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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Archivo de la categoría ‘Debates’

La música, contra la subida del IVA

Esta mañana ha tenido lugar en Madrid una rueda de prensa convocada por varias organizaciones, empresas y colectivos relacionados con la música en la que se ha querido escenificar la posición común del sector sobre la reciente subida del IVA.

Desde este humilde blog no puedo si no sumarme al manifiesto, que podéis leer a continuación:

 

Madrid 17 Octubre de 2012. Las organizaciones empresariales del ocio nocturno y los locales de música en directo junto con los principales festivales musicales y los medios especializados, han realizado hoy una rueda de prensa para denunciar la injusta y desproporcionada subida del IVA a las empresas del sector del ocio, la música y los espectáculos y colectivos afines. Han intervenido en el acto: Pedro Serrano (Presidente de la Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno de la Comunidad de Madrid, Noche Madrid), Dionisio Lara (Presidente de ECO), Armando Ruah (Coordinador de la Asociación Estatal de Salas de Música en Directo, ACCESS) y Pepe Corral (Director Ejecutivo del Festival Internacional de Benicassim).

El principal objetivo de la rueda de prensa es el de reactivar el debate y reclamar la modificación sobre el tipo de IVA aplicado al ocio y los espectáculos en el contexto de las campañas electorales de Galicia, País Vasco y Catalunya, teniendo en cuenta que son las campañas electorales el momento en el que el ciudadano debe decidir sobre el tipo de gobierno que desea y elegir entre las diferentes formaciones políticas a la hora de ejercer su derecho al voto.

IMPACTO ECONÓMICO SUBIDA IVA

Durante la rueda de prensa, los representantes empresariales denunciaron que la subida del IVA en el ocio nocturno y en los espectáculos musicales supone un agravio comparativo con respecto al resto de actividades turísticas y hace que el ocio nocturno y los espectáculos sean el único sector de la actividad turística al que se penaliza con un IVA del 21%, lo que significa un castigo injusto a uno de los sectores que más contribuyen al atractivo turístico y la configuración de nuestra marca país.

En este sentido, el Gobierno de España parece olvidar que 17 millones de españoles y 27 millones de turistas extranjeros consumen ocio nocturno y 26 millones de personas acuden a conciertos y festivales musicales en España.

Pues bien, en este contexto, el incremento sin precedentes del IVA en un 162% para un sector como el ocio nocturno que ha caído un 29% desde el inicio de la crisis, supone una amenaza para la viabilidad de las más de 30.000 empresas del sector, sus más de 150.000 trabajadores y el 2’5 % del PIB nacional. Durante los próximos meses, por culpa de la subida del IVA, pueden cerrar más de 3.000 empresas de ocio, suspenderse cientos de giras y conciertos y desaparecer decenas de festivales musicales enviando al paro a más de 20.000 trabajadores de este sector.

REIVINDICACIÓN EMPRESARIAL

En este contexto, el principal objetivo de esta rueda de prensa, es reclamar la aplicación inmediata del IVA turístico, con el TIPO REDUCIDO del 10%, al ocio nocturno y a los espectáculos en igualdad de condiciones que el resto de subsectores turísticos, como la hostelería, los bares, restaurantes y los hoteles.

En definitiva, el colectivo empresarial exige la aplicación por igual de un IVA reducido a todos los productos y servicios hosteleros que se ofrezcan desde todo tipo de establecimientos públicos ya sean los propiamente hosteleros pero también en el sector del ocio y de los espectáculos.

El sector del ocio y los espectáculos reivindica la aplicación del IVA reducido para el sector de la cultura y los espectáculos: los conciertos y actuaciones musicales, las discotecas y salas de fiesta o los servicios mixtos de hostelería deben recuperar la aplicación del IVA reducido en sus empresas, restableciendo la situación anterior y suspendiendo el cambio de categoría y la aplicación del 21% de IVA en este sector.

Mientras se mantenga la actual situación, todos los establecimientos públicos y actividades recreativas o musicales, deberían poder aplicar la doble tributación en sus declaraciones del IVA, diferenciando el IVA de los distintos tipos de servicios ofrecidos al cliente, en las mismas condiciones que cines y teatros.

LA IMPORTANCIA DE IBIZA, LOS FESTIVALES MUSICALES O EL FLAMENCO PARA EL TURISMO

Durante la rueda de prensa los representantes empresariales utilizaron como ejemplo la vida nocturna de Ibiza, la programación de los festivales musicales que animan el verano de nuestro país y el atractivo turístico del flamenco como patrimonio inmaterial de la humanidad, como ejemplos innegables de la importancia turística del ocio y de los espectáculos y denunciaron que las consecuencias directas e inmediatas de la caída en el número de empresas y, de forma muy especial en el retroceso en toda la programación de espectáculos, va a provocar un grave empobrecimiento de los destinos y una innegable pérdida del atractivo turístico frente a la cada vez mayor competencia de los destinos emergentes como Croacia, Túnez, Turquía, el Caribe o el Sudeste Asiático que hacen de la noche uno de sus atractivos estratégicos.

CAMPAÑA INFORMATIVA. YO IVA A….la disco, los conciertos y a los festivales

Por último, los participantes en la rueda de prensa anunciaron la inminente puesta en marcha de toda una campaña de protesta empresarial y de movilización ciudadana cuyo contenido será presentado próximamente.

Firman:

ACCES. Asociación Cultural Coordinadora Estatal de Salas de Música en Directo AD. Asociación Empresarial de Discotecas de Valencia

AEGAL. Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Madrid y su Comunidad

APM. Asociación de Promotores Musicales

ARAGÓN EN VIVO. Asociación Salas de Conciertos de Aragón

A.R.T.E Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo

A.R.C Asociación de Representantes, promotores y managers de Catalunya

ASACC. Associació de Sales de Concert de Catalunya

Asociación de Empresarios de Salas de Fiesta, Discotecas y Similares de Baleares

Associació de Discoteques de Lleida

Associació Provincial d’Empresaris de Sales de Festa i Discoteques de Tarragona

CLUBTURA. Asociación Galega de Salas de Música ao Vivo

CMCC. Colectivo de Medios de Comunicacion Culturales (plataforma constituida por 45 medios musicales)

Comisión de ocio de la Asociación de Hostelería y Turismo de Toledo

CONCAT. Confederación de Ocio Nocturno de Cataluña

CREADI. Asociación Cultural de Salas de Conciertos de Andalucía

ECO. Asociacion Nacional de empresarios por la calidad del ocio.

FADISCAT. Federación de Organizaciones de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas de Catalunya

FECALON. Federación catalana de locales de ocio nocturno Festival de Jazz de Barcelona Festival de Flamenco Festival de GuitarraFestival Monegros

FIB. Festival Internacional de Benicassim.

GOA Electronic Partys

Gremi d’Empresaris de Discoteques i Sales de Festa de la Província de Girona

Kultura Live, Asociación de salas de Euskadi y Navarra

LA NOCHE EN VIVO. Asociación de Salas de Música en directo

Madrid en Vivo. Go!

MALASAÑA. Asociación Empresarios de Hostelería de Malasaña

Mercat de la Musica Viva de Vic

Monkey Week

Neo2

NOCHE MADRID. Asociación de Empresarios de Ocio Nocturno de la Comunidad de Madrid

Primavera Sound

Sonar

TEBADIS. Asociación de Terrazas, Bares de Copas y Discotecas de Andalucía

Ticketea.com

Tilllate.com

TRIBALL. Asociación Triangulo Ballesta

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La cultura no es un lujo

La gran mayoría de la prensa musical española ha emitido un comunicado contra la subida del IVA y los recortes del Gobierno que amenazan seriamente al futuro de la industria cultural, ya de por sí maltrecha. Desde este blog, quiero sumarme al manifiesto brindándole mi más decidido apoyo. Helo aquí reproducido en su totalidad:

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Tras el anuncio de las últimas medidas tomadas por el Gobierno de España relacionadas directamente con materias culturales, un considerable grupo de medios musicales del país hemos decidido unirnos para manifestar una común disconformidad. Esperamos que lo expuesto a continuación sea compartido anímicamente y respaldado dentro de lo posible por nuestros lectores, tan afectados como nosotros mismos.

Todas las cabeceras que firmamos este manifiesto tenemos en común la pasión por la música, que cada cual refleja a su manera, de forma peculiar e independiente. Más allá de eso otra característica nos define prácticamente a todas: salvo algunas excepciones, en nuestras páginas el comentario político había sido hasta hoy, cuando algunas ya están cerca de los treinta años de existencia, tangencial o incluso inexistente. Sin embargo, vivimos un momento histórico extraordinario que requiere de respuestas no menos extraordinarias por parte de todos. No se nos escapa que España pasa por momentos muy complicados. Tampoco que en esta situación se demanda del ciudadano de renta media-baja un esfuerzo enorme que se traduce cada día en cientos y miles de nuevos dramas humanos. A la vez, asistimos atónitos a los beneficios millonarios de los directivos de esas cajas que han quebrado el país, a las suculentas indemnizaciones de altos cargos que abandonan sus puestos de responsabilidad en medio del escándalo, a la indecencia de buena parte de nuestros políticos. En medio de este paisaje el Gobierno ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca a una situación ya insostenible tomando una serie de medidas que condenan a la ciudadanía en general a poco menos que la indigencia y a un sector determinado, el de la música y la cultura popular, a la desaparición.

Entre las medidas adoptadas el pasado viernes 13 de julio se encuentra el incremento del 8% al 21% del impuesto del valor añadido (IVA) sobre el precio de las entradas a salas de cine, teatros, festivales musicales y conciertos. Es el definitivo golpe de gracia para un sector que depende del gasto en ocio para su supervivencia y que ha ido viéndose acorralado progresivamente por las decisiones de nuestros gobernantes. Porque en el mundo de la música popular, a diferencia de otros sectores industriales e incluso culturales, la subvención siempre ha sido escasa cuando no directamente nula y, sin embargo, la lista de zancadillas a la iniciativa privada por parte de las Administraciones es interminable: desde la promesa incumplida por parte del anterior Gobierno de considerar los discos y directos como producto cultural y rebajar su IVA al 4%, hasta la prohibición a acceder a una sala de conciertos a los menores de edad, pasando por las periódicas trabas a promotores y hosteleros para impedir que programen música en directo. Especial hincapié merece la nula respuesta que han dado nuestros gobernantes durante la última década al problema de las descargas ilegales, que se ha llevado por delante infinidad de puestos de trabajo en discográficas y distribuidoras.

Discográficas, distribuidoras, promotores, salas, empresas de promoción y comunicación, técnicos y por encima de todo músicos son los damnificados del desprecio y hasta rencor que muestran nuestros gobernantes para con un sector que supone buena parte de ese 3% del PIB generado por la cultura y que se encuentra en proceso de descomposición. También uno de los mejores escaparates posibles para esa marca “España” que a nuestros políticos tanto les gusta pasear: ¿alguien duda lo mucho que hacen por la imagen y la economía de este país nuestros músicos o festivales?

Por supuesto entre los damnificados también nos encontramos nosotros, la prensa especializada, que vemos cómo la publicidad (una importante fuente de ingresos. Y otra vez insistimos: que no el dinero público) se bate en retirada. Primero se fueron las discográficas como consecuencia de las nulas ventas, luego las grandes marcas a causa de la caída en el consumo y ahora lo harán los promotores, salas y festivales, condenados por la subida del IVA del ministro de Hacienda, el señor Montoro. Esto, unido a la inevitable caída de las ventas de quiosco, definitivamente nos deja en una situación difícil de sortear.

Por eso, la razón de ser de este manifiesto es doble.

Por un lado, mostrar nuestra absoluta solidaridad con el resto de compañeros del mundo de la música, brindar nuestro apoyo y demandar el suyo a la vez: si de todo esto algo se salva será únicamente por la fuerza que mostremos unidos.

Y por otro, dirigirnos a todos los que nos leéis, que nos consta que sois muchos y fieles. Lo cierto es que el tiempo se ha acabado y nos encontramos ante un ahora o nunca: o reclamamos aquello que consideramos justo o nos veremos privados de ello para siempre. Y esta advertencia se refiere tanto a la posibilidad de ver a tu grupo favorito tocando en tu ciudad como al acceso a la educación y la sanidad. No nos corresponde a nosotros señalar a unas siglas concretas, pero sí pedirte con todas nuestras fuerzas coherencia y que actúes conforme a tu conciencia desde hoy mismo respecto a todo lo que está ocurriendo a tu alrededor, vivas en Barcelona, Madrid, Burgos o un pueblecito de Galicia. No te calles. No te acomodes y reclama lo que consideras que es justo. Y si a pesar de nuestro esfuerzo nos lo siguen negando, no te olvides de cuanto ha ocurrido estos últimos años cuando llegue la hora de votar.

Firmado:

A Viva Veu
ARDEmag
bi fm
Binaural
Blogin’ In The Wind
Clone
Club De Música
DJ Mag
El Enano Rabioso
Efe Eme
Enlace Funk
Fantastic Plastic Magazine
FREEk!
Funkmamma
Gent Normal
Go Mag
Guía del Ocio BCN
HH Directo
Hip Hop Life
Indienauta
Indiespot
Jenesaispop
Klubbers
La Heavy De Mariskalrock.com
La Ventana Pop
Lados Magazine
MondoSonoro
Muzikalia
Numerocero
Orbita
PlayGround
Revolver
Rock Estatal
Rockdelux
Rockviu
Rockzone
Ruta 66
Time Out Barcelona
The Metal Circus
This is Rock
Versos Perfectos
Vicious
We Go
Zona De Obras

Ilustración: Pepo Pérez.

Las marcas, ¿al rescate de la cultura?

Olvídense los madrileños de lo que conocíamos como el teatro Alcázar: a partir de ahora pasará a llamarse teatro Cofidís, sumándose así a otros que ya cambiaron su denominación, como el teatro Haagen Dazs (en la imagen, otrora teatro Calderón) o el teatro Movistar, al que muchos siguen llamando Rialto. Un patrocinio que también ha afectado a salas de conciertos como la la sala San Miguel (nacida con esa denominación en el interior del palacio de Vistalegre) o la Marco Aldany, que antes fue la sala Heineken y hace aún más tiempo, Arena.

Años atrás, cuando esta última sala cambió su denominación por la de la conocida marca de cerveza, recuerdo haberme empeñado en seguir escribiendo en el periódico «Sala Arena» cada vez que incluía uno de sus conciertos en la página de agenda. No tardaron en llegar las llamadas de los responsables de la firma quienes, no sin cierta indignación, me pedían encarecidamente que escribiese correctamente el nombre de la sala, pues la firma holandesa había invertido una sustanciosa cantidad de dinero para figurar en todas partes. «Se llama sala Heineken, no sala Arena», me decían. Durante un tiempo, espoleado por su insistencia – también por mi animadversión a tan insípida cerveza- y por cierta dosis de rebeldía juvenil de baratillo, me negué a ello y seguí escribiendo la antigua denominación. Como si sirviese para algo. Al cabo de no mucho tiempo yo también acabé llamándola Sala Heineken. Casi todo el mundo lo hizo. Y no pasó nada.

Pese a que, de entrada, toda iniciativa destinada a fomentar la preservación de espacios culturales me parece digna de aplauso, tengo serias dudas respecto a esta nueva manera de «salvar» las salas, los teatros o los cines a base de patrocinios. Un buen amigo que trabaja en el mundo del celuloide me dice que estas operaciones le recuerdan «a películas y novelas de ciencia ficción en las que todo va encaminado al apocalipsis, como Blade Runner».  Otro, pintor, opina que » todas estas inicitativas son una prueba evidente del trato a la cultura y al patrimonio en España». Y un tercero, que trabaja en una conocida discográfica multinacional,  se muestra convencido de que estas son «la unica salida para financiar un espacio cultural que de otra manera no se sostiene».  Yo, por mi parte, no puedo evitarlo: Me incomoda la invasión del espacio público por parte de la publicidad. Me irrita la estrategia de los encargados del departamento de márketing de turno que, sentados en una mesa, intentan que su marca se asocie a fomentar la cultura, por éticamente reprobables que sean sus políticas de empresa. Simplemente no me gusta. Será que una parte de mí, la más ingenua, sigue pensando que la cultura se puede y se debe sostener exclusivamente por el interés que genera en los miembros de una sociedad.

Igual sólo es cuestión de recibir otras cuantas llamadas más y acabar por acostumbrarme a los tiempos que nos ha tocado vivir.

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Ardor Destómago, el rey y Barbara Streisand

La historia es todo un clásico de los tiempos que corren: grupo punk escribe una canción poniendo de vuelta y media a nuestro campechano monarca. El Ayuntamiento de su ciudad (Segovia, en este caso) la incluye en un recopilatorio de jóvenes talentos locales. La oposición (del PP) lo denuncia y lleva el caso ante la fiscalía. Los medios se hacen eco de la polémica y la recogen, divulgan y amplifican hasta el infinito y más allá. Muchos diarios, como este mismo, recogen incluso la letra íntegra para que todo el mundo pueda juzgar por sí mismo si la cosa es o no para tanto. Y al final, todo hijo de vecino acaba escuchando la canción, leyendo la letra que se pretendía censurar y opinando al respecto en foros o barras de bar a lo largo y ancho de España. E incluso más allá de nuestras fronteras. Es entonces cuando a don Juan Carlos le pitan los oídos mucho más que hace sólo unos días, cuando seguramente ni se hubiera enterado de la existencia de la tonadilla de marras. Sí, el de hoy es uno de los ejemplos más claros que se recuerdan del conocido como efecto Streisand.

Para quien no conozca el término, una breve introducción al mismo. En 2003, la cantante Barbara Streisand denunció a un fotógrafo por publicar en una web una imagen de su mansión en la costa de California. Streisand exigía que la fotografía fuera retirada de inmediato, pero logró exactamente el efecto contrario: varios medios se hicieron eco de la polémica y todo el mundo acabó por conocer la ubicación exacta de su humilde morada. Lo que popularmente se llama que te salga el tiro por la culata o hacer un pan con unas tortas, que diría mi madre.

Precisamente aquel año, 2003, comencé a hacer un programa musical en una radio libre madrileña. Eran tiempos en los que la administración aún no habían declarado la guerra a una manera independiente y sin ánimo de lucro de emitir en las ondas. Libre, tal y como su propio nombre indica, salvo en determinadas materias: poco antes de empezar a hacer el primer programa, el responsable del espacio anterior me dio un consejo: «puedes hablar de lo que te dé la gana, con una sola condición: no nombres al Rey». Aquella advertencia, medio en broma medio en serio, se convirtió inevitablemente en una incitación para recordar la figura del rey de cuando en cuando mientras estábamos en el aire. Afortunadamente, nuestra audiencia no debía superar la media docena de oyentes, y ninguno de ellos debía ser miembro de Manos Limpias  o tener el suficiente tiempo libre y mala baba como para denunciar nuestros inofensivos chascarrillos.

Como bien explica mi compañera Clara Hernández en un reportaje en esta misma web en el que también repasa casos similares (algunos tan épicos y ridículos como el secuestro de El Jueves por parte de la Audiencia Nacional), el artículo 490 del Código Penal establece penas de prisión de seis meses a dos años para las personas que cometan injurias o calumnias consideradas «graves» contra el rey o sus descendientes, y una multa de varios meses (entre cuatro y 20) si la calumnia es «leve». Hay quien, como Izquierda Unida, ha pedido reiteradamente que se derogue dicho artículo, pero por el momento sigue ahí, amenazando a cualquier que, como Ardor Destómago, ose faltar al respeto a nuestro jefe de estado. Ahora, el grupo se enfrenta a 1.800 euros de multa. Muchos pagarían mucho más por una publicidad semejante. Bravo.

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Bildu, La Mala Rodríguez y Melocos

El ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por Bildu desde las pasadas elecciones, ha decidido prescindir de los conciertos que tenía apalabrados con la rapera jerezana La Mala Rodríguez y la banda de pop gaditana Melocos. En su lugar, actuarán los grupos vascos Su Ta Gar y Berri Txarrak.  Según publican varios medios, la intención del nuevo consistorio es «reforzar la presencia de la cultura vasca en el escenario más emblemático» de las fiestas donostiarras y potenciar la música cantada en euskera, que ahora copará cuatro de los ocho conciertos que tendrán lugar durante las fiestas de la ciudad.

Parece lógico pensar que, de no tratarse de Bildu y el País Vasco, pocos se habrían hecho eco de una noticia de estas características. Por todos es sabido que cualquier información que demuestre lo  antiespañoles que son los miembros de la coalición abertzale tiene garantizado un hueco en determinados medios de comunicación. Algunos, incluso, obviarán el hecho de que, entre los conciertos que ya están confirmados están los de artistas tan sospechosamente independentistas como Melendi, Marta Sánchez, Def Con Dos, Celtas Cortos y Muchachito Bombo Infierno.

Yo, por mi parte, lo tengo bastante claro: preferiría ver un concierto de Berri Txarrak antes que uno de Melocos. Y sin embargo, politizar la música por el simple hecho de estar cantada en uno u otro idioma no deja de parecerme una estupidez como la copa de un pino, más propio de quien se mira demasiado el ombligo que de alguien que se preocupa verdaderamente por la cultura.

Pilar Rahola, el punk y el Islam

En el siglo XXI, la censura se convierte a menudo en un contrasentido. Quien trata de que una información no llegue al gran público consigue precisamente el efecto contrario gracias a Internet: multiplicar su difusión. A veces ocurre por el anacronismo de algunos, como cuando se retiró aquel famoso número de El Jueves. Otras, quizá, por puro interés.

La periodista Pilar Rahola se ha querellado contra el grupo punk catalán Islam por «amenazarla de muerte», ya que en varios momentos de una canción cantan: «voy a matar a Pilar Rahola». La fiscalía ha abierto diligencias y el juez ha enviado una petición a la autoridades norteamericanas para que Youtube retire el vídeo de la Red.

Rahola promociona estos días su nuevo libro, La República Islàmica d’Espanya, en el que alerta de la penetración en España del fundamentalismo islámico. «Hace tres semanas que tengo un dispositivo de protección consecuencia de los riesgos relacionados con el libro», ha explicado.

El grupo no ha tardado en contestar. Ha pedido disculpas en una carta remitida al diario La Vanguardia en la que explican que no tienen nada que ver con el mundo islamista, «ni radical ni no radical», y que son un «grupo de chavales que tocan punk para cuatro amigos». Añaden que «nunca pensamos que esta canción en clave de humor pudiese llegar a molestar a tantos. Personalmente, creemos que no da a lugar a sentirse amenazado, porque la letra dice ‘voy a matar a Pilar Rahola, con un gato de escayola’, que nos pareció gracioso por la rima», han explicado. El grupo ha puntualizado además que con lo de gato de escayola se referían «a los que venden en los chinos».

Una de dos: o Pilar Rahola está muy susceptible y ve moros malos -que escuchan punk en la intimidad- dispuestos a inmolarse con tal de quitar de enmedio a tan osada periodista de investigación, o Pilar Rahola es en realidad la tía del bajista de los Islam, junto al que ha urdido un intrincado plan para darse cancha a dos bandas que les ha salido fetén.

Músicos de derechas

La noticia ha corrido estos días como la pólvora: Russian Red es de derechas, según ha declarado a la revista Marie Claire. ¿Y? A nadie le resulta llamativo que los músicos se declaren abiertamente progresistas y, sin embargo, el conservadurismo en determinados ámbitos de la cultura no parece estar bien visto, pese a que muchos artistas probablemente comulguen de puertas para adentro con determinadas ideas que deciden guardar para sí.

Las palabras de la que fuera diva del indie han generado un debate. ¿Es la sensibilidad propiedad exclusiva de personas cercanas a las ideas y planteamientos de la izquierda? La lista de músicos conservadores es larga, aunque minoritaria: desde Johnny Ramone a Ted Nugent, desde 50 Cent a Daddy Yankee. Recuerdo la sorpresa que me llevé, en plena adolescencia, cuando me enteré de que Dave Smaley, de la banda punk Down By Law, era un republicano acérrimo. Más adelante comprendí lo poco que importa el posicionamiento político, religioso o sexual de un artista si su música te transmite sensaciones que poco o nada tienen que ver con ser de uno u otro lado.

¿Fútbol o música? Elige

Mañana arranca una nueva edición del Primavera Sound, y lo hace precedida por una polémica que nada tiene que ver con la música: la jornada del sábado, la cita indie por excelencia del calenario festivalero coincide (¡oh!) con la final de la Champions entre el Manchester y el Barça. Desde hace semanas se está planteando la posibilidad de que la organización coloque en el recinto del Fòrum una pantalla gigante para seguir la final. En ese sentido, Europa Press publicaba hoy que desde la organización «no se va a comunicar ninguna decisión al respecto». De hecho, no aseguran que vayan a hacerlo «en los próximos días». La polémica sigue en el aire.

¿Fútbol en el Primavera sí? ¿fútbol en el Primavera no? ¿Qué opinan los protagonistas? Como Messi no me coge el móvil, he preguntado a un par de asistentes de mi entorno. Rubèn es de Barcelona y lo tiene claro. «¿La final de la Champions? Como si es la del Mundial. Para mí lo importante es la música». Rafa, madrileño y culé, tiene otra manera de verlo: «En 112 años de historia hemos jugado seis finales de la Copa de Europa. Hemos eliminado al Madrid. Y Xavi, Iniesta y Messi hacen un futbol tan bonito que parece música. Para colmo, jugamos contra un equipo de Manchester… ¿No es esta la final más musical de la historia?». Esteban, guitarrista asturiano de la banda afincada en Madrid Toundra (que tocarán en el festival) y merengue confeso, coincide con él salvo en los colores, y está «encantado de que pongan la pantalla», eso sí, para apoyar al Manchester United «a muerte».

En el lado contrario, y a modo de reflexión, la banda catalana Eric Fuentes & El Mal publicó en su Facebook el siguiente mensaje «Aun siendo muy fans del Primavera Sound, nos llevaremos una decepción si se rinde al poder social del futbol y coloca una pantalla gigante en el recinto para verlo. Precisamente lo que queremos en el Primavera Sound es buena música y no hooliganismo. El día que la música convoque a las masas como el futbol, el mundo será mejor.».

¿Y tú, qué prefieres, el fútbol o la música? A mí no me mires: yo lo tengo claro.


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Russian Red y la ética musical

Russian Red ha fichado por Sony BMG. Lo podréis leer mañana en un artículo que un servidor ha escrito para este diario. Y como no podía ser de otra manera, la noticia ha generado un debate tan viejo y gastado como la propia industria discográfica. Una animada discusión sobre si las grandes bandas independientes deben o no fichar por multinacionales aún más grandes. Ya lo sufrieron en su día Nirvana, Green Day, Bad Religion, Slayer o, en el terreno nacional, Los Planetas, Australian Blonde, Dover o Deluxe.

La duda que surge es la de siempre:  ¿Es conveniente, razonable y coherente que un artista que ha enarbolado la bandera de la independencia fihe por una multinacional? Vayamos por partes, como dijo Jack el Destripador:

Al ser preguntados por tan trascendente cuestión, la gran mayoría de los grupos contestan algo similar a esto: «todo lo que sea llevar nuestra música a un mayor número de gente es positivo». Es decir, dar el salto a una major es conveniente, al menos para las aspiraciones económicas de la banda. Porque no nos engañemos: todo músico aspira a poder ganarse la vida con su arte, y todo arte nace para ser disfrutado por la gente. Cosa bien distinta es plantearse la posibilidad de sobrevivir dignamente a lomos de un sello independiente. Poderse, se puede. Por otra parte, son de sobra conocidos los problemas que Russian Red tuvo con su anterior sello, Eureka. Era cuestión de tiempo que se confirmaran los rumores.

Lo de si es razonable tiene más miga. Todo músico tiene el derecho a decidir libremente qué hacer con sus canciones. Evidentemente, sus fans tienen el mismo derecho a despotricar a nivel de barra de bar, pero eso no debería afectar a una decisión que podría ser trascendente en el desarrollo de su carrera artística. O no. Y me explico: hoy día, las multinacionales ya no son lo que eran. El viejo mito del tiránico ejecutivo que mete mano a las canciones y maneja los hilos de todo lo que sucede alrededor de un artista ha quedado obsoleto, al menos en cuanto a cierto tipo de músicos se refiere. Los grandes sellos se han dado cuenta de que es mucho más inteligente dejar libertad de maniobra a un artista que intervenir a su antojo, al menos en casos como el que nos ocupa, en los que  el músico llega a su nuevo hogar con un sonido concreto y un público consolidado. En resumidas cuentas, nadie espera que, para su nuevo álbum, Russian Red se desmarque con un disco de dance en el que enseñe muslamen a instancias de su nuevo sello. No, no caerá esa breva.

La ética, esta vez, no viene al caso. La actitud y proyección de Russian Red (telediarios, programas de televisión, revistas de moda, periódicos, premios Goya…) nunca tuvo nada de indie, entendiento como tal todo lo que se aleja de los circuitos mediáticos convencionales. Por otro lado, si estuviéramos hablando de un grupo abiertamente anticapitalista y revolucionario quizá habría razón para la crítica (y ni siquiera, pues siempre se podrá contraatacar con el difícilmente rebatible argumento de que es mejor combatir el sistema desde dentro empleando sus propias armas, como bien esgrimen Rage Against the Machine). Desde fuera, nunca me dio la sensación de que Lourdes rechazase en modo alguno la posibilidad de hacerse más grande por cualquier vía que se pusiese a tiro. Así que, guste o no, no hay incoherencia en la decisión de fichar por un sello que alberga a bandas tan poco indies como El Canto del Loco o La Oreja de Van Gogh.

El debate, en todo caso, está servido. Y aunque siempre es preferible hacerlo con una jarra de cerveza en la mano, os invito a dar vuestra opinión en los comentarios.

Los nuevos capos de la industria musical

Guardémonos los viejos improperios que tradicionalmente hemos dedicado a las grandes multinacionales de la industria discográfica. Ya no sirven. Es cierto que durante décadas han hecho lo que han querido con la música. Han tenido el monopolio del botón con el que lanzar al estrellato o condenar al ostracismo a quien les viniese en gana. Han ganado miles de millones (a menudo gracias a estrategias de dudosa ética). Nos han metido por las orejas, demasiado a menudo, cantidades ingentes de hez en forma de canciones. Han decidido, ellos solitos, los desgnios de un bien cultural tan imprescindible como la música.

Pero eso se acabó. A cada día que pasa, esas multinacionales cortan una porción más pequeña de este sabroso bacalao que es la industria de la música.

En su día, algunos ingenuos fantaseamos con la posibilidad de que, con la llegada de Internet, semejante poder pasase directamente a manos de los verdaderos actores de toda esta película: los grupos y sus fans. Sin intermediarios, sin distribuidores. La agonía del formato físico como única opción posible y el libre acceso a la cultura traerían consigo una nueva era. Pero no ha sido así, y hoy día los más pequeños no sólo no huelen el bacalao, sino que ya no les llega ni para una lata de sardinas. El festín se lo siguen llevando sólo unos pocos señores (primos hermanos de aquellos) que, como ellos, tienen poco que ver con la música y mucho con el negocio.

Google, la empresa a la que  todo el mundo ama por hacer su vida más fácil, repartirá entre sus trabajadores una jugosísima prima de beneficios, parte de los cuales provienen de sus derechos sobre la publicidad que acompaña, de manera más o menos velada, a los vídeos que se emiten en Youtube. Como muchos sabréis, ni artistas ni discográficas ven un duro cada vez que hacemos clic en los vídeos que ellos mismos han pagado, lo que ha llevado al gigante de los buscadores a un interminable litigio contra los que exigen que reparta dichos dividendos. Esto, lejos de perjudicar a los sellos más grandes, machaca especialmente a los más pequeños, que no gozan del poder de las multinacionales y tienen que luchar tres veces más para conseguir la décima parte de eco mediático que aquellas.

Recientemente, un amigo me contó la historia de un familiar que trabajaba en una de las principales operadoras de Internet de este país. Primas obscenas, coches privados, sueldos astronómicos (y vitalíceos), vuelos privados para viajes de placer… Rozando el código penal, vaya. Precisamente, esa misma compañía me cobró durante un año (sin que yo me diese cuenta) un pack antivirus que costaba cuatro euros al mes. Me costó dios y ayuda que me lo devolvieran. Si pienso en la cantidad de gente que picó en tan vil tocomocho me entran ganas de reventar escaparates.

Operadoras y buscadores son los nuevos capos de la industria musical. No es que se lleven la mayor parte del pastel, es que se lo llevan todo. Clamamos por nuestro derecho a bajar música gratis y no rechistamos por pagar 40, 50 ó 60 euros a los proveedores de Internet. Nos cagamos en los muertos de un artista cuando se queja de la piratería pero nos encanta poder ver sus vídeos en la Red y acceder a su música via torrent, descargas directas o similares. Echamos pestes de la SGAE, de Teddy Bautista y de Ramoncín. Y no nos damos cuenta de que ellos no son el grueso del problema.

Yo firmaría para que el 10% de lo que pago por Internet se destinase a los artistas cuyas obras disfruto gratis en Internet. Estoy convencido de que a algunos les daría la risa sólo de escuchar tan descabellada propuesta, no sea que tengan que renunciar a jugosas primas, vuelos privados o cualquier mínimo porcentaje de sus astronómicos sueldos. Ni a la última migaja del bacalao.