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Entradas etiquetadas como ‘sanidad’

Cáncer, ¿pacientes o casos de estudio?

Por Marissa Pani

Un médico atendiendo a un paciente. (EFE)

Un médico atendiendo a un paciente. (EFE)

Lamentablemente, el cáncer es una enfermedad que me ha tocado de cerca. La última experiencia ha sido con un amigo. Tras varias sesiones de quimioterapia y una complicada operación, le dijeron que estaba curado.

Un mes después, en un examen de control, le detectaron una mancha en el pulmón que podría tratarse de metástasis. Era muy raro ya que su tipo de cáncer no se comportaba de esa manera, pero le dijeron que «era un caso de estudio«. Sugirieron realizar un tratamiento muy agresivo que incluía varias sesiones de quimioterapia y concluía con un trasplante de médula, a pesar de que no estaban seguros del diagnóstico.

Mi amigo empezó el tratamiento de quimioterapia, pero gracias a tener recursos económicos pudo realizar una ‘interconsulta’ con un médico especialista en Estados Unidos, quien finalmente le confirmó que era un falso positivo, que estaba curado y que no era necesario realizar ningún tratamiento. Por suerte sólo había realizado la primera etapa del complicado tratamiento sugerido.

Esta historia ha terminado bien, con sufrimiento para la familia y sobre todo para mi amigo, pero yo me pregunto: ¿Cuántas quimioterapias ‘por si acaso’ se realizan? ¿Cuántos casos son ‘para estudio’? ¿Somos pacientes o somos casos de estudio?

Si hubiera justicia, no haría falta caridad

Por Ángel Villegas

Lo he oído recientemente en un programa deportivo de radio: a los oídos de un futbolista que está entre los más grandes del mundo llegó la noticia de que un niño de diez u once meses sufre una grave enfermedad. Alguien se lo dijo y él entregó, inmediatamente, un par de botas y una camiseta para el chaval.

Un hombre pide limosna. (REUTERS)

Un hombre pide limosna. (REUTERS)

Pero no se quedó ahí y, después de informarse, se comprometió a entregar una importante cantidad de dinero para que el niño fuera intervenido quirúrgicamente, porque de la rapidez con que se efectuara la operación dependía mucho la curación. En el sistema de salud español se le intervenía pero esperando un año, o quizá más, por lo que había que acudir a la sanidad privada.

Al parecer, hay una lista de espera que hace «imposible» que se le opere antes. Este crío no es el único caso y supongo que, con otras dolencias, habrá muchos en las mismas circunstancias. Lo he escuchado con una mezcla de alegría e indignación. Alegría porque esos privilegiados deportistas, admirados y, en ocasiones, aparentemente distantes, tienen nobles sentimientos que hacen que, al menos yo, les admire mucho más por ello que por lo que me deleitan con su talento deportivo. Indignación porque en un país como España, donde tanto sinvergüenza desvalija las arcas públicas, hay enfermos graves que tienen que esperar años para ser intervenidos, aun sabiendo que esa demora puede ocasionarles gravísimas consecuencias e, incluso, la muerte.

Bien está, y en lo que a mí respecta se lo agradezco en el alma, que haya gestos tan nobles como el del futbolista en cuestión. Pero, si hubiera justicia, si no se diera el hecho vergonzoso de una espera injustificable para acceder a un tratamiento médico, no sería necesaria la caridad de nadie.

Subida de medicamentos

Por Mariángeles Sánchez Manso

Un hombre sale de una farmacia. (ARCHIVO)

Un hombre sale de una farmacia. (ARCHIVO)

Me gustaría llamar la atención sobre el salvaje incremento del precio de algunos medicamentos que están aplicando las farmacéuticas en respuesta callada a los recortes del Gobierno con el beneplácito del Ministerio de Sanidad.

Como muestra un botón: Cariban (único preparado recetado para los vómitos, náuseas y ardores del embarazo) no está cubierto por la Seguridad Social y ha pasado esta semana de 16,45 a 19,80 euros: ¡una subida de más del 20%!

Más dolorosa aún si tenemos en cuenta que algunas pacientes tenemos que tomar tres pastillas al día durante todo el embarazo y la caja nos dura una semana, por lo que nos vemos obligadas a abonar casi 80 euros al mes.

¿Cómo es posible que este único fármaco no lo cubra la Seguridad Social? ¿Cómo se explica que no exista un genérico más económico en el mercado cuando la autorización del Ministerio para su comercialización data de 1967?

El triunfo de la sanidad pública

Por Juana María Márquez Pérez

Concentración de la 'Marea Blanca'. (EFE)

Concentración de la ‘Marea Blanca’. (EFE)

«Sanidad, sanidad. Sanidad, te quiero. Pública y de calidad, para el mundo entero” o “Sanidad pública, no se vende, se defiende”, eran algunos de los lemas que coreaban sanitarios y pacientes del Hospital Infanta Leonor de Vallecas (Madrid), después de que el Gobierno regional decidiera paralizar el proceso de privatizar su gestión y la de otros cinco hospitales y 27 centros de salud más. La tan ansiada y esperada noticia que ha movido masas llegó tras el auto del TSJM que mantenía la suspensión cautelar del proceso de privatización.

Para llegar a esto, queda atrás año y medio de movilizaciones, desde que se iniciara la conocida como ‘Marea Blanca’ que inundó las calles de Madrid de batas blancas reclamando lo que pensamos que por derecho nos correspondía a profesionales y pacientes. En momentos como este en los que al final se consigue lo propuesto, una vuelve a creer que el pueblo es el que decide y, tras un camino duro, cosa que ya sabíamos, la recompensa llegó.

Somos conscientes de que esto no ha hecho más que comenzar, pero lo que venga de ahora en adelante ya tiene sentado un precedente y es esta victoria de la igualdad sobre un sistema desigual que nos intentaban vender. Los profesionales de la salud son personas, médicos, enfermeros, auxiliares, etc., que dedican gran parte de sus vidas a los demás. Lo hacen por vocación y para ellos resulta inadmisible que le digan que no pueden atender al mendigo que llega a una puerta de urgencias con una apendicitis aguda. ¿Qué somos? ¿Animales que dejan morir al más débil? No, eso no es lo que nos enseñaron cuando estudiamos, esa no es nuestra ética. Nuestro cometido es anteponer la salud a cualquier otra cosa cuando alguien está en nuestras manos, sea de la condición que sea, rico o pobre, español o de otra nacionalidad. Es obvio que la sanidad es cara, mantener una plantilla de profesionales cualificados, al estar cada vez más tecnificada y desarrollada, no produce beneficios económicos y es cuando los gobiernos, sin ingresos, tienen que hacer frente a un gasto sanitario cada vez mayor, ya que a su vez, la población crece. Las condiciones de precariedad por la falta de dinero de los gobiernos se han hecho notar en reducciones de plantillas de profesionales, lo que conlleva a una peor atención de enfermos, aumento de listas de espera y desencanto acumulado. Su salida no fue otra que la de vender la sanidad a empresas que la gestionaran con la consiguiente merma de la atención al paciente.

Médicos en un hospital. (ARCHIVO)

Médicos en un hospital. (ARCHIVO)

Con esta decisión de la justicia, asistimos a un momento histórico, en el que el derecho a la atención sanitaria universal, gratuita y en igualdad de condiciones que conquistaron nuestros antepasados, por fin no nos ha sido arrebatado por un puñado de empresarios cuyo fin era engordar sus cuentas. Y si algo quedaba por rematar, se consiguió tras la dimisión de Javier Fernández Lasquetty, que tras las palabras sentenciosas de Ignacio González: «ha sido un consejero estupendo»; dando carpetazo al polémico ya exconsejero de Sanidad madrileño.

Señores, ha ganado la democracia, ha ganado la ciudadanía, lo ha hecho también la ética y no se puede por menos que felicitar a tantos miles de personas que durante casi dos años han estado en las calles protestando y haciendo valer sus derechos. No callar nunca, decir lo que se piensa de forma pacífica pero contundente, eso es democracia. Y en Sanidad, ha triunfado. ¡Enhorabuena!

Que paren el mundo, que me bajo

Por Mario Huelves

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. (EFE)

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. (EFE)

Me gustaría expresar la absoluta decepción, descontento y desagrado que he sufrido al leer una noticia. Una información de tal calibre y cuyo titular sinceramente me ha dado vergüenza ajena. Este sentimiento de repudia ha sido por esto: «El Gobierno dice que la reforma del aborto será buena para la economía«. En el siglo XXI señores, en un país europeo y desarrollado, ¿cómo se puede tener la poca desfachatez de manifestar tal barbaridad?

Desde luego que me provoque estos sentimientos no está ligado a que no me sorprenda. Pero no solo a mí, sino también a generaciones anteriores a la mía que tanto han luchado por este derecho tan básico. Si anteponen el dinero a la salud, en ningún caso van a dejar de producirse, sino que se realizarán en condiciones peores. Que paren el mundo, que yo me bajo.

Sr Rajoy, yo no me lo creo

Por Honorino García Hernández

Señor presidente del Gobierno, destaca usted en el primer párrafo de su discurso de la reunión interparlamentaria del PP que España ha salido «de la Unidad de Vigilancia Intensiva» tras corregir buena parte de los desequilibrios de la economía, y ha asegurado además que se han preservado los grandes servicios públicos (sanidad, educación y sistema de pensiones).

¡Ah pues esto está muy bien! Ahora a España ─pienso─ la llevan a planta a recuperarse. El desempleo empieza a bajar y no solo eso, sino que los salarios se recuperan. La sanidad continuará siendo pública y Mariano Rajoylos recortes terminarán, así como las largas listas de espera. Los recortes en la educación también terminarán y las pensiones no seguirán bajando y es de esperar que experimenten de vez en cuando alguna subida.

Sigo leyendo y mi gozo en un pozo, porque en el segundo párrafo de dicho discurso entre otras cosas, reconoce que «las cosas no están bien, pero van mejor», por lo que hay que «perseverar en el empeño». Señor presidente eso de que España ha salido de la UVI, le ha quedado muy bonito, pero me va perdonar. No me lo creo. Y en cuanto a lo de perseverar, pues que quiere que le diga; que estoy bastante harto de ser el mismo perseverante de siempre sin ver resultados.

¿A quién ponemos la prótesis?

Por Patricia Pastor

Hace más de quince años, mi padre se rompió el menisco y actualmente lo tiene desmenuzado. Por esto, necesita una prótesis de rodilla para poder hacer vida normal, poder trabajar y dejar de sufrir dolor. El problema está en la visión del médico. Mi padre tiene tan sólo 52 años, por lo que si vive hasta los cien, le tendrían que poner 3 o 4 prótesis y eso sería demasiado dinero para sanidad. Rodilla

No quiero faltar el respeto de nadie ni ser injusta, pero creo personalmente que estas operaciones deberían hacerse antes en gente joven que en gente mayor. El sufrimiento y dolor es el mismo, pero la gente joven tiene además la opción de poder seguir trabajando. Porque a día de hoy, mi padre no puede trabajar por no tener una prótesis.

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Un vergonzoso examen-oposición de Enfermería en Gijón sin poder salir a orinar

Por Ianire Fernández

Quisiera que se hiciese público el trato inhumano y vejatorio que sufrimos todas las enfermeras que acudimos a realizar el examen-oposición el sábado 26 de octubre a Gijón. El comienzo estaba previsto a las 11 h, con 2 horas de duración, por lo que debería terminar a las 13 h. Las puertas de la feria de muestras de Gijón no se abrieron hasta las 10.15 y las de los pabellones lo hicieron a las 11.15. A mí me correspondía el pabellón 2, sector 3. Una vez dentro no nos hicieron entrega del examen hasta las 12.35. Visto el retraso, a las 12 pedí permiso para ir al baño, ya que aún no nos había entregado los exámenes y era previsible la cantidad de tiempo que íbamos a estar dentro (ya llevábamos 2 horas). Las puertas del pabellón estaban cerradas y una de las ayudantes encargada de repartir y recoger exámenes me trasmitió la negativa del tribunal.

El examen comenzó a las 12.35 como he dicho y a las 13.10, tras casi 3 horas dentro de la feria esperando la apertura de puertas, mi necesidad de ir al baño era inminente. Me trasmitieron que si iba automáticamente se anularía mi examen. El dolor de mi vejiga era increíble, no era capaz de concentrarme en el examen y mi dignidad y salud están por encima de todo, por lo que opté por entregar el examen. Tales eran mis ganas de hacer pis que ni siquiera llegué al baño, tuve que orinar en la campa camino al baño porque si no me lo hacía encima. El examen concluyó a las 14.30 y entre la recogida de exámenes y salida de los casi 10.000 aspirantes, hasta las 15.15 no se salió a la calle. Cinco horas metidos ahí, negándose una necesidad básica y un derecho al ser humano. Solo había dos opciones: o renunciabas al examen y perdías la oportunidad de aprobarlo para poder ir al baño o había que “hacérselo encima”, palabras textuales que le trasmitió el tribunal a uno de los opositores.

Entre las que tuvimos que renunciar al examen para ir al baño había embarazadas. Nos trataron como a perros. Leyendo el periódico La Nueva España hubo quien se hizo sus necesidades encima, a quien le dio ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida por los sanitarios. Soy testigo de una chica con el pantalón manchado de sangre por la menstruación y no poder ir a cambiarse. examenEn pocas palabras, una vergüenza. Cada persona aguanta diferente sus necesidades, yo personalmente no habría aguantado 5 horas sin ir al baño.

Error de ellos las casi 2 horas de retraso de examen que hemos tenido que pagar los opositores. Ni siquiera terminando el examen antes de tiempo nos dejaban irnos, sería “renunciar al examen”. Si queríamos que nos corrigieran el examen y no fuese anulado tenías que permanecer ahí encerrado hasta la hora de finalización. Que menos que tras sus 2 horas de retraso, antes de comenzar el examen consientan ir a hacer tus necesidades.

Este trato inhumano quita importancia al hacinamiento que tuvimos, examen codo con codo. Frío en el pabellón y puertas cerradas. Por no mencionar el no respeto a la ley de protección de datos, ya que en el examen, a parte del DNI, teníamos que escribir nombre y apellidos. Estuvimos “secuestrados”, violando totalmente los derechos humanos.

Yo pagué las tasas, un importe de casi 40 euros, y realicé dos horas y media de viaje para que, negándome una necesidad básica, me arrebataran la posibilidad de concluir y aprobar dicho examen. Que contradictorio que en el año 2013, siglo XXI y en un examen de sanidad en la que todos conocemos las 14 necesidades básicas del ser humano, se violen nuestros derechos humanos completamente.

Espero que se haga justicia y se tomen las medidas necesarias con los tribunales responsables de este trato inhumano; por una pésima organización de ellos pagamos un precio muy alto. Haré todo lo que esté a mi alcance para que se haga justicia. Ya cuando salí del examen lo trasmití al sindicato SATSE y fui entrevistada por Enfermería TV y La Nueva España, como muchas otras “víctimas de este maltrato”.

He de recalcar que en la OPE del País Vasco consienten ir al baño cuando necesites a todos los opositores, no solo en ocasiones especiales como a embarazadas. Incluso cuando estamos todos los opositores sentados, antes de hacer entrega del examen, comunican que vaya al baño quien lo necesite. Y si acabas el examen antes de lo previsto, haces entrega de éste y puedes abandonar el pabellón sin ningún problema. Excepto en la última media hora, que si entregas el examen debes permanecer en el pabellón, pero con tu permiso de acudir al baño.

 

 

No somos idiotas

Por Jesús Iglesias

142631La propuesta de los dirigentes del PP de rebajar el IRPF en el tramo de rentas más bajas, no deja de ser una medida populista para hacernos olvidar lo pasado; pues no, eso no se olvida. Esta medida no evitará la pérdida de poder adquisitivo, con la subida del IPC y la bajada de los sueldos, a pesar del señor Montoro; se recaudará menos y por lo tanto habrá más recortes.

Ya que pagamos impuestos, lo que demandamos son buenos servicios públicos, buena sanidad y enseñanza pública, buenas y racionales infraestructuras y el I+D+I que nos merecemos. Para tenerlo es indudable que tenemos que aportar todos, proporcional y equitativamente; es decir, no bajar nada y subir los impuestos de grandes fortunas, de grandes empresas y bancos, perseguir el fraude fiscal y la fuga de capitales; así se recaudaría más y no habría que hacer tantos recortes. No nos vendan la moto que ya hemos madurado y no somos idiotas.

Inversión en juegos y casinos

Por Manuel Nogueras

13-09-23-osoMe avergüenza que mi gobierno de la Comunidad de Madrid solo busque inversión en juegos y casinos para reducir las listas del paro. Me avergüenza que gobierne sin un programa para crear empleo. Me avergüenza que se baje los pantalones aceptando las condiciones de un empresario que sabe que las leyes no se pueden hacer a su gusto para obtener sus propios intereses.

Mi gobierno de Madrid no busca inversión para investigación y desarrollo, como lo hace Alemania con sus industrias buscando actividad empresarial. Solo quiere ludópatas enfermos y enfermos de cáncer, donde se tendrán que costear las medicinas con el repago. Mi gobierno no invierte en industria farmacéutica, ni en industria geriátrica, a pesar de que nuestra población dentro de unos años será la más envejecida de toda Europa.