De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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Último post en Código Abierto, primero de #CódigoAbierto_CC

 

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Étiqueta más repetida en el blog Código Abierto

Esta es la última entrada del blog Código Abierto de 20Minutos.es Esta aventura comenzó el día 2 de diciembre del año 2011 con el texto Código abierto para una nueva era. Y acaba exactamente un año y medio después, con este texto de despedida. Ha sido una época intensa, convulsa, emotiva e indescriptible. La relación de la cabecera 20Minutos.es con Código Abierto con ha sido amable, cordial y respetuosa. Podría haber sido mucho más fructífera, sin duda. Y tal vez no haya sido lo suficientemente valorado mi entusiasmo y (excesivas) horas de trabajo. Pero 20Minutos.es ha respetado siempre el contenido de este blog. No he sufrido ningún intento de censura. Salvo pequeños detalles muy puntuales – un mínimo cambio de titular – nadie intentó que cambiara una coma. El equipo de 20Minutos.es ha mantenido muy alto el listón de la libertad de expresión y la ética periodística. Existen muy pocos medios a la altura ética de 20Minutos.es. Se merecen todo nuestro respeto.

El balance de Código Abierto es, en mi opinión, extraordinario. En el año 2012, el blog tuvo 342.775 usuarios únicos. Cierto: no es un número elevado para 20Minutos.es, aunque sí para cualquier blog. Sin embargo, lo cuantitativo no expresa la riqueza de la experiencia, de la comunidad creada, del contenido republicado o de su relevancia global. Código Abierto ha sido una pequeña linterna que ha iluminado rincones invisibles, ignorados por los apresurados medios de masa que apenas vislumbran las cantidades, el número total de visitas. Gracias a su licencia libre – y a su relevancia y/o calidad – mis entradas han sido republicadas constantemente en lenguas como el inglés, portugués, francés, alemán o italiano. ¿Cómo se calcularía la relevancia y lo cualitativo en un medio? Que se lo cuenten a Materia, que gracias a potenciar las republicaciones se han convertido en la web líder de ciencia en lengua española en menos de un año.

Gran pregunta. Lo cuantitativo, desde el pasado diciembre, empezó a preocupar a Melisa Tuya, la competente y atenta coordinadora de los blogs de 20 Minutos. Intercambiamos muchos mails sobre ello. Mis argumentos eran simples. Tal vez no yo no necesitase muchos más lectores. Simplemente quería mantener mi comunidad. Una comunidad, bastante influyente, por cierto. Una comunidad que dialogaba (y mucho) alrededor de un contenido diferente, relevante. No vi clara la opción de bajar el listón del contenido para transformarlo en un blog divulgativo (aunque sí estaba en el pacto inicial). Lancé muchas preguntas y dudas a Melisa.

Eran preguntas que servían para todos los medios. Preguntas para las que no existe una única respuesta. ¿Cómo se mide la influencia de un blog? ¿Por qué no se miden los links entrantes a los post? ¿Cómo se calcula la gente que lee un texto en revistas sociales personalizadas de plataformas como FlipBoard, ZITE, Paper.ly o Prismatic? ¿Cómo se mide el número de veces que incluyen un texto en Scoop.it? ¿Qué reputación aporta que un texto aparezca en la portada de agregadores como Menéame o Digg aunque la gente no clique en los links? ¿Por qué se valoran las republicaciones de una entrada? ¿O que un lector transforme en libro un post tuyo (Comienza la #GuerraNarrativa)? Yo argumentaba que el texto Un manifiesto posperiodístico circuló muchísimo. Y en varias lenguas. Apenas en español,Google proporciona 1.330 impactos. ¿Cómo se mide la influencia de un texto que se lee en otras plataformas y no donde se publicó originalmente?

¿Para cuándo un medidor cualitativo? Hace unas semanas Alejandro González, del prestigioso y vanguardista estudio Outliers.es, me comentaba que es urgente crear un «medidor cualitativo». También, que Código Abierto es uno de los que más circulan en redes sociales de todos los blogs de 20Minutos.es. Curiosidades para el equipo comercial: la entrada más visitada del pasado mes de mayo fue Toquéame, la aplicación móvil contra Bankia, con  9.257 visitas. ¿La entrada que posiblemente menos gustó al departamento comercial es la que más gusta a los lectores? Houston/20Minutos.es /medios del mundo, tenemos un problema.

No descarto seguir vinculado al grupo 20 Minutos, realizar reportajes concretos u otros menesteres. Pero a partir de ahora, reforzaré la colaboración en otros medios en lengua española, inglesa y portuguesa en los que ya escribo. Pero Código Abierto continúa. Continuará aún sin saber si el blog se incorporará a otra cabecera. Dado que alrededor del blog ha surgido una creciente comunidad de lectores he decidido continuar con la aventura. En este caso, una aventura compartida. #CódigoAbierto_CC  (link provisional) no será una plataforma exclusivamente mía.

Será una plataforma para la comunidad. Publicaré contenido propio, pero  también se publicarán textos de calidad de otras personas. Republicaremos contenido relevante que tenga licencia libre. Aportaremos reposo, contexto. Huiremos del último minuto. Además, pretendo investigar la vía de la comunicación-acción. #CódigoAbierto_CC pretende ser a su vez una caja de herramientas para que los lectores se relaciones, abran campañas activistas y compartan código. Intentaré lanzar lo antes posible el proyecto #CódigoAbierto_CC en la plataforma de crowdfunding Goteo.org, para construir la mejor plataforma posible. Una plataforma, a su vez, que aspira a ser sostenible económicamente.

En general, será muy bienvenida la ayuda de:

-Programadores con conocimiento de WordPress.

-Diseñadores

-Periodistas

-Editores

Quien tenga interés en participar, que deje un comentario en esta entrada o que me escriba por mail:

bernardobrasil@gmail.com / codigoabiertocc@gmail.com

El dominio www.codigo-abierto.cc ya está registrado. El link provisional es https://codigoabiertocc.wordpress.com/

Acabo de abrir la cuenta de Twitter @CodigoAbiertoCC 

El trabajo realizado será incluído en el proyecto de Goteo.org.

En breve, recopilaré las mejores entradas de Código Abierto (tal vez todas) en formato de libro digital.

Gracias por la compañía

Bernardo / @bernardosampa

Toquéame, la aplicación móvil activista contra Bankia

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#ToqueaBankia, la campaña activista que pretende bloquear todas las sucursales de Bankia físicamente, está a la vuelta de la esquina. Mañana por la mañana, los usuarios registrados en la plataforma #ToqueaBankia llenarán las sucursales de Bankia de toda España e intentarán bloquearlas de forma legal. Nada de violencia o de actos ilegales. El cansinismo – una palabra para definir acciones de guerrilla o de distracción – inundará las sucursales y pondrá el punto de salida de los actos / procesos / eventos de la conmemoración del 15M. Preguntas, performances, reclamaciones, acciones imaginativas. Todo vale siempre que sea legal. Para quien no quien no conozca bien la campaña: aquí una entrada de este mismo este blog.

Me llama la atención que siendo ToqueaBankia una gran campaña de innovación tecnológica y social, muchos medios la estén ignorando. La aplicación móvil Toquéame es un gran ejemplo de dicha innovación. «El kit de Toque a Bankia incorpora – asegura la nota de prensa – la primera herramienta para android de la historia (y la mejor de momento) para cansinear a la banca desde un terminal telefónico. Puede descargarse por el módico precio de 0 euros desde google play, cocretamente aquí«. Toquéame conecta al usuario con las sucursales de Bankia que quiera y facilita la llamada a las mismas. La APP, que bien podría haber creado un banco para facilitar la vida a sus usuarios, se usará para molestar de forma legal a la sucursal e impedir su funcionamiento. Su código fuente es libre y está a disposición en Github.

#ToqueaBankia inaugura un nuevo camino en el activismo: las acciones distribuidas. Crea una plataforma, una herramienta, ponla al servicio de la comunidad. Y la campaña caminará sola. Deja el mundo virtual. Salta al mundo físico. Las nuevas acciones en red, para dejar el a veces ineficiente y superficial clickactivismo, tienen que cocinarse en red y dar el salto al mundo físico. Nada mejor  para concluir esta entrada que un extracto de la nota de prensa de Toque a Bankia: «nos gusta crear bucles entre la red y la calle. Una realidad donde herramientas digitales libres permiten organizarse de forma descentralizada e interferir en esa realidad palpable, es decir, herramientas digitales en la red para cansinear en la calle».

Hashtags de Twitter para seguir la acción: #ToqueABankia #EscueladeCansinismo

MediaLab Prado, diez años de innovación

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Imagen: una modificación de la aparecida en Nómada Blog

Para algunos de los grandes gurús de la innovación la palabra del momento es lab. Laboratorio, tal vez, no sea la traducción más apropiada. La definición de la Real Academia de la Lengua de «laboratorio», de hecho, es insuficiente: «Lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos y trabajos de carácter científico o técnico». El matiz habría que buscarlo en el nacimiento del Media Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT), en 1985: un espacio donde converge la tecnología, el arte multimedia y el diseño. Sin embargo, en los últimos años, el modelo MIT parece estancado y obsoleto. Y están surgiendo otros labs más innovadores y relevantes. Y aquí es donde el MediaLab Prado, que acaba de cumplir diez años e inaugura su nueva sede en la Serrería Belga de Madrid, se ha erigido como la gran referencia mundial de la era de los labs.

¿Qué es exactamente un lab? ¿Un laboratorio tecnológico? ¿Un espacio multidisciplinar abierto a la ciudadanía? Quizá no sea necesario acotar del todo la definición de lab. Tal vez baste con observar el paisaje global y fijarse en algunos detalles locales. Cualquier ciudad que quiera reinventarse y adaptarse a la era de las redes apuesta por un lab urbano como el Laboratorio del Procomún de Rosario, en Argentina. Los centros culturales están mutando hacia un paradigma más abierto más allá de los objetos artísticos, como el Ljudmila Media Lab (Liubliana, Eslovenia). Los espacios de arte digital, como el prestigioso Eyebeam de Nueva York, se reciclan apoyándose en lo colaborativo. En todos los casos anteriores el común denominador, la inspiración y el modelo es el MediaLab Prado del Ayuntamiento de Madrid. Y así ocurre con decenas de instituciones, labs, universidades y centros culturales de todo el mundo. Cualquier ciudad del mundo sueña con tener algo parecido al MediaLab Prado. ¿Pero por qué el ADN de este mediaLab se ha convertido en el objeto de deseo de sectores tan dispares como la innovación tecnológica, la cultura o la participación cívica?

 

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El secreto (a voces) del MediaLab Prado podría estar en una definición de José Luis de Vicente: «es una incubadora de comunidades». De hecho, ambas palabras, «incubadora» y «comunidad» han estado en boga en los círculos del Silicon Valley y las agencias de community managers anglosajonas. Sin embargo, casi nunca han ido de la mano. Y es que la innovación en la Era Red camina, como recogen Juan Freire y Antoni Gutiérrez Rubí en el Manifiesto Crowd, hacia otras direcciones: «Los viveros de empresas (siglo XX) han muerto y han nacido los espacios de innovación colectiva (siglo XXI)». La «incubadora» es insuficiente si no existe una «comunidad». Y por eso un lab – su espacio físico y su capa digital – tienen que ser ante todo una plataforma abierta. Por eso el MediaLab Prado se ha convertido en un espacio de convivencia, innovación y co-creación colectiva tan importante.

El MediaLab Prado es una plataforma, física y digital. Es en espacio físico abierto a todo el mundo y una laboratorio de ideas conectadas en red. El MediaLab es un laboratorio interdisciplinar para crear e innovar. Y un detalle importantísimo: su fortaleza no reside apenas en la programación propia, cocinada por comisarios y especialistas. Su vigor también está en los grupos de trabajo, encuentros y proyectos cocinados de forma horizontal por las comunidades de ciudadanos que frecuentan la sede del MediaLab Prado o participan en él digitalmente. Cada viernes, por ejemplo, existe un open lab en el que cualquier persona puede colaborar y crear proyectos con cualquier persona. Y aquí está otro detalle crucial: el prototipado, término que viene de la cultura digital y de la programación informativa. La cultura del prototipado no genera productos definitivos y cerrados. Trabaja de forma transparente y colectiva en proyectos abiertos, mejorados en tiempo real por la inteligencia ciudadana. Además, el MediaLab Prado se ha convertido en un espacio catalizador donde se encuentran la cultura, la tecnología, las redes, la ciencia, la educación y la innovación.

Sin duda, las líneas de trabajo oficiales del MediaLab Prado son ejes reconocidos, necesarios y relevantes. Su Interactivos? (laboratorio sobre aplicaciones creativas y educativas de la tecnología), su Visualizar (visualizaciones de datos y ciudadanía) o su Laboratorio del Procomún (investigación transversal alrededor del commons) son clarísimas referencias internacionales. Sin embargo, no menos influyentes son los grupos de trabajo auto gestionados Funcionamientos: Diseños abiertos y remezcla social o Género y Tecnología, por citar algunos. El MediaLab Prado es más que un centro cultural, mucho más que un edificio lleno de obras de arte o infraestructuras tecnológicas. Es un conector, un hub, una plataforma que activa la inteligencia colectiva que está transformando la industria, la economía, la tecnología, la educación y el arte en todo el planeta.

8650721371_42c27faed5Imagen: La serrería Belga. Licencia: Creative Commons Share Alike

¿Cuáles son los desafíos del MediaLab Prado en esta nueva época? Sin duda, muchos. Uno importante es canalizar la innovación empresarial y navegar en los nuevos paradigmas económicos. En un momento en el que el mismísimo The Economist le dedica una portada a la sharing economy (economía compartida), el MediaLab Prado está muy bien situado. Y puede convertirse, si sigue su ya reconocida senda, en un gran catalizador de la inteligencia ciudadana, las redes, la cultura abierta y la innovación que necesita Europa. De hecho, la conexión de personas en MediaLab Prado de estos años ha dado pie a proyectos y start ups ciudadanas como MLP, Play the Magic, Open Materials, Hackteria, Lummo, Muimota, Máster DIWO, Ultralab o Data Citizen Driven City, entre muchos otros. Algunos nuevos grupos de trabajo como el IoT Madrid (Internet de las Cosas) o proyectos en exhibición como Impresoras 3D: Makerbot y Reprap son toda una apuesta de futuro.

Sin embargo, en un momento en el que la mayoría de la población del planeta se concentra en ciudades, el gran desafío del MediaLab Prado es la innovación urbana. No es casualidad que algunos de los labs influyentes en el mundo estén apostando sus cartas a la innovación urbana, como  el CityLab de Cornellà en Barcelona o el BMW Guggenheimlab de Nueva York. Por eso, es vital que el MediaLab esté situado en el corazón histórico de Madrid. Su vocación urbana es patente en grupos de trabajo como Ciudad y procomún, la nueva estación de Ciencia Ciudadana o proyectos como Hacer barrio o Quality Eggs. 

La historia del barrio de las Letras donde se ubica el MediaLab Prado nos brinda otra clave interesante. Las instituciones científicas fueron las responsables del primer ensanche de Madrid y la expansión del barrio de las Letras. En el siglo XVIII, en apenas tres décadas la ciudad vio cómo se levantaban el Jardín Botánico, el Observatorio Astronómico, la Academia de Ciencias (hoy Museo del Prado), el Hospital General hoy Museo Reina Sofía) y el Gabinete de Máquinas (destruido, pero cerca del antiguo Museo del Ejército). El nuevo emplazamiento del MediaLab Prado, la Serreria belga, es otra metáfora: la era industrial que abandonó los entornos urbanos.

Por todo ello, convertir un espacio industrial abandonado en un lab de innovación ciudadana justo donde empezaron a dialogar las letras y las ciencias es una metáfora verdaderamente prometedora.

Diez tuits sobre el Día Mundial de los Datos Abiertos

Datos abiertos como condición de la transparencia. Datos abiertos como garantía de acceso al conocimiento. Datos abiertos como una puerta abierta a la innovación. Datos abierto como un primer paso hacia el gobierno abierto. Datos abiertos como un activador de la inteligencia colectiva en entornos urbanos. Seis redondas, poética e inspiradores. Pero la realidad es algo más prosaica. Y que existan datos abiertos, especialmente en la política, no significa que vaya a existir una sociedad abierta. Mucho menos un Gobierno abierto, que implica co-creación de políticas, la colaboración y la participación. Vale la pena leer el texto La promesa del open data y la ambigüedad actual del concepto de Gobierno abierto, de Mauricio Delfin.

Aunque el concepto de open data – datos abiertos en español – no garantiza ninguna de las realidades incluídas en las «seis frases redondas», son un paso necesario e inevitable en la nueva sociedad red. Por eso todavía sigue siendo necesario el Día Mundial de los Datos Abiertos, celebrado cada 23 de febrero (hoy). La muerte del activista Aaron Swartz y el espontáneo movimiento #PDFTribute (que liberó publicaciones académicas de todo el mundo con formatos y licencias libres) mostró que los datos abiertos son más actitud que tecnología. Mientras el Gobierno del Partido Popular intenta aprobar una descafeinada ley de transparencia en España que deja al margen a la Monarquía y a los partidos políticos, entre otras cosas, el mundo se mueve. El futuro tendrá #DatosAbiertos o no será.

Recomiendo leer en Twitter lo que está pasando en las etiquetas #OpenDataDay, #DatosAbiertos y #OpenData. Para los que no tengan demasiado tiempo, no usen Twitter y/o confíen en este blog, he escogido este Diez tuits sobre  el Día Mundial de los Datos Abiertos (con algunos que he encontrado sin hashgtag o con fechas anteriores).

 

 

 

 

 

 

 

Copyfarleft, más allá del copyleft

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¿Son las licencias libres una alternativa viable al tan criticado copyright? ¿El denominado copyleft – permitir la copia y las obras derivadas de un trabajo- es beneficioso por los autores? Tras la publicación de mi texto Diez años de Creative Commons, en el que defendía la utilidad de dichas licencias, surgieron algunas voces críticas. Desde el Twitter oficial de la plataforma Cultura Libre atacaron de lleno a las licencias Creative Commons basándose en un caso concreto: una fotografía del quincenal Diagonal que el El País utilizó (aquí detalles). David García Aristegui, miembro de la plataforma Cultura Libre argumentaba en un texto en La Marea que la licencia usada por Diagonal (CC by-SA: Creative Commons atribución-compartir igual) «está suponiendo en la práctica el facilitar la apropiación del trabajo ajeno sin remunerar, y sin distinguir entre El País, un partido neonazi o un blogger fan de tu trabajo».

Copyleft, ¿liberación o explotación? Vayamos por partes. La licencia usada por Diagonal, la más abierta de Creative Commons, permite «copiar, distribuir y comunicar nuestros contenidos públicamente; citarlos parcialmente y remezclarlo; Hacer un uso comercial». El País, ciertamente, es libre de pagar a un fotógrafo que ya ha sido remunerado por Diagonal. Pero tiene la obligación de publicar la foto con la misma licencia. Forzar que un diario masivo con copyright use un licencia abierta me sigue pareciendo una buena idea. En casos concretos, además, un colectivo o un free lance pueden llegar a imponer agenda. Así ocurrió en Brasil, cuando el colectivo Fora do Eixo, distribuyendo fotografías con Creative Commons de un evento invisible para la prensa, el festival Baixo Centro de São Paulo, consiguió portadas en todos los grandes medios del país en una edición de domingo.

Sin embargo, si los medios masivos usasen los trabajos licenciados con copyleft para ahorrar presupuesto y así no enviar a sus fotógrafos / periodistas / free lances habituales, estaríamos ante un caso de saqueo del ‘procomún’ en beneficio propio. Si el mundo estuviera compuesto por lo que Zygmunt Bauman denomina ‘comunidades éticas’, regidas por compromisos a largo plazo, no existiría este problema. Si la peer-to-peer production de pequeños productores en red que preconiza Michel Bauwens ya gobernase el planeta, tampoco veríamos estos casos. Mientras llega el momento, una posible solución a esta situación sería usar el CopyFarLeft. Dicha licencia fue propuesta hace unos años por el programador de software libre Dmytri Kleiner en su libro The Telekommunist Manifesto. Dmytri, preocupado sobre cómo el mercado obtiene beneficios del procomún, del movimiento open source y al copyleft, dio forma a una licencia abierta con algunas restricciones de mercado. The Telekommunist Manifesto, donde Dmytri adapta el Manifiesto Comunista de Karl Marx a la era de las redes, incluye algunas de las siguientes ideas:

«Para que el copyleft tenga algún potencial revolucionario debe ser Copyfarleft. Debe insistir en que los trabajadores sean dueños de los medios de producción.

Una licencia copyfarleft debe hacer posible que los productores compartan libremente y que conserven el valor del producto de su trabajo. En otras palabras, los trabajadores deben poder hacer dinero al aplicar su propio trabajo a la propiedad mutual, pero debe ser imposible que los dueños de propiedad privada hagan dinero al utilizar trabajo asalariado.

Así, bajo una licencia copyfarleft, una imprenta cooperativa propiedad de los trabajadores debe poder reproducir, distribuir y modificar el stock común como quiera, pero una compañía editorial privada no podría tener libre acceso».

Las licencias basadas en el Copyfarleft, como la Peer Production License, harían imposible que un diario de El País obtuviese lucro de una fotografía de Diagonal por una sencilla razón: los trabajadores no poseen los medios de producción. El País no está orientado al procomún y está basado en la propiedad privada. Sin embargo, el copyfarleft sí permitiría que la fotografía de Diagonal fuese republicada por La Marea (Madrid) o La Diaria (Montevideo). Creo que el copyleft, en muchas ocasiones, puede ser más útil, incidente y relevante que el copyfarleft. Puede hackear medios masivos e imponer agenda. Sin embargo, el copyfarleft puede ser muy eficiente para parar la explotación del procomún por parte de multinacionales y empresas netamente capitalistas. También es una opción interesante para el hardware abierto: tal vez algunas pequeñas firmas tecnológicas se animen a abrir su código sabiendo que las grandes multinacionales no se aprovecharán de su conocimiento.

Mecambio.net, alternativas libres y sostenibles para todo

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«¿Sientes que tras los bienes que necesitas en tu vida (energía, comida, agua, ropa, etc.) se esconden grandes males (corporaciones, contaminación, especulación)? ¿Sientes que tras los servicios que contratas sólo prevalece maximizar beneficios? ¿Piensas que una economía real, la distribución social y ecológicamente eficiente de bienes, debe prevalecer sobre la economía especulativa? Cámbiate, hay alternativas. Aquí encontrarás una guía selectiva de servicios para particulares a los que puedes acceder desde ya en Españistán». Así de simple es la declaración de intenciones de Mecambio.Net.

La plataforma Mecambio.net, que nació el pasado mes de diciembre, pretende «recopilar proveedores de cualquier campo de actividad que promueven formas de consumo, prosumo y producción basadas en otros valores». Las características que tienen que cumplir, afirman en su web, es la «gestión, producción y relaciones que sean sostenibles, justas, distributivas (no acumulativas) y participativas (no clientelares)». El nuevo mundo en red encontró una alternativa a la Enciclopedia Británica, la Wikipedia. Una muy sólida a los sistemas operativos cerrados como Windows: Linux. Y ahora, gracias al creciente directorio de Mecambio.net, los usuarios podrán encontrar una alternativa para cada X a despejar. Mecambio.net incluye las siguientes categorías: finanzas, energía, conectividad, alimentación, cultura y conocimiento, vivienda, ropa/muebles/objetos y salud .Repaso algunas de ellas.

Finanzas. Mecambio.net incluye en su web a algunas cooperativas de ahorro (com Coop57), bancos éticos (como Triodos Bank) o plataformas para  financiar proyectos (Goteo.org) o monedas sociales (como la divisa P2P BitCoin o la sevillana Puma). Acá la lista completa, que sigue creciendo con la aportación de los usuarios.

Energía. Mecambio.net destaca proyectos «que hacen posible una gestión sostenible, no centralizada y cooperativa» e incluye iniciativas de autogestión energética como GoiEner o SomEnergia.

Conectividad. Mecambio.net hace un repaso básico a «herramientas libres (no sujetas a copyrights, patentes o monopolios) y abiertas a que cualquier persona las mejore y adapte». Incluyen el buscador Duckduckgo (que no registra los pasos de los usuarios ni hace negocio con ello), el sistema operativo Ubuntu, la red abierta y libre Guifi.net y la red social libre N-1.cc, entre otros.

Cultura y conocimiento. Mecambio.net hace un buen repaso, más pensado en todas aquellas personas que todavía no saben mucho sobre cultura libre. El inventario incluye licencias libres como Creative Commons, plataformas donde informarse bien como la X-net, proyectos de música compartida como Jamendo o Bandcamp, iniciativas alrededor de la literatura abierta como Traficantes de Sueños o Bookcamping.c o catálogos de cine online y libre como Filmin. No podían faltar la recomendación de usar el protocolo torrent y programas como Vuze.

El hashgtag en Twitter promovido para debatir e incluir alternativas es #Mecambioya.

Niños africanos hackean un tablet (mientras yo viajo)

 

 

Este blog estará parado durante las próximas dos semanas. Estoy viajando por Mozambique y Africa del Sur. Estoy conociendo practicas, proyectos y experiencias muy interesantes. No puedo garantizar que pueda publicar lo que estoy viendo en tiempo real: la conexion a Internet deja mucho que desear. Además, la desconexión es necesaria. En la segunda mitad de enero contare algunas cosas que he ido descubriendo relacionadas con redes mesh, conexión de personas a traves de móviles, cultura ancestral colaborativa o P2P. Os dejo con una lectura mas que recomendable: Niños etíopes hackean tablet en 5 meses sin instrucciones.  La iniciativa One Laptop Per Child dejó varios tablets en una aldea etíope donde el analfabetismo llegaba casi al 100%. Y el resultado fue brutal.

Los ninos etiopes no solo aprendieron a encender los tablets sin nunca haber visto un botón. En cinco dias, como cuenta Nicholas Negroponte, fundador de One Laptop Per Child, estaban usando 47 apps por niño  y dia: «En dos semanas, en dos semanas estaban cantando canciones de la ABC en inglés. En cinco meses, hackearon Android». Este hecho pone de patas arriba muchas cosas, empezando por el sistema educativo. Tambien, ilumina el camino del código abierto. Compartir el codigo de las creaciones, objetos, máquinas, abre una puerta espectacular en el planeta tierra. Cualquier cosa puede evolucionar, mutar, mejorar. Cualquier persona que disponga del código, puede descubrir caminos no sospechados.

#Feliz2013, nos vemos en breve

 

Por un gran hermano ciudadano contra el poder

El vigilante vigilado. El poder controlado por un nuevo big brother distribuido. La distopía de 1984 pero al revés. La acción Surveillance chess del colectivo Mediengruppe Bitnik es totalmente inspiradora: sustituyeron las imágenes en tiempo real de las cámaras de vigilancia del metro de Londres por una invitación para jugar al ajedrez.Vale la pena ver el vídeo. Reverlo. Do you wanna play chess, vigilante?.  El sistema de vigilancia queda en un absoluto ridículo cuando aparece el pantallazo con el tablero de ajedrez y una frase intrigante: “You are white. I am black. Call me or text me to make your move. This is my number: 07582460851.”

El colectivo artístico transformó el Londres preolímpico en una partida táctica contra el poder con una acción poética que desnuda una vez más los sistemas de vigilancia. ¿Para qué nos observan? ¿Por qué nos vigilan? ¿Con qué derecho nos graban? Hace dos años, el colectivo madrileño Un barrio feliz lanzó una campaña contra las cámaras de videovigilancia que el ayuntamiento instaló en el barrio de Lavapiés. Divulgaron un falso hackeo de las imágenes (dijeron que las habían interceptado para divulgarlas),  creando una gran polémica. Y denunciaron el sistema de vigilancia que costó 600.000 euros de dinero público con ludismo, mucha creatividad, un cómic de Camaroncito (personaje creado contra las cámaras) y hasta pruebas de Artivismo en el Medialab Prado.

Existen otras iniciativas para denunciar el big brother en el que se apoya el poder, como el proyecto mexicano Contra Vigilancia. El colectivo anonimoColectivo construyó una herramienta que permitía a cualquier persona conocer «la ubicación de las cámaras de vigilancia dentro de la ciudad de México y Cuernavaca«. Y existen otras iniciativas que utilizando la inteligencia colectiva dejan fuera de juego a las fuerzas de seguridad. Los brasileños se escapan de los controles de alcoholímetro  de la Ley Seca gracias a Twitter y el uso de hashgtags. Este  movimieto está siendo muy criticado, pero que muestra el potencial de la sociedad en red. 

Del movimiento 15M de España nació la fascinante iniciativa #peoplewitness, un hashgtag que sirve para documentar la violencia policial y los abusos del poder. El pueblo distribuido graba, hace streaming, cuelga fotografías, en esta etiqueta de Twitter. Además, existe una web para completar el giro de «la comunicación a manos del pueblo».

Y acá llegamos a donde quería llegar. ¿Y si naciese un proyecto llamado #BigBrotherCiudadano que diese la vuelta a la tortilla de la videiovigilancia y el control? ¿Y si todos los ciudadanos colocasen una webcam en su balcón y vigilasen a las fuerzas de seguridad? ¿Y si nace una web que recopile todas las webcams, barrio a barrio, calle a calle, para que la policía esté totalmente vigilada? ¿Y si la policía, digamos la española, suelta de porra y reincidente en abusos de fuerza y maltratos arbitrarios, comenzase a sentirse de verdad vigilada? ¿ Y si esta red distribuida de imágenes convirtiese nuestras ciudades en un territorio blindado contra los abusos? ¿Y si el vigilante empezase a sentirse vigilado? Do you wanna play chess, señor Mariano Rajoy?

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

 

 

Smartcitizens.me

SmartCitizen.Me de Fab Lab Barcelona en Vimeo.

«¿Cuáles son los índices reales de contaminación del aire en torno a tu casa o comercio? ¿Y de contaminación acústica? ¿Y de humedad del aire? Ahora imagina que los pudieras conocer, compartir y comparar al instante con otros lugares de la ciudad, en tiempo real… ¿Cómo podría esa información ayudar a mejorar la vida en nuestro entorno?». Así empieza la explicación del proyecto Smart citizens que el Fab Lab de Barcelona ha inscrito en la plataforma de crowd funding Goteo.

El proyecto SmartCitizen.me se «basa en la geolocalización, en Internet y el hardware y software libres para la captura de datos y la producción de objetos; conecta personas con su entorno y su ciudad para crear relaciones más eficaces y optimizadas entre recursos, tecnología, comunidades, servicios y acontecimientos en el entorno urbano». O sea: coloca a los ciudadanos en el centro. Convierte a cada persona en una interfaz entre la ciudad y sus datos. Humaniza la tecnología. Democratiza la producción y uso de los datos. Incentiva la inteligencia colectiva.

Hace unos meses, escribía en este blog una entrada titulada Se buscan ciudadanos inteligentes para el espacio público, para hablaba precisamente de la necesidad de incorporar a los ciudadanos a la era de Internet of things. También escribí Hardware libre para una ciudad libre, repasando algunos casos de arduino (que usa este proyecto barcelonés) en el espacio público. Por eso considero que este proyecto de Smartcitizen.me que necesita 8.938 euros mínimos para arrancar merece nuestro apoyo.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Glosario abierto para un nuevo milenio

 

 

 

He editado el wiki del Vivero de Iniciativas Ciudadanas. Se trata de un glosario colaborativo que recoge «los nuevos términos que definen los procesos de innovación social y sus transferencias al espacio público». De ‘bottom up design’ a ‘ciudad transmedia’, pasando por ‘comunidad’, ‘conectividad’, ‘espacio público’ o ‘heterotopia’. En mi caso, he añadido ‘adhocracia’. Mis lecturas e investigaciones sobre este término tomaron forma en mi artículo Adhócratas al poder. Ahora incorporo la definición del concepto. Comienza así: «sitema no jerárquico, horizontal, participativo y flexible donde todos los miembros tienen capacidad de tomar decisiones que afecten al conjunto».

El glosario abierto es un proyecto colaborativo entre Vic. Vivero de Iniciativas CiudadanasAMASTÉDiego Soroa de CuanticsLab, con la participación de @platoniq,@jfreire@radarqnetbetahouse@ehtel_baraona, @dpr_barcelona@elvirilay@culturpunk,@rubenmartinez@pacogonzalez@alafuente, Juan Carlos Pacheco, @andreswalliser,@jararocha ,@____thenomad,  @elsatch, @bernardosampa@srosillo@hackity,@placebodelbo 

Reproduzco aquí algunos de los términos que aparecen en el glosario.

Adhocracia, AdhocracySistema no jerárquico, horizontal, participativo y flexible donde todos los miembros tienen capacidad de tomar decisiones que afecten al conjunto. Es una palabra híbrida entre ad-hoc (aquí y ahora) y el sufijo cracia (poder) y suele entenderse como algo antagónico a burocracia. El término se usa en la teoría de gestión de organizaciones. La adhocracia, usada para describir la forma de gobierno de la novela de ciencia ficción Tocando fondo: en el reino mágico (Cory Doctorow), está inspirando nuevas formas de gestión ciudadana y política. Las organizaciones adhocráticas coordinan tareas a través de la adaptación mutua de sus integrantes, la rotatividad de los mismos, de la resiliencia y la colaboración. La multidisciplinariedad e interdisciplinariedad son la esencia de los equipos adhocráticos.

Ciudad Transmedia: La ciudad es un todo generado como un espa­cio-red. Los cambios en las metodologías de intervención cultural ciudadana promueven un espíritu transversal, flexible y abierto derivado de la evolución en la sociedad y la cultura con­temporánea en entornos urbanos transdiscipli­nares. @culturpunk

Emancipación social, social emancipation: Acción que permite a un grupo de personas acceder a un estado deautonomía por cese de la sujeción a alguna autoridad o potestad.

Empoderamiento urbano, urban empowerment: Proceso por el cual las personas aumentan su capacidad en la toma de decisión es de los planteamientos urbanos y el diseño de las ciudades para impulsar cambios positivos de los lugares que habitan.

FLOS(S): siglas para Free Libre Open Source (Software). Movimiento coincidente con aquel de la cultura libre, que incorpora el planteamiento prodecimental arrancado en las comunidades de desarrolladorxs de software libre y practicado en comunidades culturales de cualquier otro tipo que compartan la filosofía de aquellas: compartir el código de funcionamiento del artefacto, así como los resultados de su producción cultural. @jararocha

Masa Crítica, critical mass: Se refiere a cualquier grupo de personas capaz de lograr un cambio social. Las masas críticas carecen de entidades organizadoras, son independientes frente a intereses políticos o económicos.

Prosocialidad: concepto que describe comportamientos que sin motivación de recompensa material, busca favorecer metas sociales objetivamente positivas, partiendo desde el individuo hasta la sociedad en conjunto. La prosocialidad refuerza el fortalecimiento de una identidad creativa y la iniciativa de los individuos que conviven en un mismo lugar.

Red entre iguales, peer to peer (P2P). Relación entre personas provenientes de la red de computadoras en la que todos o algunos aspectos funcionan sin clientes ni servidores fijos, sino una serie de nodos que se comportan como iguales entre sí. Las redes P2P permiten el intercambio directo de información, en cualquier formato, entre los ordenadores interconectados.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa