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Quién fue… Héctor Castro, 'El Divino Manco'

Héctor Castro (WIKIPEDIA)

Héctor Castro (WIKIPEDIA)

Hace ya casi un año que os hablé de Robert Schlienz, aquel jugador que logró ganar un par de Bundesligas pese a haber sufrido varias heridas graves de guerra y un accidente que le costó el brazo. Decía en aquel artículo, erróneamente, que Schlienz era el único internacional con una discapacidad de este tipo. En los comentarios, el lector brodie me corregía con razón y puso sobre la mesa el nombre del protagonista de hoy, al que rindo homenaje: Héctor Castro.

Nacido de padres gallegos en Montevideo el 29 de noviembre de 1904, Héctor Castro se inició en el fútbol en las calles, como tantos grandes jugadores sudamericanos. Empezó a trabajar a los 10 años de edad, con tan mala suerte de que a los 13, sufrió un accidente laboral. Una sierra eléctrica le cortó el brazo derecho unos centímetros por debajo del codo.

En condiciones normales, ahí habrían acabado los sueños futbolísticos de Castro. Pero el joven Castro no se resignó y siguió adelante con su sueño de ser jugador: condiciones no le faltaban, pues era habilidoso, rápido, peleón, incordiante… Así, antes de cumplir los 17 años ya jugaba en el Club Atlético Lito. Sólo dos años le bastaron para que uno de los grandes del fútbol uruguayo, el Nacional, se fijara en él y lo contratara. Tenía 20 años.

En su primer año, Nacional ganó la Liga. Sus actuaciones le valieron una convocatoria con la selección uruguaya, con la que jugó en la Copa América de 1926 y en los Juegos Olímpicos de 1928. Cuatro años antes, los charrúas se habían colgado el oro. Castro se incorporaba a un equipo nacional que contaba ya con algunos de los legendarios jugadores que jugarían el primer Mundial, entre los que estaban el viejo conocido por los lectores José Leandro Andrade o el mítico José Nasazzi, el primer gran defensa sudamericano.

En la cita olímpica de 1928, Uruguay reeditó su medalla de oro. Pero lo mejor estaba por llegar. Uruguay acogía en 1930 el primer Mundial de la historia. Los anfitriones debutaban el 18 de julio de 1930 ante Perú. Era el primer partido mundialista de la historia de Uruguay y era el primer partido de la historia del Estadio Centenario de Montevideo. Gracias a un tanto en el minuto 65, Héctor Castro se convertía en el autor del primer gol mundialista de la historia de Uruguay y en el primer jugador en marcar en el Centenario.

Fue avanzando el torneo y llegó la final, que enfrentaba a Uruguay y a la Argentina de Guillermo Stábile. El once de los celestes pasaría a la historia: Ballesteros; Nasazzi (c), Mascheroni; Andrade, Fernández, Gestido; Dorado, Scarone, Castro, Cea e Iriarte. Abrió el marcador Dorado, empató Peucelle para Argentina y el ‘pichichi’ Stábile le daba la vuelta al marcador antes del descanso. En la reanudación, marcaron Cea (del que se dice fue el primer campeón del mundo español, ya que nació en la provincia de Pontevedra) e Iriarte y en el minuto 89, el joven manco Héctor Castro, de cabeza y a centro de Dorado, firmaba el definitivo 4-2. Castro había marcado el primer y el último gol de Uruguay en aquella inolvidable primera Copa del Mundo.

Castro se hizo muy famoso, no sólo por sus hazañas futbolísticas, sino por su discapacidad. En vez de considerarlo un hándicap, Castro hizo de su minusvalía una ventaja, usaba su brazo mutilado con destreza para ganar saltos y balones divididos, no dudando en usar el muñón para ‘golpear’ a los rivales. Por todo ello, en su país se le empezó a conocer con el sobrenombre de ‘El Divino Manco’.

Dos años después del Mundial, fichó por el Estudiantes argentino, para regresar una temporada después al Nacional, donde se retiró en 1936, tras haber ganado una Copa América y dos Ligas más. En total, jugó 25 partidos con la celeste y marcó la nada despreciable cifra de 18 goles.

Apenas unos años después de su retirada, en 1939, Castro se hizo con el puesto de entrenador de Nacional, cesando en 1943, tras ganar cuatro Ligas consecutivas. Permaneció unos años sin entrenar hasta que regresó en 1952, logrando de nuevo otra Liga. Y en 1959 consiguió ser seleccionador uruguayo, pero el 15 de septiembre de 1960, con 55 años de edad, un infarto de miocardio acababa con su vida, la de un chico de Montevideo al que una sierra mecánica no le impidió llegar a lo más alto en el mundo del fútbol.

Os dejo con un documental sobre el primer Mundial, remasterizado por FIFA. Merece la pena verlo:

Buen fin de semana.

Qué fue de… Diego Alonso

diego alonsoEl domingo debutamos contra la campeona de América (Uruguay) en la Copa Confederaciones. Por este motivo, hoy saco a un charrúa en esta vuestra bitácora. No es que fuera uno de los más legendarios jugadores en vestir la camiseta celeste, pero pasó varios años en España y creo que es bien recordado. Sin más, os traigo a Diego Alonso.

¿Quién era?: Un delantero uruguayo de finales de los 90 y la pasada década.

¿Por qué se le recuerda?: En España, por su paso por equipos como el Valencia, el Atlético de Madrid, el Racing de Santander, el Málaga o el Murcia, así como por jugar en México y en los dos grandes de Montevideo.

¿Qué fue de él?: Se retiró hace un par de temporadas en las filas de Peñarol. En la actualidad, es el entrenador del Club Guaraní de Paraguay.

¿Sabías qué…?: Llegó a España el mismo año que su primo-hermano Iván Alonso, al que recordaréis sobre todo por su paso por el Alavés. Iván es cuatro años menor que Diego.

– Ambos primos llegaron a jugar juntos en las filas del Real Murcia en la temporada 2005-2006. Iván jugó mucho más (8 goles) que Diego (2 goles).

– Otro punto común es que ambos jugaron en el Nacional de Montevideo (en etapas diferentes) y en México (Diego en los Pumas de la UNAM e Iván en el Toluca).

– Otra curiosidad: ambos primos llegaron en 2001 a una final europea. Iván a la de la UEFA con el Alavés y Diego a la de la Champions con el Valencia (aunque no jugó).diego alonso2

– El Valencia pagó por sus servicios 9 millones de dólares al Gimnasia y Esgrima de la Plata argentino.

– Tras un año en el que el noruego John Carew le comió la tostada en el Valencia, lo fichó el Atlético de Madrid para intentar subir a Primera en el segundo de sus añitos en el infierno. Fue el más destacado del equipo, proclamándose pichichi de la categoría con 22 goles.

– Al año siguiente no continuó y se fue al Racing de Santander. Ni en Cantabria ni en su siguiente equipo español, el Málaga, tuvo tan buenos datos.

– Entre 1999 y 2009, no pasó más de una temporada en el mismo equipo. Sólo en su primer club, el Bella Vista urugayo (dos temporadas) y en el último, Peñarol (otras dos), estuvo más de una.

– Su primo Matías (hermano de Iván) también jugó en España: en el Celta B, en el Murcia B y en el Murcia.

– En su etapa en Argentina se ganó el apelativo de El Tornado.

Biografía, palmarés, estadísticas: Diego Martín Alonso López nació en Montevideo, Uruguay, el 16 de abril de 1975. Debutó como profesional en 1997. En 1999 pasó al Gimnasia y Esgrima de la Plata, donde estuvo una temporada. La siguiente la pasó en el Valencia. Luego, en temporadas consecutivas, en el Atlético de Madrid, el Racing de Santander, el Málaga, los Pumas de la UNAM, el Real Murcia, el Nacional de Montevideo, el Shanghai Shenhua de China, de nuevo Gimnasia y Esgrima y finalmente, desde 2009 a 2011, en Peñarol. En su palmarés tiene una Liga mexicana y una uruguaya. Con Uruguay jugó ocho partidos.

Ojo al vídeo que os dejo: Jornada 38 de la temporada 2001/2002 en Segunda (quedaban cuatro). Si el Atleti ganaba al Nástic, retornaba a Primera. Ese día Diego Alonso marcó dos goles. Fue un partido muy del Atleti (bueno, de cuando era el Pupas, que ya no…)

Saludos y hasta mañana.

Quién fue… José Leandro Andrade, el futbolista que bailó con Joséphine Baker

Esta historia la encontré cuando buscaba algún personaje del mítico Uruguay de 1930, el primer campeón del mundo de fútbol, para traer al blog. Mi idea era hablar del capitán, José Nasazzi, el futbolista que da nombre al título oficioso de campeón del mundo (buscad «Bastón de Nasazzi» en Google, es bastante curioso), pero hallé que la historia del protagonista de hoy daba mucho más juego: Es José Leandro Andrade.

Salto, Uruguay, 22 de noviembre de 1901. De la pareja formada por una argentina y el hijo de un ex esclavo negro que escapó del Brasil, que además era experto en magia africana, nació el joven José Leandro Andrade. De pequeñito se trasladó al barrio de Palermo en Montevideo, para vivir con una tía. José estaba apasionado por el carnaval, que en la capital uruguaya tiene mucha fama. Tocaba el tamboril, ese instrumento de percusión que se cuelga del hombro y que es tan típico de las batucadas.

De jovencito alternaba trabajos como limpiador de zapatos o vendedor de periódicos con sus pinitos como futbolista en un club llamado Misiones. Su primer contrato profesional lo tuvo con el Bella Vista, un club de la capital, donde desempeñó como volante derecho. Andrade, pronto, se convirtió en un jugador llamativo. Era negro, medía 1,80 y tenía un estilo de juego muy particular, muy flexible, muy acrobático, que enamoraba a la afición. Fue precisamente José Nasazzi el que coincidió con él en el Bella Vista y el que le recomendó para jugar a nivel internacional.

La Maravilla Negra

Así, Andrade fue convocado para jugar en las Olimpiadas de París en 1924. Fue allí donde empezó la leyenda. Andrade, que era un tipo muy ’echao p’alante’, se encontró en París como pez en el agua. En la capital francesa fue la sensación y le bautizaron como La Maravilla Negra. Andrade, un consumado bailarín, no desaprovechó la oportunidad de alternar todo lo que pudo y más. Se ligó a un buen número de francesas, que caían rendidas ante el exotismo y la planta del uruguayo. Incluso llegó a marcarse un comentadísimo tango con la mítica Joséphine Baker. Otra anécdota fue cuando, en plena concentración de la selección en París, Andrade desapareció, provocando la preocupación de todos. El delantero Ángel Romano, que era buen amigo suyo, se ofreció para buscarle. En realidad, Romano tenía una dirección que Andrade le había dado por si ‘desaparecía’. A aquella dirección acudió Romano y se quedó extrañado al ver que era un lujoso apartamento. Llamó al timbre y una doncella le recibió. A pesar de que entre ambos no se entendían, cuando Romano dijo «Andrade», la joven sonrió e hizo pasar al delantero. Éste se quedó de pasta de boniato. Ante él apareció su mulato amigo, vestido sólo con un batín de seda, rodeado de bellas señoritas con poca ropa y envueltas en caros perfumes. Todo un figura.441-426 Voetbal; OS 1928 Amsterdam; jJose Leandro Andrade uit Uruguay.

Uruguay ganó el oro y regresaron en loor de multitudes. Andrade ya era un héroe nacional. Pasó por el Nacional y el Peñarol, aunque empezó a tener un tren de vida que le pasaría factura. Además, desde los Juegos Olímpicos arrastraba una extraña lesión que a la postre acabaría con su carrera. En un lance de un partido, chocó contra un poste, provocándole un problema en la vista que degeneró poco a poco.

Pero aún tenía fútbol en sus piernas. Andrade fue convocado para jugar el primer Mundial de la historia, en Uruguay, precisamente, en 1930. Formó parte de ese mítico once (Ballesteros; Nasazzi, Mascherone; Andrade, Fernández, Gestido; Dorado, Scarone, Castro, Cea e Iriarte) que se proclamó campeón del mundo. Andrade estaba ya en decadencia, pero aún así aportó lo suyo, como un lance defensivo que perfeccionó, llamado la tijera: se lanzaba frente al atacante rival que llevaba el balón, estirando mucho la pierna izquierda, mientras que, con la derecha, le arrebataba el balón.

El declive

Tras la Copa del Mundo, jugó en Argentina (Atlanta y Lanús), en el Wanderers de Montevideo y se retiró en Argentinos Juniors. Su vida, a partir de ahí fue un declive permanente. Se arruinó, sus amigos desaparecieron y volvió al barrio de Palermo, tan pobre como cuando llegó siendo un niño. Algunos quieren ver tintes racistas en su declive. Y es que el destino de los campeones del mundo de 1930 fue dispar. Por ejemplo, Nasazzi, hijo de italiano y vasca, fue director general del Casino de Montevideo. Cea se convirtió en periodista deportivo y Scarone, en entrenador. Andrade no encontró ocupación fija.

Aún así, su nombre siguió sonando en Uruguay. Y es que en el Mundial de 1950, con los charrúas jugaba un tal Victor Rodríguez Andrade, sobrino del protagonista de hoy. Y como su tío, logró alzarse con el trofeo.

Años más tarde, en 1956, un periodista alemán llamado Fritz Hack, viajó a Uruguay para encontrar a Andrade. Tras seis días buscándolo, lo halló malviviendo en un sótano, alcoholizado y casi ciego (por aquel golpe contra un poste en París). No podía ni responder las preguntas del periodista. Poco tiempo después, con sólo 56 años, José Leandro Andrade fallecía en un hospital de Montevideo para enfermos pulmonares. Sus pertenencias se limitaban a una caja de zapatos con algunas medallas y otros trofeos.

Desaparecía así una de las primeras estrellas negras del mundo del fútbol, de una manera inmerecida y triste, como tantas que hemos comentado aquí. Valga pues, este artículo, como homenaje a La Maravilla Negra, el futbolista que bailó un tango en París con la gran Joséphine Baker.

Os dejo un gran vídeo. Está narrado nada menos que por don Matías Prats padre (aunque ya no sé si decir abuelo, ya que el tercero de la saga ya se prodiga en Cuatro). Es sobre la Uruguay campeona olímpica del 24 y en él, se cita a Andrade:

Que paséis un buen fin de semana.

PD: Os recuerdo que podéis seguir este blog en Facebook.

Qué fue de… Zalazar

El otro día os hablé de Luis Gabelo Conejo, el guardameta costarricense que se convirtió en una leyenda de ese simpático equipo llamado Albacete Balompié. Hoy os voy a hablar de un futbolista que junto a él o más si cabe, marcó una época en el equipo manchego y ayudó a que el equipo blanquillo se le conociera como ‘El Queso Mecánico’. Me consta que el protagonista de hoy es toda una leyenda en Albacete. Cómo no lo va a ser cuando, en realidad, es una de las leyendas de nuestra liga, uno de los más destacados jugadores suramericanos que han pasado por nuestra Liga. Es José Luis Zalazar.

¿Quién era?: Un centrocampista uruguayo de la década de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser la principal estrella del Albacete Balompié en su primera época en Primera Divisón (para muchos es el mejor futbolista que ha vestido la camiseta del Alba), jugador, además, de equipos españoles como el Cádiz, el Espanyol o el Racing de Santander y uno de los más fiables jugadores iberoamericanos de la década de los 90 en España.

¿Qué fue de él?: Se retiró en el Albacete en 1999, en lo que era su segunda etapa en el equipo manchego. En la actualidad, vive en Albacete, donde es representante de jugadores.

¿Sabías qué…?: Era famoso por sus extraordinarios lanzamientos lejanos.

– En 1992 fue elegido como el mejor suramericano del año por la Agencia EFE.

– Es el futbolista que más partidos de Primera ha jugado con el Albacete en su historia (180 encuentros) y el que más goles ha marcado (57).

– En Uruguay se le conocía como El Oso o Cabeza.

– Se dice que perfeccionó su potente tiro lejano entrenando descalzo.

– Se recuerda especialmente un gol que le metió a mi siempre desdichado Atlético de Madrid desde el centro del campo.

– Antes de retornar al Albacete, con el que consiguió por cierto la permanencia, estuvo a punto de fichar por el Real Murcia.

– La afición del Carlos Belmonte tenía un ritual cada vez que Zalazar se aproximaba al balón para tirar una falta. Gritaban «Gol, gol, gol, gol…», cada vez más rápido, hasta que el uruguayo tiraba. En muchísimas ocasiones, ese mantra culminaba con un «Gooooooool» de verdad.

– Tiene una peña en la localidad albaceteña de Alatoz, que según dicen ellos es la más antigua del club.

– Llevaba el 10.

Biografía, palmarés, estadísticas: José Luis Zalazar Rodríguez nació el 26 de octubre de 1962 en Montevideo, Uruguay. Su primer equipo fue el legendario Peñarol, donde jugó entre 1982 y 1986. Luego se fue a México para jugar en el Tecos de la Universidad de Guadalajara, donde estuvo un año. La temporada 86-87 la pasó en el Cádiz, tras la que regresó a Guadalajara. En 1989 retornó a España para jugar en el Espanyol y al año siguiente desembarcó en Albacete, donde estuvo seis inolvidables años. En 1996 se fue al Racing de Santander. Un año después volvió a Uruguay para jugar en el Nacional y en el Bella Vista, pero sus últimas patadas las dio en la temporada 98-99 en el Albacete. En su palmarés tiene una Liga uruguaya. Con la selección jugó 29 partidos y metió tres goles.

Para que luego me critiquéis, aquí os pongo el golazo de Zalazar contra el Atleti (si os dais cuenta, en multitud de resumenes o vídeos homenajes de equipos o futbolistas de cualquier época, los homenajeados siempre salen metiéndole un gol al Atlético de Madrid):

¿Sabes algo más de Zalazar? ¿Tienes alguna anécdota? Escríbeme en los comentarios.

Qué fue de… Bengoechea

Os voy a seguir hablando de jugadores clásicos de nuestra Liga y hoy le toca al Sevilla FC. Antes de sus últimos éxitos, el mejor Sevilla que recordamos (que también pasó por los campos europeos, tras disputar la UEFA) es uno que tuvo en sus filas al gran delantero austríaco Anton Polster y al actual entrenador sevillista, Manolo Jiménez. Pero uno de los jugadores más importantes de ese equipo es el que va a protagonizar el post de hoy. Un gran jugador que en su país natal, uno de los que más tradición futbolística tiene en todo el mundo, es muy admirado, no tanto como Francescoli o Rubén Sosa, pero sí es una institución. Es Pablo Bengoechea.

¿Quién era?: Un futbolista uruguayo de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser titular indiscutible en el Sevilla FC y en la selección uruguaya y ser uno de los mayores ídolos del que para muchos, es el mejor equipo de Uruguay, el Peñarol de Montevideo.

¿Qué fue de él?: Se retiró en las filas de Peñarol en 2003, con nada menos que 38 años de edad. Tras retirarse, abrió un restaurante en Montevideo. Ha formado parte del staff técnico de River Plate y del Cruz Azul de México, hasta este mismo verano.

¿Sabías qué…?: En Uruguay, su apodo es El Profesor.

– Nació en Rivera, una ciudad uruguaya literalmente pegada a la frontera con Brasil (vamos, separada por una calle). Por eso, Bengoechea siempre dijo que de pequeño hablaba ‘portuñol’.

– En un control antidpoing de la Copa América de 1988 se le detectó exceso de cafeína. Fue apartado del equipo.

– Participó en el Mundial de Italia 90, en el que Uruguay se enfrentó a España. Metió un gol en un partido contra Bélgica.

– Dos hinchas de Peñarol le compusieron una canción en su honor.

– Bengoechea tiene una estatua en Los Aromos, el paraje de Montevideo donde Peñarol tiene su ciudad deportiva.

– Mediocentro tanto defensivo como ofensico (depende de las circunstancias), destacó por su maestría en el lanzamiento de faltas.

– En el Sevilla, fueron dos entrenadores (Vicente Cantatore y Víctor Espárrago, éste último precisamente uruguayo), los que empezaron a no contar con él para el equipo titular.

– Muchos en Nervión le criticaron por, supuestamente, ralentizar el juego del equipo.

– Marcó dos goles en sendas finales de la Copa América (ganadas por Uruguay).

Biografía, palmarés, estadísticas: Pablo Javier Bengoechea Dutra nació el 27 de junio de 1965 en Rivera, Uruguay. Comenzó su carrera en 1985 en el Wanderers de Montevideo. Dos años después dio el salto a Europa para jugar en el Sevilla, donde permaneció hasta 1992. Pasó una temporada en el Gimnasia de La Plata de Argentina y en 1993 fichó por Peñarol, donde permaneció hasta su retirada, en 2003. Con la selección jugó 43 partidos. En su palmarés destacan siete ligas uruguayas y dos Copas de América (19987 y 1995).

Aquí os dejo un vídeo homenaje a Bengoechea, con la canción que le compusieron:

¿Sabes algo más de Bengoechea? ¿Tienes alguna anécdota? Escríbeme en los comentarios.

Qué fue de… Francescoli

Este post, como tantos otros, va dedicado a los amigos lectores del otro lado del Atlántico. Su protagonista es, sin duda, uno de los mejores jugadores suramericanos de la historia. Un superclase de los que hace tiempo que no se ve. Es el uruguayo Enzo Francescoli.

¿Quién era?: Un mediapunta uruguayo de las décadas de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser el auténtico líder del River Plate argentino, el santo y seña de la selección charrúa, con la que ganó tres Copas de América.

¿Qué fue de él?: Tras retirarse en 1997, Francescoli es el vicepresidente de las empresas Tenfield y Gol TV. La primera de ellas es una compañía de organización de eventos deportivos. Tienen los derechos de las retransmisiones del fútbol uruguayo. La segunda es un canal de televisión que retransmite en los Estados Unidos 24 horas de fútbol.

¿Sabías qué…?: Francescoli jugó en el Olympique de Marsella en la temporada 89/90. Un ilustre marsellés, Zinedine Zidane, llamó a un hijo suyo Enzo en honor del uruguayo.

– Es más conocido como El Príncipe.

– Destaca su enorme parecido físico con el delantero argentino del Zaragoza Diego Milito.

– Hincha de Peñarol de Montevideo, nunca jugó en el equipo aurinegro. Hizo una prueba pero fue rechazado por ser demasiado canijo.

– Este año ha sido elegido como máximo ídolo de toda la historia de River Plate.

– Como su apellido indica, es de origen italiano.

– El día de su homenaje-despedida (el 1 de agosto de 1999), juntó a 60.000 enfervorizados fans en el Monumental de River. Con el equipo de la Banda Sangre jugaban en aquel entonces los zaragocistas Aimar y Ayala, el merengue Saviola y el ex culé y ex murcianista Bonano. Enfrente estaba el Peñarol, en el que jugaba el ex deportivista Walter Pandiani. En ese partido, saltaron al campo los hijos de Francescoli, de 10 y 12 años. El mayor metió el último gol del partido, el 4-0.

– Los hinchas de River cantaban en su honor esta canción: «…veni, veni, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar que de la mano, del Uruguayo, todos la vuelta vamos a dar…veni, veni, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar que de la mano, del Uruguayo, todos la vuelta vamos a dar…!«. En el fútbol argentino, ‘Dar la vuelta’ es sinónimo de ser campeón.

– El equipo que más lo sufrió en Argentina fue San Lorenzo de Almagro, que recibió 10 goles de El Príncipe. Boca recibió la mitad.

Biografía, palmarés, estadísticas: Enzo Francescoli Uriarte nació el 12 de noviembre de 1961 en Montevideo, Uruguay. Debutó en 1980 en las filas del Montevideo Wanderers, donde jugó dos años. Fue cuando inició su primera época en Los Millonarios (así se conoce a River Plate), bastante exitosa. Luego, en 1986, fichó por el legendario Racing de París (equipo que ahora se dedica al fútbol amateur). Pasó dos años bastante tristes allí y uno más, en la temporada 89/90, en el Olympique de Marsella. De Francia saltó a Italia, donde jugó en el Cagliari tres años y uno en el Torino. Y por fin regresó a River en el 94, donde jugó sus últimos tres años. Con la selección jugó 72 partidos y metió 15 goles. Su palmarés recoge una liga argentina, tres Aperturas y una Clausura y una liga francesa. Además, ganó tres Copas de América con Uruguay, una Copa Libertadores (cómo me gusta este nombre) y una Supercopa Americana.

Un vídeo homenaje a Francescoli:

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Qué fue de… Rubén Sosa

El de hoy es uno de los mejores jugadores suramericanos de la década de los 90. Además, tuvimos la inmensa suerte de tenerlo en la liga española durante tres años. Hoy, el Principito, Rubén Sosa.

¿Quién era?: Un jugador uruguayo de la década de los 80 y los 90.

¿Por qué se le recuerda?: Por ser el jugador estrella de Uruguay durante muchos años. En España, por jugar en el Real Zaragoza, equipo al que hizo campeón de la Copa del Rey en 1986 y por militar en el Logroñés casi una década después.

¿Qué fue de él?: Se retiró en 2005 en las filas del Racing de Montevideo. Actualmente forma parte del equipo técnico del Nacional de la capital uruguaya.

¿Sabías qué…?: Marcó único gol de la final de Copa del 86, que enfrentaba a su Zaragoza y al Barcelona.

– Ese mismo año, en semifinales, los maños eliminaron al Madrid con dos goles de Sosa.

– Coincidió con Rijkaard en su última campaña con los de La Romareda.

– Fue traspasado a la Lazio de Roma por 192 millones de las antiguas pesetas.

– Falló un penalty con Uruguay en el Mundial de Italia 90 contra España. Fue el primer partido de ambas escuadras en la competición y acabó 0-0.

– En 1994 estuvo muy cerca de fichar por el Real Madrid. Llegó a declarar en las páginas del diario El País que «Yo sólo deseo jugar al fútbol en el Madrid».

– También era conocido como El Poeta del Gol.

Biografía, palmarés, estadísticas: Rubén Sosa Arzaiz nació el 25 de abril de 1966 en Montevideo, Uruguay. Debutó a los 15 años en el Danubio (llamado así por dos hermanos búlgaros que fundaron el equipo, que es una de las mejores canteras de Iberoamérica; de él salieron Forlán, Recoba, Zalayeta o Chevantón). Con 19 llegó al Zaragoza. En 1988 fichó por la Lazio, donde permaneció hasta el 92. Luego estuvo en el Inter hasta 1995, tras lo que se marchó al Borussia de Dortmund alemán. En 1996 volvió a España para jugar en el Logroñés, pero sólo estuvo un año. Volvió a Uruguay para jugar en el Nacional de Montevideo, hasta 2001. Tras una fugaz aventura en el Shanghai Shenhua chino, volvió al Nacional otro año más y se retiró en el Racing de Montevideo. En la selección disputó 49 partidos y metió 19 goles. Su palmarés: Campeón de la UEFA del 94 con el Inter; dos copas de América (1987 y 1995); campeón de Liga con el Borussia (96) y la ya citada Copa del Rey con el Zaragoza.

Disfruten, zaragocistas, con el gol de Sosa en la final de Copa del 86:

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