Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

Quinta entrega de esta serie de post dedicados a traeros un buen puñado (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.

Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ocurrió con las veces anteriores.

Aladar - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Aladar: Es el mechón de pelo que cae sobre la sien

 

Huélliga - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Huélliga: Es la huella o rastro que deja el pie sobre la arena, tierra, nieve, cemento fresco…

 

 

Acúfeno - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

Acúfeno: Sonido, ruido o pitido que escuchamos dentro de nuestro oído y que no corresponde a ningún sonido real exterior. Muchas veces aparece después de haber escuchado la música muy alta (en un concierto, con los auriculares…). Este fenómeno auditivo también es conocido como ‘tinnitus’ y puede llegar a ser bastante molesto

 

 

Cardumen - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

Cardumen: Banco de peces (concentración de peces que se desplazan juntos)

 

 

Prónuba - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Prónuba: La madrina de boda

 

Espiráculo - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

Espiráculo: El orificio por el que respiran algunos animales, entre ellos los cetáceos (delfines, ballena…)

 

Pareidolia - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

Pareidolia: Es el curioso fenómeno por el cual se distinguen rostros en objetos

 

Cayado - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Cayado: Bastón usado por los pastores para conducir los rebaños. También se llama así al bastón usado por los obispos (pastores espirituales de los feligreses)

 

Hebdómada - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

Hebdómada: Semana. Espacio de siete años.

 

 

Antimacasar - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Antimacasar: Tela o tapete que se coloca sobre el respaldo de la butaca donde se apoya la cabeza

 

Amusgar - Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]

 

 

Amusgar: Acto de entrecerrar los ojos con la intención de ver mejor

 

 

Uxoricidio: Hoy en día este término lo conocemos como ‘violencia de género o machista’. Un uxoricidio es la muerte causada a la mujer por su marido
 

 

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Fuentes de las imágenes: freestockphoto / public-domain-image / gurucrusher (Flickr) / Wikimedia commons / jamidwyer (Flickr)iuvalladolidWikimedia commons / heyjude (morguefile) / grendelkhan (Flickr) / meneya (morguefile) / pixabay / Wikimedia commons

3 comentarios

  1. Dice ser la capchada

    Yo no sé cómo se llama la cámara qu esaca las fotos del CAPTCHA.
    Y si además de eso le sumamos la mala idea del selector de imágenes… que pide helados y van y ponen un ramo de flores entre las manos pareciendo ser un helado mmmm gigante… y zasca! ya tre engañaron.
    Eso no pue seeeee, con la calooo que hace es normal caer en la tentación, oñiiii

    14 julio 2015 | 11:25

  2. Dice ser Daniel

    Joxer el grande va triunfante ayudando al desvalido, Gabi va a su lado llevando su cayado!

    14 julio 2015 | 11:31

  3. Dice ser en un libro no habría quien lo terminara de leer

    Y fu ey le dijo entre los arbustos que simulaban aladares sobre la arena de la playa y sufrir la pareidolia de creerla cara de luna refleja: Tate callado o te doy con el cayado, que parece cáhallado tras infructuosa hepdómada el tesoro de los nómadas entre los musgos amusgando entre nieblas la vista, mientras se sacaba granos de arena del frondoso espiráculo de su nariz, placer que no sentía desde el día de su boda en que a escondidas le acariciaba el muslo su prónuba. Mas, de pronto, afecto por el meteorismo y sin poder reprimir el gas acumulado producto del cardumen de pescao con garbanzas que se había la noche anterior zampado, resonó como acúfeno en toda la costa el tremendo y sonoro nacimiento a brisa de playa de noble gas, echando a perder el aroma a salitre y la secretud del descubrimiento del cofre. Entre el espanto y la reprimenda, la furia contenida tras tanto tiempo en silencio, descubrió el héroe las huélligas simulando a una zarpa de feroz bestia. Demasiado tarde, el oso dormitado que andaba cerca despertó del letargo aún amusgados su sojos y se zampó el tesoro sin dejar ni las raspas huyendo presa del pánico en asfixia por el olor a rebenido entre salitre y gas metano. Moraleja, si vas a guardar un secreto no le des a garbanzadas.

    14 julio 2015 | 12:12

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