Entradas etiquetadas como ‘crecer’

¿Crecen los niños cuando tienen fiebre?

¿Cuántas veces habéis oído decir que vuestros hijos han pegado un estirón con la última fiebre que han tenido? Estoy convencido que muchas. No en vano, esta asociación pertenece a uno de los grandes mitos de la salud infantil. Sin embargo, este en concreto es un mito que tiene algo de realidad, al menos si nos basamos en la fisiología humana.

Vamos a ver si puedo contaros de forma sencilla en qué se basa esta teoría. Así, cuando estéis en el parque con los niños y algún padre resabidillo suelte que vuestro Manolito está muy alto desde la última vez que lo vio y que seguro que ha sido por la fiebre del catarro del otro día, podáis soltarle un discurso explicándole en qué se sustenta esta teoría.

La Hormona de Crecimiento: la gran culpable

Antes de empezar hay que repasar un poco para qué sirve la hormona de crecimiento. Seguro que estáis pensando que para crecer, y no os falta parte de razón, pero esta no es su única función.

La hormona de crecimiento (GH) es una hormona que se secreta en la hipófisis, un trocito de cerebro en donde se producen una gran cantidad de hormonas que controlan el sistema endocrino de nuestro cuerpo. A diferencia de lo que cree mucha gente, esta hormona se secreta durante toda la vida y no solo durante la infancia.

Sus funciones son muy variadas, por ejemplo, da lugar a la síntesis de proteínas, aumenta la glucosa en sangre o quema grasa de los depósitos del cuerpo para que en el torrente sanguíneo haya más ácidos grasos que sirvan de combustible para las células del cuerpo. Pero entre todas sus funciones, el crecimiento lineal, es decir, a lo largo, de los huesos del cuerpo, es quizá la más conocido.

Esta hormona es la responsable de que los niños ganen altura, ya que, mientras los cartílagos de los huesos del cuerpo sigan abiertos, seguirán creciendo. Ese cierre ocurre al final de la pubertad, momento en el que las personas adquirimos nuestra talla final que nos acompañará para el resto de nuestra vida.

¿Cuándo se secreta la hormona de crecimiento?

Esta hormona se secreta de forma muy particular ya que lo hace en pulsos, sobre todo durante la noche. Es decir, sus niveles en sangre no son continuos, estando más elevados mientras dormimos.

No creo que haga falta explicaros que cuando un niño está enfermo duerme más horas de lo que hace habitualmente, incluso realizan alguna que otra siesta a lo largo del día cuando antes no lo hacían. Esto ocurre porque uno de los efectos de las citoquinas, unas moléculas que secretan las glóbulos blancos para defendernos de las infecciones, es que producen sueño.

Esto de que los niños duerman más cuando están malitos es la primera teoría que intentaría explicar por qué los niños crecen mientras están enfermos.

¿Crecemos porque tenemos fiebre o tenemos fiebre porque crecemos?

Pero además, hay una serie de factores que hacen que la GH se secreta en mayor medida de lo esperado, como por ejemplo el ejercicio, un traumatismo, una enfermedad aguda, el estrés físico o un proceso febril.

La infancia es la época de la vida en la que más infecciones padecemos, muchas de ellas asociadas a fiebre. Si a esto unimos que los niños, a diferencia de los adultos, tienen todavía la capacidad de crecer, parece que tiene sentido que los niños peguen un estirón en estas circunstancias.

¿Pero esto es verdad o es solo una explicación molona a lo de la fiebre y el estirón?

Como decía al principio, que los niños crezcan cuando tienen fiebre es un mito o una leyenda arraigada en el imaginario popular desde hace montones de años. Por desgracia no existe ningún estudio que haya demostrado que después de un proceso febril un niño gane unos centímetros de altura.

Sin embargo, las explicaciones que habéis leído en los párrafos anteriores son ciertas, es decir, la GH se secreta cuando dormimos y en mayor medida cuando tenemos fiebre no es una invención, es fisiología humana.

Así que bueno, quizá no podamos demostrar que los niños crecen cuando tienen fiebre pero os puedo asegurar que tiene más de realidad que de ficción.

EXTRA BONUS: ¿Y por qué los niños adelgazan cuando están malos?

Tampoco es raro ver como un niño que ha tenido fiebre se queda en los huesos al cabo de unos días o, al menos, eso es lo que contáis cuando venís a vernos a la consulta.

La explicación mas fácil nos enseña que durante esos días comen menos de lo normal y de ahí que hayan perdido algo de peso.

Pero además, durante una infección nuestro cuerpo gasta más energía de lo normal ya que tiene que luchar contra el microorganismo que causó esa fiebre o ese catarro. Para ello tira de reservas que tiene, lo que sumado a que comen menos durante estos días, daría lugar a un balance energético negativo que se traduciría como pérdida de peso.

Y para rizar el rizo, si recordáis, la GH es una hormona que se encarga de trasformar los depósitos de grasa en ácidos grasos que nuestro cuerpo puede utilizar como fuente de energía. De esta forma, durante un proceso febril, la secreción de GH, entre otras cosas, podría dar lugar a que el niño adelgazara.


En resumen, cuando un niño tiene fiebre es muy probable que pegue un estirón y ademas pierda algo de peso, todo ello como consecuencia de la secreción de la hormona de crecimiento. Ahora, a todos los que os quejáis de que vuestros hijos tienen fiebre muchas veces durante el invierno, pensad que no hay mal que por bien no venga ya que el estirón va de regalo.

Bibliografía: