Cómo practicar colecho seguro

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Hace unas semanas, los medios de comunicación se hacían eco de una noticia ocurrida en Italia en la que un bebé recién nacido fallecía en el hospital mientras practicaba colecho con su madre tras el parto. Este triste suceso, del que todavía quedan muchas circunstancias para conocer qué es lo que realmente ocurrió, nos da pie a repasar en este post cómo se debe practicar colecho de forma segura.

La muerte súbita del lactante

La muerte súbita del lactante se define como el fallecimiento de un niño menor de un año en el que no se encuentra una causa aparente tras una minuciosa investigación. Por ponerlo en números, los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (2021) indican que en España fallecieron un total de 44 niños por muerte súbita sobre un total de casi 340.000 recién nacidos, lo que supone cerca de 1 de cada 8.000 partos.

Se desconoce qué provoca la muerte súbita del lactante, aunque sí que está demostrado que existen factores tanto de riesgo como protectores asociadas a ella. Sin duda alguna, el factor de riesgo más importante asociado a la muerte súbita del lactante es colocar boca abajo al dormir a los niños menores de un año (o hasta que se den la vuelta por sí solos mientras duermen), motivo por el que actualmente, y desde hace ya más de 30 años, se recomienda que los niños pequeños duerman boca arriba.

La lista de factores de riesgo y protectores asociados a la muerte súbita es larga, y aunque en muchos de ellos se desconoce el papel real que pueden desempeñar como desencadenante, estos factores se han encontrado de forma frecuente al analizar estos casos, es decir, al recoger datos sobre estos fallecimientos se encontraba que tal o cual circunstancia estaba presente de forma más frecuente que en niños que no habían fallecido.

Entre los factores de riesgo asociados a la muerte súbita del lactante figura el colecho. Esto hace que muchas familias que han optado por dormir en la cama junto a sus hijos pequeños, ya sea como modelo de crianza o simplemente porque es la única forma que han encontrado para que tanto el bebé como ellos descansen, se planteen si realmente están poniendo en peligro a sus hijos.

La respuesta a esta pregunta es más compleja de lo que parece, ya que la muerte súbita del lactante no se produce por una cosa concreta, sino que combinar más o menos factores de riesgo y factores protectores daría como resultado una mayor o menor probabilidad de que esta ocurriera.

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El papel de la lactancia materna

Si decíamos que poner a los niños a dormir boca abajo es un factor de riesgo para la muerte súbita del lactante, también sabemos que la lactancia materna es un factor protector. De hecho, que un niño reciba lactancia materna es uno de los factores protectores más potentes para prevenirla, tal es así que el beneficio que se le atribuye sobre este tema es tan potente que consigue compensar al presencia de otros factores de riesgo.

El debate muchas veces se establece entre si merece la pena correr el riesgo de practicar colecho si se está dando el pecho, ya que el primero se considera un factor de riesgo, mientras que el segundo es un factor protector. Por fortuna, el papel protector que tiene la lactancia materna frente a la muerte súbita compensa sobradamente el riesgo que supone el colecho, por lo que, siempre y cuando se sigan una serie de recomendaciones, no habría problema para que una madre practique colecho con su hijo si le amamanta.

Además, también se sabe que el colecho aumenta las tasas de éxito de lactancia materna (sobre todo en duración). Si tenemos en cuenta que la lactancia materna tiene múltiples beneficios más allá de proteger contra la muerte súbita, no es descabellado recomendar el colecho, si es que la madre quiere practicarlo, como forma de promover y estimular la lactancia materna.

Colecho sí, pero seguro

Decíamos que para practicar colecho hay que seguir una serie de recomendaciones para que este se practique de forma segura.

Resumiendo mucho, lo que habría que hacer es disminuir al máximo la presencia de otros factores de riesgo, promoviendo la presencia de los protectores, para que el riesgo se compense.

En este sentido, el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda que NO se practique colecho en estas circunstancias (siempre referido a niños menores de un año):

• Lactantes menores de tres meses de edad.
• Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
• Padres/madres que consumen tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
• Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
• Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones
• Compartir la cama con otros familiares que no sean los padres, con otros niños o con múltiples personas.

Además, la IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia dependiente de la OMS y de UNIEF) añade que el colecho no debería ser practicado por madres que no amamantan a sus hijos, seguramente porque no estaría presente la lactancia materna como factor protector.

De todas formas, esto del colecho y la lactancia materna no es una cuestión de criminalizar a quien práctica una cosa u otra, simplemente es poner a disposición de las madres de la suficiente información para que, si practican colecho, lo hagan de forma segura. Para ello, nos gusta mucho este documento de la Liga de la Leche en el que a modo de check list podemos comprobar si practicamos colecho de manera segura con nuestros bebés.

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