Traté de ser un santo, pero el banco me embargó las alas. O quizás me las fumé, que también es posible. En cualquier caso, mi respuesta es no, no soy un santo. Y además el cielo, a estas alturas del vuelo, está cada vez más lejos. Supongo que eres libre el día que asumes que San Pedro no te dejará entrar con calcetines blancos, y aun así decides comprar un par de ellos con la sola intención de estrenarlos el día de tu muerte. Odio los calcetines blancos, quiero decir. Pero impera mi necesidad de perder la esperanza por encima de mi sentido del ridículo. Así que haré cola en el cielo con mis chanclas, mis bermudas, y mis calcetines blancos. Y cuando San Pedro me niegue el acceso al cielo, daré media vuelta y me iré a un bar. Supongo que habrá bares por ahí. O si no, cogeré un taxi hasta encontrar uno. Y entonces beberé y me diré a mí mismo: “Te lo dije”. Y sorbo a sorbo, haré balance de mi propia vida.
Nunca fui un santo, pero amé con locura. Y escribí con pasión. Y perdí la cuenta de las veces que llegué emocionarme de verdad, y aprendí cómo funciona un motor de explosión y a tener una postura más o menos clara sobre la política de Cookies. Y me lo pasé en grande aquella vez, en aquel concierto, y en aquella playa, y con todos esos libros, y en mi taxi, joder, en mi taxi, y conseguí ser feliz contigo, y le pillé el truquillo al sexo (los ángeles no tienen, recuerda eso), y a veces me faltaron horas y me sobraron ganas. Nunca hice mal a nadie, o al menos no premeditadamente. Mi vida consistió en ir a mi aire y esquivar la tristeza.
El otro día escuché al genial cómico Ignatius Farray decir que su éxito en la vida consistía en no parecerse al monstruo de Amstetten ni a Pau Donés. Tal vez ese sea el secreto: rebajar tus pretensiones hasta un nivel cómodo y asumible, y una vez conseguidas, sentirte orgulloso de ti mismo. Farray se sentía orgulloso de no haber violado y matado a sus hijas, y de no haber ido por la vida de guay. Qué grande.
Lo mejor es pensar que la meta se encuentra detrás de la salida.
01 octubre 2014 | 21:03
Lo tuyo no es una escritura perfecta pero tampoco los ángeles tienen hélices 😉
P.S.: K va a nacer tu hija y NO has publicao la novela…Nen…
01 octubre 2014 | 22:20
Procuro sacar todo el disfrute posible a mi vida. En la mochilla tengo apilados montones de buenos momentos.. pero también quiero seguir disfrutando en el más allá, así que además, trato de llevarme bien con San Pedr y créeme… es compatible!
01 octubre 2014 | 23:30
¿Quien es ese viejo?¿Stan Lee?
01 octubre 2014 | 23:57
Es el monstruo de Amstettem, un viejo que tuvo secuestrada a su hija por no se cuantas decadas, y a la que violó reiteradamente, dejándola embarazada en múltiples ocasiones. No entiendo muy bien qué pinta esta imagen en este post la verdad.
02 octubre 2014 | 01:09
Enciendo la tele Oriol Junqueras, abro el blog y el monstruo d Amstettem q será lo próximo?
No tengo intención de tomar el té con San Pedro, vivo a mi aire, evito a l@s tristes y brindo cuando se me antoja.
Feliz jueves.
02 octubre 2014 | 08:43
lo cierto es que seria interesante estás en la puerta viendo a quien dejan y a quien no dejan pasar
http://alicantegusta.com/editorial/15-editorial/1226-se-acabo-la-edad-de-la-inocencia-nocturna.html
02 octubre 2014 | 08:47
No estoy de acuerdo. Eso supone mirar al mundo por un agujero que encima estaba tapado. Mejor valorar tus virtudes, tus buenas acciones y mejorar día a día, sin límites establecidos.
http://areaestudiantis.com
02 octubre 2014 | 08:59
hOLA, lectura articulo divertido
02 octubre 2014 | 09:19
Me pregunto si San Pedro
no estará hasta… donde esté,
de ser a perpetuidad
el portero de los cielos?
Puede que sin vocación
ni haber hecho oposiciones,
en la puerta lo pusieron
y al parecer fue… a dedo,
el dedo índice le dijo: !Ahí!
y lleva más de dos siglos
dando paso libre o vetando
al que salvoconducto lleva
y al que no le dieron visado.
La indumentaria yo pienso,
que para todo es la misma,
túnica blanca y pies descalzos
allí al parecer hay cielo,
suelo… dicen que no hay
y sobre las nubes se pisa
cuando se descansa del vuelo.
A cada cual le reservan
o bien un apartamento,
o un ático más arriba
según la inversión que hizo
mientras vivía en la tierra,
el que debe sin escusas
de estar totalmente pagado,
sin cargas y sin hipotecas,
Otros estarán sentados
a la derecha del Padre,
¿A quién sentarán a la izquierda?
Puede que a los de podemos,
o esos son… de la extrema?
Al llegar, ya lo veremos.
Me agradará de ver
dónde habrán ubicado
a ministros y a ministras
los que hayan dimitido
y a los que hayan cesado,
es…sólo curiosidad
que en verdad, poco me importa
si tienen estudio o ático,
chalet adosado o pareado
y si está a diestra o siniestra,
más arriba o más abajo.
Yo creo que a San Pedro no veré,
no porque lo hayan relevado,
es que en lo del…más allá
lo tengo un tanto difuso
y no lo veo muy claro.
02 octubre 2014 | 13:09