Una de las grandes dudas que tiene los padres y madres con hijos pequeños es si deberían limpiar a fondo los oídos para retirarles la cera que sale de vez en cuando por el conducto auditivo. Sin embargo, la cera de los oídos cumple una función muy concreta para proteger a nuestro cuerpo de agresiones externas, por lo que no solo no debemos retirarla por nuestra cuenta, sino que al hacerlo podemos incluso provocar un tapón o hacer daño a nuestros hijos.
En el post de hoy os cotamos qué es el cerumen, cómo limpiar el oído de vuestros hijos y qué síntomas produce (si es que los produce) un tapón de cera en el conducto auditivo.
La cera de los oídos
Si os fijáis, todas las cavidades de nuestro cuerpo expuestas al exterior producen alguna sustancia que, entre otras cosas, tiene una función protectora frente a una agresión externa. Por ejemplo, la boca produce saliva, la nariz y las vías respiratorias mucosidad o el estómago jugos gástricos. Y el conducto auditivo externo, el agujero que tenemos todos en las orejas, no iba a ser menos, porque aunque sea una cavidad pequeña, tan solo unos centímetros hasta la membrana timpánica, también está expuesta a las agresiones externas como el agua, la suciedad o las bacterias de la piel.
Pero en este caso, para protegerse, lo que producen los oídos es cera o cerumen en lenguaje médico.
El cerumen es producido por la parte más externa del conducto auditivo. Su función es repeler el agua que pueda entrar en esta cavidad, además de mezclarse con la suciedad del ambiente, las baterías de la flora de la piel y las células cutáneas que se renueva. Por su anatomía, esta cera tiende a salir hacia fuera, es decir, tiende a expulsar esas cosas que no deberían acumularse en el conducto auditivo para que quede limpio y diáfano para que los sonidos lleguen hasta la membrana timpánica de la mejor forma.
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¿Debemos limpiar los oídos de nuestros hijos?
Cuando ves que por las orejas de tus hijos salen y salen cantidades ingentes de cera de diversos colores y consistencia, desde una casi líquida y blanquecina, pasando por una de color dorado y pegajosa hasta alguna bastante dura y de color oscuro, la verdad es que apetece hacer algo para que ese agujerito se quede limpio como una una patena y la abuela de turno (suele ser la suegra) no te diga al ver al crio los domingos que no le has lavado las orejas.
Como habéis leído en el párrafo anterior, el conducto auditivo y el cerumen está diseñado para salir hacia afuera, por lo que lo único que debemos hacer es limpiar la parte de las orejas de nuestros hijos que esté a la vista, es decir, por fuera. Lo más práctico es hacerlo con la toalla al salir del baño o, quizás, con algo de papel higiénico o una gasa. Y ya de paso podemos aprovechar para limpiar el resto de la oreja, porque en todos los repliegues del pabellón auricular se acumula también bastante roña, no lo neguemos…
Lo que si que os pediríamos es que no uséis los típicos bastoncillos de las orejas. Como veremos luego, si intentamos limpiar por dentro el conducto auditivo es muy probable que empujemos la cera para dentro, lo que puede generar un acúmulo de cera que ya no salga (lo que viene siendo un tapón) o que provoquemos alguna herida a nuestros hijos o incluso que dañemos el tímpano.
Si os preguntáis para que sirven entonces estos bastoncillos, la respuesta viene bien explicada en el bote donde se comercializan, ya que en él pone explícitamente que no se introduzcan en el canal auditivo. Por tanto, si son para las orejas, pero no se pueden utilizar para limpiar este conducto, solo queda como opción que sean ideales para limpiar esos recovecos de los que hablábamos antes del pabellón auricular. Pero oye, que imprescindibles no son y la opción de la gasa o la tolla es más que suficiente.
Las tapones de cerumen
Puede ocurrir que en ocasiones la cera de los oídos se quede retenida en el conducto auditivo y nos provoque lo que vulgarmente se conoce como tapón de cera. Es relativamente frecuente en la infancia, ya que los pueden sufren hasta 1 de cada 10 niños.
En la mayoría de las ocasiones esto ocurre porque el canal auditivo de ese niño (o adulto) es más estrecho de lo normal como variante anatómica, por una producción excesiva de cera, pero que también se considera normal, o que tras intentar retirar la cera que hay en el conducto auditivo la empujemos hacia el fondo. Esto último es muy importante, ya que es lo único que podemos evitar, ya que por el momento no hay nada que podamos hacer contra un conducto auditivo estrecho o contra un niño que produce mucha cera.
En general, un tapón de cera en niños no da síntomas. En ocasiones se pueden quejar de que oyen peor o de que tiene una ligera molestia, pero no un dolor intenso como el de una otitis; algunos niños también refieren que sienten el oído lleno, como si estuviera tapado. Otros síntomas, pero más raros, serían la sensación de mareo o la autoescucha de un pitido.
El diagnóstico de un tapón de cera es muy sencillo: basta con pasarse por el pediatra para que con el otoscopio mire los oídos a vuestros hijos.
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Como tratar un tapón de cera
La decisión de tratar un tapón de cera depende de si el niño tiene síntomas asociados. Es decir, no siempre que vemos un tapón hay que tratarlo, ya que en muchos casos esos tapones se resuelven solos. El problema lo tenemos en los niños más pequeños, ya que no son capaces de decirnos si tienen dolor u oyen mal; en estos casos habría que valorar de forma individual si merece la pena quitar los tapones.
En el caso de que decidamos que hay que tratar un tapón de cerumen, como hemos dicho sobre todo en los niños que tienen síntomas, existen varios métodos que se pueden emplear:
- Disolventes de cerumen: normalmente son la primera opción de tratamiento. Estos productos de venta en farmacia están compuestos normalmente por aceites minerales que hacen que el tapón de cera sea más fluido. Se aplican directamente en el conducto (3-4 gotas) cada 12 horas durante 4-5 días, tapando el oído con un algodoncillo para que no se salga el producto. Lo habitual es que tras el tratamiento el tapón se elimine solo, lo cual se podría comprobar realizando una otoscopia de nuevo. A pesar de que este tipo de productos son de venta libre en farmacia, se deben aplicar bajo indicación médica (es decir, no vale usarlos por si acaso mi hijo tiene un tapón) y están desaconsejados en pacientes con drenajes timpánicos y con perforaciones de tímpano.
- Irrigación con agua templada: ya que el agua caliente hace que la cera sea más liquida. Esta opción de tratamiento suele reservarse para aquellos casos en el que las gotas disolventes no han sido efectivas. Es un procedimiento rápido e indoloro que puede practicar tanto el médico como la enfermería.
- Retirada manual del tapón: bajo visión directa del cerumen y con instrumental médico. En general, esta opción se reserva para aquellos pacientes en los que fallan los tratamientos anteriores y lo suelen practicar los especialista (otorrinolaringólogos), ya que son los que cuentan con el material adecuado para hacerlo.
A pesar de la variedad de tratamientos y lo sencillos que resultan, no debemos olvidar que la indicación de los mismos debe estar sujeta a que el niño presente síntomas. Por tanto, no hace falta quitar todos los tapones de cerumen aunque los vemos en una otoscopia.
En resumen, la cera de los oídos nos protege contra agresiones externas, por lo que su limpieza se debe limitar a la parte más externa del canal auditivo y al resto de la oreja. No se deben usar utensilios para limpiar el conducto auditivo, ya que esto puede provocar daño a nivel timpánico o que empujemos la cera a una parte del conducto que nuestro cuerpo no puede expulsar. En el caso de que un niño tenga un tapón de cerumen, existen diferentes métodos para hacerlo, todos ellos siempre bajo prescripción médica.
En septiembre de 2021 echó a rodar «Sin Cita Previa», un podcast del que somos presentadores y que seguro que también te pude gustar. Puedes escucharlo en:
Que haga una vela.
09 enero 2023 | 11:03 am
A veces es estrictamente necesario el tapón de cerumen ara la salud, por lo que hay que oír y por los ruidos criminales de las ciudades. Deberían vender tapones de cerumen en lugar de querer quitarlos.
12 enero 2023 | 12:22 pm