¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Una visita de parte de Sarkozy

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha emprendido una nueva misión: salvar a la prensa de pago de su país, cada día más llena de mediocres productos, de malas empresas y de pobres resultados. La grandeur francesa le ha puesto a la misión un nombre rimbombante: han abierto, han inaugirado, dice Monsieur le Président, los «estados generales de la prensa».

En el acto inaugural, Sarkozy ya encontró a los culpables de la presunta muerte inminente de la prensa de pago. No es la regulación asfixiante del muy intervencionista Estado francés, no es la hipersindicalización del sector, no es la mala gestión ni la gestión con fines espurios ni la falta de ideas de los propietarios de los medios (la mayoría de ellos, amigos de Sarkozy que se dedican principalmente a otros negocios: el armamento, la aeronáutica…), no, en absoluto… Los responsables de la crisis de la prensa francesa son Internet y, sobre todo, la prensa gratuita. «La prensa gratuita es la muerte de la prensa escrita», proclamó Sarkozy. ¡Qué antiguo está este hombre, qué desinformado!

Los «estados generales de la prensa» de Sarkozy incluyen una investigación dicen que en profundidad sobre cómo le va a la prensa en otros países cercanos, a los que han enviado a una delegación de altos funcionarios de la Inspección General de Finanzas gala. Ayer los recibí yo, no como director de 20 minutos sino como presidente de la mayor asociación española de editores de prensa, la AEEPP.

Les argumenté con muchos datos a los embajadores de Sarkozy por qué creo que la prensa gratuita no sólo no mata a la prensa de pago sino que incluso es una de sus principales esperanzas de futuro, les dije que en España los gratuitos ya hemos salvado la cuenta de resultados de muchos de pago al convertirnos en los principales clientes de sus vacías plantas de impresión, que hemos aumentado en muchos millones de personas su público objetivo, que ya les estamos dando compradores y lectores nuevos (especialmente los sábados y domingos, días en que los gratuitos no sacamos nuestras cabeceras)… Les entregué también, en fin, el Manifiesto de Madrid aprobado por la prensa gratuita hace dos semanas, en el primer Congreso Mundial del sector, y les pedí que le contaran todo eso a M. Sarkozy, para evitar que diga insensateces la próxima vez que hable ante sus estados generales. No sé si me harán mucho caso: hoy visitan algunos diarios de pago españoles que quizás también quieran echarnos a los gratuitos la culpa de sus propios errores y carencias.

P.D. Hace apenas cinco meses, en mayo, la AEEPP le dio a Sarkozy uno de sus premios anuales, un galardón que en años anteriores se concedió a la Princesa Letizia o a Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés. Le entregué la estatuilla en un multitudinario acto público al embajador francés en Madrid, Bruno Delaye, que me dio una carta personal de Sarkozy en la que me agradecía la distinción. Ahora, tras sus patadas a la prensa gratuita, algunos miembros de mi junta directiva me han propuesto, entre bromas y veras, que le retiremos la distinción. No, no lo vamos a hacer, creo que es mejor que sigamos predicando y le saquemos de su error al presidente francés. ¡A ver si se deja!