El desarrollo de la visión es muy importante durante la infancia. No en vano, la gran mayoría de las cosa que aprende un niño de pequeño le llegan a través de los ojos.
Durante los primeros años de vida la vista se desarrolla para ofrecer al cerebro una imagen nítida de nuestro mundo. Sin embargo, en ocasiones, puede aparecer alguna alteración que condicione una pérdida de visión de uno o de ambos ojos, con las predecibles consecuencias que esto puede tener para el niño.
En este post revisamos la ambliopía, o en lenguaje común, ojo vago, una alteración de la visión que se produce en la infancia y que debe detectarse al tiempo para que no acabe siendo permanente.
¿Qué es la visión estereoscópica?
Uno de los fenómenos más complejos que se producen cuando nuestro cerebro funde en una sola imagen lo que ve cada uno de nuestros dos ojos.
Aunque parezca una tontería, la imagen que recibe el cerebro de cada uno de ellos es ligeramente diferente, ya que el punto de vista de cada globo ocular no es exactamente el mismo. Podéis hacer la prueba guiñando un ojo de forma alterna y os daréis cuenta que la imagen cambia ligeramente.
Por fortuna, nuestro cerebro es capaz de integrar esas dos imágenes en una sola para que no veamos doble, ofreciéndonos una visión única de la realidad. Gracias a este proceso vemos en tres dimensiones y podemos apreciar la profundidad del entorno en el que vivimos.
Este proceso en el que la visión de cada ojo se funde en nuestro cerebro se conoce como visión estereoscópica o estereopsis y se desarrolla durante los primeros meses de vida.
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¿Y qué pasa cuando un ojo no ve bien?
Seguro que muchos ya os habréis dado cuenta que para que se produzca la visión estereoscópica ambos ojos deben ofrecer una imagen de igual calidad para que el cerebro la pueda fundir en una sola. El problema se plantea cuando uno de los ojos no ve bien, ya que el cerebro no es capaz de juntar ambas imágenes.
Las causas por las que un niño puede tener mala visión de un ojo son múltiples, como el estrabismo (cuando uno de los ojos no está alienado), defectos de refracción (como la hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, sobre todo si predomina en uno de los ojos) o enfermedades más raras como las cataratas.
Cuando esto se produce, el cerebro tiende a anular la imagen defectuosa que recibe del ojo que no ve bien, sin que se llegue a producir la visión estereoscópica de la que hablábamos antes. Esta alteración en la que el cerebro anula una de las imágenes que le llega se conoce como ambliopía u ojo vago.
La ambliopía no suele dar síntomas, ya que el ojo bueno compensa la falta de visión del ojo vago, permitiendo al niño desenvolverse con sobrada normalidad en el mundo en el que vivimos. Sin embargo, si un ojo vago no se detecta a tiempo, la perdida de visión de ese ojo puede volverse irreversible. Debido a la corta edad de los niños preescolares y la dificultad para explorar la vista y la visión estereoscópica, saber si un niño de tan corta edad tiene ambliopía es muy difícil.
Más adelante, cuando ya se puede interactuar con ellos, hacia los 3-5 años, se recomienda que todos los niños pasen una revisión de la vista en la que se valore la agudeza visual de cada ojo (se comprueba si cada ojo por separado ve bien con los típicos optotipos de letras o dibujos que seguro que habéis visto en la consulta del pediatra) junto con una prueba sencilla para detectar estrabismo (que consiste en tapar y destapar de forma alterna los ojos), además se realizar una prueba para comprobar si se ha desarrollado la estereopsis (se pide al niño que mire unas tarjetas para comprobar que es capaz de ver en tres dimensiones).
Esta revisión de la vista suele formar parte del plan de salud del Niño Sano que se realiza en las revisiones habituales del Centro de Salud para derivar al especialista, el oftalmólogo, en caso de detectarse alguna alteración.
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¿Cuál es la solución al ojo vago o ambliopía?
Un ojo vago debe tratarse desde el mismo momento de su diagnóstico, ya que esto permite que el cerebro vuelva a recuperar la visión de ese ojo y este se desarrolle con normalidad
Lo ideal es que el tratamiento se inicie antes de los cuatro o cinco años, ya que con esa edad la recuperación de la visión puede ser total. Sin embargo, si el tratamiento del ojo vago se retrasa más allá de los 8 años, su recuperación no será total, con lo cual ese ojo siempre tendrá cierto grado de pérdida de visión.
El tratamiento del ojo vago depende de qué es lo que lo esté condicionando. Obviamente no es lo mismo un estrabismo que una miopía, ya que el tratamiento de estas dos alteraciones es diferente.
Uno de los primeros pasos es corregir los posibles defectos de refracción que tenga el niño. De esta forma, casi todos los niños con ojo vago usan gafas para que el ojo afecto capte una imagen lo más nítida posible. Pero, además, para que el cerebro vuelva a tener en cuenta esa imagen del ojo que no veía bien y que tenía anulada, debemos forzar a que aprenda de nuevo a usarla.
Para ello, lo más habitual es el empleo de parches que tapan el ojo bueno. De esta forma forzamos a que el cerebro tenga que utilizar la imagen que proviene del ojo malo y se desarrolle de nuevo la visión cerebral de este ojo.
Los resultados no son inmediatos, ya que se requiere de un tiempo usando el parche para que el cerebro vuelva a aprender a ver por ese ojo. Este es el motivo por el que muchos niños se quitan los parches al principio del tratamiento, ya que eso hace que vean mal (están usando el ojo malo). Los efectos del tratamiento con parches se empiezan a notar al cabo de pocas semanas y el niño empieza a ver mejor con ese ojo, por eso hay que ser persistente en el empleo de parches para conseguir un buen resultado, el cual puede prologarse durante varios meses.
Como es obvio, este tipo de tratamiento debe ser dirigido por el oftalmólogo.
¿Hay que operar el ojo vago?
Como esperamos que hayáis entendido, el ojo vago o ambliopía no es una alteración que se opere, ya que lo que está pasando es que el cerebro a apagado la visión de uno de los dos ojos. Esto como tal no tiene una solución quirúrgica, ya que no hay forma de volver a encender el cerebro mediante una operación.
Sin embargo, si nos vamos a la lista de causas que pueden provocar ojo vago, sí que hay ciertas enfermedades que requieren la intervención quirúrgica, como es el caso del estrabismo, para devolver al ojo que no está alineado a una posición normal, o de las cataratas congénitas, en donde éstas se operan para que la luz pueda llegar a la retina.
El éxito de estas intervenciones quirúrgicas dependerá de cuándo se realicen, ya que si se hacen de forma muy tardía, cuando la ambliopía está establecida de forma irreversible, por mucho que se corrijan, el cerebro no volverá a aprender a fundir las dos imanes del ojo en el fenómeno de la estereopsis. Por el contrario, si se hace a tiempo, el pronóstico es excelente.
Por supuesto, en el caso de ojo vago por alguna de estas causas, además de la solución quirúrgica, suele ser necesario el empleo de gafas y parches como en los otros casos.
En resumen, el ojo vago es una alteración en la que el cerebro anula una de las dos imágenes que recibe de ambos ojos y que pueden ser debidas a varias circunstancias. El pronóstico de recuperación dependerá de cuándo se inicie el tratamiento, ya que en edades superiores a los 8 años suelen ser poco efectivas, persistiendo en el futuro cierto grado de pérdida de visión de ese ojo.
Por todo ello, es importante que se realice una revisión de la vista hacia los 3-5 años dentro del programa de salud del Niño Sano.
En septiembre de 2021 echó a rodar «Sin Cita Previa», un podcast del que somos presentadores y que seguro que también te pude gustar. Puedes escucharlo en:
A mí se me pone el ojo vago cuando veo la loza que hay que fregar o las facturas. Se me bloquea que no sé lo que será.
16 enero 2023 | 12:44 pm