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¿Cuál es el origen de la expresión ‘dar la tabarra’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘dar la tabarra’?Cuando alguien es muy pesado, insistente con un tema o repetitivo en algo, se suele decir que esa persona está dando la ‘tabarra’.

El origen del término tabarra (y con él el de la expresión), como sinónimo de ser un paliza y/o estar continuamente dando la lata, lo encontramos en el tábano, un insecto díptero (moscardón) de 2 a 3 cm, habitual en época estival y que suele ser muy molesto, sobre todo cuando es un gran número de éstos los que están revoloteando y molestando con su continuo zumbido y picaduras.

Tanto Joan Corominas como Pancracio Celdrán coinciden en señalar que el lugar en el que el número de estos insectos es abundante recibía el nombre de ‘tabanera’, pero también  ‘tabarrera’ (de tabarro, que es el cruce del tábano con un gabarro o abejorro).

De ahí que la acción de dar el tostón a alguien se conozca como ‘dar la tabarra’.

Para finalizar, cabe destacar que algunos (pocos) son los que indican que ‘dar la tabarra’ no tiene su origen en los tábanos sino en las tamborradas, que son las concentraciones de tamborileros que se celebran en muchas poblaciones españolas, sobre todo en periodo de fiestas.

 
 

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Fuentes de consulta: Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana de Joan Corominas / Inventario general de insultos de Pancracio Celdrán
Fuente de la imagen: burbuja.info

¿A qué se refiere y de dónde surge la expresión “el chocolate del loro”?

La expresión en realidad tiene varias versiones o formas de decirla, pudiéndonos encontrar con ‘Ahorrar en el chocolate del loro’ o ‘Suprimir el chocolate del loro’ (entre otras).

Se utiliza para señalar cuando hay que realizar recortes  en los gastos, debido a la crisis o bancarrota y el ahorro que se hace es en cosas de mínima importancia, que en realidad no sanearan en absoluto las maltrechas cuentas.

Por poner un ejemplo… imaginad una persona que vive por encima de sus posibilidades, conduce un coche de gama alta y cierto día se encuentra que no puede hacer frente a sus deudas y lo primero que hace como medida para ahorrar y/o gastar menos es dejar de poner gasolina sin plomo de 98 octanos para ponerle de 95 y así ahorrarse 0,1 céntimos por litro. El problema seguirá teniéndolo, porque continuará conduciendo un automóvil que no puede pagar y el ahorro que tendrá a final de mes no llegará a 10 euros.

Refiriéndose a esta persona se le podría aplicar el dicho “éste ahorra en el chocolate del loro”.

Pero ¿de dónde surge y porqué se utiliza esta expresión?

Lo que se tiene claro en el origen es que proviene de alguien que quiso ahorrar porque no llegaba a final de mes y de lo que primero que prescindió para el ahorro fue de la onza de chocolate que le daba al loro que tenía encerrado en una majestuosa jaula, mientras seguía agasajando a sus invitados con ricas y caras tazas de chocolate, cuando éste era un producto realmente caro, ya que se importaba desde el continente americano.

Lo que no queda tan claro es a quién se le atribuye el protagonismo de la historia que origina tal expresión, ya que según van pasando los años vamos encontrándonos que se le van dando diferentes protagonistas.

El famoso periodista, escritor y gran estudioso de la gastronomía, Néstor Luján situaba la historia en una rica mujer que se codeaba con lo más selecto de la alta sociedad española; el día que su economía fue a menos el primero que sufrió los recortes fue su pobre loro, que se quedó sin su rica pastilla de chocolate.

Sin embargo Pancracio Celdrán lo sitúa en el siglo XVIII y como protagonistas a aquellos Indianos que volvieron de hacer las Américas cargados de fortuna y quienes, para ostentar su privilegiada posición económica, agasajaban a los invitados con la típica taza de chocolate, que ya he mencionado. Cuando les llegó el momento de apretarse el cinturón, al primero que se le apretó fue al simpático loro que se habían traído consigo desde ultramar.

Sea como fuere el exacto origen, el fin y significado es el mismo.

 

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Fuente de la imagen: Steve Wilson – need to up my game vía photopin

¿Cuál es el origen de la expresión ‘echar un polvo’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘echar un polvo’
La expresión ‘echar un polvo’, como forma vulgar para referirse al acto sexual, es un modismo ampliamente utilizado y cuyo origen tiene dividido a los propios expertos en etimología, si bien la mayoría (entre ellos Pancracio Celdrán en su libro ‘Hablar con corrección’) apuestan a que procede de la costumbre, ampliamente extendida en los siglos XVIII y XIX, de consumir entre las clases burguesas y aristocráticas el polvo de tabaco conocido como ‘rapé’.

Este polvo de tabaco era aspirado por vía nasal, por lo que solía provocar molestos estornudos y para ello, los caballeros que lo consumían en las fiestas y reuniones de sociedad, se retiraban a otra estancia con la intención de ‘echarse unos polvos a la nariz’.

Con el tiempo, esa excusa para ausentarse de la reunión comenzó a utilizarse también para poder tener fugaces y apasionados encuentros sexuales con la amante de turno, quien esperaba al fogoso caballero en otra sala.

De ahí que, al convertirse en una práctica común, se acabara aplicándose el término ‘ir a echar un polvo’ al acto sexual y ello propició que cuando dichos caballeros, en uno de esos encuentros fugaces, estaba copulando con su amada y alguien de la reunión preguntaba por su paradero siempre había alguien que respondía que se había ausentado para ‘ir a echar un polvo’.

Pero tal y como indico al inicio del post, el origen de la expresión está dividido, siendo el explicado el más admitido, aunque no podemos obviar la otra versión que, aunque menos extendida, tiene algunos puntos de coherencia en su razonamiento, aunque la falta de enlaces y fuentes me hace tener ciertas dudas de lo explicado por Gabriel Laguna en su blog Tradición Clásica.

Según éste, el término ‘echar un polvo’ no aparece reflejado en ningún diccionario etimológico anterior a 1906, donde se refleja por primera vez en el Diccionario de argot español de Luis Besses (enlace proporcionado a través de una búsqueda mía) en la que dentro de la acepción ‘Cohabitar’ da como resultado: echar un flete, una vaina, un polvo (página 209). Posteriormente aparece en la Enciclopedia Espasa, en su edición de 1922.

La hipótesis de Gabriel Laguna apunta directamente como origen de la expresión ‘echar un polvo’ a la fórmula litúrgica “Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris” (Recuerda hombre, que eres polvo, y que al polvo regresarás).  Popularizándose la frase en “Polvo somos, del polvo venimos y en polvo nos convertiremos” y es ese “del polvo venimos” el cual se transforma en sinónimo de acto sexual.

Pero el argumento del Profesor Laguna sobre la nula aparición del término, anterior a la publicación del diccionario de Luis Besset, pierde fundamento tal y como le indican a través de un comentario, apareciendo repetidamente en la obra de teatro de 40 páginas que fue escrita en 1874 y titulada como Don Juan Notorio: burdel en cinco actos y 2000 escándalos escrita por un tal Ambrosio el de la Carabina y en la que el autor la utiliza tanto la expresión como la palabra polvo como sinónimo de coito.

 

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Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons (1) / Wikimedia Commons (2)

¿Cuál es el origen de la expresión “Montar un poyo”?

¿Cuál es el origen de la expresión “Montar un poyo”?
Durante el siglo XIX se hicieron muy populares aquellos oradores que llegaban a un lugar público (normalmente una plaza o parque) y montaban una pequeña tribuna portátil, desde la que se hablaba a los presentes.

Normalmente, eran consignas políticas que atacaban a otro partido y al ser públicas solía armarse algún que otro altercado entre los oyentes y/o el orador.

La tribuna portátil, que he mencionado anteriormente, era conocida popularmente como “poyo” (escrito con ‘i griega’, ahora llamada ‘ye’ y no con ‘elle’), cuyo significado es «podio» y que proviene de la palabra en latín “pódium”.

De ahí que, se relacionase las discusiones que se originaban con el hecho de “montar el poyo o tribuna” por parte de la persona que hablaba en público, dando origen a la expresión, para referirse a ella como “montarse un follón o discusión”.

El Diccionario de la RAE (Real Academia Española de la Lengua) admite que se utilice la palabra ‘pollo’ (con elle)  para esta locución.

En el  extremo noreste de Hyde Park, en Londres, existe un rincón que está reservado para aquel que quiere ir y hablar en público, el cual llega y sube sobre algún tipo de podio, tribuna o poyo y da su discurso. Este lugar es conocido bajo el nombre de Speakers’ Corner (Rincón del orador).

 

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Fuente de la imagen: Leonard Bentley (Fickr)