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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Archivo de diciembre, 2011

Balance

Son estos días tiempos de balance, también en el mundo de la música: se habla de los mejores discos del año, de los conciertos que quedarán grabados a fuego en nuestra memoria, de los músicos que ya no están y también de los que piden paso a base de talento. Hay quien dice que la industria atraviesa una crisis sin precedentes. Y así es. Nunca antes hubo semejante incertidumbre entre todos los que formamos parte de esto de alguna u otra manera: artistas, periodistas, discográficas, promotores, aficionados y demás actores de este circo estamos a verlas venir, tratando de reinventar entre todos un modelo que cambia más deprisa de lo que nosotros mismos somos capaces de asimilar. Pero no es menos cierto que somos afortunados testigos de un tiempo de especial efervescencia creativa en el que el acceso a la música  es más universal que nunca. Todo esta ahí, a distancia de clic. Hace no tantos años, imaginar algo similar hubiera sido un hermoso sueño para cualquier melómano.

Podríamos pedirle al 2012 buenos discos y mejores canciones, pero no será necesario: estarán ahí, como siempre han estado, pase lo que pase.

Inocentes

Cuando uno se sienta ante el ordenador para buscar noticias de cara a actualizar el blog siempre tiene que valorar la fiablidad de las fuentes. Cuando el calendario marca 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, encontrar una información medianamente sorprendente y además verídica se convierte en una tarea casi titánica. Hoy he leído, entre otras ocurrencias, que Axl Rose será el nuevo cantante de Queen, que Alaska y Mario Vaquerizo se separan, que Pablo Alborán cantará en un vídeo de Lady Gaga ataviado con su famoso vestido de carne, que Ana Belén hará el papel de Ana Botella en una Tv movie o que Ramón Rodríguez,The New Raemon, ha fichado por Amaral para tocar el bajo.

En 20 Minutos no publicamos inocentadas, lo que siempre me ha parecido una postura acertada. Al fin y al cabo estamos aquí para informar y entretener, y no para confundir. Porque a veces la gente se confunde. Hace varias semanas, la mujer que limpia en casa de mi madre me preguntó, entusiasta, si me había enterado de que que los bancos habían decidido donar todos sus beneficios de los últimos años a la creación de empleo. «Eso no puede ser, Rosi», le contesté. «¡Que sí, que sí! ¡Que lo he visto en las noticias!» No mentía: lo había visto en las noticias. En concreto, en el noticiario de La 2, que reflejaba una realidad imaginaria -aunque hermosa- creada por la Fura Dels Baus.

¿Has sufrido alguna inocentada hoy?

Canciones para empezar bien la semana: «Everything I say», de Vic Chesnutt

Un 25 de diciembre como ayer, hace dos años, nos dejaba un músico irrepetible. Vic Chesnutt (Jacksonville, Florida, 1964) fallecía tras varios días en coma, fruto de un intento de suicidio acometido pocos días antes. Dejaba tras de sí una docena de discos de estudio como legado y una vida difícil: a los 18 años sufrió un aparatoso accidente de tráfico que paralizó buena parte de su cuerpo, lo que le obligó a pasar el resto de sus días en silla de ruedas. Tal circunstancia no le impidió, sin embargo, firmar un puñado de discos estremecedores durante los 90 y la primera década del siglo XXI, que le valieron ser reivinidicado como uno de los renovadores fundamentales del rock americano de los últimos tiempos. A pesar de no gozar de un gran éxito comercial, su influencia en sus compañeros de profesión fue profunda, hasta el punto de que en  1996 nombres como R.E.M., Garbage o Smashing Pumpkins le rindieron homenaje cantando algunas de sus canciones en el disco Sweet Relief II: Gravity of the Situation. Michael Stipe, líder de R.E.M., fue de hecho uno de los principales mentores de Chesnutt, a quien produjo varios discos.

La música de Chesnutt bebe de un sinfín de sonidos dispares: desde el folk americano hasta el rock más crudo y enérgico. Pero todo lo que creó tiene un denominador común: la intensidad emocional. Esa que, en canciones como este Everything I say, llegaba a desgarrar el alma.



The barn fell down
since i saw it last
it’s rubble now
well so much for the past

Everything that i say
does me this’a way
everything,
every little thing i say
does me this’a way

some call her a thief
and some people call her a prophet
but her courage is brief
brief as little, little miss muffet

everything that i say
does me this’a way
everything,
every little thing i say
does me this’a way

She wanted to
be an inventor
but nothing new
was all she could muster

Ayudemos a Dan Melchior

Que la música nos ayuda a vivir está fuera de toda duda. Pero en ocasiones tal evidencia cobra una significación literal. El músico inglés Dan Melchior (en la imagen), conocido tanto por su carrera en solitario junto a la banda de garage rock The Broke Revue como por sus colaboraciones junto a artistas como Billy Childish, entre otros, envió hace unos meses a sus fans una petición desesperada de ayuda para pagar el costoso tratamiento de su mujer, enferma de cáncer. Los españoles han respondido. Se ha puesto en marcha la web ayudemosadanmelchior.wordpress.com y se han organizado una serie de conciertos para recaudar fondos en Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Donosti, además de diversas subastas benéficas y un fanzine. Una manera de devolverle a un músico parte de lo que él ha regalado a sus fans en forma de canciones.

Los datos de los conciertos son los siguientes:

Madrid Jueves 22.12. Sala La Faena: Fabuloso Combo Espectro, Mochuelo, Los Nitxos y Berlinetta. Entrada 6 euros + fanzine 3 euros.

Barcelona Jueves 22.12. Sala Moog: Beach Beach, Ohios, The Missing Leech y Brainf*ck. Entrada 6 euros + fanzine 3 euros.

Palma de Mallorca Jueves 29.12. Sala Sa Possessió: Saltamartí, Poal, Son and the Holy Ghosts y Gerard Armengol. 5 euros. Concierto, fanzine y cena solidaria.

Donosti Viernes 6.01. Sala Ondarra Club: The Great Destroyers + Bandas por confirmar. Precio por confirmar + fanzine 3 euros.

Canciones para empezar bien la semana: ‘1979’, de Smashing Pumpkins

Cualquier ocasión es buena para recuperar a una banda inolvidable. Hoy, la excusa perfecta para empezar la semana con Billy Corgan y sus Smashing Pumpkins es la reedición de sus dos primeros trabajos, los más que recomendables Gish y Siamese Dream, en sendas ediciones de superlujo y plagadas de contenido inédito. Ambos álbumes, lanzados respectivamente en 1991 y 1993, forman, junto al imprescindible Mellon Collie and the Infinte Sadness, la trilogía dorada de una banda que entonces estaba en plena forma. Muchos de los que les vieron en su pasada visita a España hace apenas un par de semanas con motivo de la presentación de su inminente nuevo trabajo, Oceania, pudieron corroborar que Smashing Pumpkins ya no son lo que eran. ¿Importa acaso? Quizá no demasiado. Al menos cuando cuentan en su discografía con auténticas obras maestras como este ‘1979’. Buen lunes.


Shakedown 1979,cool kids never have the time
on a live wire right up off the street
you and i should meet

junebug skipping like a stone
with the headlights pointed at the dawn
we were sure we’d never see an endto it all

and i don’t even careto shake these zipper blues
and we don’t know
just where our bones will rest
to dust i guess
forgotten and absorbedinto the earth below

double cross the vacant and the bored
they’re not sure just what we have in the store
morphine city slippin dues down to see
that we don’t even care as restless as we are

we feel the pull in the land of a thousand guilts
and poured cement, lamented and assured
to the lights and towns below
faster than the speed of sound

faster than we thought we’d go, beneath the sound of hope
justine never knew the rules,
hung down with the freaks and the ghouls
no apologies ever need be made, i know you better than you fake it

to see that we don’t care to shake these zipper blues
and we don’t know just where our bones will rest
to dust i guess
forgotten and absorbed into the earth below
the street heats the urgency of sound
as you can see there’s no one around

Falsos músicos

El pasado verano tuve la suerte de conocer Senegal en un viaje de prensa junto a un grupo de músicos. Viajábamos para cubrir el Festival Afroflamenco, que reunía sobre un escenario al ex Ketama Antonio Carmona y a Youssou N’Dour, la figura más internacional de la música senegalesa. Al entrar en el país, en el control de pasaportes, un sudoroso funcionario me preguntó por mi profesión. «Journalist», le dije sin pensarlo demasiado. Comenzó entonces un rosario de preguntas sobre las intenciones de mi visita. Cuál era mi hotel. En qué consistía mi trabajo en España. Qué tipo de medio era 20 Minutos. Qué labor iba a desempeñar exactamente en Dakar. Cuando finalmente, y no sin ciertas reservas, me dejó pasar, un compañero me dio un consejo: «en este tipo de viajes di siempre que eres músico o artista. Te pondrán muchos menos problemas que si te identificas como periodista». Hoy he recordado aquella anécdota al leer que dieciséis ciudadanos de Mali han sido detenidos por intentar entrar en España haciéndose pasar, precisamente, por músicos. Como en todo, fingir serlo también es mucho más fácil si perteneces a este otro lado del mundo.

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Deezer desembarca en España

Los que de un tiempo a esta parte venimos defendiendo el streaming -aún con sus asignaturas pendientes- como la gran apuesta para el futuro de la música tenemos hoy una nueva razón para estar de enhorabuena. Deezer, la plataforma musical líder en la vecina Francia, llega a España para postularse como la gran alternativa a Spotify, más asentada que nunca gracias a su reciente alianza con Facebook.

Deezer es la gran pionera en ofrecer música en streaming de manera gratuita. Comenzó a funcionar en 2006 bajo el nombre de BlogMusik, aunque tras una serie de litigios con las discográficas tuvo que reinventarse y renacer, en 2007, bajo el nombre que hoy perdura. La misma presión por parte de los grandes sellos provocó que lo que en un principio era un sistema similar a Spotify – escucha gratuita a cambio de publicidad entre canciones- se transformara en una plataforma de pago obligatorio. Un hábil campaña de Deezer, consistente en diversos acuerdos con Orange y Facebook, entre otros, provocó que los usuarios no abandonaran el barco. Hoy en día, Deezer cuenta con 20 millones de usuarios registrados, de los cuales casi uno y medio son de pago.

El usuario de Deezer puede optar por una de sus tres modalidades:  la gratuita Discovery Mode, que permite escuchar 30 segundos por canción y las diferentes emisoras de radio, el modo Premium -, que da acceso libre desde el ordenador a sus más de 13 millones de canciones por 4,99 euros, y el más completo Premium +, que ofrece además la posiblidad de escuchar la música en el móvil por 9.99 euros. Un sistema similar al de Spotify y al mismo precio, con la diferencia de que, al registrarte en Deezer, recibes una suscripción Premium + de prueba durante dos semanas.

A los que ya usamos Spotify, lo que nos interesa de Deezer son las diferencias. ¿Qué ofrece Deezer que no tenga ya el sueco círculo verde? Principalmente, tres:

– Para usar Deezer no es necesario descargar programa alguno, pues funciona como una web cualquiera y con cualquier navegador. A priori podría ser una ventaja, aunque en ocasiones puede no serlo tanto. Un ejemplo: hace un instante no me dejaba acceder a la web, cosa que nunca me ha ocurrido con Spotify. La incidencia, eso sí, se ha resuelto en cuestión de un minuto, e ignoro si ha sido cosa de mi propia conexión.

– Los usuarios de Deezer pueden subir sus propias canciones a la plataforma, característica más que apetecible de cara a liberar espacio en nuestro disco duro. Estas no estarán disponibles para otros usuarios, pero sí para uno mismo desde cualquier ordenador al acceder con su nombre y contraseña.

La radio. Es uno de los puntos flacos de Spotify. En Deezer, las centradas en estilos concretos como el indie rock o la electrónica son igual de limitadas, pero existe la llamada Radio Inteligente, parecida a la de Lastfm, que permite al oyente descubrir nuevas propuestas parecidas a un grupo en concreto. Todo un acierto.

¿Has probado Deezer? ¿Qué te parece?

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Canciones para empezar bien la semana: «Lonely Boy», de The Black Keys

Cuando un grupo está en boca de todos, especialmente de aquellos que suelen prestar más atención a las modas transitorias que a las propias canciones, el tufo a hype prefabricado hede a kilómetros. Otras veces, las menos, el trabajo duro de una banda da sus merecidos frutos y la sitúa en todos los mentideros del planeta. Es en esos momentos cuando, por un instante, uno recupera la fe en la música. Luego enciende la tele, ve la gala de los 40 y despierta del sueño con un bofetón de realidad, pero esa ya es otra historia.

The Black Keys pertenecen a esa última categoría de bandas. Llevan años sembrando y, de un tiempo a esta parte, se dedican a recoger. Vale que cada vez queda menos de aquel correoso blues que ejecutaban en sus inicios. Vale que han perdido cierta crudeza. Para algunos, hasta cierta autenticidad. Pero si el resultado es tan sobresaliente como Brothers, su anterior disco, o  Lonely Boy, el primer single de su nuevo trabajo, El Camino, no hay absolutamente nada que reprochar. Al contrario: hoy por hoy, el abanico estilístico del dúo de Akron (Ohio) se ha abierto tanto que no ha hecho más que enriquecer su ya de por sí atractiva propuesta.

Por si el arrollador estribillo de Lonely Boy fuera de por sí poco adictivo, súmale un vídeo original cuyos gastos de producción sean mínimos y el resultado es algo parecido a la jugada perfecta. Más de tres millones de visitas en Youtube así lo atestiguan.

Entrada Gratuita da el salto a Spotify

Hace tiempo que vengo pensando en la posibilidad de poner en marcha algún tipo de iniciativa que lleve este blog a Spotify. Hace unos días decidí sacar un rato y elaborar un perfil de Entrada Gratuita en la plataforma de música en streaming. Es pues un honor presentároslo en sociedad con este pequeño post informativo.

En el Spotify de Entrada Gratuita os encontraréis, en un principio, siete listas que se irán actualizando puntualmente. Son las siguientes:

El disco de la semana. Como su propio nombre indica, el álbum más destacado de cada semana. Arrancamos con Undo, lo nuevo de The Roots.

Novedades: Una selección de lo más interesante que ha salido a la venta en los últimos días, tanto en nuestro país como en el resto del mundo.

Lo mejor de 2011: El año toca a su fin. Es momento de recuperar algunas de las mejores canciones de entre las que han visto la luz este año.

España me pone. Una lista para descubrir las bandas españolas más inquietas del momento. No tenemos nada que envidiar a lo que viene de fuera.

Joyas de otro tiempo. Emparentada directamente con la sección de este blog del mismo nombre, aunque significativamente más extensa: música anterior a la década de los 60 para los que tengan ganas de descubrir viejas maravillas musicales.

Canciones para empezar bien la semana: en la que recopilo las canciones de las que, cada lunes, os hablo en este blog.

La lista de los lectores: Quizá lo mejor de Spotify es la posibilidad de compartir canciones. Esta es una lista colaborativa, abierta a todos, en la que podréis subir los discos para que los escuchemos el resto de suscriptores.

Para suscribiros a las listas, podéis hacer clic en el enlace de cualquiera de ellas o en el siguiente botón. Espero que os guste.

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Canciones para empezar bien la semana: «Too Insistent», de The Dø

Seamos claros: hay pocas maneras de empezar mejor una semana que no yendo a trabajar. Porque todo el mundo sabe que remolonear entre las sábanas estaría incluído en un hipotético top 10 de placeres gratuitos. Hoy no hay periódico, razón por la que un servidor está cómodamente sentado en su sofá con un humeante café de cafetera y no en la redacción con un laxante café de máquina de oficina. Pero la web no descansa, y este blog tampoco.

La canción escogida para este frío lunes supura ese relajo sabático que los más afortunados experimentamos hoy. The Dø son un dúo formado por el multiinstrumentista y compositor francés Dan Levy y la cantante finlandesa Olivia Merilahti que está dando mucho que hablar por lo inquieto de sus canciones. Ambos, Dan y Olivia, decidieron en 2005 abandonar su trabajo como compositores de bandas sonoras y ballets para dedicarse en cuerpo y alma a su propia carrera musical. Tras un sorprendente primer álbum, A Mouthfull, editado en 2008, han vuelto este año con Both Ways Open Jaws, una reválida que las ha colocado en boca de todos por la originalidad de su sonido. Y es que si algo diferencia a The Dø de las centenares de propuestas que surgen como setas en el universo indie es su capacidad innata para crear música difícilmente clasificable. Both Ways Open Jaws es un ejercicio de eclecticismo sin límites. Una reivindicación de una manera de entender la música: sin etiquetas autoimpuestas. Hay pop, hay rock, hay electrónica. Hay, en definitiva, una constante búsqueda, elemento que no debería faltar en ninguna banda.

Tras haber estado este fin de semana en Girona y Barcelona, The Dø concluyen su gira española esta noche en la madrileña sala Caracol, en la que será una excusa perfecta para descubrir algunas de sus joyas en forma de canciones. Too Insistent es, con toda probabilidad, una de las más asequibles y fácilmente asimilables de todo el disco. Y de la misma manera, una manera perfecta de empezar a familiarizarse con su peculiar manera de entender la música. También una canción ideal para arrancar este lunes disfrazadado de sábado.

what’s wrong with you?
what is it you want?
what’s so special about me
I’m too you marry
&
you’re too insistent
you’re too insistent
don’t you stop and distant
I know not.
why won’t you let me go?
why won’t you let me go?
just let me go
i’m singing a tiny toe
what’s wrong it’s been so long,
is it me you’re after?
days and nights, and ideas
and no disaster
you’re so persistent,
oh we’re so persistent.
should we act like people
like
they had seen it all
they’re so indifferent, I know not.
why won’t you let me go
why won’t you let me go
people they want to know.
I’m such a tiny toe.
why won’t you let me know?
why won’t you let me know?
they want to know
I feel a tiny toe
why won’t you let me know
why won’t you let me know know
people they want to know.
why don’t you let me go

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