No puedo evitar sentarme solo (o sentirme) en las terrazas, con mi taxi en doble fila, y observar a la gente que se sienta en las terrazas (o se siente), sobre todo a las parejas, sobre todo a las parejas jóvenes. Observo su comportamiento tal vez para aprender de ellos, o para aprender a no ser nunca como ellos. Y bebo, claro. Normalmente jarras de cerveza. Toman asiento, piden algo al camarero y en la espera, sacan sus móviles y se ignoran con total naturalidad, como si no fuera la primera vez que se ignoran ni será la última. Hablan incluso por teléfono con otras personas, lo cual quiere decir que son sociables; realizan llamadas y al colgar prosiguen en silencio. Ni siquiera se preguntan: ¿quién te ha llamado? con el objeto de iniciar una nueva vía de conversación. Luego llega el camarero con su cerveza y su Coca Zero (ahora las chicas piden Coca Zero, y si no tienen sueltan un bufido sordo, apenas imperceptible, bufff, y entonces dicen: Bueno, pues una Light. Pero lo dicen como resentidas) y vuelven a sus móviles o los dejan en la mesa y aun así no se miran, ni hablan. Supongo que están en la fase de saberse de memoria, o al menos de no querer saber más del otro, o conformarse con lo que ya saben. Apenas se cuentan la anécdota del día, o ni eso. Simplemente están ‘bien’ juntos y no necesitan más: se bastan con la serenidad que les proporciona la compañía del otro, como una suerte de campo gravitatorio compartido o un espejo cálido y discreto enfrente. Me horroriza pero a su vez me asombra ver que ya no tienen nada que decirse, o inquietudes nuevas. Buscar en Google el proceso de elaboración de las aceitunas con anchoa que tienen delante, por ejemplo. Y leerlo en alto y aprender algo nuevo juntos. Parecen derrotados pero conformes con su derrota. No hablar significa no tener nada que decir o no querer decirlo, lo cual significa dos cosas: o estás muerto, o la vida ya dejó de impresionarte.
Siempre que observo a esas parejas en los muchos bares y terrazas que frecuento, acabo pensando que ellos son dos medio muertos. Pero yo estoy vivo y estoy solo.
Buen fin de semana a todos (medio muertos y vivos sin mitad).
01 mayo 2014 | 22:49
K haces kurrando hoy ???
Hace poco ha sido mi cumple y le tuve k amenazar a MI Sant Jordi con k NO me comprara un puto smartphone de esos…k con su vieja BlackBerry me sobraba…para saber la hora, recibir llamadas, usar el whatsapp con el wifi de casa y hacer fotos cuando voy con la bici…no me gusta hablar por teléfono…menos si estoy en una terraza de tapeo por supuesto sin cola light o Zero …sino con una jarrita fresca de cerveza…
Las nuevas tecnologías estan agilipollando a las nuevas generaciones…hay k ser subnormal para hacerse un selfie al volante…nadie merece una muerte TAN tonta…
01 mayo 2014 | 23:12
A mi lo que me parece triste es lo facil que nos cansamos de muchas cosas, esta bien seguir las ultimas tendencias del mercado pero con criterio propio, no porque lo haga la mayoria.
02 mayo 2014 | 07:23
Estás bien fuera del taxi, pero dentro de él hay un buen escenario. Es tu sello.
02 mayo 2014 | 09:57
Toda la razón, cuando veo a la gente como coge el móvil y sabes perfectamente por su gesto corporal que lo hace para no querer ver a una persona que está al lado, haciéndose la distraída (visto con estos ojitos en una parada de autobús)…. las parejas que sólo lo son en la cama ( y no pienses mal), las que parece que ya está todo dicho y hecho, los niños medio atolondrados abstraídos por el smartphone de hello kitty o spiderman…. las tecnologías son buenas, es la gente que se ha cansado de buscar y encontrar, ya no es curiosa de salir y descubrir…. cierto el chiste ese de «hay una manera de conocer gente, nueva, revolucionaria, y en 4D!!! Es….. quedar y tomarse un café»
02 mayo 2014 | 10:05
Yo siempre he sido muy voyeur desde pequeñito. Quizás porque tenía una vecina enfrente que le encantaba desnudarse con la ventana abierta. Ahora me encanta mirar este tipo de cosas: http://xurl.es/a9ndj
02 mayo 2014 | 11:16
Todos vemos a diario
que hay dos clases de parejas,
las jóvenes que comienzan,
que hablar, hablan bien poco
se pasan, el día besándose
sin una pausa ni una tregua,
parejas del primer celo
en brama de primavera.
Luego están las otras, el resto
las que de besar se cansaron
que ni se hablan, ni se besan.
Se pasan el día con el móvil
al que con el dedo aporrean
con velocidad de vértigo
incluso… cuando caminan.
Ya nada tienen que decirse
que incluso ni se miran.
Pienso que estamos mutando
que volvemos a la berrea
donde el macho busca hembra
y también la viceversa
y en pasándosele el celo
como al ciervo en la berrea
cada cual por su camino
a vivir solo la vida.
Y la próxima reunión será
cuando el cuerpo lo demande,
como los ciervos en la berrea.
¿Se terminan las parejas
por el utilizar el móvil,
el smartphone o la tableta?
Quizás, ellos no se den ni cuenta
Y todos somos creo yo
un poquitico mirones,
ya que siempre hubo y hay
algo a lo que mirar.
Unos van mirando al móvil
al caminar por la calle
y otros vamos intentando,
que los mirones de móviles
no tropiecen con nosotros
porque nos pueden arroyar.
Buen fin de semana tengan
tanto unos, como los otros
02 mayo 2014 | 13:09
Bueno simp, es más de lo mismo. El tema es que para no decir nada lo mejor es callar, o no escribir.
Aplícate el cuento, ya que tú escribes y hablas en exceso, además no eres coherente, te has vendido por un miserable puñado de euros que ni te sacan de pobre, ni te hacen ser rico.
Deja de criticar y construye, si puedes, sino puedes sigue así, que no pasa nada. Eres soportable, es decir: sustituible. Vas siendo viejo, pero no lo soportas y por eso te fijas en la juventud para criticarla destructivamente.
Aprende a envejecer, que ya te ha llegado la hora.
02 mayo 2014 | 16:55
Un tipo que lleva escribiendo lo que tú llevas en el 20minutos está muerto, pero acompañado de cadáveres, no solo.
A otros perros con esos huesos, simp, que ya no cuela.
02 mayo 2014 | 16:57
!Hola,Dani!
No tengo móvil,es cierto.No podría estar con mi marido y que el estuviera pendiente del móvil,me pondría de los nervios,soy un exceso de lengua,charlatana al máximo,excepto cuando leo,claro esta.
Esplendido post.Muchos besos y buen finde.
02 mayo 2014 | 23:33
Puede que sea a causa de estar alienados por la tecnología, pero es cierto lo que comentas. Parece que dediquemos demasiado tiempo a hablar con desconocidos o a navegar por la red, olvidándonos de la persona que tenemos delante.
Esto que comentas lo he llegado a ver en una familia entera: los dos padres escribiendo junto a los dos hijos, en la mesa de un restaurante sin hablar ni un momento. Tal vez estaban chateando entre ellos, quién sabe. Me hubiera gustado saber qué estaba haciendo cada uno. ¿Estaría él chateando con su amante? ¿Ella consultando el tiempo? ¿Los niños con sus novietas?
Eso sí, la culpa no es del móvil, como tampoco un disparo es culpa de la pistola.
03 mayo 2014 | 13:15