Este es el tercer post dedicado a la sombra humana. En el primero exploraba el problema de creernos que somos lo que queremos ser. En el segundo te daba una pauta básica para detectar la sombra psicológica. Una vez detectaste que estás bajo los efectos de tu sombra, te invito a considerar un sencillo proceso para arrojar luz a la misma e integrarla en tu ser.
En una ocasión, después de haber pasado la tarde con mi hija, llegué a casa y a la pregunta de mi pareja de qué tal la tarde, respondí, “bien, pero me ha puesto de los nervios que todo el rato quiere salirse con la suya”. A lo que él respondió, “Magda, tú también eres así, por eso esta parte de su carácter te molesta”. Tengo que decir que la coach soy yo y no él. En cualquier caso, me miré y me di cuenta de que había dado en el clavo: se trataba de un caso de sombra psicológica.
Para integrar tu sombra, es decir para neutralizar aquellos comportamientos de otros que te sacan de quicio y evolucionar, te propongo un proceso adaptado de Integral life que siempre funciona. Se llama 3, 2, 1 y trata de construir frases sobre lo que sucede en tercera persona del singular, en segunda persona y en primera, sin necesidad de compartirlas. En cada fase, date cuenta de cómo se transforman tu estado anímico y tensión corporal al pronunciarlas. En el caso del ejemplo sería:
3- LA PROYECCIÓN: El otro tiene la culpa: “Me cabreo porque todo el rato quiere salirse con la suya” o más en general sería “no soporto esto de ella”. Con esta frase, el mindset o actitud mental que se crea convierte a la persona que nos despierta la sombra en el “otro”, en el culpable de todo. Esta frase es la voz de la sombra y también nuestro punto de partida.
2- LA CONEXIÓN: Lo que haces me afecta: “Me siento irritada porque todo el rato quieres salirte con la tuya y yo me siento obligada a hacerlo”. Con esta frase nos conectamos con el otro compartiendo aquello que nos afecta, al tiempo que mostramos nuestra vulnerabilidad. Usando esta construcción gramatical, internamente el otro se convierte en un humano al que estamos hablando de igual a igual.
1- LO QUE OCURRE: Estoy proyectando en ti: “Me observo y me doy cuenta de que soy yo quien quiere salirse con la suya y por eso tu comportamiento me afecta y me altera.” En esta fase tomamos consciencia de que estamos proyectando esta forma de ser en el otro. Asumimos responsabilidad sobre la proyección integrando una parte de nuestro carácter que antes negábamos.
Una vez aprendas estas sencillas pautas puedes ponerlas en práctica en cualquier lugar y situación: mientras conduces y el coche de delante se salta un ceda, con tus hijos en cualquier momento que te saquen de tus casillas, en el trabajo mientras tu colega chismorrea por teléfono y no te deja concentrar…
Al integrar tu sombra una y otra vez – te advierto que es un proceso que da para toda la vida -, te quedarás con dos subproductos comunes: la vergüenza y la culpa. Procesar ambas fruto del trabajo de la sombra es otra historia. Te cuento cómo hacerlo en mi próximo post.
Si no hay sombra no hay evolución.
La evolución del pensamiento necesita de guerra interna. Los que superan esos miedos avanzan en entendimiento. Los que no siguen en la sombra dando vueltas.
Toda luz tienen sombra, y toda sombra es parte necesaria de la luz. Es bueno reconocerse en lucha interior para someter los bríos y no caer en el desatino pero sin dejar de estar en continua renovación. Pensar que nuestro ser sensato tiene siempre la razón es ensombrecer también nuestros pasos.
27 septiembre 2021 | 3:36 pm
Si no hay sombra no hay evolución.
Por eso la gente duerme por las noches.
27 septiembre 2021 | 5:07 pm