¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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¿Mejoras como periodista en una redacción integrada?

Hace dos años pusimos en marcha el proceso de integración de las redacciones de 20 minutos y 20minutos.es, proceso en el que fuimos pioneros en la prensa española y aplaudidos por la profesión.

Ahora estamos haciendo balance del proceso: acabamos de realizar una encuesta entre todo el personal de redacción. Se contestaba por correo electrónico y de modo anónimo. La participación ha sido alta: del 76,87%. Eran muchas preguntas, os cuento el resultado de algunas:

el 71% de los encuestados se considera periodista de ambos medios, de 20 minutos y de 20minutos.es, el 18% sólo de las ediciones impresas, el 12% sólo del on line.

-El 56% considera que con el proceso de integración ha mejorado como periodista, el 5% cree que ha empeorado, el 39% ni una cosa ni otra.

-El 69% cree que el hecho de trabajar para los dos medios ha supuesto para él una oportunidad profesional, el 12% cree que ha sido un castigo.

-«Califica del 1 al 10 el grado de integración conseguido en general en la redacción», decía otra de las preguntas. La nota media ha sido un aprobado: 5,62.

-A la pregunta de si el proceso ha permitido un mejor aprovechamiento de las sinergias, el 65% cree que sí y el 35% considera que no.

-A la pregunta de si hemos aprovechado mejor los recursos humanos disponibles y hemos abaratado costes, mismo resultado: 65% que sí, 35% que no.

-A la pregunta de si hemos eliminado duplicidades, suspenso preocupante: el 38% cree que sí, el 62% cree que no.

¿Y a cuál de los dos medios ha beneficiado más el proceso? Según los encuestados, a 20minutos.es tanto en la calidad (66%) y en la productividad (69%) como en los datos de audiencia (79%).

Estamos analizando en profundidad los resultados, y los de otras investigaciones internas, antes de tomar algunas medidas. En breve le daremos una vuelta más de tuerca al proceso.

Manu Leguineche, periodista y buena gente

Guadalajara, su segunda tierra, homenajeó ayer a Manu Leguineche, periodista, escritor, musolari, buena persona. Veo que Manu acudió a la cita en la silla de ruedas en que le ha dejado su salud precaria. Yo no pude ir, estaba en un congreso de periodismo en Cáceres, pero me pidieron hace unas semanas un texto para un libro colectivo en el que muchos colegas escribiríamos sobre Manu y envié estas líneas:

Manu en Cañizar

Arsenio Escolar

Muchos periodistas de mi generación le debemos en parte nuestra vocación profesional a Manu Leguineche. Sus crónicas de los años sesenta y setenta desde algunos de los conflictos más relevantes de aquellos tiempos eran un ejemplo al que los cachorros del oficio nos asomábamos entre estupefactos y sanamente envidiosos.

Uno de mis primeros empleos como periodista fue en Valladolid, a finales de los 70. En las tertulias con copas del España o de El Largo Adiós, en los vinos de El Penicilino, los veteranos del oficio se enorgullecían ante los que aún éramos bisoños de haber descubierto en el diario El Norte de Castilla, que dirigía Miguel Delibes, y de haber enviado a Madrid, a consagrarse, a dos grandes de nuestra profesión: Paco Umbral y Manu Leguineche. Se enorgullecían de ambos, presumían de ambos, pero se les notaba el cariño especialmente con Manu.

Uno de mis primeros libros sobre nuestra profesión fue ‘La tribu’, la ágil crónica disfrazada de novela sobre la caída del dictador Francisco Macías en Guinea que Manu escribió por aquel entonces. Aún tengo un ejemplar de la primera edición (noviembre de 1980) en mi casa de Cañizar, el pueblo de Guadalajara donde desde hace décadas Manu es Manu, sin apellidos ni adendas, y yo soy desde hace sólo años «Arsenio el periodista», porque allí hay otro Arsenio que no lo es.

No sé dónde compré ‘La tribu’, probablemente en la Cuesta de Moyano, barato. Poco imaginaba yo que me lo llevaría a todas mis mudanzas, casi como un libro de cabecera, porque hubo un tiempo en que me preparé para ser corresponsal en el África subsahariana, estudios de swahili incluidos; mucho menos me imaginaba aún que en 1997 iba a comprarme una casa de fin de semana precisamente en el pueblo donde tenía la suya Leguineche.

Tengo el libro delante, ajado, manoseado. En la portada, sobre un fondo amarillo, está la foto de Macías, conducido por alguien que parece un enfermero y por tres soldados, no sé si camino del juicio donde fue condenado o camino del pelotón de fusilamiento. En la solapa de la contraportada hay otra foto, la de un jovencísimo Manu, mucho pelo, gafas de concha, camisa a cuadros, dos anaqueles llenos de libros detrás.

Manu había encontrado en Cañizar «la felicidad de la tierra», como tituló otro de sus libros, de 1999, en el que sale retratado prácticamente todo el pueblo. Desde su casa del Tejar, semiescondida entre robles y encinas, y los olivos un poco más abajo en la ladera, y los corzos y los jabalíes y las ginetas cerca, se ve media provincia de Guadalajara, que parece allí -la imagen es del propio Manu- la mismísima África, las sabanas del swahili: a la derecha el cono de Hita, muy cerca, y los altos que cierran el valle del Badiel, donde estuvo durante meses el frente de la Guerra Civil; de frente la Muela y el Colmillo y los farallones del Henares en la media distancia, la silueta del Ocejón en la lejanía. Al atardecer, el paisaje se incendia. «Estos atardeceres son de tarjeta postal. Los que viven por aquí en general no los aprecian. Forman parte de sus vidas. La postura del sol marca de rojos y dorados toda la cordillera en forma de dientes de sierra. Hemos pasado de los colores crudos, abrasados, al diseño oscuro, a la silueta», escribía Manu, probablemente desde esa casa y con esas vistas.

Cuando yo llegué al pueblo, Manu se estaba yendo, se había mudado a la Casa de los Gramáticos de Brihuega, pero con bastante frecuencia volvía a la solitaria casa del Tejar, y al pueblo, a Cañizar, a jugar al mus en el bar de Julián, en la plaza de abajo; o a merendar con los Tejeros o con algunos otros de los muchos amigos que allí tiene. Los del pueblo le quieren como a un vecino más, pero no por periodista famoso, no por celebridad, ¡por buena gente! Ahora él apenas viene, alguna vez vemos a Rosa, su hermana. Pero en el bar es motivo de conversación cotidiana.

-¿Qué sabéis de Manu, qué tal está? ¡Hace mucho que no nos comemos con él un corderito del pastor de Alarilla!

-¡Vendrá al campeonato de mus, no falla!

Spielberg y Vigo acaban con los tiburones

La Contra de La Vanguardia es una de las páginas más recomendables de toda la prensa española. En esa contraportada del veterano diario barcelonés, Víctor-M. Amela, Ima Sanchís y Lluis Amiguet han llevado el género de la entrevista a unas cotas de calidad que muchos otros periódicos y periodistas envidiamos.

Los tres firmantes de la sección tienen mucho ojo al seleccionar a los entrevistables, me da la impresión de que van a la cita muy bien documentados, saben preguntar y repreguntar y, por lo que vemos cada día, parece que además son excelentes editores, pues logran resumir una larguísima conversación (seguro que alguna vez tediosa) en un chispeante diálogo de poco más de dos folios que se presenta al lector de forma muy atractiva. Juraría que muchos de sus entrevistados no hablan tan bien en la realidad como en esa página.

Amela entrevistaba ayer a Rob Stewart, un canadiense de 28 años, realizador de documentales naturalistas, que se ha convertido en un defensor de los tiburones.

(…)

¿No le atacan?

No. Los tiburones no atacan a las personas. Al contrario: huyen de nosotros.

Hay muertes por ataque de tiburón.

Son sólo cinco muertes al año. Y por accidentes, ¡no por ataques!

¿Accidentes?

¿Qué quedaría de una persona si un tiburón realmente la atacase? ¡Ni una migaja! No, no ataca: sólo prueba.

¿Prueba? ¿Qué quiere decir?

Que un buceador con traje de neopreno puede recordarle a una apetitosa foca, e hinca el diente por probar… Pero no estira.

Y te desangras por accidente, vaya…

Pero no es la bestia agresiva y devoradora de personas que Spielberg inventó en Tiburón. ¡Después de aquella odiosa película la población de tiburones ha decrecido!

¿Hasta qué punto?

En los últimos 30 años ha desaparecido el 90% de los tiburones, ¡y a nadie parece importarle! Esto es gravísimo, gravísimo…

¿Acusa a Spielberg de la extinción de los tiburones?

No sabíamos casi nada de tiburones y llegó Spielberg y nos enseñó a odiarlos. Por eso me dedico a explicar al mundo que los tiburones son fabulosos y que los necesitamos.

¿Por qué los necesitamos?

¡Sin tiburones en los mares, nuestra propia supervivencia peligrará! El 70% del oxígeno del planeta proviene de los mares, de sus microorganismos, de sus microalgas. Y si los tiburones desaparecen, ese oxígeno irá desapareciendo.

¿Qué vincula a tiburones y oxígeno?

Elemental: los tiburones comen peces que comen microalgas productoras de oxígeno. A menos tiburones, más peces comedores de microalgas… y menos oxígeno.

¿Y quién mata hoy a los tiburones?

Las industrias pesqueras, principalmente las chinas. China cotiza muchísimo la aleta de tiburón: ¡400 dólares el kilo! Este negocio mueve miles de millones de dólares.

¿Legalmente?

No, porque está prohibido en todos los países de la Unión Europea y en otros 16 países del mundo. Pero es tanto dinero el del tráfico ilegal de aletas de tiburón, ¡el más boyante tras el de armas y el de drogas!, que la corrupción tapa bocas. Como en España…

¿Qué pasa en España?

Tras China e Indonesia, es el país que más aletas de tiburón corta. Y el de Vigo es uno de los puertos del mundo al que más aletas llegan. ¡Y nadie lo denuncia!

(…)

Os la enlazaría para que la pudiérais leer completa, pero no encuentro la manera en lavanguardia.es Sólo tienen ahí la última entrevista de La Contra, la de hoy, no la de ayer o de otros días pasados. Pero seguro que también es interesante.

200 nuevos periodistas

Estuve el sábado pasado en El Escorial, en el acto de graduación de unos 200 alumnos de Periodismo de la Universidad Complutense. Me había nombrado padrino de la promoción (me dijeron que por votación entre ellos), y tuve que ponerles, junto a un grupo de profesores, las becas de la graduación (la banda de tela plegada sobre el pecho y con los extremos colgando por la espalda) y echarles un pequeño discurso.

Les dije que eran muy afortunados porque iban a trabajar en una profesión maravillosa y les aconsejé que cogieran las oportunidades al vuelo, tan pronto como surgieran; que hasta en los malos destinos se aprende mucho. Lo importante cuando comienzas en este oficio es meter la cabeza en un medio, para lo que sea (en mis tiempos de novato decíamos que hasta para cortar teletipos, ahora los teletipos ya vienen cortados) y en las condiciones que sea. No me llaméis explotador ni abusón (luego supe que somos uno de los medios que más paga a los becarios), en los medios jóvenes, como 20 minutos y 20minutos.es, los más valiosos progresan salarialmente muy deprisa.

Luego, en los postres de la cena, muchos de los chicos y chicas (sobre todo chicas, en el periodismo ya son clarísima mayoría) se me acercaron para hablar de todo. Me dio la impresión de que vienen bien formados y con las ideas muy claras, y que, al menos estos recién licenciados de la Complutense, tienen mucha vocación y una gran ambición profesional. Harán carrera.

Buscamos periodistas para 20minutos.es en seis ciudades

Hace poco menos de un año os contaba aquí que estábamos montando una red de corresponsales en aquellas ciudades españolas en las que no teníamos redacción local.

Nos llegaron muchas candidaturas, muchos periodistas locales ya están trabajando para nosotros. Pero nos faltan algunas ciudades, éstas en concreto: Palma de Mallorca, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Salamanca, Santander y Pamplona.

¿Eres periodista y vives en alguna de ellas? ¿Quieres trabajar para 20 minutos y 20minutos.es? Si ahora estás trabajando en un medio local (una radio, una tele, una publicación impresa…), aún mejor.

Escríbeme, envía tu CV a mi correo, aescolar@20minutos.es. Pagamos razonablemente.

El director de la Ser, contra pejotas, ansones y losantos


«Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona, la tiniebla va cubriendo el espacio vacío; un territorio abandonado que ocupan pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, cobardes y acomplejados, con nombres y apellidos.

Son de ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting, pero segregan ese líquido viscoso y corrompido por la comisura de sus parpados, acentuando el asco que desprende su mirada.»

Del artículo, La baba en la pluma, de Daniel Anido, director de Cadena Ser, donde habla de «mirones clandestinos», de «fetichistas de la mugre», de «profetas con derecho de pernada», de «mediocres que confunden la baba con el intelecto».

Texto completo del artículo de Anido

Pedro J. pide a Rajoy que se vaya

Pedro J. Ramírez, director de El Mundo e indiscutido jefe mediático de la derecha desde los tiempos del balcón de Carabaña, decidió la noche del domingo que el PP ha de cambiar de líder y de directivos. Lo dijo ayer a título personal en un chat en elmundo.es

«Rajoy ha dado lo mejor de sí mismo y tiene un enorme mérito personal, pero le ha faltado suerte. Dicho todo esto, creo que el PP debe emprender una renovación de sus mensajes, de su imagen y por lo tanto de su liderazgo. Francamente no veo que el candidato de dentro de cuatro años deba ser el mismo. Me parece que las elecciones de ayer completan un ciclo y que ha llegado la hora de apostar por un cambio.» (…)

«¿Cómo va a pactar nada Rajoy con aquel a quien con bastante motivo le ha llamado 40 veces mentiroso ante 20 millones de españoles? Si ejerce con dureza la oposición el PSOE lo presentará como el fruto del resentimiento por su derrota. Tengo una extraordinaria opinión personal de Rajoy. Es un hombre íntegro, muy bien preparado, pero le ha faltado el tirón personal que por ejemplo es clave entre los jóvenes. Ahora está poco menos que en un callejón sin salida.» (…)

«Rajoy no merece irse, pero al PP le conviene una renovación de arriba a abajo con cuatro años por delante para construir un nuevo proyecto entorno a las mismas ideas.»

y hoy insiste, ya de modo institucional, desde el editorial del diario conservador.

En pocas horas sabremos si Rajoy le obedece.

Toda una declaración de principios periodísticos

Esta mañana se ha celebrado en Oslo el funeral por Tinius Nagell-Erichsen, un editor singular, infrecuente, que se preocupaba tanto o más por la independencia y la integridad de sus periodistas como por la cuenta de resultados.

Máximo accionista del grupo Schibsted (propietario del 80% de la editora de 20 minutos, 20minutos.es y Calle 20), presidente hasta hace pocos años, antiguo periodista, falleció el lunes de la semana pasada, el 12 de noviembre. No tuvo tiempo de ver nacer algo impulsado personalmente por él y de gran importancia para los periodistas que trabajamos en Schibsted: el miércoles 14, dos días después de su muerte, 30 directores y directores adjuntos de diarios impresos y diarios on line del grupo en siete países (Noruega, Suecia, Estonia, Lituania, Rusia, Francia y España) nos reuníamos en Barcelona y fundábamos el Foro de Directores de Schibsted.

Los que estábamos allí sumamos 2.100 periodistas (320 on line, 1.200 en papel y 580 integrados) y 25,1 millones de lectores (13,5 millones on line y 11,6 en papel).

¿Y que es el Foro de Directores de Schibsted? Algo insólito dentro de las grandes empresas de comunicación: un órgano permanente que velará dentro de nuestro grupo por el fomento del periodismo de calidad, la independencia, la innovación… Tiene al frente un Comité Ejecutivo de cuatro miembros (Bernt Olufsen, director de VG -el diario líder de Noruega-; Kalle Jungkvist -director de aftonbladet.se, el diario on line líder de Suecia-, Merit Kopli -directora de Postimees, el diario líder de Estonia, y yo mismo) y se reúne en plenario al menos una vez al año. En la primera de las reuniones, la fundacional del miércoles 14 de noviembre, aprobamos el Manifiesto de Barcelona, que comienza así:

«Los objetivos del Foro de Directores de Schibsted son:

-Proteger y fortalecer los criterios del periodismo de calidad en Schibsted.

-Asegurar y desarrollar la influencia editorial en la toma de decisiones en la compañía.

-Defender los valores periodísticos y democráticos de presiones tanto internas como externas.

-Fomentar el desarrollo de producto compartiendo experiencias y las mejores prácticas dentro y fuera del grupo.

-Fomentar una cultura de creatividad periodística que persiga la innovación constante, el liderazgo de producto y la viabilidad económica.

-Buscar permanentemente el mejor periodismo posible entendiendo las necesidades del público.»

Como véis, toda una declaración de principios.