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‘True Blood’: ¿de la serie a los libros?

Quién me iba a decir a mi que estas trincheras libreras en las que me dejo a diario el pelucón y la epidermis iban a ser, no ya un observatorio bibliófilo, sino antropológico en toda regla.

Así es como mis libreros y yo hemos descubierto que el 99% de las personas de entre 14 y 65 años llevan dentro un auténtico Homo Cibernéticus que desdobla su existencia en dos: la carnal y la apuntalada a bits. Ésta última es un frenético ir y venir por la Red que, por suerte para los bibliófilos de corazón y de profesión, parece que en algún momento va a parar a algún libro.

¿La prueba más reciente? True Blood, una serie norteamericana que estrenó en verano 2008 la cadena HBO y que, tras Los Soprano y Sexo en Nueva York es un auténtico bombazo catódico no sólo en EEUU si no, por supuesto, en el resto del planeta por obra y gracia de Internet.

Lo curioso es que True Blood es la adaptación televisiva de una serie de quince novelas de vampiros firmados por Charlaine Harris entre 2001 y 2008 que siempre ha tenido bastante éxito de lectores y críticas en el mercado editorial anglosajón. Su traducción al castellano llegó hace unos años de la mano de La Factoría de Ideas, pero pasó desapercibida para el gran público.

Pero ahora que se ha desatado la fiebre truebloodiana La Factoría se apresuró a tiempo a reeditar sus títulos con el cambio de portada de turno y, ¿a que no lo adivináis?

¡¡ME LOS PIDEN!!! ¡¡¡Y PARECE QUE SE LOS LEEN!!!

Así que ahí va una característica de este Homo Cibernéticos del que os hablaba: primero se bajan la serie, luego la ven, buscan los libros y se los leen.

En el caso que nos ocupa os diré que llevaba tiempo con ganas de hincarle el colmillo a la primera novela de la serie de Charlaine Harris, y creo que ha llegado su hora.

Hasta que la devore y pueda destripárosla lo justo os dejo la sinopsis de Muerto hasta el anochecer, que es la primera entrega, a la que siguen Corazones muertos y El Club de los muertos, cuyas reediciones con nueva cubierta es inminente:

Sookie Stackhouse es una camarera con un inusitado poder para leer la mente. Su don es el origen de sus problemas. Siempre acaba sabiendo más de lo que le gustaría de la gente que le rodea, de todos menos de Bill Compton, porque su mente, la de un vampiro que trata de reinsertarse en la sociedad, es absolutamente impenetrable.Cuando sus vidas se cruzan descubrirá que para ella ya no hay vuelta atrás. La aparición de un asesino en serie es la prueba definitiva para su confianza… porque ni siquiera ella sabe si Bill es su protector, o si se convertirá en su fatal asesino.  Con la primera novela de la serie de Sookie Charlaine Harris demuestra hasta qué punto su talento puede hacer que una casi imposible mezcla de vampiros, misterio, intriga y humor se convierta en una obra deliciosamente imprescindible.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿conocíais True Blood, la serie o las novelas? Si os picó la curiosidad y sabiendo que hay novelas y serie, ¿por dónde le hincaríais primero el diente a True Blood?

¿Buscáis los libros de series que os bajáis de Internet o que veis por la tele?

Aquí os dejo el trailer de la adaptación catódica de True Blood:

Retorno a Brideshead: novelón, serie mítica … ¡y ahora la película!

Érase una vez en los albores de reginaexlibrislandia cuando hablé por primera vez de uno de los grandes novelones del S.XX: Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh.

Pues bien, yo sí que he retornado a mi Retorno a Brideshead. Por aquel entonces un par de clientas hoy asiduas a mis confines buscaban un libro con la única pista de una serie de la BBC de finales de los 80, con un reparto encabezado por un jovencísimo Jeremy Irons.

Era, obviamente, la producción televisiva homónima de la novela del escritor británico, también autor de Una merienda de negros:

En su día pensé que eran un milagro de la Providencia Librera:

¡Ay, nena, casi tres décadas después de la serie sus ecos catódicos siguen empujando a algún que otro lector a las páginas de la novela!

Sí, tan real como que ahí estaban mis dos clientas para dar fe.

Pues bien, justo hoy una de ellas me decía:

Clienta: Regina, ¿sabes que ya han estrenado la película de Retorno a Brideshead? Bueno, aquí no, pero imagino que estará al caer.

Regina: Sí, lo sabía.

C.: ¿Piensas verla?

R.: Mmmm, pues no sé. Vi el trailer y tiene buena pinta.

C.: Ya, pero… ¿No sería demasiado?

R.: ¿A qué te refieres?

C.: Bueno, yo vi la serie y me enganchó. Después leí el libro nada más comprártelo y es uno de mis favoritos. Y ahora la película… como esté bien va a ser algo histórico: ¡una especie de triplete!

R.: ¡Uy, pues tienes razón! Novelón, serie mítica y peliculón… Habrá que verla y juzgar

C.: En cualquier caso, ¿crees que lanzarán una nueva edición de Retorno a Brideshead con la cubierta del cartel de la película?

R.: Pssss, supongo que sí. Aunque la verdad es que en su día Tusquets no utilizó fotogramas de la serie de la BBC para editarla en España. La lógica me dice que sí, pero sinceramente espero que la reediten tal cual está, que está muy bien.

Mira que soy permeable, fue irse ella y volver yo cabeza al trailer de Brideshead Revisited (2008):

Y vosotros, queridos, ¿leísteis Retorno a Brideshead? ¿Visteis la serie de la BBC? ¿Pensáis ver la adaptación a celuloide? ¿Habrá triplete? Y, bueno, ¿reeditaran la novela de Waugh con el cartelito de turno? ¡Hagan juego!

Nota de Regina: para los afortunados que aún no han disfrutado de la primera lectura de Retorno a Brideshead reposteo mi reseña:

Ese libro es una auténtica joya, una de esas novelas-mosquitera que te envuelve, aísla y protege del día a día entre la primera y la última página. Narra el regreso de Charles a la elegante mansión de lord Marchmain, convertida en cuartel por la guerra, y él, en soldado, para revivir la época en que la habitó mientras se dejaba seducir por el ambiguo y cautivador Sebastián, su fascinante hermana, lady Julia, y el misterio y la decadencia autodestructiva que envuelve a toda la estirpe).

De librera a ‘flapper’ para irme de fiesta con F. Scott Fitzgerald y Budd Schulberg

He llegado a la conclusión de que si me he hecho librera ha sido no sólo por vocación, sino también por higiene mental.

Los años de ingesta indiscriminada de historias han hecho -y hacen, y harán- de mí un ser desdoblado en cientos de personajes que coexisten apretujados bajo mi piel.

El estar cada día sacándolos a la luz a petición de clientes a mi me airea el alma y a ellos los revitaliza, pues por unos instantes los rescato de un entorno tan oscuro y claustrofóbico como sólo puede llegar a serlo ésta, mi regia mismidad.

Y como hoy en parte las afortunadas fueron las flappers, os escribo ataviada con un collar de perlas de tres vueltas, jazz de fondo, mares de champagne y mi plumero reconvertido en tocado porque por unas horas quiero ser deliciosamente ligera de cascos, ancha de miras, fumar en boquilla y saciar esta sed enfermiza de espumoso semiseco mientras espero que mi inminente marido, el escritor de éxito y siempre divino Scottie venga a recogerme para quemar de una vez esta maldita noche. Si, queridos, hoy soy Zelda Fitzgerald.

¿Y quién tiene la culpa de mi mutación? Una clienta encantadora, naturalmente. Llegó a reginaexlibrislandia pidiendo ayuda:

Clienta: Buenas tardes… Verás, me da un poco de apuro porque resulta que quiero un libro pero no sé mucho de él. Salgo del cine y escuché a dos amigos hablar de él, pero sólo me quedé con algunas cosasRegina: A ver qué podemos hacer…

C.: Pues hablaban de una novela de un americano con un apellido europeo que estaba muy metido en el mundo de Hollywood. Por lo visto un guionista tenía que colaborar con un escritor muy famoso pero alcoholizado…

R.: Uy, ¡no me digas más! Creo que hablas de El Desencantado, de Budd Schulberg.

C.: Si, oye, sí, dijeron algo de «Desencantado»

R.: Es un libro absolutamente fascinante en el que un F. Scott Fitzgerald alcohólico y arruinado se ve obligado a trabajar a sueldo para Hollywood. Es un relato impecable del mundo del cine, los locos años veinte y la gran Depresión, en el que el genio y un joven coescriben un guión y enfrentan, sin saberlo, dos épocas irreconciliables.

C.: Si, algo dijeron de Fitzgerald, pero no pensaba que estuviera relacionado…

R.: Digamos que Schulberg habla de él sin citarlo, pero es que Fitzgerald encarna divinamente a toda una generación de plumas gloriosas que se sienten perdidos en la nueva década, y como necesitan dinero venden su talento a la industria del cine. Además era una época y un entorno que Schulberg conoció de primera mano, porque su padre era uno de los fundadores y magnates del cine. De hecho también se ha publicado en España De Cine, Memorias de un príncipe de Hollywood, donde ahonda en el tema…

C.: Pero, ¿Cuál me recomiendas de los dos?

R.: Yo empezaría por la novela, desde luego. Y si no has leído a Fitzgerald para que la experiencia de El Desencantado fuera incluso mejor te diría que te leyeras algo de él.

C.: ¿Es el de El Gran Gastby, ¿no? Vi la película con Robert Redford, pero no leí el libro.

R.: Pues ya que conoces la trama empieza por Hermosos y Malditos, una gloriosa novelita en la que dos recién casados (podrían ser perfectamente ellos, Scott y Zelda Fitzgerald) de la alta sociedad estadounidense viajan, bailan y se beben los dorados años veinte en juergas interminables hasta que llega el fin de la fiesta, el de su relación y el de una sociedad hedonista donde la belleza y la fortuna son siempre demasiado fugaces.

C.: Suena bien…

R.: Si te lees Hermosos y Malditos y después El Desencantado creo que no te arrepentirás… Aunque por supuesto cualquiera de las tres son soberbias por separado.

C.: No, no, me llevo las dos. ¡Estoy deseando ponerme con ellas!

Y se fue con sus dos libros y la promesa de volver para contarme qué le parecieron, dejándome con un pie fuera a la flapper que llevo dentro. Y aquí sigo, de fiesta y jugueteando con mi collar de perlas de tres vueltas. Y este Scottie sin aparecer…

Decidme, queridos, ¿alguno leyó El Desencantado? ¿A Fitzgerald, quizás? ¿Qué opináis?

Clasicazos de boquilla

Hoy han venido tres personas diferentes a pedirme el mismo libro y creo que aún sigo en estado de shock. Subrayo lo de diferentes porque cada una parecía como caída de su propio planeta: nada que ver, pero nada.

¿Y el libro? Pues era uno de esos que se leen como a hurtadillas, con la portada forrada: Flores en el ático, de V.C. Andrews.

A lo que vamos: la más madrugadora fue una treintañera sobrecafeinada, megamechada y ultrabronceada con mucha prisa, demasiado perfume y poco familiarizada con las letras en general. Ella abrió la veda:

– Hola, mira… es que busco un libro del que me han hablado ssssssuperbien que se llama Plantas en el ático o algo así, ¿sabesssssss?. Va de una familia y creo que son varios libros, pero yo solo quiero el primero. Una socia de mi buffette me lo recomendó. Jo, la pobre me lo envió y todo, pero me he dejado la palm. Y la estoy llamando pero me salta insistentemente su buzón y es que tengo ese antojo y yo soy como que muy de impulsos, ¿sabesssss? Que me da por algo y, oye, que no paro…- Si, creo que te refieres a Flores en el Ático, de V.C. Andrews

– ¡Eso, eso, Flores en el Ático! ¿Lo tienes?

– Pues ahora mismo no tenemos ninguno aquí…

Cuando la estela de perfume condensado se disipó creo que fue cuando empecé a reaccionar.

Después vinieron un vigilante jurado de mediana edad (con uniforme y todo) y una secretaria jubilada.

Todos lo pedían… ¡Flores en el Ático, de Virginia C. Andrews! , una historia tan truculenta como sobrecogedora, que más que líneas tiene una alambrada que inmoviliza a un lector que continua leyendo porque no puedes parar: necesitas saber hasta dónde llegará la doña esta vez con la carne de su carne…

¿La historia? Una joven viuda, sin recursos y con cuatro hijos que regresa como hija pródiga para recuperar el favor y el dinerito de papá. Para ello habrá de someterse a su madre, un cruce entre fanática religiosa y estricta gobernanta de caserón gótico victoriano.

Cuando lo leí hace casi dos décadas decidí que nadie, ni la Ángela Channing de Falcon Crest, podía ser tan bruja como la temible abuela Dollanganger

Para empezar la abuelísima exige la tutela de las cuatro criaturas y los encierra en el ático. Y la reclusión que iba a ser algo temporal se traduce en años de cautiverio y abusos, mientras su madre va olvidándose de esas cuatro flores que crecen a oscuras.

Fue un auténtico bombazo mundial a finales de los años setenta, y Virginia Andrews completó la saga con cuatro títulos más: Pétalos al viento, Si hubiera espinas, Semillas del ayer y Jardín sombrío. Y, como no, diez años después rodaron una película homónima que, la verdad, deja bastante que desear.

Aquí va el trailer:

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Pero… ¿por qué me lo piden ahora?

No es una novedad, ni el relato en el que se basa una película de estreno, su autora no ha muerto ni acaba de ganar un premio literario. Tampoco hay campañas mediáticas que lo respalden…

Y sin embargo sigue estando en circulación y, si me permitís, os lo recomiendo porque como evasión es infalible. Crueldad, incesto, secretos, pasiones -más bajas que altas-… A eso es a lo que yo llamo un señor clasicazo de boquilla.

La sombra del librero es alargada

Aunque llevo poco tiempo suelta por la librería creo que atiné al apostar por un discreto segundo plano cara al público. La idea es hacerles saber que existo sin que mi afán por ayudarles se condense sobre sus cabezas como una nube cargada de electricidad.

Así que yo, Regina ExLibris, siempre saludo, jamás retiro la mirada y me dedico a mis quehaceres libreros (reponer volúmenes, inventariar, colocar) mientras intercepto mensajes cifrados de socorro que envían los más tímidos. A esos, como a los actores, basta con darles el pie para que se suelten.

Sin ir más lejos ayer dos mujeres buscaban un libro para una tercera que estaba en casa inmovilizada y a punto del colapso nervioso por aburrimiento y sobredosis de bazofia catódica mañanera. Situada a una distancia prudencial, captaba retazos de su conversación:

-Amiga A: Había una serie, ¿te acuerdas? Yo me enganché tarde, pero fue un bombazo. Joder, si salía el actor este británico taaaaan atractivo… ¿cómo se llama? Ese que es como fibroso, con el pelo castaño.

-Amiga B: ¿Quién, Hugh Grant?

-Amiga A: No, mujer, esteee… ¡Jeremy Irons!

-Amiga B: Ay, si, que salía con otro rubio que tenía una hermana, que eran aristócratas… ¿No era de la BBC? Pero, ¿cómo se llamaba?

-Amiga A: No sé, pero creo que se basaba en una novela. Anita me habló alguna vez de él porque quería leérselo pero…

‘Jeremy Irons’, ‘Rubio y hermana aristócratas’, ‘BBC’, ‘novela’… cuando mi radar captó las señales en mi cerebro se dispararon más alarmas que en un reactor en plena guerra fría y tuve que contenerme para no levantarme y gritar: ¡Hablais de RETORNO A BRIDESHEAD, de EVELYN WAUGH (Tusquets, en ediciones rústica y de bolsillo)!

(Nota de Regina.: Ese libro es una auténtica joya, una de esas novelas-mosquitera que te envuelve, aísla y protege del día a día entre la primera y la última página. Narra el regreso de Charles a la elegante mansión de lord Marchmain, convertida en cuartel por la guerra, y él, en soldado, para revivir la época en que la habitó mientras se dejaba seducir por el ambiguo y cautivador Sebastián, su fascinante hermana, lady Julia, y el misterio y la decadencia autodestructiva que envuelve a toda la estirpe).

Respiré hondo y opté por dirigirme hacia ellas en cámara lenta para que repararan en mi en lugar de irrumpir yo en su debate.Y cuando las sobrepasé ocurrió.

-Amiga A: Perdona… buscamos un libro, igual nos puedes ayudar.

-Regina ExLibris: Si, claro, dígame.

-Amiga A: Sabemos que hicieron una serie en los 80 con Jeremy Irons

-Amiga B: Sí, que eran dos amigos y luego estaba la hermana de uno de ellos, que eran muy ricos.

-Regina ExLibris: Creo que hablan de Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh.

-Amiga A: ¿Lo teneis?

-Regina ExLibris: Si, ahora mismo se lo doy…

Y se fueron con el libro, y yo volví a experimentarlo… ese subidón que me da cuando alguien viene buscando un ejemplar, cualquiera, y lo tenemos, y se lo lleva. Y si la novela es de las grandes la sensación es tan buena que no puede ser sana.

En pleno éxtasis librero miré al cielo, que en Reginaexlibrislandia cabe en las baldas de narrativa en español, y mis ojos se toparon con la obra de Miguel Delibes. Y dirigiéndome él dije: ‘Si, maestro, la sombra del librero es como la de su ciprés: alargada. Tanto que hoy llegó hasta Brideshead’.

Aquí va un recuerdo de la serie de la BBC: