De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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La Comuna (P2P) de Madrid

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Los años 20, en el boomerang neblinoso de la historia, sobreviven en una postal roja de un cabaret burlesque del Berlín dadaísta. Los años cuarenta son un eco de tango bailado por inmigrantes en los arrabales de Buenos Aires. Los ochenta suenan a vinilo poblado de los gritos punk del Londres #postindustrial. La década de 2010 será un recuerdo de plazas tomadas, de calles vivas, de creatividad político-cultural. Será sinónimo de Madrid. De aquí a unos años, algunos recordarán la convulsa situación política, la violencia policial o el desempleo. Pero lo que pasará a la historia será otra cosa: una ciudad viva, transversal, oblicua, intensamente social, con un espacio público politizado, libre, conectado con el mundo. La década de los 10 será sinónimo de una ciudad autogobernada por sus ciudadanos, poseída por un vendaval de innovación social, por un dinamismo sin parangón. En la postal, sembrada de manos en alto, se leerá: la Comuna de Madrid.

La Comuna de Madrid – más dispersa, heterogénea y cosmopolita que la Comuna de París de 1871 – será rememorada como el rincón donde nació la comunicación-acción, la acción-pensamiento, el pensamiento-prototipo. Madrid, como efervescencia de redes y calles. Madrid, como territorio e imaginario de proyectos, procesos y acciones tecnopolíticas. Madrid como un laboratorio ciudadano glocal que mira al mundo incluyéndolo al mismo tiempo. Pero en la Comuna de Madrid no todo es acción, hecho, asamblea, escrache. En la urbe – con su tejido red expandido en el resto del Estado español – se está cocinando un cuerpo teórico que arropa las nuevas prácticas. Teoría bastarda, remezclada, promiscua. Teoría-práctica. “El procomún es una zona de intercambio donde los commons tradicionales se encuentran con la cultura libre”, asegura el investigador Adolfo Estalella, contextualizando su texto en Madrid. Y acá radica un pequeño secreto.

Desde finales de los años noventa, la cultura libre se enredó en Madrid con los movimientos sociales en centros okupas como El Laboratorio. Mientras los squatters de Berlín siguen anclados en la estética punk y en un antifascismo clásico, en la treintena larga de Centros Sociales Ocupados (CSO) de Madrid se fragua un nuevo mundo en red, horizontal, agregador. Un nuevo mundo impregnado de ética hacker que diluye las fronteras de lo off y lo online. Que difumina las fronteras de los países y Estados Nación.

Son centros sociales diferentes. Son extensiones de las plazas ocupadas en la primavera del 2011. Centros que funden el dentro y el afuera. Centros que expanden su acción en todos los espacios urbanos. Cierto: nunca en su historia Madrid había tenido tantos Centros Sociales Ocupados (CSO). Aunque en la cantidad no reside el diferencial de esta nueva era de la urbe. ¿A qué sabe huele, suena, huele la Comuna de Madrid?

Captura de pantalla 2013-05-31 a la(s) 09.47.36Imagen: ilustración de  @Ciudad_basura y @maralpel para el seminario #OPENmadrid de ThinkCities.org

Por un lado, algunos de estos espacios exceden la definición de Centro Social Ocupado. Son algo más. Algo diferente. El ejemplo más paradigmático es La Tabacalera, una antigua fábrica cedida por el Gobierno a movimientos sociales del multicultural barrio de Lavapiés. La Tabacalera, que se define a sí misma como Centro Social Autogestionado, es un espacio que encajaría en la teoría del partner state (Estado socio) de Michel Bauwens, fundador de la P2P Foundation. El proceso Esta es una plaza, un parque autogestionado con ayuda de un blog colectivo, también cuenta con el beneplácito del poder público hace muchos años. El Estado socio pone la gobernanza de sus espacios a disposición de la sociedad. Una sociedad en red, peer-to-peer, persona a persona, que se auto organiza al margen de las instituciones sin recharzarlas. Y en la Comuna de Madrid, #estápasando

En segundo lugar, el espíritu del 15M está creando un nuevo caleidoscopio que borra del imaginario la casa okupa clásica. Del Patio Maravillas a La Morada del barrio de Chamberí, pasando por el Espacio Sociocultural Liberado y Autogestionado El Eko de Carabanchel, los nuevos espacios sociales de Madrid son agregadores, heterogéneos, plurales, mestizos. Y no tienen el viejo antagonismo «antisistema» como epicentro. En ellos, se cocinan-prototipan mundos nuevos, sin necesidad de destruir frontalmente el actual. Con construyen cosas, conexiones, procesos. Sin antagonismo. Y la participación es mucho más intergeneracional que hace unos años. Los Yayoflautas de Madrid – los abuelos del 15M – ensayan teatro en La Tabacalera, por ejemplo. La relación con la tecnología, además, es muchísimo más intensa.

En todos estos espacios, el nuevo mundo se vislumbra en jergas-siglas Este interesante texto del Vivero de Iniciativas Ciudadanas de Madrid habla de «DIY (Do it YourSelf), CO-, #, WIKI,MIDDLE-OUT, PRO-, P2P, DIWO (Do it with Others), SLOW-, CROWD-, DIT, @, OPEN, NET- o BOTTOM-UP» como prueba del nuevo mundo que está en marcha en la ciudad. Jergas habituales en la cultura digital. Jergas/siglas que intentan definir prácticas horizontales, colaborativas, en red, transversales. Un detalle vital: las siglas son Prácticas Que Se Tocan. Son reales, aunque algunos no sepan qué significan. ¿A qué sabe-suena-huele, pues, la Comuna (P2P) de Madrid?


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Imagen: La Galería de la Madalena

Una definición imperfecta: Ciudad P2P (peer-to-peer): dícese de la urbe en la que sus nodos (calles, plazas parques) pueden estar conectados entre sí sin pasar por el centro. Persona2persona.Plaza2plaza. Parque2parque. En La Comuna P2P de Madrid los nodos / barrios se han reconectado con otras lógicas, al margen de periferias y centros. Una de las grandes novedades de la Comuna P2P de Madrid reside en los espacios a cielo abierto. El #TomaLosBarrios, que disgregó la Acampada Sol en los primeros días de 15M en asambleas locales, reforzó a esa Comuna P2P de Madrid que ya estaba en marcha

Desde finales de los años noventa, el cambio de piel ha sido paulatino. El 15M apenas multiplicó, aceleró. La Comuna P2P de Madrid empezó a coger forma con los reciclajes / resignificaciones urbanas de Basurama, ZooHaus, Left Hand Rotation o Boa Mistura. Y con los mobiliarios-proceso de licencias libres, low cost y temporales de Zuloark, como el superbench o #Savethedinosaur. Y con las intervenciones urbanas de Todo por la Praxis, su guía de Vacíos Urbanos Autogestionados, sus hackeos físicos como el Banco Guerrilla. Y con las regeneraciones de tejidos barriales de Paisaje Transversal. Y con las galerías post it en muros y paradas de autobús de La Galería de Madalena.

El 15M, como ineludible salvapantallas común, dinamiza las plazas con pensamiento y acción política. En la Comuna P2P de Madrid, a día de hoy, se celebran un centenar de asambleas políticas en el espacio público. La calle, en palabras de Adolfo Estalella, no es sólo el lugar del ejercicio político sino el método de esa política. «El derecho a la ciudad» de Henry Lefebvre renace en Madrid a diario. Y muta y se recicla en calles y redes.

El mencionado proyecto Esta es una plaza abrió el camino de la ciudad híbrida (redes digitales + espacios físicos). El Twittómetro que ampliaba a la red las asambleas de la Acampada Sol o el mapa en tiempo real de #Voces25S crearon esa acuarela digitalógica, fisital, cíbrida. La Comuna P2P de Madrid es una ciudad hecha de átomos y bits, virtual y analógica a partes iguales. Madríbrida, como un cúmulo de streamings ciudadanos de PeopleWitness (proyecto nacido en Barcelona). Madribrida, como personas que deambulan por la urbe comunicándose en tiempo real con grupos de What’s App. Como una sesión de ThinkCommons.org que proyecta en el espacio físico un encuentro virtual de varias personas del mundo.

La ciudad viva con la que soñó la estadounidense Jane Jacobs, icono de la humanización de las urbes, habita en la híbrida Comuna P2P de Madrid. En el hashtag-acción #BarriosDespiertos. En iniciativas como El paseo de Jane, un paseo-deriva urbana para tejer redes humanas en los barrios. La Comuna P2P de Madrid es una postal viva, bastarda, interracial, profunda, poética, sexy. Los profesores universitarios ocupan el espacio público con 500 aulas en un solo día, con streaming y cobertura de redes. Y los desconocidos se juntan en parques, plazas o blogs en los Desayunos ciudadanos.

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Imagen: El Campo de Cebada 

¿A qué sabe-suena-huele, pues, la Comuna P2P de Madrid? A la vida social del espacio El Campo de Cebada, recientemente galardonado con el Golden Nica, del Ars Electrónica, en la categoría de ‘comunidades digitales’. En ‘El Campo de Cebada’ – un espacio gobernado transversal y horizontalmente por sus vecinos – se enredan permacultura, arquitectura en beta, cultura libre y una inspiradora convivencia intergeneracional-racial-cultural. En la Comuna P2P de Madrid la cuestión no es tanto el qué hacer sino el cómo hacer. Y por eso la urbe-mundo está entregada al nuevo concepto del comoísmo: el quid de la cuestión se encuentra en los procesos y metodologías y en lo transversal, inclusivo, interdisciplinar y heterogéneo.

La Comuna P2P de Madrid es copyleft (copia liberada). Sus plazas son copyleft. Cualquiera pueda sentarse, hablar, grabar. Compartirlo con el mundo. Graba tu plaza. Copiala. Súbela a la nube de MediaTeletipos. El invidivuo renace en el nosotros. Y para rabia del fanático individualismo neoliberal la Comuna P2P de Madrid es la ciudad DIWO (Do it With Others). Ciudad Hazlo Con Otros. Ciudad Colabora. La Fundación Robo no es una persona. No hay líderes. No hay rostros. Somos nosotras. Las canciones son colectivas. Son reapropiables. En el Madri DIWO la clásica Bicicrítica – paseo colectivo en bicicleta sin rumbo fijo– transmuta en el Plano de Calles Tranquilas. O en el bar y espacio de co-working La Bicicleta, que nació como un proyecto de crowd funding. Solo no puedes. Con amigos sí.

En los ochenta, en el Madrid narrado por Joaquín Sabina “el sol era una estufa de butano”. Y había “jeringuillas en el lavabo”. Desempleo. Yonquis. Rock cervecero. En la Comuna de Madrid hay desempleo. Pero prima lo trans-, lo co-, lo inter-, lo plural. Y la Cultura_RAM, un nuevo paradigma cultural basado en el intercambio y lo relacional, no en lo acumulativo. Hazlo con otros. Comparte libros en Bookcamping.cc. Cambia tu tiempo en el banco NOCKIN. Comparte Internet con tu vecino en WIFIS.org. Bebe conocimiento libre en la librería-editorial Traficantes de Sueños. Piérdete en el turismo hacker del proyecto Loginmadrid, en el que cada persona local es un password que introduce al visitante en comunidades barriales. La Comuna P2P de Madrid sabe-huele-suena a serendipia, a encuentros fortuitos, a cultura abierta a innovaciones cruzadas.

Al inicio de los noventa, Madrid todavía era aquel “mar de alquitrán, feudo estatal” contra el que despotricaba el grupo de heavy metal Barón Rojo. Una #PostMetrópolis con un centro repleto de instituciones y una periferia obrera desconectada emocionalmente del corazón urbano. La Comuna P2P de Madrid es un dédalo de plazas interconectados que crece y muta al margen de representantes, Gobiernos e instituciones. Dialoga, co-crea. No depende de lo institucional. Pero tampoco es antagonista.

La urbe, simplemente, renace sin pedir permiso en sus espacios inertes o desocupados. En el Mercado de San Fernando (Lavapiés), por ejemplo, se venden libros al kilo en La Casqueria y las verduras conviven con el software libre. La ciudad se reconfigura en lo oblicuo, en lo transfronterizo, en lo asimétrico. En seminarios abiertos como Hack the Academy Studio, donde la academia derriba sus muros y la ciudadanía participa.  Se cocina-piensa en La Mesa Ciudadana, entre expertos, amateurs, arquitectos, artistas, enredas multidisciplinares y técnicos del ayuntamiento.

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Imagen: taller Arquicómics, sobre relación de la arquitectura y el cómic.

La Comuna P2P de Madrid es la cuna del concepto Extitución. Si las instituciones son sistemas organizacionales basados en un esquema dentro-fuera, las extituciones se proponen como superficies en las que pueden ensamblarse, eventualmente, multitud de agentes. Extituciones líquidas, flexibles, incluyentes, intinerantes, post it. Extituciones como el Intermediae, forjado con software libre y participación transversal, que puede celebrar sus encuentros-debates en el Matadero, pero también en diferentes espacios de la urbe. Extituciones como el MediaLab Prado, que ofrece su cuerpo a las comunidades, cocina ciencia abierta, bosteza prototipos múltiples, transforma ciudadanos en sensores (ver Data Citizen Driven City) o su fachada en una pantalla jugable, reapropiable, compartida.

Madrid, para Antonio Machado, “era el rompeolas de todas las Españas”. En la década de los 10, Madrid es el rompeolas remix de todas las plazas, de todos los continentes, de todas las lenguas, de todas las redes. Toma la plaza. Take the square. La nacionalidad no importa. El espacio de disputa de la Comuna P2P de Madrid es el mundo. Lo hiperlocal tiene latidos globales. Los ciudadanos protegen a sus inmigrantes de la policía. En los espacios comunes – ya sea Tabacalera, El Campo de Cebada o el MediaLab Prado – la multiculturalidad es la norma. Y una galaxia creciente de proyectos interculturales con sede en la urbe, como Lab Latino, Inteligencias Colectivas, Red Trans Ibérica o Curator´s Network, conectan las redes de afectos con el planeta desarrollando proyectos en otros países.

Si Madrid – ingobernable urbe de capas, puzzle multicultural, grito micro-macro nacional – estuviera gobernada por políticos despiertos, ya habrían convertido esta efervescencia en “marca ciudad”. Madrid estaría viviendo una REmovida madrileña más cool que la almodovariana. O una Movida 2.0 caza turistas que acabaría descafeinando las propuestas.

Mejor así. Que nadie se apropie del relato. Que la co-creación volcánica no tenga nombre. Que sea un río subterráneo, coral, casi invisible. Que la Comuna P2P de Madrid sea viento tenue, constante. Que sea rizoma. Que sea el océano dónde, en medio de la tormenta macroeconómica, navegan todos los afectos glocales. Que la Comuna P2P de Madrid apenas se entienda de aquí a unas décadas. Y que pase a la historia como aquella primera piedra, aquel prototipo que, plaza a plaza, palabra a palabra, concepto a concepto, fue sustituyendo al viejo mundo sin que nadie se diera cuenta.

#SmartCitizens_CC, conectando la inteligencia ciudadana

«¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA CIUDADANA?» SMARTCITIZENS CENTROCENTRO from SMARTCITIZENS on Vimeo.

¿Qué es la inteligencia ciudadana? ¿Qué es una práctica ciudadana inteligente? A bote pronto, la muestra interactiva Smart Citizens, comisariada por Paisaje Transversal, parece contener las respuestas. Los cincuenta y cuatro proyectos incluídos en la exposición y la instalación multimedia de lacasinegra, son un estimulante paseo por las ciudades en la era red. Sin embargo, Smart Citizens, más que querer responder, pretende ser un catalizador de nuevas preguntas.

¿Qué activa la inteligencia ciudadana en entornos urbanos? ¿Qué infraestructuras físicas y digitales necesita una urbe para generar procesos participativos? ¿La colaboración en red puede transformar los espacios físicos? ¿Cómo se construye un proceso abierto entre instituciones y ciudadanos que mejore la eficiencia de la urbe? Las respuestas, desde luego, parecen fluir en cada uno de los proyectos incluídos en la muestra. Un detalle:  la mirada de la muestra está puesta en los procesos creados por los ciudadanos y no en la tecnología de la denominada smart city (ciudad inteligente). «Nuestros cuerpos son hardware, nuestro comportamiento software«, solía decir el filósofo Ted Nelson. «Nuestras ciudades son procesos, nuestros cuerpos sensores», parece susurrar la muestra Smart Citizens.

Organizada en cuatro secciones – Informador, Sensor, Decisor, Emprendedor – SmartCitizens resalta el potencial de las multitudes conectadas y de la acción colectiva. Y deja en evidencia algunos costosísimos proyectos que bajo el paraguas de la smart city incentivan los datos centralizados y la gestión vertical de los mismos. No existen ciudades inteligentes sin ciudadanos inteligentes. Y nada mejor que despertar la inteligencia colectiva que desarrollar herramientas y/o plataformas abiertas como Datea, Meipi o What If Cities.  Sin embargo, una herramienta y/o plataforma no garantizan el nacimiento de una comunidad. Mucho menos su implicación a medio plazo en un proceso. Y en el paseo Smart Citizens siguen surgiendo más preguntas: ¿existe una fórmula para activar las comunidades por el bien común?

Tal vez por eso, Smart Citizens pone especial acento en mapear procesos humanos, dinámicas participativas en territorios compartidos (ya sean digitales o analógicos) o proyectos donde la colaboración mejora el funcionamiento de algo. De Fixmedia (mejora colectiva de noticias) a Desayunos ciudadanos (encuentros en el espacio físico), pasando por  El Campo de Cebada (espacio autogestionado de Madrid), Goteo (crowd funding orientado al bien común) o LiberaTuBici. Las ciudades son un organismo. La información/acción ciudadana mantiene ese organismo vivo. Y el cuerpo común de la urbe muta y renace en el nosotros. La instalación de La Casi Negra continúa en la participación de #SolTube (cualquiera puede enviar su vídeo). El paseo de la exposición sigue en cada uno de los proyectos mapeados, en las redes y en las plazas.

Smartcitizens podrá visitarse gratuitamente en el CentroCentro de Madrid (Plaza Cibeles 1) de martes a domingo, entre las 10.00 y las 20.00, hasta el 29 de septiembre de 2013.

Think Cities, innovación educativa en territorios híbridos

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Tras la exitosa experiencia de la plataforma Think Commons, una sesión de videochat sobre cultura colaborativa y procomún desarrollado por el arquitecto y urbanista Domenico Di Siena, nace Think Cities, un proyecto de investigación y educación dedicado a la Innovación Urbana y la Gestión del Territorio. En él coinciden los conceptos de espacios híbridos (analógico+ digital), educación expandida (más allá de las metodologías y lugares clásicos de aprendizaje) y glocalismo (local + global). La sesión de presentación se llevará a cabo hoy a las 18h (GMT +2) en la plataforma Think Commons.

Think Cities propone un proceso innovador mejor conocido por el término anglosajón blended learning, que consiste en recrear un entorno de aprendizaje híbrido, mezclando sesiones on-line y sesiones presenciales. Think Cities es un curso online gratuito y abierto. Las sesiones serán semanales: todos los lunes a las 18h (GMT +2) con una duración de 1h30.

El interés de este formato y la utilidad de una plataforma como ésta, se debe a su capacidad de generar un contexto aumentado e internacional donde encontrar y relacionarse entre profesionales, investigadores y estudiantes interesados o implicados en la gestión urbana en España y Latinoamérica. Las Universidades más adelantadas están poniendo en marcha los denominados Masssive Open Online Course (MOOC), cursos online gratuitos a los que pueden apuntarse una gran número de personas desde cualquier parte del mundo.

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Sin embargo el proyecto que propone Di Siena, va más lejos, ya que apuesta por un proceso totalmente glocal basado en intercambios de conocimiento, en un equilibrio entre procesos digitales y presenciales y, sobre todo, entre una dimensión global del conocimiento y realidades locales. Otro elemento que hace de Think Cities un proyecto de educación expandida diferente e innovador, es su relación con las universidades. Cualquier universidad, tanto española o iberoamericana puede participar en las sesiones abiertas, desde las aulas de cualquier clase de grados, master o doctorados. La gran apuesta de este proyecto, por tanto, es generar lazos y sinergias entre diferentes realidades y contextos.

Hay tres formas básicas para participar:

1) Videochat utilizando la tecnología de multi-conferencias de Google+

2) Streaming + Chat en la plataforma Think Commons.

3) Twitter con mensajes utilizando la palabra clave #thinkcities.

Todas las sesiones serán consultables en diferido, en la web del proyecto thinkcities.org.

Creditos: Imágenes de Jonathan Reyes (@ciudad_basura

Cuatros años de Wallpeople

Wallpeople- Homenaje al ECCE-HOMO

Wall People Barcelona

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Imágenes (de arriba a abajo). Homenaje al Ecce Homo, Wall People Barcelona, Wall People Berlín, Wall People Buenos Aires. 

De las redes a la calle. Del Do it your self (DIY) al Do it with others (DIWO). Del espacio público como lugar de paso al espacio vivo construido por redes de personas. Del arte como producto de mercado o pieza de museo a la creación compartida al aire libre. Wall People, proyecto que hoy cumple exactamente cuatro años, intuyó como pocas iniciativas las contradicciones y desafíos de la nueva era. No es casualidad que su filosofía se haya expandido como la espuma por todo el mundo: «Wallpeople «defiende la creatividad libre y se sirve de Internet y de sus herramientas digitales para proponer experiencias en la vida real». Y se limita a lanzar una convocatoria. Un día D. Un eje temático. Cualquier persona puede apropiarse de la convocatoria. Hacerla suya. En la última, Express Yourself, participaron treinta ciudades de todo el mundo.

¿Cuál es su secreto? ¿Por qué ha funcionado esta idea tan sencilla? En la definición que Wallpeople hace de sí mismo están algunas claves: «Sus acciones tienen como objetivo la creación de obras callejeras irrepetibles gracias a las aportaciones de todos los participantes. Una de las razones de ser de Wallpeople es devolver el arte a las calles y reivindicar el espacio público como medio de expresión y de interacción ciudadana».

En mi opinión, Wallpeople ha funcionado por motivos muy sencillos. 1) Por la sencillez de su ejecución. 2) Por gritar lúdicamente ese ‘toma la calle’. 3) Por incentivar la creatividad al margen de los paradigmas del mercado. 4) Por que es fácilmente replicable, reapropiable. 5) Porque incentiva la convivencia humana, las redes de afectos. 6) Porque crea un puente intuitivo entre las redes digitales y los territorios.

Podría enumerar muchos más. No creo que haga falta. Que cada uno encuentre los suyos. Acá os dejo con una galería completa de Wallpeople del año 2012. ¡Felicidades Wall People!

Diseñando espacios híbridos abiertos

La realidad física no existe. El mundo virtual tampoco. Ahora una frase-explicación: apenas existen los espacios híbridos, la mezcla de lo off y on, de lo digital y lo analógico. En esta nueva realidad híbrida las dinámicas del mundo digital contagian las inercias de los territorios físicos. Y el mundo físico es una pieza vital para la construcción de entornos digitales. La fusión de ambos construye un nuevo espacio, una cuarta dimensión que habían intuído Michel Foucault con su heterotopía o Edward W Soja con su tercer espacio. Las redes digitales – que algunos llaman redes sociales – se enredan con las comunidades del mundo físico. Y ambas se retroalimentan. Las interacciones digitales, los contenidos compartidos y/o geolocalizados, los streamings, transforman el espacio físico en un nuevo territorio emergente.

La imagen que abre esta entrada pertenece al proyecto Dream Hammar, del estudio Ecosistema Urbano. Fue llevado a cabo en la ciudad de Hamar, en Noruega. Y es, en mi opinión, un caso ejemplar de estrategia de creación de espacios híbrido. Como refleja el gráfico, la construcción de la plaza se basó en el diálogo y la co-creación en plataformas digitales y en el territorio. El laboratorio digital dialoga con el laboratorio físico; las acciones urbanas van de la mano de un contenido académico digital creado para la ocasión. Dream Hamar es una realidad híbrida. Construyó comunidad. Trabajó en red.

¿Existen algunas reglas para construir espacios híbridos? No creo que existan principios definitivos ni reglas absolutas. Sí algunas claves que hay que entender. He decidido remezclar tres textos que considero brillantes al respecto. Sirven tanto para diseñar una web como para construir una plaza. Algunos puntos son aportaciones mías. El primer texto es Principios de Diseño del Gobierno británico. El segundo, el Urban Versioning System 1.0.1 (UVS) del escritor Matthew Fuller y el urbanista / diseñador Usman Haque. El tercero, 12 principios para una arquitectura de la participación, de Rahul Srivastava y Matías Echenove, del estudio Airoots.

Aviso para censores: este texto es una creación mía. Es una remezcla, no «una copia». Por si alguien no lo ha entendido, dos matices. El texto de Airoots es, de hecho, una remezcla de La catedral y el bazar, de Eric S. Raymong. Y el Urban Versioning System 1.0.1 (UVS) es también una remezcla de las libertades del software libre de Richard Stallman. Remezclar o morir, como ya dice el refrán. La mayoría de los puntos están relacionados entre sí.

1. Empieza con necesidades (necesidades de los usuarios no del Gobierno). El proceso de diseño debe empezar identificando y pensando las necesidades de los usuarios. Es fundamental encontrar mecanismos inclusivos. Por otro lado, encontrar una forma eficiente para conseguir un objetivo común es más importante que el proprio objetivo.

2. Haz las cosas abiertas. Debemos compartir lo que tenemos tan pronto como sea posible. Con colegas, con usuarios, con el mundo. Comparte el código, comparte diseños, comparte ideas, comparte intenciones, comparte los fallos. Cuantos más ojos estén puestos en algo, mejor será. La apertura del código es necesaria para una verdadera participación activa de la comunidad.

3. Comunica. Comunica siempre, comunica en tiempo real. Cualquiera tiene que tener acceso a las últimas informaciones. Escucha lo que la comunidad dice e incorpóralo de forma que pueda ser modificado/ajustado a lo largo del camino.

4. Crea procesos. Olvídate de los productos e incluso de los servicios. Esfuérzate apenas en construir las condiciones favorables para que surja un proceso compartido, abierto y creativo. Transformar un objeto – web o plaza – en un proceso requiere un cambio absoluto de actitud. El contenido del plan correrá a cargo de la red y/o comunidad. Céntrate en asegurar una infraestructura/arquitectura que incite la participación y en transmitir una actitud que garantice el proceso abierto.

5. Construye más que diseña. Deja de mitificar el  diseño y el planeamiento. Apuesta por la construcción inmediata y colectiva. Vivimos en la época del prototipado, del manos a la obra, del trabajo colectivo, de las versiones en beta (no definitivas). Estamos entrando la era de los makers: necesitamos hacedores y no tantos pensadores. Apenas avanzaremos remezclando el learning by doing (aprende haciendo) desde lo colectivo.

6. Comparte. No te sientas propietario del plan. O mejor; deja que otros se sientan también propietarios del plan. El objetivo es tener las mejores soluciones para todos, no soluciones individuales.

7. Remezcla. No necesitas inventar la rueda otra vez. Averigua qué está funcionando en otro lugar y adáptalo a las necesidades locales y al presente. Que el copyleft guíe tus pasos. Si alguien está haciendo lo mismo, no repitas trabajos, incorpóralo a tu red. Copia, remezcla, para  incentivar la comunidad.

8. Construye vínculos. Entiende el vínculo no sólo como algo físico que mantiene varias cosas conectadas. El vínculo es más conceptual que material: es el lugar donde las fuerzas median y se enfrentas. El vínculo es donde las partes se unen, se esparcen y donde se transforman las tensiones. Las interfaces, los protocolos, las pantallas digitales son vínculos. Los vínculos son puntos de entrada para apoyar, contrastar o incluso para oponer sistemas.

9. Hazlo simple. Entiende de lleno la frase mítica del publicista Leo Burnett: ‘make it simple’. Hacer que algo parezca simple es fácil: hacer que algo sea simple de usar es más difícil, especialmente cuando los sistemas de base son complejos. La simplicidad hace algo accesible. Por eso, debes construir cosas/espacios lo más inclusivas y legibles posibles.

10. Crea un protocolo abierto. La llegada de la era 2.0 jubiló los portales de información centralizada y vertical. Entonces, crear plataformas, más horizontales y participativas pasó a ser el objetivo a conseguir. Construir plataformas, sigue siendo una buena idea. Pero en la era del procomún y de las nuevas conexiones P2P entre personas, colectivos, empresas, gobiernos, el objetivo es crear un protocolo replicable, abierto y libre. En informática,  un protocolo es una convención que posibilita una conexión, comunicación, transferencia de datos entre dos sistemas. Un protocolo es la regla que gobierna la sintáxis, semántica y sincronización de la comunicación. Una web/plaza tendrá éxito en la medida en que su conjunto de herramientas, metodología, infraestructura y contenido sean fácilmente replicables. El How to occupy de la plataforma Take the square  se convirtió en un protocolo abierto, compartido, remezclado y multiplicado de gran éxito.

11. Sé flexible. No impongas una forma y un proceso. Mejor: adapta tu diseño a las diferentes realidades. Que el responsive Web Design, que usa estructuras e imágenes fluidas para adaptar el sitio web al entorno del usuario y diferentes plataformas, te inspire. Y no sólo en entornos digitales. Entrégate al combinado adaptatativo de espacios abiertos, arquitecturas flexibles y materiales maleables.

 

Un año de código abierto

Copyleft y procomún, redes y territorio, espacio público y tecnología móvil, Creative Commons y movimientos sociales, datos abiertos y hacktivismo, cultura libre y urbanismo, inteligencia colectiva y 15M. Hace un año que nació este blog. La entrada Código Abierto para una nueva era, del 2 de diciembre de 2011, inauguraba Código Abierto y congelaba bastante mi blog personal Desde Alfa Centauro. Y desde entonces he visto un interés creciente por todos estos asuntos que los medios masivos suelen ignorar. España – su sociedad, no sus políticos – es un país líder en la cultura digital, cultura libre, copyleft y mundo hacker. Ha estado en lo más alto de todos los rankings de obras licenciadas con Creative Commons, por delante de  Estados Unidos. Sigue en la segunda posición según el índice de CC Monitor. Pero su gobierno no sólo lo ignora, sino que persigue y desprecia estas prácticas. Y muchas de sus instituciones (cada vez menos) y sus grandes empresas dejan de lado la espectacular innovación social que está surgiendo en España desde los paradigmas abiertos.

Por eso me sigue pareciendo importantísimo dar visibilidad al mundo abierto, al copyleft, al mundo del código abierto que está fraguando un nuevo mundo, una nueva era. Las etiquetas del blog Código Abierto más frecuentes – viendo la nube de etiquetas de este blog – han sido 15M,  Ciudad, Copyleft, cultura libreInternetP2P y redes. ¿Y sobre los post más visitados? Han sido 169 entradas. Una media de una entrada cada 2,15 días. Todavía estoy investigando sobre qué es lo que más interesa a los lectores del blog. A bote pronto, desconfío de lo cuantitativo.Un post muy visitado, para mí, no es sinónimo ni de calidad ni de ser referencia. A veces, ocurre, eso sí. Además, cada vez es más difícil basarse en estadísticas. Hay post con muchísimos ReTuits y pocos comentarios. Algunos con muchos comentarios y poquísimos Retweets o ‘Me gusta de Facebook’. Si no hay ni comentarios ni ReTuits, sin duda, muy mala señal. Aunque a veces ocurre y el número de visitas del post es elevado.

El copyleft – la licencia de 20 Minutos – abre sorprendentes nuevos caminos: sites y medios que citan o republican el contenido original. Todo ello se traduce en un nuevo ecosistema de influencia, reputación y meritocracia de muy difícil medición. Por ejemplo, el diario Boliviano La Razón publico mi texto Cómo acabar de una vez con la cultura (remix) citando tanto a 20 Minutos como al blog, tal como exige la licencia Creative Commons. Fue la primera publicación con Creative Commons de un medio tradicional en Bolivia y muy probablemente de América Latina (que alguien me corrija). Un año después de empezar este blog puedo decir que mi reputación ha subido – no sólo por este blog, lógico – y que la mayoría de personas, colectivos u eventos relevantes de la cultura libre y código abierto de España y América Latina conoce este blog. La reputación de 20 Minutos, por consecuencia, también se ve reforzada.

He hecho una selección de las entradas que me parecen que representan mejor la esencia de Código Abierto. Evidentemente, hay una parte emocional, claramente subjetiva. Tal vez no estés de acuerdo. Me encantará saber tu opinión. Prestaré mucha atención a los comentarios y al diálogo que surja en Twitter en el hashgtag #CódigoAbiertoBlog. He decidido, también, abrir un TitanPad con todos los post que surjan a partir de ahora, para que los lectores puedan reescribirlos si lo consideran oportunos. En breve, más información al respecto.

1. Comienza la guerra creativa. Un texto en el que incitava a la comunidad a escribir textos legitimando las nuevas prácticas de la cultura libre y en red. Ante la neolengua del poder, guerra narrativa distribuida. Una sorpresa: esta entrada fue publicada en formato minilibro en la biblioteca colaborativa Bookcamping.cc. Se incluyó, por ejemlo, en la lista de libros llamada #12M15M por si te lo estás pensando…

2. España, líder en creatividad colectiva. Un texto para explicar  la popularidad de las licencias Creative Commons en España. Si unimos la fuerza del concepto y uso del copyleft, de la remezcla, del dominio público (muy usado por jóvenes creadores) y de la creación colectiva, se confirma el vital papel que los ciudadanos residentes en España cumplen en la cultura digital y la cultura libre.

3. Cómo acabar de una vez por todas con la cultura (remix). Escribir este repaso a los nuevos paradigmas de la cultura en la era digital no sólo me produjo bienestar emocional, sino que tuvo bastante repercusión en redes sociales. Muchas personas relevantes – incluso gestores culturales clásicos – me escribieron agradeciendo el esfuerzo por explicar esta nueva realidad.

4. (Re) Habitando en el vacío, enREDando el espacio. Uno de mis textos favoritos de este blog. Inspirado en una presentación de Francesco Cingolami (recomendable su blog Immaginoteca), escribí sobre espacios híbridos, sobre cómo se conectan las dinámicas digitales con los territorios, uno de mis máximos intereses.

5. Planeta corta pega. Una entrada en la que desmitifico la imagen del creador como ser casi divino. La remezcla, la inspiración en obras de otros creadores, fue siempre la tónica desde la época de Homero. Este texto legitima el copyleft y la remezcla como esencia de la nueva era.

6. Tuits claves para entender el #25S. La etiqueta 15M es una de las más frecuentes en este blog. Me he esforzado bastante en traducir algunas de las cuestiones y acciones del 15M a un público más amplio. También en informar sobre algunas cosas que pasan desapercibidas para los grandes medios. Creo que el entorno 15M lee con respeto lo que se publica en Código Abierto y por eso me seguiré esforzando en publicar cosas de interés que surjan en el entorno del movimiento. Esta cobertura de tuits del #25 (RodeaelCongreso) tuvo bastante repercusión. Por un lado, en visitas. Los periodistas somos necesarios, somos un filtro. Dar relevancia a un tuit y no a otro es una labor periodística. Por otro lado, mucha gente me comenta que casi nadie en los medios innova en forma. Insertar tuits y hacer cobertura de flujos es una forma sencilla de hacerlo.

7. Un manifiesto posperiodístico. Sin lugar a dudas, una de las entradas más populares. No sólo por número de visitas, Retuits o ‘Me gusta’ en Facebook. Este ‘manifiesto posperiodístico’, una provocación para la vieja guardia, circuló como la pólvora. Tanto, que fue traducido a varias lenguas, reproducido en decenas de sites, medios. Muy mencionado por periodistas, consultores de medios, universidades de comunicación, asociaciones de prensa. Una prueba que la reputación no se basa apenas en datos cuantitativos.

8. Aplicaciones móviles para perderse (sin consumir). Cansado de las aplicaciones móviles basadas en el mercado, en el consumo, en cercos cerrados que te dejan preso en un marco, decidí compartir algunas aplicaciones que buscan la serendipia y la libre circulación por el mundo. El situacionismo, el espíritu de Guy Debord, la psicogeografía, está contagiando a las aplicaciones móviles. Me parece fundamental reivincidar la libertad, la serendipia y la deriva como mecanismo de descubrimiento del mundo.

9. El macarrismo ilustrado de Mr. Wert. Otro de los post más leídos. Todo lo que tenga que ver con cultura libre y especialmente contra la Ley Sinde Wert tiene una espectacular repercusión en este blog.

10. Ciudadanos P2P contra la crisis. Esta entrada presenta algunas de las experiencias, proyectos y plataformas del entorno 15M para luchar contra la crisis. Mientras los medios y los políticos del mundo apenas hablan de la crisis, los ciudadanos resuelven sus problemas entre ellos, peer-to-peer, cara a cara.

11. América invertida, américa libre. Participé – vía streaming- en el festival #CómeteLaCultura, organizado por la Asamblea Austrias del 15M de Madrid. Presenté algunos proyectos iniciativas de América Latina donde la cultura libre o la colaboración tienen protagonismo. El texto se convirtió en un vínculo entre 15M y colectivos y personas del otro lado del charco.

12. Se buscan ciudadanos inteligentes (en el espacio público). Un texto muy mencionado por colectivos de arquitectura, urbanismo, diseño y tecnología.  El texto es un grito contra el concepto de smart city de datos verticales y cerrados. Creo muchísimo más en los datos distribuidos y abiertos recopilados en red por la ciudadanía gracias a hardware abierto como Arduino, por ejemplo.

13. Cultura de red. En este texto intenté – no sé si con éxito – ampliar los conceptos de cultura digital y cultura libre. Creo que las redes, esta nueva era de conexiones, están facilitando una nueva cultura: la cultura de red. La cultura de red va más allá de las herramientas digitales, de la cultura digital. La cultura de red, una definición totalmente en beta, incluye lo analógico y digital. Fue un post bastante mencionado y replicado.

14. «Los hackers son los nuevos científicos de una nueva ilustración». Esta entrevista que hice a Antonio LaFuente, investigador del Centro de Ciencias Humanas y Sociales(CSIC), tuvo un impacto brutal. Realmente, conozco pocas personas tan brillantes como Antonio LaFuente.

15. Queremos #ChalecoParaTuiteros. La represión policial imperante en España y en Madrid concretamente después de la marcha laica de agosto de 2011 me preocupa muchísimo, como a una gran mayoría de personas que creen en los derechos humanos. Pero la maniobra del Gobierno para distribuir chalecos entre los periodistas, como si España fuese un territorio en guerra, me pareció patética. Aquí un corta&pega, dedicado a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, responsable por la violación constante de derechos humanos en la región: «Incentivar el uso de chalecos para periodistas es una estrategia tosca. Cifuentes quiere convertir Madrid en Bagdag. Quiere transformar las plazas públicas en un territorio en guerra. Distribuir #chalecosparaperiodistas no es un guiño a la prensa. Es un clave para que la policía reprima su porra fácil frente a los achalecados. Es un guiño para que la policía apenas atice a ciudadanos No Periodistas». Pedía #ChalecoParaTuiteros para cuestionar la maniobra.

Por favor, recomienda otros post de Código Abierto en el hashgtag de Twitter #CódigoAbiertoBlog

Urbank.it, una plataforma de crowd funding para espacios urbanos

Agora Movil – Ciudad Emergente / Fundraising Urbankit from Ciudad Emergente on Vimeo.

Marchando una historia redonda de código abierto. Una plataforma de crowd funding (la brasileña catarse.me) abre su código. Un grupo de personas de otro país, Chile para ser más exactos, decide aprovechar el trabajo de programación del equipo de Catarse. Después de entrar en contacto con ellos, de retocar algunas parte del código informático y de encajar su identidad visual, lanzan otra plataforma: urbank.it . La plataforma comparte código, funcionamiento y esencia filosófica: incentivar la financiación colectiva. Los proyectos de Catarse, que presume de ser la primera plataforma de crowd funding de código abierto, son muy variopintos, aunque priman los culturales. Urbank.it se ha centrado en proyectos para mejorar colectivamente entornos urbanos. Y ahí está la explosión: la posibilidad de reusar el código y adaptarlo a diferentes necesidades.

El vídeo que encabeza esta entrada pertenece al proyecto Ágora Móvil, que busca financiación dentro de Urbank.it. Ágora Móvil es un escenario itinerante que se instalará afuera de la Estación Mapocho de Santiago de Chile en la próxima Bienal de Arquitectura 2012 que arranca el próximo 8 de diciembre. El Ágora Móvil, una iniciativa del colectivo Ciudad Emergente, es «un espacio para debatir, informar y conectar a la ciudadanía con tomadores de decisión». Pretende, entre otras cosas, dar «a conocer casos de éxito acerca de ciudadanos organizados que están mejorando sus barrios con acciones creativas, sustentables e inclusivas».

Me encanta la iniciativa y su eslogan, Transforma barrios en superbarrios. Su frase de presentación también me parece acertada:  «Vale la pena Financia + activa proyectos de una calle / manzana / ciudad y forma parte de una micro-revolución urbana. Muévete por transformar barrios en lugares inspiradores». ¿Tiene futuro el crowd funding en el espacio urbano? ¿Es compatible o incompatible con la labor de las instituciones? En este blog, en el post ¿Crowd funding para ciudades?, ya meditábamos sobre ello. Existe una crítica legítima, sí. En el texto Contra el urbanismo kickstarter hay argumentos de sobra contra procesos de crowd funding que tienden a ser espectáculo, demasiado grandes y poco participativos. Sin embargo, creo que el potencial de las multitudes conectadas en el espacio urbano es grandísimo. Ya existen otros proyectos parecidos a Urbank.it, como SpaceHive. Y sin lugar a dudas, que es un camino que empezará a estar transitado. ¿Para cuándo un proyecto similar en España, un país donde el urbanismo P2P, participativo, de código abierto, está explotando en centenares de proyectos?

 

«Siempre que podemos conectarnos a otros, podemos cambiar cosas»

Imagem: André Lemos

«Tal vez estemos viendo el surgimiento de una sociedad comunicacional planetaria y no apenas informativa». El sociólogo brasileño André Lemos conoció  «las viejas comunidades virtuales en el comienzo de la década de 1990, anónimas, temáticas, abiertas, sin empresas comerciales detrás». Tal vez por eso en su discurso abundan conceptos como «serendipia», «empoderamiento ciudadano» o «conversación». André Lemos, autor  del blog Carnet de Notes y director del GPC – Grupo de Pesquisa em Cibercidade de la Universidad Federal de Bahia, recela de las etiquetas que intentan definir el nuevo mundo. No le gustan conceptos como ‘social media’ («los medios siempre son sociales») o Revolución 2.0. También prefiere no abusar de conceptos como ‘Ciudades P2P’ o ‘Ciudad Open Source’ («debemos usarlos sólo para ilustrar pero no para comprender los fenómenos»). André Lemos, fundador del Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa em Cibercultura da UFBA, prefiere sugerir una nueva unión de objetos y personas conectados, en la línea de la Teoría del Actor Red de Bruno Latour. André Lemos es uno de los pioneros en la investigación de la denominada Locative media: comunicación multimedia a través de dispositivos móviles y tecnologías GPS, Wi-Fi, GIS, RFID…

El cuestionario fue enviado por correo electrónico. Algunas preguntas no fueron respondidas, porque André Lemos consideró haberlas respondido anteriormente. Mantengo todas las preguntas originales, para enriquecer el contexto. Envié a André Lemos la entrevista antes de publicarla, para incentivar la máxima transparencia y rigor en el proceso.

El Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa en Cibercultura (Ciberpesquisa) nació cuando la ‘cibercultura’ era un término para definir todo lo que pasaba en el ciberespacio. ¿Cómo ha evolucionado el Centro en las últimas mutaciones de Internet? ¿Puedes hablar de algunos de los proyectos más recientes?

El Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa en Cibercultura fue creado en 1996, siendo pionero en los estudios sobre cibercultura en Brasil. Hoy el centro se ha transformado en grupos de investigación divididos en líneas de investigación: periodismo online, democracia e Internet, interacciones sociales online y ciberciudades. Los grupos son autónomos y actúan en el borde de sus respectivas discusiones, produciendo investigaciones y formando investigadores. Mi grupo (GPC – Grupo de Pesquisa em Cibercidade ) está estudiando ‘mídias locativas’ (locative media),  internet de las cosas y las Smart Cities. Lo que nos interesa es la discusión sobre los procesos de espacialización en juego con los nuevos medios digitales, las transformaciones de las prácticas sociocomunicativas en el espacio urbano.

Todavía hay muchos que piensan que el mundo virtual es una cosa radicalmente diferente al mundo real. Sin embargo, cada vez tenemos más puentes entre el mundo ‘on’ y ‘off’, entre redes y territorios. ¿Qué  cambios has observado en los últimos 3 años de Internet en esta dirección?

No se puede pensar en esta separación. Nuestras acciones toman diversas direcciones y apenas con un raciocinio muy simplista y forzado podemos separar esas dimensiones de la realidad. Las relaciones dependen cada vez más de lo que hacemos con las tecnologías digitales – email, Twitter, Facebook, YouTube, blogs… Todas esas herramientas hacen parte de nuestro día a día. No podemos pensar en la separación de la vida en internet y de la vida fuera de internet. Sólo hay una vida e Internet es un concepto muy abstrato. No existe sin los lugares que la componen. Y los lugares están siempre compuestos por cruces de flujos, son siempre híbridos, constituidos por dimensiones materiales, imaginarias, comunicativas. Lo actual y lo virtual siempre se entrelazan en los lugares. Y  eso desde siempre. Pero cuando hablamos de Internet, hablamos de un “espacio” abstracto; en realidad de conexión de redes telemáticas alrededor del planeta ofreciendo informaciones y los servicios más diversos. Pero lo que Internet es efectivamente va a depender de las  actualizaciones de las acciones de humanos, objetos, máquinas, softwares, datos… Lo que hacemos, cuando nos conectamos a uno de los “lugares” de Internet, es interconectar diversos territorios: informacionales (sobre el concepto de “territorio informacional” ver mi post—Mass Media Functions, Locative Media, and Informational Territories: New Ways of Thinking About Territory, Place, and Mobility in Contemporary Society.), culturales, identitarios, políticos…) usando, por ejemplo, el teléfono móvil en la panaderia,  Twitter en la fila del supermercado, buscando una dirección en mapas digitales, actualizando los softwares de redes sociales con los amigos, enviando un vídeo de un evento para otras personas… En todos los casos, hay interrelación entre las dimensiones sociales, imaginarias e infocomunicacionales. Los ejemplos son innúmeros. Lo difícil es encontrar la división pura, encontrar algún lugar en el que el entrelazamiento de estas dimensiones territoriales (simbólica, informativa, subjetiva, corporal, identitaria, geográfica) se deshaga, evitando lo híbrido, lo online separado de lo offline. Transitamos por lugares que están siempre interconectados.

Martha Gabriel habla de ‘cibridismo’, una nueva esfera donde lo on y lo off se confunden. ¿Cómo están modificando nuestro comportamiento los teléfonos móviles, tablets y dispositivos con conexión a Internet?

La locative media permite que las personas produzcan y distribuyan informaciones, en movilidad, a partir de los lugares del espacio urbano. No es información que llega y va para una ‘Matrix” allá arriba, sino informaciones que tienen sentido aquí abajo y ahora. Las personas están buscando, con estos nuevos medios, lo que siempre buscaron: tener sentido. La relación local, de proximidad, identitaria, de la memoria, la dimensión social y móvil (ver mi manifiesto sobre esta dimensión aquí),  es lo que proporciona un sentido. En el  primer momento de internet, navegar en un mundo de datos y acceder a cosas distantes era la única cosa que hacer. Ahora estamos en la fase de la hiperlocalización de la información, consumiendo, produciendo y distribuyendo información con movilidad, sobre los lugares por donde pasamos o donde vivimos. Pasa por la facilidad de acceso a los dispositivos móviles y a las redes inalámbricas (3G, Wi-Fi). Los medios locativos (tecnologías y servicios informacionales basados en geolocalización) permiten anclar la información y las relaciones sociais en lugares concretos. Salimos de la información genérica de lo abstracto del ciberespacio y pasamos a valorar la información hiperlocalizada, consultada, producida o distribuida en movilidad. El espacio urbano vuelve a ser el palco de este teatro, contrariando a los que pronosticaron el fin de las ciudades, la desterritorializaçión total de la vida en un espacio abstracto, virtual y peligroso. Lo que vemos hoy son personas moviéndose con potencia informacional produciendo discursos multimedia sobre los lugares. De la utopía del ciberespacio pasamos a la “topia” informacional locativa y móvil. Todavía estamos en su fase inicial, pero ya es muy interesante ver cómo los medios locativos y móviles permiten que personas, antes apenas lectoras de sus ciudades, puedan hablar de los problemas urbanos, postear un vídeo de denuncia, producir narrativas sobre su barrio, ejercitar la construcción de cartografías colaborativas, articular manifestaciones para derrumbar regímenes autoritarios… Pero queda mucho por hacer. Podemos ahora leer de otra forma y escribir de forma electrónica sobre el espacio en el que vivimos. Esto es mucho más interesante.

La industria digital, principalmente la cultural, sigue insistiendo sobre el peligro del  download, de las descargas de Internet. Parece que no entendieron que la gran revolución de Internet es el ‘upload’:  muchas personas subiendo, compartiendo y remezclando contenido

Considero que los tres principios fundamentales de las diversas prácticas de la cultura digital son: la posibilidad de emisión abierta y libre, la interconexión de esas voces y la reconfiguración cultural. Siempre que podemos hablar libremente, conectarnos a otros, podemos cambiar cosas. Así es con loa blogs, con YouTube, con cartografías colaborativas, con redes sociales móviles como SMS y Twitter… Sólo hay peligro de “uploads” en regímenes totalitarios. Los regímenes democráticos deben saludar estas posibilidades porque justamente fortalecen la democracia, o lo que los griegos chamaban de isogonia. La posibilidad de conversación se amplió y tal vez estemos viendo el surgimento de una sociedad comunicacional planetaria y no apenas informacional. Creo que los medios de masa son medios de información (un emissor que pasa informaciones para la masa de lectores, oyentes, espectadores). Los nuevos medios permiten la producción y emisión de información sin constreñimiento (en sociedades libres y democráticas, claro), el intercambio bidireccional y más horizontalizad. Permite la conversación, el principio más importante de la comunicación. Gabriel de Tarde llamó la atención sobre la importancia de la conversación en su Opinión y las Masas en el inicio del siglo pasado. Creo que estamos viendo cómo esa esfera comunicacional se expande con Internet (ver mi Nova Esfera Conversational).

¿Cómo está modificando, cómo va a modificar, la vida de nuestras ciudades, la computación ubiqua?

Estamos en la fase de los medios locativos y de la hiperlocalización y también en la era de “internet de las cosas” en la que los objetos estarán cada vez más conectados a Internet, tomando decisiones con una mínima participación del agente humano. Estamos caminando para una interconexión global de objetos y de monitoreo de movimentos de cosas y personas. Hoy, existen unos seis objetos conectados para cada humano conectado a la red mundial de ordenadores. Tendremos así dos escenarios a corto plazo. El primero es el del clásico Big Brother, donde esos objetos servirán apenas para la automatización industrial y a la transparencia total (Baudrillard) de la vida cotidiana. Los gadgets van a controlar los procesos infocomunicacionales de nuestras casas y ciudades (la pesadilla es que se transforme un poco como la casa de “Mi tío”, la película de Jacques Tati). El rastreo de personas y objetos servirá para el control, monitoreo y vigilancia comercial, publicitario, mercadológico, político y policial. El segundo escenario es aquel en el que los objetos pueden ser usados para contar historias, de ellos y de sus usos, cambiar informaciones con otros, reforzar la memoria social y colectiva, ayudar en la construcción de una ciudad donde las personas participen más en la vida común, ayudar a saber más sobre los procesos de trabajo en el origen de los objetos y el uso de los recursos del medio ambiente para producir los. Así, la colaboración y la información compartida podrán revelar más sobre las trayectorias de los objetos y sobre nuestras relaciones con ellos. Hay, consecuentemente, una dimensión  política importante aquí, lo que Bruno Latour llama de “parlamento de las cosas”, o sea, traer los objetos, las “cosas” a las “causas”, al debate y a la discusión. El primer escenario es el de la industrialización, automoción y centralización. El segundo es el de la emancipación y construcción de una vida social más consciente de sus problemas (técnicos, ambientales, culturales, sociales…). En realidad, no creo que tengamos un escenario u otro, sino tensiones entre esos dos escenarios en los que se va a decidir el futuro. Todo está abierto. Debemos hazer un esfuerzo para revelar las redes (me refiero a las asociaciones entre los agentes, y no a la estrutura de los computadores) que se esconden en las diversas relaciones entre humanos y no-humanos, como nos enseña la Actor-Network Theory (ANT). Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a revelar esas redes y a abrir “cajas-negras” (procesos, productos, conceptos, estructuras estabilizadas), pueden ayudar a crear visualizaciones de esas redes que amplíen el debate, produzcan controversias y discusión y , así, enriquecer la dimensión política.

Existe una nueva ola de arquitectos y urbanistas más interesados en los espacios, en las relaciones humanas en los espacios urbanos, que en construcción de edificios. ¿Estamos llegando a la era del ‘space making’ y al final de la arquitectura espectáculo?

No lo sé. Creo que ese siempre fue el trabajo de los arquitectos: pensar en los procesos de espacialización, o sea, en las relaciones entre humanos y no humanos (las cosas y objetos) en la producción de espacio. El lugar sólo existe en la tensión entre lugares y cosas. No es aquello que contiene cosas, si no la red que se forma en la relación entre las cosas fijas y en movimiento. Así, todo lo que ha sido hecho para pensar ese “espacio-red” me interesa pues colocar énfasis en el lugar, única dimensión “real”, como hablé anteriormente. No veo el fin de la arquitectura espectáculo, pero hay iniciativas interesantes que piensan los procesos comunicativos en medio a las constituciones del espacio. Pienso en la arquitectura líquida de Novak, en los trabajos de Koolhaas, en los análisis del geógrafo Nigel Thrift… En Brasil, me gusta el trabajo del arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha y de sus aberturas para relaciones con el exterior, con comunicación entre los espacios…

Me interesa bastante el concepto de Sentient ID (identidad digital). Más todavía, cómo conectar identidades digitales con espacios físicos concretos. Todavía más: las aplicaciones, redes y nuevas herramientas digitales que buscan relaciones humanas (con conocidos pero también con desconocidos) en los espacios urbanos. ¿Qué experiencias destacarías en esta dirección?

Creo que estas experiencias pueden ser interesantes si son acciones para potenciar el encuentro con aquello que nos puede completar, con lo que nos falta. Puede ser tanto en una relación social íntima, como en una relación comercial o incluso en ambiente de trabajo. No me gustan los sistemas de indexación de gustos que hacen que los usuarios encuentren siempre aquello con lo que están familiarizados, aquello que ya conocen, lo que les gusta o que encuentren siempre personas próximas a sus pensamientos. Esto es bueno, es útil, es objetivo y es eficaz. Esto es lo que hacen Facebook o Twitter. Pero precisamos ir más allá de eso. Necesitamos potenciar la salida de lo que Eli Pariser llama “filtro burbuja”. Como yo conocí las antiguas comunidades virtuales en el comienzo de la década de 1990 (anónimas, temáticas, abiertas, sin empresas comerciales por detrás) siempre quiero que sistemas de perfiles y mineración de datos puedan potenciar la serendipia y que sean menos funcionales. Pero esto tal vez sea imposible, porque es la antítesis de estos sistemas actuales. Vemos aquí más una dimensión política de las identidades digitales, de los perfiles virtuales, del big data y de la mineración de datos.

El concepto de media building de Paul Virilio parece que ahora es casi tangible. Mucha información en tiempo real producida por objetos conectados pero también por usuarios. ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo vamos a lidiar con el big data? ¿Será más importante el big data ciudadano empoderante o el big data de Internet de las cosas?

El big data tiene dos dimensiones: la del Big Brother, trazando perfiles comerciales y policiales, monitorando marcas y movimientos de personas, controlando y anticipando acciones, o sea, los estudios de “surveillance society” que vienen a cuento en la discusión sobre visibilidad, datos, personas y objetos. Está también el otro lado. Ese big data permite también ver las conexiones, trazar las relaciones en tiempo real, mostrar cómo las redes, en cuanto asociaciones de humanos y no humanos, se forman y se deformam, aquí y allá. Eso puede ayudarnos a comprender las asociaciones, a conocer mejor lo social y sus cuestiones principales en ese y en otros dominios. En ese sentido, las nuevas tecnologías pueden ser herramientas importantes de visualización inédita de las asociaciones y ayudarnos a revelar los peligros y ventajas de las redes que constituyen las diversas áreas de la vida social. Creo que estamos en medio de este torbellino. Debemos crear condiciones para el empoderamiento ciudadano, como por ejemplo, garantizar que cada uno sea dueño de sus datos, que pueda borrarlos, controlar su movimento, convertirlos en privados o públicos. Talvez esa sea una de las dimensiones políticas más importantes y actuales.

El concepto de Smart City (y la mutación de Smarter City de IBM) ha sido criticado por ser bastante vertical, por controlar datos ciudadanos de una forma centralizada y por no abrir los datos. ¿Qué debería mejorar en la gestión de las llamadas ciudades inteligentes? 

Conocí de cerca la experiencia del mayor proyecto mundial al respecto que es el Centro de Operaciones Río (COR), ligado al Ayuntamiento de Rio de Janeiro. El sistema monitora los principais aspectos de la ciudad en tiempo real. Para los administradores y gestores municipales es mucho más importante tener esa visión global y tener datos en tiempo real para tomar decisiones que puedan hacer que la ciudad funcione (luz, agua, obras, tráfico, accidentes, escuelas, puestos de salud, ambulancias…). No creo que la intención, en ese caso, sea monitorar y controlar a los ciudadanos. El sistema está construido para ayudar a los administradores a mejorar el flujo de cosas, informaciones y de los diversos servicios de la ciudad. Es importante tener esa dimensión en mente. Las críticas son pertinentes ya que no podemos delegar la gestión de la ciudad a sistemas informacionales, no podemos simplemente confiar en su funcionalidad o garantizar que los datos no serán usados contra los ciudadanos, o que los datos secretos no serán utilizados para servir a los interesses políticos o de empresas. Ese sistema permite la producción de datos importantísimos para el control social y debe ser transparente en su dimensión digamos, material (datos disponibles para todos, ya que están generados por todos los que usan la ciudad) y política (qué proyecto está por detrás de esta gestión, cuáles son los intereses en juego…). Así, es fundamental que haya transparencia de los datos y de las políticas que están detrás de esos sistemas de Smarter Cities. De la misma forma que se vuelve todo visible y transparente, también tiene que ser visible y transparente para los ciudadanos. No se trata apenas de una gestión urbana, sino de una política de la información. Por ejemplo, en el caso de Rio, sería mucho más interesante se las personas pudiesen también acceder al sistema y tener conocimiento de los datos generados en esos sistemas. Esto no ocurre. Hay apenas informaciones vía Twitter – forma de diálogo con los ciudadanos – y tres boletines diarios oficiales.

¿Qué piensas de la placa/movimiento Arduino, del hardware libre, de los datos ciudadanos distribuidos y de herramientas abiertas de visualización como Pachube?

Suelo decir que así como Internet tomada de los militares por la vida social, necesitamos una “arduinización” de Internet de las cosas. Precisamos salir del M2M (machine to machine) de las grandes empresas e industrias y promover un uso social, una apropiación social de los objetos y dotarlos de capacidades infocomunicacionales de “abajo para arriba”. Sólo así produciremos sentido con los objetos y sobre los usos y los datos generados a partir de estos objetos.

(dos preguntas originales respondidas en una respuesta)

Hablando de medios e información. ¿Los medios de masa han entendido la información geolocalizada, el periodismo ciudadano en tiempo real, la nueva piel de información generada por el enjambre ciudadano?

Henry Jenkins hablaba de storytelling transmedia. Me gusta hablar en los últimos tiempos de la ciudad transmedia. ¿Es exagerado considerar la ciudad física como una nueva plataforma informativa?

La ciudad siempre fue un organismo artificial híbrido resultante de flujos informacionales y comunicacionales. Siempre. En ese sentido,  es desde siempre transmedia. Creo que debemos tener cuidado al adoptar esos términos. Puede ser interesante para ilustrar algunos aspectos, pero no pueden ser vistos como conceptos definitivos y esclarecedores. Hoy tenemos nuevos flujos comunicacionales, nuevas formas de circular, producir y consumir la información, y eso sobre sus más diversas modalidades. Pero las ciudades son ciudades cyborgs desde siempre, artefactos compuestos de flujos de cosas, personas, informaciones. Así como hoy. Lo que veo de nuevo es la posibilidad de resaltar procesos infocomunicacionales y politizar de forma global los destinos locales de los espacios urbanos.

¿Qué importancia tiene el movimento ‘open data’ en el funcionamiento de las ciudades? ¿Vamos a ver visualizaciones con realidad aumentada sobre datos concretos de edificios, barrios, calles y plazas? ¿Datos abiertos geolocalizados?

Creo que la realidad aumentada es interessante pero no debe ser una forma única de narrativa de lo urbano. No puede ser un instrumento que disminuya la complejidad de lo real al revelar toda la verdad sobre objetos, monumentos, plazas, etc. En muchos casos la realidad aumentada disminuye la complejidad de lo vivido. Hay experiencias interesantes de realidade aumentada (artísticas y políticas) y otras bien comerciales, como encontrar puntos comerciales, de metro o autobús, o informaciones turísticas. No creo que eso sea verdaderamente innovador. Es útil, pero necesitamos siempre de algo más que lo útil.

Conceptos como inteligencia colectiva (Pierre Lévy) o enjambre (Kevin Kelly) parecen tener más sentido en la nueva era de Internet móvil. El movimento 15M de España (Indignados) está desarrollando muchas herramientas de real time + inteligencia colectiva. La última, #Voces25S para visualizar en un mapa gracias a hashtags la situación de la policía en la ciudad…

Sí, como dije, son las potencias generadas por tres principios de la cultura digital y que permite la emergencia de voces, su circulación, lo compartido y, por consiguiente, la transformación social, económica, cultural, política.

(dos preguntas originales respondidas en una respuesta)

Por otro lado, las dinámicas del movimento del software libre y de código abierto están contagiando a las ciudades. Colaboración, co-creación, procesos bottom-up… están siendo usadas en procesos de construir ciudades…. ¿Qué otras dinámicas del mundo del software libre (o de las redes en general) están yendo hacia las ciudades físicas?

Los movimentos como el 15M – Occupy han creado nuevos paradigmas de ciudades. Algunos estamos hablando de ciudades P2P, ciudades open source, cidades copyleft…  ¿Cómo vamos a estudiar de aquí a unos años estos movimentos que mezclan ocupaciones de plazas con procesos de redes?

Debemos evitar esos términos, o usarlos apenas de forma bien caricaturesca, para ilustrar pero no para comprender los fenómenos. No creo que haya “ciudad open source”, “revolución 2.0”, “ciudad P2P” etc. Lo que hay es una relación híbrida entre agentes humanos y no humanos con las nuevas herramientas infocomunicacionales y en red. Y no es poco, y comprendo cuando añades esos términos a conceptos antiguos como “ciudad”, “revolución” etc. Pero necesitamos tener cuidado para cometer errores frequentes de purificación. Escribí recientemente un artículo cuestionando eso (Things (and People) are the Tools of the Revolution), sobre la primavera árabe. Unos decían que era una  revolución 2.0 y otros que no, que eso no era posible, pues era una “revolución de las personas”. Ambos estaban equivocados. No hay una cosa ni otra, sino siempre procesos híbridos. No fue una revolución de Facebook o de Twitter, no fue una revolución de personas: fue una revolución en que la asociación entre Twitter, Facebook, Youtube, y personas fueron fundamentales en ese momento. Esto puede que no pase en el futuro porque no hay esencia revolucionaria en esas redes sociales, así como no hay acción humana sin acoplamiento a los más diversos artefactos (piedras, panfletos, bombas, cuchillos, celulares, computadores, redes sociales…). Depende de nosotros, en cada momento, revelar las asociaciones. En este caso específico las redes sociales fueron agentes importantes en los acontecimientos políticos. Revoluciones, ciudades, siempre fueran movimientos y constituciones híbridas. Devemos reforzar el entendimiento de las características de los nuevos artefactos que difieren mucho de los anteriores por su potencia global infocomunicativa.

Hablando de Brasil, ¿como piensas que los brasileños, creativos y sociales, van a encarar esta nueva era de Internet móvil y de la sociedad conectada?

Pienso que la cultura brasileña, una cultura de la gambiarra (algo así como ‘buscarse la vida’, hacer todo de cualquier forma), de lo improvisado, del “jeitinho” (hace cosas por debajo), tiene todo para sacar provecho de la cultura digital. Pero tenemos que ir más allá del estereotipo del brasileño cordial, creativo, alegre y social. Necesitamos educación, política de la información, de igualdad social que garantice acceso para todos, que entiendan las potencialidades estratégicas para el país de esa era de la información digital en red y que, principalmente, no tenga una posición paternalista que intenta enseñar o adoctrinar a los menos privilegiados. Creo que será de la gambiarra y de la improvisación que nacerá, junto con políticas públicas de comunicación, educación y infraestructura (y de las respectivas inversiones consistentes), una cultura brasileña digital que pueda, en primer lugar, mejorar las condiciones de la vida de la población y, quien sabe, más adelante, impulsar de la cultura digital mundial, desarrollar contenido, softwares, hardwares, incluir y garantizar constitucionalmente la libertad y la autonomía de la red, como pretende el Marco Civil da Internet Brasileira. Tenemos que aprobar ese Marco lo más rapidamente posible. Es único en el mundo y un ejemplo a ser seguido. Nosotros, brasileños, somos hard users de las redes sociais, somos los que pasamos más tiempo conectados a Internet, producimos discusiones interesantes sobre la cultura proprietaria de los bienes simbólicos (copyright), desarrollamos experiencias interesantes con softwares de código abierto, creamos una cultura digital con pocos recursos en las periferias (música, vídeo, literatura…). Pero precisamos potenciar lo que tenemos de más interesante en la constitución del pueblo brasileño con políticas públicas inteligentes, antenadas con el espíritu de la época y que garanticen la libertad de información y el aceso de todos.

Para finalizar. Comenta un posible futuro utópico (hablando de tecnología) del mundo y un futuro distópico.

Ninguno de los dos existe. Sólo existe el presente, y tenemos que hacerlo ahora para que lo que venga de aquí en adelante sea siempre la batalla de visiones sobre lo mejor de los mundos contra el peor de los mundos posibles. Lo que interesa es que tengamos garantizada la libertad del debate y de la justicia en las elecciones resultantes de estos debates. Utopía y distopía son sólo nombres para decir aquello que queremos o no queremos. La discusión viene antes. La multivocalidad, la visibilidad de culturas diferentes, la comunicación global que la cultura digital aporta pueden ayudarnos a construir ese espacio global de conversación y resolver los problemas urgentes del planeta y de la convivencia en los espacios urbanos. Pero lo dejo por aquí porque creo que estoy siendo utópico.

 

Espacios en Red (#HackingHarvard)

Networked Spaces, Emerging Communities. Así titulé la charla que preparé para el NetWorked Urbanism Studio que Ecosistema Urbano está desarrollando hasta finales de año en la Universidad de Harvard de Estados Unidos. Cuando José Luis Vallejo (@jlvmateo) y Belinda Tato (@belindatato) me invitaron para participar en el Gradual School of Design de la Universidad de Harvard, tuve bastante claro el eje de la charla-clase: Especios en red, comunidades emergentes. Una frase del slow- arquitect Francesco Cingolani iluminó el camino: ¿Y si conectamos las redes virtuales con un espacio físico, libre y vacío?. Mi presentación – alrededor de ciudades en red y comunidades empoderadas – se fue construyendo orgánicamente.

Declaración Universal de Derechos Urbanos

«Microentrevistas a ciudadanos sobre cómo es y podría ser la ciudad. Observamos, escuchamos y contamos, para que esa información esté disponible para los que reflexionamos y actuamos sobre ciudad». Directo, simple y contundente. Así es el proyecto Declaración Universal de los Derechos urbanos, el remix que el colectivo multidisciplinar Zuloark de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU. La idea es redonda: abrir un espacio para que los ciudadanos compartan sus ideas sobre la ciudad. Los entrevistados tratan, según el propio site, de proponer un derecho urbano que habría que proteger, un derecho a conquistar  y qué se debería erradicar.

Vale la pena darse un paseo por todas las declaraciones. Quien lo prefiera puede navegar por etiquetas como Movilidad, Paisaje Urbano, Economía Urbana, entre muchas otras.  Lo que más me gusta del proyecto es que está gobernado por la inteligencia colectiva. Cualquier persona puede subir su microentrevista al site. La revolución de internet no es el download, como afirma el coro antipiratería, sino el upload, que cualquiera pueda subir cosas. Y este proyecto es la prueba perfecta. El resultado es un relato coral, distribuido y polifónico de derechos urbanos. Un relato que conforma una nueva piel de contenido de una ciudad imaginaria y compartida construida de retazos de urbes reales. La suma de microentrevistas es un abanico plural de propuestas concretas para nuestras ciudades.

Los posibles desdoblamientos o mutaciones del proyecto son casi infinitos. Se podría elaborar uma cartografía colocando cada vídeo en su lugar de realización. Se podrían colocar códigos QR en esos lugares (o en otros) para que la gente pudiera escanear los códigos con sus teléfonos móviles y escuchar las microentrevistas. Se podrían disponibilizar todos los códigos creados e incentivar que los ciudadanos se los bajen y los cuelguen en las paredes de las ciudades. Se podrían crear herramientas (o usar algunas ya existentes) para que los protagonistas de las microentrevistas hagan cosas juntos. Se podría dar la posibilidad de enviar el vídeo, tal como se envían peticiones en plataformas como Change.org o Oiga.me, a un político concreto…. El primer paso, este gran proyecto, ya está dado. Las remezclas están en el tejado de las multitudes conectadas.

He escogido la microentrevista del colectivo Leon11 por varios motivos. Primero, porque deciden colocar sillas en el espacio público para charlar. Segundo, porque la policía dijo lo siguiente: «NO es legal sacar sillas a la calle. ES OCUPACIÓN DE LA VIA PÚBLICA, es denunciable». Tercero, porque ya tenemos una ley a erradicar: no poder disfrutar del espacio público como lo hacían nuestros abuelos.

Si has llegado hasta aquí y te gustó este proyecto, te encantará Urban Leaks (también de Zuloark).