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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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2013 será mejor

¡Seguro!

Este año que termina ha sido nefasto. Llevamos ya cinco años de crisis; muchos pensábamos que ya tocaba, que las cosas empezarían a mejorar. Nada de eso ha ocurrido.

Las políticas basadas exclusivamente en recortes han conseguido todo lo contrario de lo que se proponían.

Paradojas de los números: Ahora tenemos más parados que nunca (lo que hace que, produciendo menos, aumente la productividad) y el PIB ha caído a cifras de hace más de una década (lo que hace que, aunque la deuda sea la misma en términos absolutos represente más que nunca en porcentaje). Seguro que en cuanto alguien con un poco de poder se ponga a hacer números se dará cuenta de que lo que hay que hacer es estimular la economía, que aumente el PIB y disminuya el paro; justo lo contrario de lo que se está haciendo. Hay que actuar sobre los denominadores de las fracciones.

En 2013 toca, como nos habría dicho John F. Kennedy, pensar en lo que cada uno de nosotros podemos hacer por nuestro país. En 2013 toca ser positivos. Juanjo Fraile, el alma de Talentya encuentra todos los días algún motivo para decirnos #sepositivo. En las últimas semanas Miguel de Reina está poniendo en marcha una iniciativa, Tierra Positiva, que aún no sé muy bien en qué consiste, pero que suena muy bien. Son los que me vienen ahora a la cabeza, pero no son los únicos. Fátima López, Juanjo Azcárate…y tantos otros, siempre encuentran algún motivo para ponerle buena cara a la realidad.

Esa es la actitud. No esperemos a que nos saquen las castañas del fuego. Si esperamos a que lo hagan los políticos vamos apañados: no lo harán. Bastante es que no destruyan lo poco que se ha conseguido en estos años.

Pero si cada uno de nosotros hacemos lo que esté en nuestra mano para que las cosas vayan mejor, las cosas irán mejor.

Y 2013 será mejor.

Los popes de la prensa y su futuro

La semana pasada asistí a la charla de Juan Luis Cebrián en el Hotel Ritz, uno de esos interesantes desayunos que organiza el Foro de la Nueva Comunicación que dirige José Luis Rodríguez y patrocina Vodafone.

Justo esa misma semana pude leer en Jotdown, una publicación que cada vez me gusta más, una entrevista en profundidad a Gumersindo Lafuente.

A los pocos días ví también en El Mundo un artículo de Pedro J Ramírez sobre el futuro de la prensa y los nuevos dispositivos. Pedro J dio también una charla en el CEU en la que tocaba temas muy similares.

No hay duda de que el futuro de la prensa es preocupante.

Lo de menos es si el papel sobrevivirá o no. Nadie llora ya por el final de las tabletas de barro con escritura cuneiforme (por cierto, la tableta vuelve, aunque sea en otra forma) y muy pocos por la desaparición del pergamino y los copistas medievales.

Es el propio concepto de la prensa lo que está en peligro. Cada vez más personas declaran no leer diarios (y no se refieren a diarios en papel, sino a cualquier tipo de transmisores de información) por su enfoque exclusivo en las malas noticias o por su sesgo partidista. Ahora es muy difícil saber qué está pasando si no se confrontan varias fuentes (y casi siempre es complicado encontrar la verdad entre opiniones tan dispares).

El otro problema es el sesgo  de la prensa digital hacia lo frívolo : pocas veces un análisis profundo figura entre los artículos más leídos; en cambio es muy fácil situar en esa lista un  artículo si se utiliza una adecuada combinación de sexo y famosos en el titular. El artículo Sexyperiodismo, de David Jiménez, también en Jotdown, es muy esclarecedor.

Mientras tanto, la inversión publicitaria en Diarios sigue descendiendo a marchas forzadas y terminará este año en cifras similares a las de 1993 si se cumplen las previsiones de mi estudio Vigía. ¡Retrocede casi 20 años! Si uno escucha a Juan Luis Cebrián, esto no debe preocupar demasiado, porque la publicidad ya sólo representa un 20% de los ingresos de su grupo (en mi opinión, unas cuentas saneadas se sitúan en el entorno del 50/50, mejor si la publicidad tiene algo más de peso). Supongo que sería menos preocupante si durante ese tiempo hubiera aumentado la venta de ejemplares, pero justo se produce la situación contraria.

A lo largo de esta misma semana se han seguido publicando noticias sobre EREs y despidos que afectan prácticamente a todos los grupos editoriales. Han sido muy comentadas las declaraciones de Cebrián en el sentido de que los mayores de 50 años no tienen sitio en los medios de su grupo porque no han sido capaces de reciclarse y adaptarse a las nuevas tecnologías. Curioso en alguien que supera por mucho esa edad y que presume de haber previsto hace ya quince años en su libro La red hacia dónde iban a ir los cambios en los medios de comunicación.

Sindo Lafuente habla de la actual contradicción: disponemos de las mejores heramientas para contar la realidad, pero esas mismas herramientas han puesto a los medios contra las cuerdas. Y no hay soluciones mágicas: el iPad (sea Orbyt o Kioskoymás) no lo es. Los dinosaurios que dirigen ahora los grupos editoriales no pueden renovar el periodismo.

Las estructuras de los nuevos medios tienen que ser más ligeras, ardillas en palabras de Sindo. Él es contrario a introducir, al menos de momento, el pago en los diarios on line y cree que el futuro está en hacer un periodismo de comunidades de audiencia y establecer diálogo con ellas. También defiende la marca personal del periodista, como un valor que suma a la marca del diario en el que publica.

Pedro J reconoce en su artículo su perplejidad por el hecho de que sus muchos millones de usuarios únicos de elmundo.es no le compensen en ingresos publicitarios las pérdidas que sufre su edición en papel. La crisis de la publicidad se superpone a la crisis del papel y ambas se realimentan. Pierden miles de lectores de pago en papel y los millones de lectores on line son gratuitos y, en su opinión, de paso. Al contrario que Lafuente, Ramírez confía en que los dispositivos de tipo tableta y las aplicaciones de pago como Orbyt serán la solución para el sector. Por el momento ya han conseguido 65.000 suscriptores de pago para su diario y ahora se dispone a afrontar nuevos retos.

Veremos quién de todos ellos tiene razón. Lo que está claro es que los diarios, y con ellos el periodismo, están atravesando una profunda crisis: cada vez se venden menos ejemplares y los ingresos por publicidad se han hundido.

En esas condiciones es muy difícil que se puedan mantener los altísimos costes estructurales y de distribución de la prensa tradicional. Lo más probable es que la mayor parte de los diarios reduzcan radicalmente sus plantillas, que las ediciones en papel desaparezcan o se dediquen sólo a análisis en profundidad de algunos temas, con tiradas mucho menores. Creo que en un mundo en el que la información es un bien excepcionalmente abundante será muy complicado introducir el pago, que perdió su oportunidad con los errores de los primeros tiempos de internet.

No sé si en esa situación estaremos mejor informados. Tendremos toda la información al alcance de nuestra mano, la buena y la mala, la seria y la frívola, la verdadera y la falsa, la sesgada hacia un lado y la sesgada hacia el otro, pero no sé si todos seremos capaces de encontrar lo que nos interesa y en la versión que más se ajuste a la realidad.

Ese debería ser el momento para los diarios rigurosos y de prestigio. Pero ¿quedará alguno?

Funcionario = Vago

¡Qué bien! Ya tenemos chivo expiatorio. Pronto saldremos de la crisis.

Juanito entra en la panadería y pide tres funcionarios. ¡Pero bueno, Juanito, ¿cuantas veces tengo que decirte que no son funcionarios, son «baguettes»?!

Parece que a nuestro actual Gobierno (en el que muchos de sus componentes son funcionarios de carrera y deben de conocer bien de qué hablan) le acaban de contar este mal chiste que circuló hace algunos años.

Los funcionarios se han convertido en la nueva bestia negra de la situación. No son los banqueros que estafaron a sus clientes y se retiraron con remuneraciones millonarias; no son los políticos, que saben de economía tanto como yo (o sea nada) y dan palos de ciego esperando acertar con alguno. No: son los funcionarios.

El discurso dominante ha conseguido que nos imaginemos al funcionario mano sobre mano detrás de una mesa y se nos olvida que también es funcionario el médico de la Seguridad Social con el que nos operaríamos si tuviéramos algo grave de verdad, el maestro de nuestros hijos, el profesor de instituto o de universidad, el militar que mandamos a Afganistán a salvar a Occidente, el policía o el bombero.

Seguro que a nuestra administración le sobra grasa, seguro que el sistema de autonomías ha duplicado innecesariamente muchos servicios y ha generado un lastre al aumentar la burocracia, pero yo creo que es injusto culpar a los funcionarios y convertirlos en el chivo expiatorio.

Primero les bajaron el sueldo y yo no me quejé porque, ya, no era funcionario. Luego les aumentaron las horas de trabajo y yo no me quejé porque trabajaba aún más horas. Ahora les vuelven a bajar el sueldo (quitarles una paga es bajarles el sueldo más de un 7%; las pagas extraordinarias sólo son una manera diferente de distribuir el sueldo y todos lo sabemos). Ahora dicen que sobran muchos, y probablemente es verdad, pero aumentando el paro no saldremos de la crisis. El Ministro de Hacienda dice que puede no haber dinero para pagar sus deudas (y luego no se explica por qué sube la prima de riesgo).

Pronto me quitarán una paga a mí (o a ti) y no podré quejarme.

Si seguimos permitiendo que ataquen nuestros derechos, aunque en algún momento parezca que sólo son los de los funcionarios, a los que han conseguido que miremos con malos ojos, pronto estaremos en una situación aún mucho peor.

Como dice hoy El Roto en El País: si nos asustan lo suficiente nos meteremos solos en la cazuela.

Por cierto, hace dos días estuve en una comisaría de Policía para renovar el DNI. Cita previa por internet, atención exquisita y en menos de media hora salimos con nuestros DNIs electrónicos nuevos. Funcionarios (funcionaria en nuestro caso) detrás de una mesa, pero altamente eficientes

Kiko Rivera ¿estafa o montaje?

He leído hace unos días que una revista pagó ¡¡¡700.000 euros!!! a Kiko Rivera por la exclusiva del anuncio de su boda.

Hay gente que tiene una habilidad especial para sacarles dinero a las revistas. Supongo que a éstas les merece la pena y recuperan ese dinero porque consiguen un número considerable de lectores que pagan por esas exclusivas.

Pero este caso me parece el colmo.

En menos de dos meses el hijo de Isabel Pantoja ha sido noticia (siempre trascendental, por supuesto):

– Por su noviazgo con una tal Jessica (novia que hacía el número quince o veinte en los últimos años)…

– Por el embarazo de la chica (anunciado en su primera semana de gestación)…

– Por el consiguiente anuncio de boda (creo que para enero)…

– Por el aborto espontáneo (a poco de cumplirse el primer mes de gestación)…

– Por el retraso de la boda…

– Por la ruptura del compromiso (hoy).

En medio hemos disfrutado de las amables declaraciones de la madre del novio y la asistencia (pagada, supongo) a unas cuantas fiestas.

¡Qué duro es el trabajo de famoso sin actividad profesional conocida!

Me pregunto si en realidad se produjo el embarazo, si había intención real de matrimonio, si…

…o si todo será un montaje del personaje.

¿En qué posición queda la revista que compró esas exclusivas?

 

Mi voto vale menos que el tuyo

No es tan fácil.

Ha pasado casi una semana desde las elecciones. El resultado ha sido tan apabullante, la mayoría absoluta de unos, el descalabro de otros, que, más que de las diferencias en las votaciones, yo he oído hablar de las consecuencias de la Ley Electoral, que beneficia a algunos partidos (los mayoritarios en las circunscripciones por las que se presentan) y perjudica a otros (todos los demás).

Eso hace que aunque algún partido hizo de la frase cada voto vale el slogan de su campaña, la realidad haya ido, como siempre, por otra parte. De hecho todos los votos que ese partido, UPyD, ha conseguido en cualquier provincia que no sea Madrid o Valencia, no han servido para nada, ni siquiera para alcanzar el 5% a nivel nacional que les daría derecho a tener grupo parlamentario (yo supongo que finalmente lo tendrán).

Esta vez al menos no he oído tantas críticas al sistema D’Hondt y sí muchas, mejor orientadas, hacia el diferente peso que tienen las circunscripciones electorales. Hace casi cuatro años, en los primeros meses de existencia de Casi Enteros, le dediqué un post a este tema. Lo titulé Pobre D’Hondt. No sé si porque el señor que da nombre al sistema de reparto de los escaños era matemático como yo o porque creo que ha sido muy injustamente tratado, me siento solidario con este hombre.

El caso es que el sistema D’Hondt puede no ser la mejor manera de distribuir escaños; estos días he visto reproducido un artículo (también de colegas matemáticos, en este caso españoles de la Universidad de Valencia) que explica un sistema mejor y además más sencillo. Pero la mejora que introduce es mínima y no habría cambiado sustancialmente la distribución de escaños. El sistema D’Hondt funciona razonablemente bien para cada demarcación; en casi todos los casos la distribución de escaños que produce es la óptima o está muy próxima a ella. Cuando la demarcación es grande (como en el caso de las europeas) la representatividad que consigue es muy próxima a la óptima (entendiendo por óptima la que más se aproxime a la proporcional).

El problema viene cuando las circunscripciones son pequeñas; el caso extremo sería el sistema mayoritario inglés (y en muy buena medida el nuestro para el Senado) en el que toda la representación se la lleva el partido más votado, con lo que los votos de los otros partidos en esa demarcación no sirven, literalmente, para nada.

En nuestro caso, en las elecciones al Congreso, el sistema es proporcional para cada circunscripción, pero hay circunscripciones de tamaño muy diferente. Eso hace que en Soria (que elige dos diputados) dé lo mismo ser el primero que el segundo (siempre que el primero no duplique al segundo) pero si eres el tercer partido, o cualquier otro a partir de ahí, tus votos no sirven para nada.

Esto ha hecho que en las últimas elecciones el coste en votos de los escaños de los diferentes partidos haya sido muy diferente. Mientra GBai consigue su escaño con 42.372 votos, en una circunscripción pequeña como Navarra, y a Amaiur cada uno de sus siete escaños le ha costado 47.656; Equo no consigue ninguno pese a tener 215.776.

Siempre se hace hincapié en las ventajas que obtienen los partidos nacionalistas que son fuertes en circunscripciones pequeñas y obtienen ventajas sobre los nacionales. En esta ocasión el hecho de que entre los favorecidos esté la coalición Amaiur ha hecho sublevarse a más de uno.

Pero no es tanto que sean nacionalistas como que tengan mucho peso en las demarcaciones por las que se presentan. Así, los grandes partidos nacionales han salido más beneficiados que la mayoría de los partidos nacionalistas. Al PP cada escaño le ha costado 58.073 votos, 6630 menos que los 64.703 que le han costado al PNV cada uno de sus cinco diputados; cada diputado le ha costado al PSOE 63.248 votos, prácticamente lo mismo que los 63.253 que le han costado a la coalición CiU.

Los grandes perjudicados son los partidos, como IU o UPyD, que obtienen sus votos muy dispersos a lo largo de todo el territorio nacional y que casi sólo obtienen representación en las circunscripciones más pobladas. Todos los votos que obtienen en circunscripciones pequeñas o incluso medianas sólo sirven para llegar a ese mínimo necesario para obtener grupo parlamentario.

El sistema electoral que tenemos se instauró en los primeros años de la transición con dos finalidades principales:  evitar la proliferación de pequeños partidos (en las primeras elecciones, las del 15 de junio del 77, se presentaron multitud) y mantener la representatividad provincial. Está claro que el primer objetivo se consiguió. El segundo no está tan claro si pensamos en la abundancia de diputados cuneros; sin ir más lejos en la anterior legislatura Rubalcaba (cántabro, residente desde hace mil años en Madrid, casado con una vitoriana, era diputado ¡por Cadiz!).

Con una distribución proporcional de los escaños ningún partido habría obtenido mayoría absoluta. El PP tendría 154 escaños, el PSOE 99, IU 24, UPyD 16 o CiU 14. El PNV conseguiría los mismos 5 que con la ley actual, pero los mismos que Amaiur (en lugar de dos menos) y Equo alcanzaría 3 diputados. Pero no todos los regionalistas se verían perjudicados: el BNG obtendría un escaño más (3 en lugar de los 2 que obtiene ahora.

Si se quiere mantener la representatividad provincial y además aumentar la proporcionalidad a nivel nacional, la solución sería llevar todos los votos que no obtienen representación en su provincia a una bolsa nacional de restos con la que se distribuiría un número añadido de diputados, proporcinalmente. Se hace así en algunos países de centroeuropa.

En estos momentos hay un movimiento a favor de reformar la Ley Electoral para hacerla más representativa. Se puede apoyar desde la web Actuable. Por cierto, creo que dentro de unos días voy a conocer (por otros motivos) a Francisco Polo, su promotor.

Estoy en Twitter @MadinaED

Thinking Party

El viernes estuve todo el día en el Círculo de Bellas Artes donde se celebraba la segunda edición de la Thinking Party de la Fundación Telefónica.

La Thinking Party es uno de esos eventos que nadie que esté interesado por la innovación o simplemente por saber dónde estamos y hacia dónde vamos, se debería perder.

El formato había cambiado ligeramente desde la primera edición, que fue algo más tecnológica (friki según me comentaban en los descansos algunos de los asistentes). Hubo alguna charla menos y cada charla duraba algo más (19 minutos este año por 15 el año pasado).

Pepe de la Peña, con el apoyo de Javier Nadal, ha conseguido poner en marcha un evento sumamente interesante, que espero que se siga consolidando. Este año se presentaba como colofón del ciclo de conferencias Entendiendo los cambios. Libros, ideas y autores en Fundación Telefónica, en el el que siete autores internacionales han dado conferencias relacionadas con sus libros y, siempre, con los cambios que vive nuestra sociedad. He asistido a algunas (el horario, las 12:30 de la mañana, era complicado para quienes trabajamos en el extrarradio) siempre del máximo interés.

Ya desde la presentación se vio que la jornada iba a ser interesante. Pepe de la Peña, físico de formación, hizo una presentación muy inteligente sobre los diferentes aspectos de la realidad, basada en algo tan simple como el botijo. El final, con la aplicación del efecto termodinámico del botijo a la gestión empresarial (cuando las cosas van mal en un departamento o en una empresa los elementos más dinámicos se van y va quedando una empresa, o un departamento, cada vez más frío, más estático y con menos posibilidades) me pareció una formulación sumamente inteligente de algo que muchas veces hemos vivido en nuestras carnes.

La jornada comenzó con la charla de Fernando Álvarez, Ejercicios para cambiar el punto de vista. Fernando es un coach que pone su foco en nustra capacidad para superar los límites que nos imponemos a nosotros mismos. Se trata de no poner el foco en lo que percibimos como límites y creer más en nuestras posibilidades para superarlos. Ya había escuchado a Fernando en alguna otra ocasión, creo que en Innosfera. Su discurso es siempre motivador.

Pau García Milá es un emprendedor catalán que acaba de cumplir 24 años. Todo un crack. Había oído hablar de él pero nunca le había escuchado. Pau fundó con 18 años y con un amigo la empresa EyeOs, que se dedica a un tema ahora tan actual como el cloud computing. Merece la pena oirle contar su diálogo con el encargado del Registro Mercantil, cuando con 18 años y el pelo teñido de azul decidió formalizar como empresa un trabajo que ya estaba haciendo a nivel personal. O el momento en que hace dos años asistía en la sede de Microsoft en Seattle a la presentación del producto de cloud computing de la empresa de Steve Ballmer. Los dos minutos en que el presentador comparaba su producto para dejar claras las ventajas respecto al de EyeOs. Cómo el ego de Pau crecía y crecía hasta necesitar que abrieran la puerta trasera para que no estallara el local donde se celebraba la presentación y cómo en los 10 últimos segundos de esos dos minutos el ego se desinflaba al comprobar que el nuevo producto realmente era mejor y que Microsoft gasta en papel higiénico más que yo en pagar la nómina de mis 40 empleados. ¡40 empleados con 24 años cumplidos la pasada semana! Pau acaba de publicar un libro titulado Está todo por hacer.

Entonces llegó el turno de Jesús Sánchez, un cocinero que ha conseguido una estrella Michelin para su restaurante El cenador de Amós, situado en Villaverde de Pontones, en Cantabria. Jesús nos hizo ver diferentes aspectos de la cocina y de la importancia de la creatividad utilizando trozos de películas ambientadas en la cocina y en restaurantes, Una presentación amena y, de nuevo, interesante.

Como se trataba de presentar la realidad desde diferentes puntos de vista a nadie nos extrañó que el siguiente ponente fuera Pablo Herreros, un primatólogo (sí, un especialista en nuestro parientes los primates). A partir del comportamiento de diferentes tipos de monos, que pudimos ver en vídeos, nos demostró que el comportamiento altruista es innato en nuestra especie y en nuestros antepasados desde hace cientos de miles de años. Tenemos que cuestionarnos los modelos al uso porque no podemos dar por hecho que todo es competición y agresividad.

Tras un primer descanso Miguel Nonay habló sobre el tema Un mundo por cambiar. Miguel, afectado desde su infancia por una poliomielitis, que le ha llevado a una silla de ruedas 45 años después de lo que le pronosticaron los médicos, se ha dedicado toda su vida a romper los límites artificiales que impiden a alguna personas hacer lo mismo que los demás hacen. Su tesis es que un edificio accesible o una habitación de hotel sin barreras es igual de buena para todos, también para los que no tienen limitaciones físicas. A partir de esa idea quiere convencer a los empresarios de que creando espacios accesibles amplían sus posibilidades de negocio: es mejor que todos puedan venir a que sólo puedan venir el 90% (suponiendo que ese sea el número de personas sin limitaciones físicas).

Javier Taboada habló sobre La música y el arte como medio. Javier es un educador que se declaró indignado, quincemayista y vallecano. Cree en la educación como medio para cambiar las cosas; él y un grupo de personas que componen Magni, se han dedicado a integrar a jóvenes en riesgo de exclusión. Para ello tratan de detectar los centros de interés de los alumnos para acercarse a ellos desde ese punto de vista. El resultado puede ser la confección de un periódico, con todas las secciones creadas por alumnos o la realización de un espectáculo. Al final la motivación habrá crecido y el riesgo de exclusión desaparecido. Como la jornada no podía dejar de proporcionarnos sorpresas, la charla terminó con dos componentes de Magni, que estaban mezclados entre el público, interpretando un rap.

El plato fuerte de la jornada iba a ser Jorge Wagensberg, un científico y divulgador del que ya he hablado aquí en alguna ocasión. Pero el conferenciante se puso enfermo y hubo que buscarle un sustituto, que fue nada menos que ¡José Manuel Sáncez Ron! No sé cómo habría sido la conferencia de Wagensberg, a quien admiro un montón (he leído varios de sus libros y casi todos los de la colección Metatemas, de Tusquets, que él dirige; pero Sánchez Ron nos ofreció una magnífica visión personal, y científica, del mundo. La interdependencia de la ciencia y la tecnología para hacer avanzar al mundo; la importancia de las matemáticas para entender el sentido del mundo. En su exposición no faltó la teoría de la relatividad general, la física cuántica, el principio de incertidumbre, su anuncio de que la biología molecular transformará la vida y su particular homenaje a Darwin. Para Sánchez Ron el siglo XXI será el de la interdisciplinariedad, algo muy acorde con el programa de la thinking party.

Carlos Luna, de Angulas de Aguinaga, trató el tema Reinventar una empresa: el punto de vista de la innovación. En menos de 20 años las capturas de angulas se redujeron hasta el 10% de lo que eran en los años 70. Los pescadores, en lugar de hundirse en la desesperación, pusieron su capital y sus esfuerzos en buscar una solución. De ahí nació en 1991 un nuevo producto, La gula del Norte, considerada por los puristas una traición a nuestra cultura, o un atentado gastronómico. Pero el tiempo, y una magnífica campaña de comunicación (en la que, por cierto, siempre ha participado Gestión de Medios, la empresa de Zenith en San Sebastián) hicieron de ese producto, y de los que vendrían después, un gran éxito. Para Luna la fórmula del éxito es I+D+i+Mk (lo que no se comunica no triunfa). Nos puso sobre aviso: muchas innovaciones no funcionan, pero también, utilizando una frase de Wayne Gretzky nos dejó claro que hay que intentarlo: uno falla el 100% de los disparos que no hace.

La parte seria de la thinking acabó con la intervención de Antonio Castillo. Su ponencia Mirando atrás, el destilado de la experiencia. Vivir tres revoluciones tecnológicas, fue una interesante y divertida trayectoria por la historia de las telecomunicaciones, desde Graham Bell hasta nuestros días. Se confesó avergonzado de ser feliz al haber podido dedicarse toda la vida, con considerable éxito (esto lo digo yo), a una profesión encontinua evolución, que le ha ayudado a mantenerse permanentemente al día. Como no soy capaz de recoger aquí casi siglo y medio de historia me limitaré a algunas anécdotas. Strowger, el inventor del teléfono de dial, era uno de los dos enterradores de una población de Texas; el otro estaba casado con la operadora de teléfonos local (la necesidad agudiza el ingenio).  Cuando las reuniones se convocaban con copias hechas con papel carbón no podía convocarse con copias legibles a mas de tres o cuatro participantes, lo que las hacía manejables. Cuando la convocatoria se empezó a hacer con fotocopias la cosa se empezó a desmandar, pero el precio de cada fotocopia aún ponía un límite. Las reuniones se hicieron absolutamente inmanejables desde el momento en que se convocan por e.mail. Una última; la frase de una sevillana: pero tú ¿qué necesitas: un teléfono o un detó?

La jornada terminó con la actuación del humorista Leo Harlem, con su visión de El mundo desde el humor y una fiesta, en la planta quinta del Círculo (a la que no me fue posible asistir).

El pepino y la imagen

Esta tarde se ha sabido que los pepinos españoles no son los causantes de la infección por e.coli en Alemania.

Eso no ha impedido que se dejen de vender pepinos (y tomates, y lechugas, y…) españoles en Alemania (y en Austria, y en Bélgica, y en Rusia, y…).

Los agricultores epañoles, acusados de manera infundada e irresponsable de ser los causantes de la epidemia están perdiendo 200 millones de euros al día. Y seguirán así por mucho tiempo, aunque se ha demostrado que no hay relación entre las verduras españolas y la enfermedad.

El daño en la imagen de la agricultura española, y de España en general, es profundo y será duradero. Las imágenes son muy frágiles, más aún las que tienen que ver con la salud y cualquier irresponsable las puede destrozar en un instante. Pero pueden tardar años en recuperarse.

¿Quién pagará los platos rotos?¿Quién le pedirá responsabilidades a la senadora de Hamburgo responsable del desaguisado?

Después de que las declaraciones de Ángela Merkel sobre nuestras vacaciones y nuestra jubilación, hicieran subir varias décimas el diferencial de la deuda (lo que nos costará a medio plazo muchos millones de euros), lo que nos faltaba es que otra alemana irresponsable hundiera nuestras exportaciones.

¿Alguien se imagina un comportamiento similar respecto a los productos alemanes?

 

¿Estamos midiendo mal la audiencia de internet?

Decía hace poco Jaime Agulló que

 el pecado original de internet es que se puede medir todo.

Otro de los problemas es que tenemos una gran cantidad de datos y eso no siempre es lo mismo que tener una buena información. Sobre todo si no somos capaces de identificar qué datoa están bien y cuales mal.

Una de las maneras que tenemos en internet para identificar si desde un aparato se ha accedido con anterioridad a una web es marcarla con lo que se llama una cookie. Esto sirve, por ejemplo, para no enviar la misma publicidad al mismo ordenador más veces de las deseadas.

También sirve, o servía, para calcular el número de usuarios únicos que tiene un sitio web. Y los usuarios únicos se interpretaban como una aproximación a la audiencia (eran aparatos y no personas, no teníamos datos sociodemográficos, algo clave en los estudios de audiencia, pero eran datos sólidos).

La verdad es que cuando en alguna campaña el número de usuarios únicos nos salía mayor que la población a la que nos dirigíamos, sonaba raro.

Ahora Media Mind, una compañía que hasta hace más o menos un año operaba con el nombre de Eyeblaster, ha llevado a cabo un estudio en el que demuestra que el número de usuarios únicos puede estar muy exagerado, hasta llegar a multiplicarse por tres.

El problema viene dado por el borrado de esas cookies. Muchos usuarios de internet borran las cookies al menos una vez al mes; otros con mayor frecuencia, incluso todos los días. Este hecho engañará al robot que realiza la contabilidad. Cuando vuelva a entrar y no encuentre la cookie de nuestra campaña, volverá a contar como un nuevo usuario.

Una solución a este problema viene dada por el uso del viejo sistema de los páneles. En Zenith Media llegamos hace casi un año a un acuerdo con Comscore para medir la audiencia de todas las campañas (en este caso sí audiencia de personas y con datos sociodemográficos) en su panel.

Wolf Allisate, de Comscore ha dicho recientemente en el Next 11 de Berlín que la audiencia en internet se está midiendo mal. Pero creo que se refería al borrado de cookies. La medición de audiencia dentro del panel no está condicionada por el borrado de cookies. Las piezas publicitarias que se van a medir se etiquetan sí, pero cada vez que un miembro del panel entra en contacto con la campaña es identificado por el software de seguimiento del panel y contabilizado como audiencia.

A veces dar un paso atrás puede ser muy conveniente para explorar mejor el panorama y avanzar.

Elige Rueda

Michelin, Firestone, Pirelli, Bridgestone, Goodyear, Continental, Kleber, Goodrich

Siempre que veo el anuncio que da título a este post pienso que me están invitando a ir al taller para cambiar los neumáticos y que se trata de un taller que dispone de todas las marcas y por eso se puede elegir la que se quiera.

He visto el anuncio muchas veces en la carretera, muy adecuado, pero últimamente lo veo también en las portadas de algunos periódicos.

Sólo en una segunda mirada me doy cuenta de que se trata de un anuncio de vino; en realidad nos invitan a consumir vino blanco de la denominación Rueda, ese vino elaborado con uva verdejo que está constituyendo uno de los fenómenos de crecimiento más notables de los últimos años.

Se trata de un vino muy agradable para tomar fresco, como aperitivo o como acompañamiento de pescados y mariscos. Al menos yo lo tomo así.

Pero seguro que hay gustos para todos y no será difícil encontrar otras sugerencias.

Así que: Elige Rueda…también para beber.

El caso Brugal

Hoy ha habido nuevas noticias del llamado caso Brugal. Parece que se trata de uno de esos casos de corrupción generalizada que parece salpicar a varios partidos políticos.

Pero no es de eso de lo que quería hablar.

Nunca he trabajado para ron Brugal, pero sí para uno de sus principales competidores. Por eso sé lo mucho y bien que han trabajado los responsables de esa marca para situarla en la situación que ahora ocupa como líder de un segmento, el de los rones oscuros, que es desde hace años el de mayor crecimiento dentro de las bebidas espirituosas (las alcohólicas de alta graduación).

¿Y todo para convertirse al final en el nombre de un caso político de corrupción?

¿Quién pone los nombres a los casos policiales?

¿Quien pone los nombres a los casos policiales es consciente del daño que puede hacer a una marca si la acaba convirtiendo en sinónimo de corrupción?

¿No se puede hacer nada contra esto?