El deporte en general está lleno de historias de superación. En sí mismo, el deporte se trata de eso, de superarse día a día. La historia de hoy es un claro ejemplo de esto que os cuento. Su protagonista supo sobreponerse a las dificultades y gracias a su tesón, consiguió que su nombre entrara en la historia. Os hablo de Robert Schlienz.
El 3 de febrero de 1924 nace en Zuffenhausen, cerca de Stuttgart, Robert Schlienz. Hijo de un futbolista, el joven Robert empieza su carrera de jugador en el equipo local, que entrenaba su padre. No por ser el hijo del técnico, sino porque demostró ser un extraordinario delantero centro, Schlienz debuta con el primer equipo con sólo 16 años. Sus registros goleadores son espectaculares.
Pero lo peor de la II Guerra Mundial se convierte en el centro de la vida en Alemania y el joven Robert es llamado a filas. Y no a un destino cualquiera: Al infernal frente del Este. Allí, en la Unión Soviética, es herido gravemente. Recibe un disparo en el rostro que le destroza la mandíbula. Por esta herida lo licencian y regresa a Alemania. Tras la recuperación, una cicatriz le recordaría toda su vida su experiencia en la guerra.
Al acabar el conflicto, el fútbol alemán y sus clubes de primera división están totalmente desorganizados. Se permitió a los clubes invitar a jugadores de otros equipos menores para poder completar sus plantillas y disputar un campeonato en condiciones. El portero del Stuttgart, Ernst Schnaitmann, se acordó de un joven delantero del Zuffenhausen llamado Schlienz que prometía mucho. El Zuffenhausen había perdido cinco de sus titulares en la guerra y así, nuestro protagonista de hoy se incorporó a uno de los equipos más emblemáticos de Alemania.
Y no defraudó. En la temporada 45/46, Schlienz marcó 46 goles en 30 partidos, lo que lo convirtió en el máximo goleador de la Oberliga Sur (en aquel entonces, el campeonato alemán estaba dividido por zonas). Era joven, era un goleador fantástico y tenía el futuro por delante.
Pero la desgracia se cebó con él el 14 de agosto de 1948. El día anterior falleció su madre y no pudo incorporarse a la concentración del Stuttgart, que disputaba al día siguiente un partido de copa ante el Aalen. Con prisas para llegar al partido, Schlienz le pidió a un amigo una furgoneta Opel para poder llegar a Aalen, a 70 km de Stuttgart. Era un día caluroso. La furgoneta llevaba las ventanillas bajadas y Schlienz conducía con el brazo izquierdo fuera. Pero las carreteras alemanas estaban aún muy castigadas por la guerra, y la furgoneta pasó por un bache. Schlienz perdió el control y el vehículo volcó, destrozando el brazo izquierdo del delantero. Dos horas más tarde, se lo amputaban. Era imposible salvarlo.
Para cualquiera, este accidente significaría el final de una carrera futbolística muy prometedora. Pero no para Schlienz. El principal valedor de su recuperación fue el entrenador del Stuttgart, Georg Wurzer, que le convenció de que no todo estaba acabado. Nada más salir del hospital empezaba la nueva carrera de Robert Schlienz. Se reincorporó a los entrenamientos del equipo pero cuando estos acababan, él se quedaba con Wurzer trabajando más, ensayando nuevas jugadas, nuevos movimientos que se adaptaran mejor a su discapacidad. Wurzer le cambió de demarcación, pasando a ser exterior y así, menos de cuatro meses después de su terrible accidente (sí, menos de cuatro meses), Robert Schlienz volvía a calzarse las botas y a pisar el césped para jugar un partido contra el Bayern de Munich. El Stuttgart ganó 2-1. Una leyenda nacía.
Poco después y perfectamente adaptado a su nueva demarcación y a sus nuevas circunstancias, Schlienz era nombrado capitán del Stuttgart. Y no sólo eso, sino que con él al frente, el Stuttgart vivió una de las mejores épocas de su historia. Ganaron la Bundesliga en 1950 y en 1953 y la Copa de Alemania en 1954 y 1958.
Y no sólo eso. Robert Schlienz, aun discapacitado, logró ser convocado por el seleccionador alemán, Sepp Herberger, en 1955 y 1956, en concreto en tres amistosos ante Irlanda del Norte, Holanda e Inglaterra.
Robert Schlienz se retiró del fútbol en 1960 y poco después, abrió una tienda de regalos en el barrio de Bad Cannstatt. No mucho después, traspasó el negocio y junto a su esposa, se fue a vivir a Dettenhausen, una localidad a 30 km de Stuttgart. A pesar de ello, siguió acudiendo a ver a su equipo y durante un breve espacio de tiempo, llegó a formar parte de la directiva del Stuttgart.
Pero el 18 de junio de 1995, Robert Schlienz fallecía en Detterhausen, víctima de un ataque al corazón. Su entierro fue multitudinario y sólo dos días después, el Stuttgart decidió bautizar el campo de fútbol de su equipo filial con el nombre del gran capitán de los 50, el hombre que se repuso de su discapacidad y que llevó a su club a lo más alto.
PD: He leído que Schlienz es el único jugador internacional de la historia con una discapacidad de este tipo. No he podido confirmarlo. Pero sí que recordaréis todos el caso de Álex Sánchez, el jugador que en 2009 debutó con el Zaragoza en Primera. Sánchez, que nació sin mano derecha, juega ahora en el CD Tudelano, por si os interesa.
Esto es todo. Espero que os haya gustado la historia. Que paséis un buen fin de semana.
Vaya, hoy nos traes algo nuevo al bar……. y menuda delicatessen jejeje…… extraordinaria historia y extraordinario ejemplo para todos. Un auténtico héroe.
Hay otro caso de futbolista discapacitado, tal vez el sector viejuno se pueda acordar, que fue un jugador croata (bueno, en aquella época yugoslavo, vaya) que jugó una eliminatoria de UEFA contra el Madrid en el Bernabéu y que era sordomudo. No recuerdo ahora mismo su nombre.
Y en los JJ.OO. de Londres, aparte del ya manido y archiconocido caso de Pistorius, hubo más casos en otros deportes: un jugador de tenis de mesa que le faltaba un brazo y un tirador de arco coreano que estaba practicamente ciego, solo veía contornos (este caso me pareció especialmente increible). Y puede que alguno más.
08 marzo 2013 | 09:06
Bis.
Se trataba de Damir Desnica, y efectivamente, jugó con el Rijeka una eliminatoria de dieciseisavos de final de UEFA en 1984 contra el Madrid…… ¡¡y en la que fue expulsado por protestar!!! (la primera amarilla fue por perder tiempo). Fue una de aquellas remontadas que hacía el Madrid por aquella época (aunque tal vez de las menos recordadas por la menor entidad del rival…. al menos yo no me acordaba), ya que perdió la ida 3-1 en Yugoslavia y ganó 3-0 la vuelta en el Bernabéu.
Y fue 1 vez internacional por Yugoslavia (según la wiki in english) así que ya hay otro caso jejejeje.
08 marzo 2013 | 09:15
Grandísima historia, edu. No recuerdo que la sacaras en Blogia. Y, a pesar del accidente, y estando la II Guerra Mundial de por medio, con un final «feliz».
Desde luego, es todo un ejemplo de superación. Leí una historia de un chaval que ha llegado a jugar en la NCAA faltándole una mano o medio brazo. Dede luego, tratándose de baloncesto, tiene un mérito increíble.
08 marzo 2013 | 09:15
Pues un gran ejemplo de superación, otro más que nos trae el presi, supongo que lo más difícil debe ser volver a enseñar al cuerpo, tanto a equilibrarse como q realizar la mayoría de tareas cotidianas.
El caso que comenta Igesar siempre es recordado como un ejemplo de los «favores arbitrales» históricos al Madrid, se cuenta como «El jugador sordomudo que expulsaron en el Bernabéu por protestar» hace poco leí sobre ello, parece que si podía hablar o al menos hacerse entender (algo así recuerdo)
08 marzo 2013 | 09:21
Bis
He cruzado comentario con Igesar
08 marzo 2013 | 09:23
Hector Castro, de Uruguay:
http://picasaweb.google.com/lh/photo/_dJycU8P2ELNlV7lO4Yoig?feat=embedwebsite
http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9ctor_Castro
Grandísima entrada. Un ejemplo de supe
08 marzo 2013 | 09:38
Tim, según parece «emite sonidos» pero no puede hablar como tal. Pero bueno, que protestar también se puede hacer con aspavientos, con gestos con la mano, con peinetas (bueno, esto ya sería roja directa jajaja), etc, etc, no tiene por qué ser necesariamente hablar….. pienso yo, vamos.
08 marzo 2013 | 09:53
Buena historia. Lo del equilibrio no tiene que ser fácil.
08 marzo 2013 | 11:07
Gran artículo. Veo que la página web aquella de fotos de la bundesliga ha servido de inspiración. Me alegro mucho. Por cierto, presi, en todos los sitios que consulto me aparece que la bundesliga comenzó a disputarse en 1963, antes, tal y como recuerdas, existían campeonatos regionales. De modo que el Stuttgart no pudo ganar una competición que al parecer aún no existía en 1950 ni en 1953. Sería conveniente aclarar la discrepancia, o reparar el error, en su caso.
En cuanto a la historia en sí misma, es un fenomenal ejemplo de superación. Volver a jugar en menos de cuatro meses desde la amputación de un brazo es un dato asombroso.
Por cierto, que yo recordaba haber oído la historia del jugador uruguayo que fue campeón del mundo siendo manco, aunque no sabía su nombre. El oportuno enlace de brodie me permite conocer ese dato.
08 marzo 2013 | 11:28
Fuerza, coraje, tesón, todo lo que queráis poner, y además un par… Olé por su entrenador que fue el primero en animarlo, y atreverse a alinearlo; no todos hubieran hecho lo mismo. Una vez más se demuestra que, casi siempre, se puede luchar contra las adversidades. Todo un ejemplo a seguir, como el de muchos deportistas paralímpicos, que tras sufrir un accidente o enfermedad, siguieron adelante y llegaron a competir a niveles, que para mí son estratosféricos. Chapeau por todos ellos.
Buen fin de semana.
08 marzo 2013 | 12:16
Hector Castro, como bien ha linkado brodie, fue un uruguayo que jugó con su selección y ganó el mundial de futbol 1930 (fue la primera copa del mundo organizada por la FiFa, y participaron 13 selecciones).
Le llamaban el divino manco, perdió su brazo en un accidente en la juventud.
08 marzo 2013 | 12:33
Como comentáis, es un ejemplo asombroso volver a jugar sólo 4 meses después de perder el brazo. Os reto a probar a jugar poniéndoos una muñequera de esas que pesan unos cientos de gramos en una muñeca o en un tobillo… la cosa cambia mucho. Sería parecido pero al revés, perdiendo pesos. El cuerpo se debe desequilibrar. No me extraña que tuviese que adaptar sus entrenamientos y movimientos.
La bundesliga como tal se empezó a disputar en la temporada 63-64. Lo que habría que corroborar es si, antes de la bundesliga, los campeones regionales jugaban algún tipo de campeonato final estatal que determinaba el campeón, o algo así. Quizás por ahí venga la solución al dilema.
08 marzo 2013 | 12:34
Una gran historia la de este tío, coincido en que es todo un ejemplo de superación. Pues sí, la Bundesliga como tal se creó en 1963. Investigando un poco en Wikipedia me he encontrado con que el campeonato nacional que había antes en Alemania (Occidental) era una competición entre los campeones y subcampeones regionales. Ya entonces el fútbol alemán tenía representación en la Copa de Europa. Como dato curioso, en la primera edición participaron dos equipos alemanes, uno como campeón nacional y otro como campeón del Saar (ni idea de cómo estaban las cosas entonces en el ámbito político-geográfico).
08 marzo 2013 | 13:02
Jejeje has hecho bien en no asegurar fehacientemente que Schlienz ha sido el único jugador internacional con este tipo de discapacidad, porque está claro que este Héctor Castro «El divino manco» también, y además, anterior. Y además campeón del mundo, nada menos.
No sé si se podría incluir en esta categoría a Garrincha…… tenía una pierna 10 centímetros más larga que otra, la columna completamente desviada, etc, etc. Dicen que precisamente gracias a este defecto en la pierna podía hacer los estratosféricos quiebros y regates que hacía, o sea que más que una discapacidad podría ser una «sobrecapacidad» jejejeje.
En Brasil pasa algo parecido, la liga nacional o «Brasileirao» es relativamente moderna (según la wiki desde 1959), y con el formato «europeo» de todos contra todos a doble vuelta, tan solo desde 2003. Antes de esa fecha los primeros clasificados de los torneos regionales o «estaduais» jugaban una especie de play-off para dilucidar el campéon nacional. «Estaduais» que siguen existiendo, por otra parte, simultáneamente al Brasileirao.
08 marzo 2013 | 13:21
Gracias por esa explicación. Siempre me llamó la atención eso que veíamos en el palmarés de algunos futbolistas brasileños de si fue campeón paulista, carioca, etc.
08 marzo 2013 | 14:01
Qué curioso, Edu. Mira lo que tienen en la página de camisetas que te mandé el otro día por Twitter: http://www.deporforas.com/club-de-futbol/Stuttgart/
08 marzo 2013 | 14:46
Hola a todos
El prota de hoy sí que es un buen ejemplo, así como ese entrenador. Parece mentira que en los años 40 y 50 ya hubiese gente que no discriminase a los demás por estos temas
Muy buenas las aportaciones de los compañeros.
En fin, yo os dejo un enlace que no tiene relación, a ver si os gusta: http://www.qualitysport.org/2013/03/cana-tactica-ligas-copas-y-campeones-de-verdad/
Saludos y buen finde
08 marzo 2013 | 15:09
Esto si que es llevar el Futbol.en la sangre y superarse asi mismo
VIVA—– el Futbol de verdad.
08 marzo 2013 | 15:38
estoy con Igesar. Medica y fisicamente hablando Garrincha era una persona con taras fisicas, pero segun los que le han visto jugar, y lo que se ve en los videos, benditas taras, dios mio que manera de desbordar al contrario.
Cuantan las leyendas que preparando Brasil el mundial del 66, vino a jugar con un combinado Real-Atletico, al que ganó 6-0 ó 6-3, no lo se muy bien. Segun me cuentan, lo marcaba el pobre Calleja, y en una misma jugada, lo sentó tres veces en el suelo
Lo que tambien tuvo mérito en aquella epoca es que de una seleccion salida de campeonatos regionales, con un pais arrasado 9 años antes, Alemania ganara el mundial del 54. Ya lo dijó Pele, el futbol es un deporte que juegan 11 contra 11, y siempre gana Alemania, jajaja
buen finde a todos
08 marzo 2013 | 15:42
Muy buena la reflexión del link que adjuntas, Pedralbes
08 marzo 2013 | 19:02
Luchando, luchando, luchando, se puede……. y por fin se logra lo que deseas hacer o alcanzar, Que nos sirva de ejemplo a todos. Buenos comentarios todos.
Adelante.
08 marzo 2013 | 20:28
En la liga profesional de beisbol ha habido tres casos de jugadores a los que les faltaba y brazo.
Y en la NFL hubo un jugador de los Denver Broncos que era sordomudo y jugo dos temporadas. Creo que ha habido algun caso mas de gente con discapacidad.
Recuerdo hace mucho tiempo haber visto a un atleta manco en los paralimpicos, y los comentaristas decian que si tuviera los dos brazos seguramente hubiera batido el record del mundo.
12 marzo 2013 | 00:01