piel, este se filtra fuera del conducto sudoríparo a la dermis provocando inflamación. En estos casos observaremos pequeñas manchitas de color rojizo, incluso alguna ulceración. A diferencia de la miliaria cristalina, estos niños sí que pueden estar incómodos por picor. Os dejamos una foto más abajo para que veáis como son las lesiones.
En ambos casos, la localización más típica de las lesiones en la cara (frente) y en la parte superior del tronco.
Fuente: DermNet
¿Cómo podemos evitarla?
La mayoría de los casos en los que aparece la miliaria están asociado al calor y la humedad excesivas. Como de momento no podemos controlar el tiempo y la meteorología, todo lo que hagamos debe ir encaminado a que nuestros hijos estén frescos y su piel pueda transpirar de forma adecuada.
Para evitar la miliaria se pueden seguir estas recomendaciones:
- Minimizar el calor y la humedad usando ventiladores y aires acondicionados.
- Evitar el sobreabrigo con muchas prendas o que le queden al niño muy apretadas.
- Utilizar tejidos traspirables o de algodón, además de cambiarlos con frecuencia si están mojados de agua o sudor.
- Evitar el uso excesivo de jabones o irritantes para la piel.
- Evitar dormir sobre colchones con poca transpiración o con empapadores.
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¿Existe tratamiento?
La miliaria es un enfermedad leve de la piel que se soluciona en la mayoría de los casos poniendo en práctica las medidas mencionadas en el apartado anterior.
En le caso de que el niño se encuentre incómodo, podemos usar una loción de calamina, ya que suele ser efectiva para controlar el picor, además de ayudarnos a secar lesiones. También puede ser necesario el empleo de una crema hidratante con acción emoliente.
En algunos casos, pero de forma excepcional, puede ser necesario el empleo de un corticoide tópico, pero siempre bajo prescripción médica.
Como habéis podido leer, la miliaria es una enfermedad leve de la piel que los pediatras vemos con cierta frecuencia en la consulta, sobre todo durante las épocas más cálidas del año. En general mejoran poniendo en práctica unas medidas básicas para que nuestros hijos no tengan calor y vistiéndoles con ropa transpirable y holgada.
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