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Entradas etiquetadas como ‘justicia’

Yo no soy Leo Messi

Por Pedro Serrano

El delantero del FC Barcelona ha sido absuelto de las acusaciones de fraude.

El delantero del FC Barcelona ha sido absuelto de las acusaciones de fraude (Twitter/FC Barcelona).

Lo que más me ofende de este tiempo amoral, indecente y mendaz es la falta de vergüenza ante conductas reprobables o delictivas, ya sean estas propias o ajenas. En lugar de avergonzarse y pedir humildemente perdón, se vienen arriba y terminan abroncando y descalificando a la mismísima Justicia y a cuantos se atrevan a recriminar sus actos fraudulentos.

En un intento de cargarse de dignidad, viene siendo fea costumbre cuestionar los veredictos judiciales, cuando estos no son favorables, diciendo, en el mejor de los casos, cosas semejantes a esta: “Acataré o acataremos la sentencia, pero no la comparto o compartimos”. Y tanto que no la comparten. Por eso, sus declaraciones, tan rotundas como tramposas, intentan cuestionar a la Justicia y justificar el delito.

“No vamos a tolerar que se trate a Leo Messi como a un delincuente”, dicen desde el Barça. Pues bien, delincuente es el que delinque y delinquir es cometer delito. Y si Leo Messi ha sido condenado por la Justicia es porque ha cometido delito. Por tanto, cuando dicen que todos ustedes son Leo Messi, tendrán que explicarnos más claramente si lo son por que admiran su virtuosismo con el balón o con el fraude fiscal.

 

 

Hacienda somos todos

Por Concha Vicente

Los 18 acusados del 'Caso Nóos', entre ellos la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín (EFE).

Los 18 acusados del ‘Caso Nóos’, entre ellos la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín (EFE).

Ahora es oficial: «Hacienda somos todos» no es nada más que un eslogan publicitario. Era algo ya sabido por todos los ciudadanos, que no somos idiotas.

Fundamentalmente, Hacienda somos todos los ciudadanos que dependemos de una nómina.

El resto de ciudadanos son Hacienda en proporciones variables y diferentes. Cuanto más se asciende en el estatus económico y en la escala social, menos Hacienda se es.

Y, al parecer, algunos no son Hacienda en absoluto.

Ahora me quedo más tranquila. Por fin alguien se atreve a reconocer en público y con todas las letras que el eslogan “Hacienda somos todos» es publicidad engañosa.

 

Carta a los políticos que están en campaña

Por Jaime Pinto Rodríguez

Señores políticos:

Perdonen si me siento como un tonto, pero cada vez que llegan las elecciones pienso que me están vendiendo una moto que no funciona. Hace cuatro años Mariano Rajoy me mintió, como supongo que mintió a mucha gente, prometiendo muchas cosas que al final no cumplió. Me siento traicionado, y siento que este tipo de personas ha traicionado la confianza que podamos tener en cualquier político; y digo bien, en cualquier político,  de izquierdas, de derechas o de centro.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE/J.M. García)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE/J.M. García)

Si este país sigue funcionando, si sigue avanzando pase lo que pase, es gracias a todos los ciudadanos que lo componen y  que día a día se levantan para ir a trabajar, ganen o no ganen dinero, a estudiar, a soñar o a buscar la mejor manera de sacar un resquicio de esperanza para seguir adelante, cueste lo que cueste.

Por favor, dejen de engañarme; ni los vascos antes, ni los catalanes ahora, son mis enemigos. Mis enemigos son la desesperanza, los mentirosos, los ladrones y todos aquellos que minan con su desden y su falta de escrúpulos el futuro de todos nosotros.

Señores políticos, si de verdad quieren hacer algo por todos nosotros, dejen de soltar falsas promesas, cuentos imposibles de cumplir, de construir mesas de cuatro patas, cada una de diferente tamaño. Sean responsables ahora. Hagan pactos ahora que aún no se sabe quién va a ganar. Firmen para que las palabras no se las lleve el viento. Formen alianzas, no para ganar las elecciones, sino para que este país gane de verdad. Pacten por la sanidad, la educación y la justicia.

Dejen de meter políticos o parásitos en la administración y engordarla, porque son estos los que hacen que la administración deje de funcionar. Ayuden ahora y después para que nos sintamos orgullosos de pertenecer a esta gran nación, que es grande por sus gentes y no por sus dirigentes.

 

No más violencia de género

Por Eva Rodríguez

Tiroteo en Llíria.

Policía acudiendo ante la alerta por el asesinato de las dos mujeres que fallecieron en Llíria (Valencia). (EFE)

Ver el telediario a la hora de la cena se ha convertido en un deporte de riesgo. Con cada bocado que ingiero, introduzco en mi cuerpo una dosis de violencia y odio que no hace más que minar mi fe en la humanidad. Esta vez el fin de semana ha traído nuevas víctimas a la lista de muertes por violencia de género, cuatro más en total. Escucho que los asesinatos han sido cometidos en diferentes localidades del territorio español. Parece que se tratara de una epidemia que está lejana y que no me afectará. Los medios, la sociedad, los psicólogos y, en definitiva, todo el mundo con dos dedos de frente recalcan que el machismo es el nuevo mal que nos rodea y señalan al hombre como brazo ejecutor de esta maldad.

En este momento del discurso es cuando caigo en la cuenta de que la culpa no es enteramente del hombre sanguinario, misógino y desequilibrado que se dedica a cercenar la vida de las mujeres que lo rodean. Dos amigas mías sufrieron maltratos por parte de sus parejas pero esa situación no fue repentina, ellas aguantaron muchos pequeños “gestos” porque los consideraban muestras de amor de sus parejas.

Las “soluciones” propuestas se centran en educar al hombre para respetar a la mujer pero nadie habla de educar a la mujer para respetarse a sí misma y no tolerar faltas de respeto. El «quien bien te quiere, te hará llorar» ha llegado muy lejos y en nuestras manos está pararlo.

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Por Marta Baró

Maifestación contra la violencia de género.

Manifestantes con pancartas reivindicativas en la primera marcha estatal contra la violencia machista. (SERGIO FRANCO)

En menos de 24 horas, dos asesinatos por violencia de género en España, uno en Córdoba, otro en Valencia. ¿Hasta cuando estos asesinatos estarán rodeados de silencio judicial? ¿Cuántas mujeres más tendrán que morir para que sus sufrimientos sean escuchados y tenidos en cuenta por la Justicia? ¿Qué se quiere demostrar con manifestaciones multitudinarias si estas no sirven para atajar sus muertes, su dolor, su día a día? Tal vez en vez de debatir entre asignaturas de ética o religión, debería proponerse la de «Convivencia», impartida desde la tolerancia 0 hacia el maltrato y con la igualdad de sexos como telón de fondo.

Mientras esto no suceda, las mujeres continuaremos siendo víctimas cada vez que intentemos ser nosotras mismas.

¿Qué pasaría con las leyes si las víctimas fuesen hombres y las asesinas mujeres? ¿Continuarían estancadas en el mismo punto?

Dichos y hechos del papa

Por Javier Torres Sanz

Jesús insistió sobre todo en que vigiláramos a quienes dicen representar a Dios: “Por sus obras les conoceréis”. El papa Francisco habla de libertad, pero es el único papa que ha visitado Cuba sin querer ni ver a los oprimidos. Dice en Estados Unidos que es una vergüenza la pederastia clerical, pero allí, como en España y otros países, no actúa con energía contra ella.

Papa

El Papa Francisco saluda a Fidel Castro (EFE)

Predica la justicia, pero el Vaticano aún no ha firmado las declaraciones de la ONU sobre los derechos de las mujeres, de organizar sindicatos, etc. Presume, hasta autocalificarse de Francisco, de preocuparse por los pobres, pero aún no hemos visto que este exjesuita -esa «esperanza blanca» de muchos católicos ilusionados, como lo fuera Obama en EE UU- redima a ninguno vendiendo alguna de las incontables riquezas inútiles del Vaticano, e incluso los mendigos más próximos a él siguen durmiendo –ahora con duchas, para que no huelan mal- en la columnata de San Pedro. “Por sus obras los conoceréis”.  ¿A quién haremos caso?

El drama de los refugiados o la hipocresía en primera persona

Por María E. Bolaños

Cada día, desde hace mucho, vemos las avalanchas de personas que buscan una vida decente. Huyen de una guerra tolerada por una comunidad internacional con parálisis. Únicamente reacciona cuando se les pone cara y nombre, como el suceso del niño Aylan. Y es que somos una sociedad hipócrita.

Foto de los refugiados en la frontera entre Serbia y Croacia . (Antonio Bat /  EFE)

Foto de los refugiados en la frontera entre Serbia y Croacia . (Antonio Bat / EFE)

Los problemas sólo los vemos cuando nos tocan en primera persona. Exigimos solidaridad, igualdad, justicia, libertad y vida digna cuando queremos que otros sean solidarios, y así sucesivamente. El mundo, porque ya hay que hablar en términos planetarios, sigue guiado por manos invisibles, por fuerzas que dominan y que no admiten ser dominadas.

Puede ocurrir que un día seamos uno de nosotros el que esté varado en una playa, boca abajo. Y no pasará nada, porque seguirá habiendo muchos otros que cierren los ojos. Las personas somos la solución, nunca el problema. Y esto tampoco lo entiende mucha gente.

Casi pierdo un empleo por ser jurado

Por Ana Córdoba Concostrina

Denuncio que nos obliguen a formar parte de un jurado popular. Además de no creer en ello ni sentirme capaz de juzgar a nadie, se ha puesto en peligro mi puesto de trabajo.

JUSTICIADenuncio la insensibilidad del juez y del resto de profesionales -como el abogado defensor, fiscal y acusación particular-, ante los que me he presentado por ser requerida para ser jurado popular. Denuncio su insensibilidad, prepotencia y falta de empatía desde sus privilegiados puestos de funcionarios con alguien que, como yo, llevaba 5 años buscando un contrato. Un empleo que iba a obtener si la incorporación era inmediata, ya que había que realizarlo en un determinado tiempo.

Al final por suerte, por azar, me he librado de perderlo, pero de no ser así se habría esfumado gracias a un juez que vive de espaldas a lo que sucede en la calle.

La ineficaz justicia envía a la calle a mi hijo discapacitado y drogodependiente

Por María Praxedes

Mi hijo, que tiene una discapacidad del 55% y es drogodependiente, tuvo una disputa con un vecino hace tres semanas. La jueza, sin hablar conmigo y sin escuchar al médico forense sobre la enfermedad mental que sufre, dictó una orden de alejamiento de 500 metros.

JUSTICIA

Foto de archivo de un juez. (GTRES)

Por esto, hace tres semanas que se encuentra en la calle, sin posibilidad de acercarse a su casa, malviviendo entre gentuza e inmundicia. Como madre estoy sufriendo lo impensable, preocupada por si en cualquier momento le puede pasar algo. Estoy en depresión y sufro ansiedad, no puedo comer ni dormir… No aguanto más.

Está claro que el sistema jurídico español no funciona todo lo bien que debería. Considero que la confianza en la justicia es algo que debería ser vital para el buen funcionamiento y la regeneración del país. Así no se puede seguir.

Creo en los que día a día hacen el cambio

Por Alejandro López Parejo

2014 es ya Historia, pero como afirmaba el escritor mexicano Carlos Fuentes «el pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo». Y el deseo hizo que irrumpieran con fuerza nuevas formaciones políticas, ideas frescas y declaraciones insólitas hasta el momento en un panorama político hasta entonces desolador. Sobre la memoria del pasado poco queda por decir, aquellos que entonces fueron «molt honorables» se postulan hoy como «molt sobornables», al tiempo que la sociedad civil arguye la necesidad de un cambio no sólo de rostros, sino también de ideas.

Y hay quien decía que el 15M no sirvió de nada. Llegaron los que no querían, los indeseados, los “frikis” a fin de cuentas. «¡Viva la democracia!», proclamaban quienes al tiempo alentaron el miedo a lo nuevo en una muestra, otra más, de incoherencia democrática y sociológica como sólo ellos nos tienen acostumbrados. Pero el hartazgo era (y es) sublime. Cambiaron caras para seguir diciendo lo mismo y haciendo lo propio. Felipe VI demostró nada más llegar que no estaba dispuesto a ceder ante quienes le reclamaban un referéndum que a todas luces habría reforzado su autoridad y respaldo. Pero en la España democrática los referéndums son sinónimo de inconstitucionalidad; preguntar a la ciudadanía constituye delito para quienes durante décadas ampararon cajas, regalos y cuentas en B.

Una urna en un colegio electoral J. L. Cereijido / EFE

Una urna en un colegio electoral. J. L. Cereijido / EFE

Frente al shock inducido por los continuos casos de corrupción cabría preguntarse por qué ahora. Torres-Dulce dimitió al mismo tiempo que en el Supremo se firmaba un escrito exigiendo mayor independencia con la Justicia por parte del Gobierno; todo mientras Ruz apura como puede sus últimas semanas al frente de la trama Bárcenas, de la que pronto será relevado. Del 2014 algunos hemos confirmado nuestras sospechas de que la transparencia de la que hablaban, la regeneración que prometían y los cambios que proclamaban no eran más que palabras vacías. No entienden nada.

Pero yo hoy creo. Creo en quienes día a día hacen el cambio, en quienes frente a las palabras vacías, responden con épicos actos de valentía, acciones que transforman y cohesionan una sociedad empachada de la retórica y avaricia de (no lo olvidemos) unos pocos muy notables. Sólo cuando la ciudadanía toma conciencia de su poder, las instituciones caen en la cuenta de su debilidad. Es entonces, y únicamente entonces, cuando el cambio deja de ser un deseo futurible y pasa a convertirse en un hecho formidable. Feliz 2015.

Torres-Dulce, el fiscal honrado

Por Jesús de Vega

Eduardo Torres-Dulce

Eduardo Torres-Dulce

Cuando las personas con un mínimo índice de honradez, como el ex-fiscal general del estado, topan con la realidad del mangoneo y la sinvergúenza continua del gobierno del PP, sucede lo que sucede, que este tipo de personas no pueden continuar en su cargo.

No soportan la situción de indefension continua de la justicia actual. Y dimiten.

Solo Rajoy y el conjunto de politicos-basura que tiene a su alrededor en el congreso, son capaces de soportar la absolutamente injusta situación seudofascista actual. La honradez no tiene cabida en el PP.