Entrada gratuita Entrada gratuita

"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Joe Lally: el bajo, por encima de todo

El bajo es quizá el instrumento más injustamente denostado del rock. Es habitual que la gente de a pie no preste atención al bajista ni valore su forma de tocar. Para muchos, incluso, pasa desapercibido. La realidad es que, en un grupo, el bajo es tan importante, o más, que cualquier otro instrumento. Un ejemplo. Cuando una guitarra suena mal o el cantante desafina, se aprecia de manera individual. Queda feo. Por contra, cuando el bajo suena mal, todo cojea globalmente. Y es que no hay nada como una buena base para poder construir, como es debido, el esqueleto de una canción.

Grabar un disco en el que toda la música bascule alrededor del bajo es toda una osadía. Los papeles se invierten, y todo toma otro color. Ese fue el planteamiento inicial de Joe Lally, bajista de Fugazi, a la hora de lanzarse a la aventura como músico en solitario. Rodeado de un amplio grupo de colaboradores y amigos, lanzó en 2006 «There to There», un disco debut marcado por el minimalismo instrumental que tuvo continuidad un año después con «Nothing is underrated». Con el el bajo como indiscutible epicentro, tan solo arropado por suaves líneas de batería con cierto regusto jazz y ocasionales arreglos de guitarra, Lally susurra unas canciones de alta carga política y social para disfrutar con calma, no aptas para los fans de la vertiente más ruda y primigenia de su banda madre.

A la espera de un hipotético regreso de Fugazi (que llevan casi ocho años en punto muerto), las aventuras en solitario de cada uno de sus miembros son más que bienvenidas. Y más aún si incluyen nuestro país en una gira. Es lo que tiene que nuestro protagonista de hoy viva en Roma…

Joe Lally, que ayer estuvo en la Sidecar barcelonesa, actuará hoy en Murcia, mañana en Madrid, pasado en Irún y el domingo en Zaragoza.

Vamos a hablar de El Canto del Loco

Llevaba tiempo alargando la espera, tratando de evitar lo inevitable. Ya no hay excusas. Hoy es el día. Vamos a hablar de El Canto del Loco.

¿Y por qué? -preguntará alguno-. Pues porque Personas ha sido, de largo, el disco más vendido de 2008, según supimos ayer. ¿Y qué? -dirá otro- ¿Sólo por eso toca hablar de ellos? ¿No gozan ya de suficiente presencia mediática (a veces rayando los límites del derecho constitucional) como para que encima se les dedique una entrada en este blog? Pues puede ser. Todo es opinable.

El hecho es que, pese a que estamos hablando de un grupo con un poder de convocatoria casi sin precedentes en este país, el éxito de Dani Martín y los suyos es directamente proporcional a la hostilidad que despiertan. No falla. Cualquier información o entrevista con la banda madrileña como protagonista genera en esta web un entusiasta goteo de insultos y descalificaciones en forma de comentarios. Hoy (y aun a sabiendas de que me van a llover las collejas de lectores indignados), quiero romper un par de lanzas a su favor. No por nada, sino porque lo considero un ejercicio de honestidad por mi parte. Y porque todo es opinable.

– El Canto del Loco tiene canciones más que dignas. Siempre lo he pensado. Valga un ilustrativo ejemplo personal que, aunque no venga al caso, me apetece compartir: Hubo un tiempo en el que trabajaba en un minúsculo bazar de barrio, cambiando pilas de relojes y explicando el funcionamiento de los móviles a entrañables y despistadas ancianas. Los 40 Principales sonaban durante las ocho horas de jornada. Sin tregua. Por aquel tiempo, El Canto del Loco daban sus primeros pasos amparados por la todopoderosa emisora. Y creedme, entre Orejas de Van Gogh, Sueños de Morfeo, Daddys Yankies y demás basura sonora disparada a discreción, sus canciones se acababan agradeciendo. ¿Qué quiere decir eso? ¿Que en el país de los ciegos el tuerto es el rey? ¿Que la calidad del resto hace que ellos parezcan hasta buenos? Puede ser. Todo es opinable, ya se sabe.

– Dani Martín tiene talento para las melodías. Y eso tiene un mérito indudable. No se trata de componer canciones sesudas. Lo suyo es el pop rock asequible, radiable y de escucha fácil. Pero incluso para ese tipo de música también se necesita tener cierto don. Probablemente, muchos considerarán que las melodías de El Canto del Loco son ñoñas, sus letras insustanciales y el tono nasal de Dani Martín, irritante. Pero eso ya es otro tema. Y no deja de ser opinable.

– El Canto del Loco son gente maja, a pesar de ese deje ciertamente pijochulesco que arrastra su vocalista. Al menos esa es la impresión que me llevé al conocerles en su día. No es su simpatía (ni siquiera su habilidad para aparentarla, en caso de ser así) algo que interese especialmente a la hora de juzgar su música, pero la realidad es que, cuando un grupo triunfa al nivel que ellos lo han hecho, las críticas infundadas comienzan a derivar hacia el terreno de lo personal con una facilidad pasmosa. Nadie duda de que la envidia es uno de los deportes nacionales.

Y es que, al fin y al cabo, a todos nos encanta opinar. Viertan aquí su odio, pues.

El colapso de las tiendas de discos

No puedo evitarlo. Cada vez que paso por la Gran Vía, a la altura del número 25, siento una pequeña punzada de nostalgia en el estómago. Allí, donde ahora se ubica el enésimo Bershka de la zona, se levantaba hace no tanto el mítico Madrid Rock, la tienda de discos por excelencia de la capital, que cerró ante la jugosa oferta de la todopoderosa Inditex (alegando una pérdidas por piratería que fueron contradichas por los propios empleados). Allí compré mis primeros discos, después de reunir con paciencia el dinero suficiente y recorrer las estanterías hasta dar con uno acorde con mis gustos y al alcance de mis posibilidades.

Hoy sólo queda un recuerdo de todo aquello, encarnado por dos entrañables personajes: los ‘jebis’ del Madrid Rock. Ahí siguen, contra viento y marea, haciendo guardia ante las puertas de la que fuera su tienda preferida, aunque ahora todo lo que por allí pase sean quinceañeras y ‘chonis’ que van a gastarse la paga…

La semana pasada, la igualmente emblemática Discos Castelló de Barcelona presentó un concurso voluntario de acreedores (lo que toda la vida se ha llamado suspensión de pagos). La situación económica de la cadena ha ido de mal en peor. Durante 2008, sus beneficios cayeron un 25%, lo que llevó al inevitable cierre de dos de sus tiendas, las situadas en los centros comerciales Maremagnum y L’Ànec Blau (Castelldefels). Ahora queda esperar para ver cómo sobreviven las cuatro que aún quedan en pie, situadas en el centro comercial Gran Via II, en La Maquinista, junto al mercado de Santa Caterina y en el número 79 de la calle Tallers.

La crisis del sector no se limita a nuestro país. En Londres, uno de los últimos paraísos del disco donde aún se pueden encontrar infinidad de tiendas, una de las mejores (si no la mejor), también ha anunciado el cierre. Se trata de Sister Ray, a la que hace apenas un año y medio citaba en un reportaje. En Nueva York, la megatienda de Virgin en Times Square ha anunciado que cierra en abril.

Que el futuro de las tiendas de discos no pinta bien es algo que todos sabemos. Y pese a ello, algunos nos resistimos a aceptar que estos establecimientos, oasis culturales en un desierto de consumismo textil y hostelero, vayan a desaparecer definitivamente de nuestro paisaje urbano.


Pide un concierto

Tú simplemente pídelo. Luego ya veremos lo que se puede hacer al respecto.

Ese es el sencillo planteamiento de la web pideunconcierto.com, una original propuesta que nació el pasado mes de diciembre. Tras registrarse de manera gratuita, los usuarios pueden votar por el artista que les gustaría que tocase en su pueblo o ciudad. El objetivo es «reflejar en qué lugares hay mayor interés por cada grupo». Como es lógico, el papel de las promotoras, agencias y managers en todo el entramado es fundamental. Gracias a la web, éstas pueden disponer de un baremo para sopesar qué nivel de interés generan sus bandas y, así, garantizar que el concierto sea un éxito. La web cuenta con un ránking en el que se sitúan los artistas que más votos han recibido. En este momento, Loquillo es el líder indiscutible en los dos primeros puestos: 742 personas piden que toque en Barcelona y otras 458 que lo haga en Laviana, Asturias. New Kids on the Block le siguen de cerca…

Así, a bote pronto, se me ocurren un par de pegas que sacarle a la idea.

– Para que se cumplieran los nobles objetivos de sus creadores, sería imprescindible que pideunconcierto.com fuera una web masiva. Sólo así podría convertirse en un instrumento verdaderamente útil. Y es que, a día de hoy, con cientos de nuevas y buenas ideas surgiendo a cada instante en la Red, resulta sencillo pasar desapercibido, a no ser que se haga una campaña muy potente y se tenga el apoyo de todos los artífices, grandes y pequeños, del sector de la música en directo.

– El concepto parte de la ingenua premisa de que todo aquel que afirma que le gustaría ver a tal o cual grupo iría realmente a verlo en caso de producirse, lo cual no siempre es cierto. El ejemplo claro es la red de eventos de Lastfm: yo soy el primero que se apunta a conciertos a los que luego no siempre puedo asistir.

– Toda iniciativa basada en el voto popular vía Internet entraña dos riesgos: por un lado, la trampa, casi siempre posible. Por otro, acabar convertido en un reducto de grupis que compiten entre sí para que su grupo del alma esté más alto que ningún otro. Suele pasar.

Por encima de peros, sugerencias y reflexiones, es evidente que el proyecto es una idea positiva y rebosa buenas intenciones. El mero hecho de intentar fomentar la música en directo ya merece todo apoyo y reconocimiento. Suerte.

Ilustración de María Gil.

La conexión Heath Ledger-Nick Drake

Al primero le conocéis casi todos. Bordó el papel de jóker en la última entrega de Batman, El caballero oscuro, poco antes de morir de una sobredosis de medicamentos a los 28 años. Los premios a título póstumo se vienen sucediendo desde entonces, y no hace falta ser ningún experto en el séptimo arte para pronosticar que, con mucha probabilidad, le caerá algún Oscar dentro de un mes.

El segundo, un cantautor de finales de los 60 y principios de los 70, es un músico de culto, durante mucho tiempo olvidado por el gran público y, de un tiempo a esta parte, reivindicado por todo hijo de vecino, especialmente desde que el folk vuelve a estar de moda. Un auténtico fuera de serie que, mira tú por dónde, acabó sus días de la misma manera que el actor australiano con tan sólo 26 años.

Hoy, cuando se cumple un año de la muerte de Ledger, he encontrado la excusa perfecta para hablaros de Drake, a raíz de una noticia que publica la MTV británica, en la que se cuenta que Ledger tendrá un hueco de excepción en un inminente disco de tributo al malogrado músico, en el que también participarán otros artistas como Norah Jones o Dave Grohl.

Heath Ledger estaba obsesionado con Nick Drake. Dos meses antes de su muerte en su apartamento de Nueva York, el actor grabó y protagonizó un videoclip de la canción Black Eyed Dog para una exposición dedicada al músico. En el vídeo, el propio Ledger acababa suicidándose en una bañera… ¿Premonitorio? Quizá, aunque no hay que olvidar que la hipótesis del suicidio, comunmente aceptada sobre Drake, no estuvo tan clara en el caso de Ledger, en el que algunas voces (entre otras, las de sus familiares) siempre apuntaron a un accidente. Como es lógico, tras el fallecimiento de Heath, las imágenes en las que simulaba su propia e inminente muerte fueron pasto de noticias morbosas en telediarios de medio planeta, especialmente en los de su país. Ahora, aquel vídeo verá finalmente la luz como parte del recopilatorio.

Con el aniversario de la muerte de Ledger y su truculenta conexión con Drake como telón de fondo, me gustaría aprovechar este post como excusa para reivindicar la corta carrera (sólo tres discos) de un músico irrepetible, cuya influencia sigue vigente a día de hoy en multitud de artistas. Desde Paul Weller a José González, desde Wilco a Mars Volta. Todos han manifestado su admiración por su manera de entender la música. Directa al corazón.

Nick Drake «From the morning»

El rey de la tristeza

Hubo un tiempo en que la etiqueta emo no se utilizaba para designar a grupos de adolescentes con flequillo, pose atormentada y uñas pintadas. Se trataba entonces de un apelativo claramente minoritario, e incluso rechazado por las bandas de Washington que, a mediados de los 80, fueron pioneras del supuesto género, como Rites of Spring, Embrace o One Last Wish. Herederos de la crudeza y la rabia del hardcore, aquellos grupos habían optado por explorar sus sentimientos más oscuros y adaptarlos, a su manera, a los postulados de la música furiosa que habían mamado.

Con el paso del tiempo, aquella etiqueta se alejó del hardcore y se comenzó a aplicar a bandas de corte más indie. Fue la llamada segunda generación del emo, que englobó a aformaciones como Texas Is The Reason, Mineral y, sobre todo, Sunny Day Real Estate. La banda de Seattle destacó sobre el resto por plasmar como nadie la tristeza en sus canciones, convirtiéndose por méritos propios en una de las bandas clave del rock alternativo americano de la primera mitad de los 90.

El líder de aquella banda, Jeremy Enigk, es nuestro protagonista de hoy.

A buen seguro, el bueno de Enigk detestaría leer la palabra emo junto a su ilustre nombre. Y aunque sea necesario emplearla para entendernos, no lo faltaría buena parte de razón en su cabreo. Y es que hace tiempo que su música es tan rica en matices que trasciende géneros, supera etiquetas y traspasa fronteras. La última de ellas ha sido la de nuestro país: para grabar su último trabajo en solitario (y ya van cinco), Enigk se ha rodeado de algunos de los músicos más destacados de la escena catalana: Ramon Rodríguez (Madee, The New Raemon) a la guitarra, Ricky Falkner (Standstill, The New Raemon) al bajo y producción, Santi Garcia (No More Lies, Ghouls ‘n Ghosts) a la guitarra y también a la producción, y Victor Garcia (Ghouls ‘n Ghosts, Crossword) a la batería. Un conexión musical de lujo y un compositor único (e infravalorado también), cuya inimitable voz sonará hoy y mañana en Barcelona y Madrid, respectivamente. Lo hará teloneado por otra banda excepcional, Madee, cuyo cantante repetirá en ambos conciertos.

Os dejo un vídeo de Enigk tocando, en acústico, River to the sea, uno de los temas de su anterior trabajo, The Missing Link.

El significado de las canciones

Hace tiempo que tengo entre mis páginas de referencia la web Songmeanings.net, una base de datos que contiene las letras de cerca de medio millón de canciones de casi cuarenta mil artistas, y que con el paso de los años se ha convertido en uno de los sitios más consultados del universo musical en la Red. La gracia de la sobria y funcional web va más allá de consultar las letras del grupo en cuestión. Bajo cada una de ellas, los internautas debaten sobre el significado de cada canción, aportando frecuentemente interesantes puntos de vista acerca de lo que quiso decir tal o cual músico al escribir una letra determinada. Songmeanings -cuyo modelo de negocio se apoya en la posibilidad de bajarse las canciones para el móvil-, ofrece además la posibilidad de añadir cualquier letra que no se encuentren en su directorio o modificar las ya existentes tras registrarse de manera gratuita, de cara a seguir enriqueciendo un listado que no para de crecer día a día. Qué tiempos aquellos en los que necesitabas tener el disco original para saber qué decía tu grupo favorito.

El inglés. He ahí el quid de la cuestión. Aunque en Songmeanings se pueden añadir letras en cualquier lengua de la Tierra, la inmensa mayoría de sus canciones, así como los comentarios (más de un millón en total), están en inglés. Tiene su sentido, pues es una web estadounidense. Pero con ánimo de cambiar mínimamente ese panorama, me gustaría animar a todos los fans de grupos castellanoparlantes a subir las letras de sus canciones preferidas y discutir sobre ellas. Que se note que somos 400 millones. Yo, pese a que la gran mayoría de música que escucho está cantada en el idioma de Shakespeare, ya he puesto mi pequeño grano de arena…

¿Un vinilo entre los más vendidos?

Parece totalmente inverosímil, pero así es. Según informa Hipersónica, la versión en vinilo del nuevo trabajo de Animal Collective, Merriweather Post Pavilion, (con esta curiosa portada que parece moverse) podría entrar la semana que viene en la lista Billboard de los discos más vendidos, un par de semanas antes de que vea la luz la edición en cd.

Muchos se muestran incrédulos ante el innegable repunte de las ventas de discos de vinilo. En una reciente noticia publicada en este mismo diario, en la que se informaba de que las ventas del clásico formato crecieron un 200% en 2008 mientras que las del cd disminuyeron un 35%, algunos comentarios eran todo un poema: «vaya tonteria», «los discos son para los carcas y pijoprogres», «sólo los tontos pueden creer en los vinilos», «el vinilo ha muerto pringaos» y otras lindezas por el estilo.

El hecho es que, aunque se trate de una cuestión de moda, bucle cíclico o afición por lo retro, el renacer del vinilo debería ser motivo de alegría para los que amamos la música, y más aún para los que compramos discos en este formato, pues a la postre conllevará (ya lo está haciendo) una mayor apuesta de los sellos por editar referencias en vinilo. El auge tiene mérito, si tenemos en cuenta que hablamos de un formato cuyas características se sitúan en las antípodas de los tiempos que corren: frente a la portabilidad del cd y, sobre todo, del mp3, el vinilo es grande y vistoso. Un gran disco con su gran portada no es comparable al libreto de un cd, y menos a una imagen en jpg guardada en una carpeta de archivos. Frente al sonido digital y la gran cantidad de discos comprimidos en calidad paupérrima que abundan por la Red, el vinilo ofrece su inconfundible sonido analógico de siempre, mejorado con la tecnología actual, particularmente en las ediciones de 180 gramos, cada vez más extendidas. Y por encima de todo, nada puede competir con el sonido único y lleno de matices de un buen vinilo, lo que alguien con mayor conocimiento científico podría explicar mejor que yo, que simplemente lo siento al escucharlo.

Pese a todo ello, el vinilo tiene desventajas que van más allá del tamaño, y el que no las vea es que está cegado por la nostalgia. Si bien un LP o single grabado como dios manda suena a gloria bendita, hay millones de ellos que lo hacen mal, muy mal. Así que decir tajantemente que el vinilo suena mejor que el cd puede resultar osado. Eso por no hablar del cuidado especial que requieren los vinilos, siempre que quieras evitar acabar usándolos de posavasos. Tampoco conviene olvidar que para escucharlos en condiciones es necesario invertir en un equipo decente. Porque sobre eso no hay discusión posible: suena mejor un reproductor de cd barato que un tocadiscos barato. Y todo ello sin obviar que a la mayoría de la población se la traen floja todo este tipo de menudencias relativas a la calidad de lo que escuchan. Y si no, preguntad a los chavales que lucen orgullosos -y utilizan a toda tralla- sus móviles con altavoz. Son el extremo, sí, pero nos vale para hacernos una idea.

¿Vinilo o cd?. ¿O mp3?. Probablemente, lo más acertado sea decir que todos ellos son formatos perfectamente compatibles.

Rosario, hasta en la sopa de marisco

Anuncios y entrevistas en TV, politonos, disco del año en la gala de Televisión Española… y eso que el disco se publicó en abril. Estas Navidades he acabado un poco hasta el gorro del «para churu ruchuru» y de ver al Cigala, la Mari de Chambao, Antonio Carmona y toda la élite del flamenquito-pop patrio entonando sin descanso el renacido estribillo del malogrado Antonio. Por fin es 7 de enero y tenemos una merecida tregua.

La pequeña de los Flores, que de hecho me resulta bastante simpática, tiene sólo una parte de la culpa de todo este bombardeo. Durante la campaña navideña, sólo alguna multinacional (como la suya, Universal, a través de Vale Music), han apostado decididamente por la inversión publicitaria, aun a sabiendas de que regalar discos no se estila como antaño. Y es que hoy todo el mundo opta por los mp3, ipods o sucedáneos, pese a que algunos seguimos convencidos de que apoyar a los grupos que te gustan comprando sus discos merece la pena y es perfectamente compatible con descargar música de Internet.

Y es que poco queda ya de aquellos años dorados del negocio discográfico, cuyos responsables hacían en estas fechas su particular y lucrativo agosto. Hoy, aunque con menos despilfarro y los euros contados, la estrategia sigue siendo la misma: la inversión publicitaria se lleva a cabo en función de lo que se estima que va a vender un lanzamiento concreto. Pero es evidente que, en estos tiempos de crisis, el dinero destinado a la publicidad del producto es una de las primeras cosas que se recortan del presupuesto de toda empresa. Así que tirarse a la piscina y poner la pasta sobre la mesa es todo un voto de confianza hacia el artista en cuestión. Lo que es incuestionable es el efecto que todo ello tiene. Basta echar un vistazo a las listas de los discos más vendidos durante las últimas semanas. Funciona.

Lo que traerá 2009

Inmersos en el nuevo año, y pasadas ya las tradicionales listas con lo mejor de los últimos doce meses, hoy quiero dedicar este espacio a una nota puramente informativa, pero no por ello menos interesante: ¿qué va a traer este 2009? La cosa no es moco de pavo, amigos. Algunos de los grupos con mayor número de seguidores de todo el planeta planean nuevo asalto discográfico, y nosotros estaremos aquí para sacarles punta como es debido. Estos son algunos de ellos, de lo más inmediato a lo que aún no tiene fecha oficial:

Animal Collective «Merriweather Post Pavilion» (12 de enero). Una de las bandas más inquietas e innovadoras de los últimos tiempos lanza el que promete ser uno de los discos del año. Filtrado en Internet hace pocos días, el octavo trabajo de los de Baltimore ha despertado reacciones más que entusiastas.

Antony & The Johnsons: «The Crying Light» (19 de enero). Apenas quedan un par de semanas para escuchar lo nuevo de Antony Hegarty y los suyos. Su singular voz ha sido de lo único salvable de entre la amalgama de insoportables anuncios de colonias de estas fechas.

Franz Ferdinand «Tonight» (27 de enero). Tras un primer disco plagado de irrefutables hits y un segundo algo más irregular, los escoceses anuncian a bombo y platillo su tercer trabajo, al que acompañará una gira que también pasará por nuestro país. A precio astronómico, eso sí.

Bruce Springsteen «Working on a Dream» (27 de enero): El inimitable Boss no parece descansar ni un instante. Working on a dream se publicará apenas 15 meses después de Magic y contará con 12 nuevas canciones grabadas por Springsteen junto a la E-Street Band durante las pausas de la gira mundial que siguió a su anterior trabajo.

Morrissey «Years of refusal» (16 de febrero). Otro que sigue al pie del cañón. El ex líder de los Smiths celebrará su cincuenta cumplaños con nuevo disco en solitario. Years of refusal debía haber visto la luz hace meses, pero la repentina muerte de su productor, Jerry Finn, en agosto, obligó a cambiar los planes.

U2 «No Line On The Horizon» (2 de marzo). Bono, The Edge y compañía regresan tras cuatro años y medio de silencio discográfico. Un nuevo disco grabado a caballo entre Fez, Dublín, Nueva York y Londres que vendrá acompañado de una gira mundial y la consiguiente pirotecnia marca de la casa.

PJ Harvey «A Woman A Man Walked By» (30 de marzo). Desde que en White Chalk, Harvey emprendiera su particular viaje hacia lo más reflexivo de su faceta creativa, se especulaba con la dirección que tomarían sus nuevas canciones. Ahora vuelve a unir fuerzas con John Parish, con quien no trabajaba desde Dance Hall At Louse Point (1996), para arrojar luz sobre su actual estado de forma.

Wilco (primavera): La banda de Jeff Tweedy publica en las próximas semanas un DVD en directo dirigido por Brendan Canty, de Fugazi. El séptimo disco de la banda también verá la luz a lo largo del año, en principio en primavera. Doble sesión de musica con mayúsculas.

Eminem «Relapse» (primavera). En su día, Marshall Bruce Mathers partía el bacalao en el mundo del rap más mainstream. Después de Encore (2004) pareció ser tragado por la tierra y los rumores de retirada se dispararon. Ahora el controvertido y simpático rubio cerilla vuelve para intentar reclamar su trono.

Depeche Mode (primavera): En mayo del año pasado la legendaria formación de Basildon se metió al estudio. Hace un par de semanas David Gahan aseguraba que quedaban «un par de detalles por corregir» para que todo estuviera a punto. Veremos si es cierto eso de que todo lo bueno se hace esperar.

Green Day (sin fecha). Todo parece indicar que el sucesor de American Idiot estará en las tiendas a lo largo del año. Green Day llevan en el estudio desde principios de 2008 dando forma algunas de las 45 canciones que asegura haber escrito Billie Joe Armstrong. Incluso han subido un par de vídeos a Youtube con imágenes de alguna de las sesiones.

Arctic Monkeys (primavera). Josh Homme (vocalista de Queens Of The Stone Age) ha sido el encargado de producir el nuevo asalto de los jóvenes de Sheffield. Las nuevas canciones serán presentadas en sociedad el próximo 13 de enero, durante un concierto en Nueva Zelanda.

The Strokes (sin fecha) La banda neoyorquina comenzará a grabar este mes de febrero. Todo indica a que el cuarto de sus discos también verá la luz a lo largo de este 2009, después de tomarse dos años de «pausa larga pero necesaria», según declaró en su día su bajista, Nikolai Fraiture.

Muse (sin fecha): El sexto disco de la banda liderada por Matthew Bellamy es de esos que parecen no llegar nunca. En principio, está previsto que vea la luz durante la segunda mitad de este año. Sin embargo, ellos mismos ya han avisado de que puede rerasarse otro año más, hasta 2010. Sin prisas.

The Klaxons (sin fecha). Sorprendieron a propios y extraños con un original y arrollador debut, Myths of the near future. Ahora ultiman los detalles de su esperadísima reválida, de la que sólo se conocen los nombres de algunas canciones, como Moonhead o Valley Of The Calm Trees.

Kiss (sin fecha). Han pasado más de diez años desde el prescindible Psycho Circus, con el que Kiss quiso subirse al carro de las viejas glorias que se deciden a grabar nuevo disco. Ahora vuelven a intentarlo, anunciando que sonará como si aún estuviéramos en los 70. Y sus fans, incrédulos. Claro.

Para terminar, hay dos grupos cuyos lanzamientos sólo se pueden enmarcar en el terreno de la rumorología. En marzo, Collin Greenwood (bajista de Radiohead) aseguró que la banda tenía planeado volver al estudio a la vuelta del verano. Poco más se sabe oficialmente. Por su parte, en septiembre, un delegado de Sony aseguró que el nuevo disco de Rage Against the Machine tras su esperada reunión estaba «previsto para 2009». Aquello contradecía las palabras de un Zach de la Rocha que, meses antes, se había mostrado excéptico ante la posibilidad de grabar nuevo material de manera inmediata. Incluso se ha rumerado, a raíz de unas declaraciones de Glen Matlock, que los mismísimos Sex Pistols planean publicar nuevas canciones este mismo año, aun a riesgo de estropear una bonita carrera de un solo y brillante disco. Permanezcan atentos a sus pantallas, pues.

Llegados a este punto, y pidiendo disculpas por lo que me haya podido dejar en el tintero (también por extenderme más de lo habitual), sólo me queda preguntaros ¿Qué discos esperáis con más ganas para el nuevo año?