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GreenSpain, la nueva agencia de turismo sostenible en España

La operadora Agrotravel ha lanzado al mercado GreenSpain, una agencia de viajes receptiva de turismo sostenible, que busca fomentar el turismo, el patrimonio histórico y cultural de España y apoyar a los emprendedores locales que apuesten por esta actividad.

Sus impulsores explican que con este proyecto buscan centralizar la oferta «para ofrecer itinerarios diseñados a la medida con un público atraído por descubrir España fuera del ‘todo incluido’ y los destinos masificados«.

Imagen: GreenSpain.

En este sentido se comprometen a liderar la lucha contra el cambio climático en el sector de las agencias españolas. Así lo cuenta su responsable de marketing y comunicación, Ángela Rodríguez,  que explica que GreenSpain llevará a los turistas a conocer espacios naturales huyendo de la masificación que sufren algunas zonas del territorio nacional.

La agencia cuenta con una red de proveedores locales, proyectos sociales y medioambientales que ayudarán a crear una auténtica cadena de valor sostenible en España y un único producto para ofrecerlo al cliente y a las compañías de ámbito internacional, afirman.

En este sentido, quieren apoyar a los empresarios para crear experiencias de viaje novedosas y que consigan atraer visitantes. Además, la nueva agencia formará parte del Club de Ecoturismo de España y está tramitando los pasos necesarios para adherirse a la Carta Europea de Turismo Sostenible en Espacios Naturales Protegidos.

«Queremos que nuestra empresa no sólo tenga una función económica sino una función social y ambiental. Apostamos por un turismo sostenible y responsable y por la distribución equitativa de la riqueza procedente de los ingresos de este turismo y para lograrlo queremos apoyarnos en el trabajo y la iniciativa de nuestros colaboradores y proveedores, así como en las sugerencias de los viajeros», señala su directora  Susana Conde.

Manifiesto por una transformación del sistema energético

Soberanía Energética Ya es el manifiesto elaborado por la organización Amigos de la Tierra Internacional para conseguir una transformación justa de nuestro sistema energético, basada en 10 demandas. Señalan que es la culminación de varios años de diálogo, investigación y construcción del movimiento en todos los continentes, con los grupos miembros y sus aliados.

Imagen: Amigos de la Tierra.

El manifiesto, que en su primer punto aboga por un cambio de sistema y por un nuevo modelo de justicia ambiental, social y económica basado en el poder de los pueblos, representa el compromiso de la organización ecologista con la construcción del sistema que el planeta necesita.

Afirman que la gente en todas partes ya está construyendo ese mundo: «los pueblos indígenas y comunidades en resistencia hace tiempo que ponen estos valores en práctica y ahora necesitamos construir poder popular para hacer realidad la justicia climática y la soberanía energética».

Cada una de esas demandas plantea una medida positiva que acelerará la transición hacia un mundo más justo. Por ejemplo, consideran la energía como bien común y así, el manifiesto dice que nuestro sistema energético no debe gestionarse para enriquecer a unos pocos, debe existir para satisfacer las necesidades de la gente y los pueblos.

También aboga por la suficiencia energética, que implica el acceso universal a la energía suficiente para tener una vida digna y terminar con el derroche energético mediante eficiencia energética y ahorro de energía y con el consumo excesivo de las empresas y las élites.

En otro de sus puntos, el manifiesto pide que los países tienen que contribuir la lucha contra el cambio climático con la cuota parte justa que les corresponde y de conformidad con los principios de equidad y de pago de la deuda climática.

La petición de una energía 100% renovable se contempla en este texto y señala que es urgente y que tiene que acompasarse con la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y proyectos extractivos y una prohibición total de los proyectos nuevos de energía sucia.

Amigos de la Tierra utilizará el manifiesto como herramienta de movilización y será presentado en reuniones locales, nacionales y en las movilizaciones mundiales. «Nos ayudará -dicen- a dar un paso al frente en cualquier espacio donde se reclamen soluciones, de manera tal que podamos garantizar que el micrófono esté en manos de las comunidades en resistencia y desplazará y acallará las llamadas a soluciones falsas y peligrosas distracciones”.

Karin Nansen, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional dice que «Hay gente en todo el mundo que ya está implementando iniciativas que materializan la justicia y cuestionan la lógica capitalista. Es hora de extenderlas y multiplicarlas. La dimensión de las crisis que afrontamos exige cambiar de sistema y ese cambio de sistema llevará a la creación de sociedades sustentables y nuevas relaciones entre los seres humanos, y entre estos y la naturaleza, fundadas en la igualdad y la reciprocidad».

Una empresa medioambiental, la única española en la Cumbre del Clima

ClimateTrade, una plataforma basada en blockchain (cadena de bloques) creada por empresarios valencianos es la única empresa tecnológica española que va a presentar su propuesta contra el cambio climático en la 24º conferencia anual de la ONU sobre el cambio climático, que se celebra desde hoy al 17 de diciembre en Katowice (Polonia).

Esta empresa ofrece la posibilidad de que gobiernos, empresas y ciudadanos compensen sus emisiones de CO2 de manera descentralizada y accediendo al mercado mundial de créditos de carbono.

Planta hydro en Brasil financiada por ClimateTrade.

Su propuesta se basa en la utilización que hace de la tecnología blockchain. Gracias a ella se eliminan intermediarios y se garantiza que los fondos llegan a los proyectos sostenibles a través de la plataforma. Uno de sus primeros proyectos es una planta construida en la Bahía de Guanabara, en Brasil, que produce biofuel a partir de los residuos que se vierten en sus aguas y que significa una solución a las cerca de 30 toneladas de basura que se acumulan cada año en el país.

Otro de los elementos pioneros de este proyecto es que permite que cualquier ciudadano compense las emisiones que provocan sus acciones cotidianas como poner gasolina, recibir un paquete a través de un envío o coger un vuelo. La plataforma valora esas acciones y el ciudadano abona el importe, que después se destina a un proyecto sostenible.

Un estudio del Banco Europeo de Inversiones señala que el 87% de los españoles asegura que está preocupado por los efectos del cambio climático y que el 37% de la población mundial está dispuesta a pagar para compensar las emisiones de CO2 de sus acciones cotidianas.

Los responsables de esta empresa aspiran a convertirla en la mayor plataforma mundial de financiación de proyectos sostenibles y en el punto de encuentro entre productores y compensadores de créditos de carbono, tanto de corporaciones, individuos y de cualquiera que quiera financiar un proyecto disruptivo contra el cambio climático.

«Nuestro trabajo va encaminado a democratizar la lucha contra el cambio climático y a convertir a la compañía en una organización exponencial medioambiental, desde la que podamos lanzar tecnologías disruptivas que puedan ayudar a la supervivencia del planeta», afirma el CEO de la empresa José Lindo.

En su año y medio de vida, Climate Blockchain Initiatives, la compañía que impulsa ClimateTrade, ha participado como ponente en congresos sobre cambio como Innovate for Climate (I4C), CESS South Korea, The Economist Green Summit Abu Dhabi o el reciente de Economía Circular en Madrid.

 

El Congreso de Medio Ambiente llama a acelerar la transición ecológica

Desde hoy  26 de noviembre hasta el jueves al 29 se celebra en Madrid la 14ª edición del Congreso Nacional del Medio Ambiente, Conama 2018, un encuentro bienal que, en el tiempo transcurrido desde su primera edición en 1992, se ha convertido en el acontecimiento ambiental de referencia en España por la calidad y amplitud de los contenidos tratados, el alto nivel de participación y la variedad de perfiles profesionales y sectores ambientales representados.

La edición de este año, que se celebra en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, en el Campo de las Naciones, tiene como lema Rumbo 20.30, y con él se quiere lanzar un mensaje a toda la sociedad para acelerar la transición ecológica hacia la sostenibilidad.

«Queremos que Conama 2018 sirva de impulso para cumplir los retos que comprometen a España en el marco de la Agenda 2030 de la ONU y los objetivos de la Unión Europea para 2020, 2030 y 2050. Y llevaremos a cabo una recopilación de objetivos y metas en base a las principales estrategias europeas, en un horizonte temporal (2020, 2030, 2050)», señalan sus organizadores.

El congreso ha sido organizado por la Fundación Conama, una organización española independiente y sin ánimo de lucro que, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, actúa como un centro de sostenibilidad en España, con la misión de crear alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para conseguir un desarrollo sostenible.

El programa principalabarca todos los ejes temáticos de la sostenibilidad y se centra en nueve grandes temas: Energía, Eficiencia y Cambio climático (1); Movilidad (2); Renovación Urbana (3); Desarrollo Rural (4); Biodiversidad (5); Agua (6); Calidad Ambiental (7); Residuos (8); Economía y Sociedad (9).

Al programa oficial se unen las actividades promovidas por los patrocinadores y las entidades colaboradoras, hasta sumar más de un centenar de sesiones técnicas y actividades de difusión, formación y red de contactos que muestran las inquietudes del sector.

Uno de los elementos distintivos del Conama es su programa participativo del que forman parte más de un millar de expertos. Cada una de las actividades del programa principal está organizada por un comité abierto con representantes de entidades patrocinadoras y de colaboradores del tercer sector, así como expertos invitados.

Como en ediciones anteriores, en Conama 2018 se integra una nueva edición del Encuentro Iberoamericano sobre Desarrollo Sostenible (EIMA), en el que participará una delegación del otro lado del Atlántico interesada en contactar con especialistas ambientales de España.

Otro de los actos incluidos dentro de Conama es el Encuentro Local de Pueblos y Ciudades por la Sostenibilidad, que reconoce el papel clave que tiene el ámbito local en la sostenibilidad y que entregará el Premio Conama a la Sostenibilidad de Pequeños y Medianos Municipios.

La Fundación Conama impulsa este Congreso en un momento que considera crucial, ya que en la próxima década se van a acelerar las grandes transformaciones que ya estamos empezando a ver en ámbitos como la energía, la renovación urbana, la movilidad o la alimentación. «Es una época decisiva porque, sin un cambio radical antes del año 2030, los esfuerzos posteriores podrían no llegar a tiempo».

 

Siete días de compromiso para luchar contra el cambio climático a través de la comida

Con motivo de la Semana Mundial de la Alimentación que se está celebrando del 15 al 22 de octubre, la organización internacional Slow Food está promoviendo una semana de compromiso durante la cual su red de activistas de todo el mundo tomará acciones concretas para reducir las emisiones de CO2.

«La producción y la distribución de alimentos son los causantes de una quinta parte de la fiebre del planeta», señala la organización, que atendiendo a este dato está alentando a todo el mundo (y especialmente a las personas que viven en países con altos niveles de desarrollo) a cambiar sus hábitos alimentarios.

«A menudo la gente se siente impotente ante la gravedad y la escala mundial de la tragedia del cambio climático. Sin embargo, cada uno de nosotros puede ayudar a frenar este fenómeno a través de la comida». Para demostrarlo, Slow Food ha lanzado la Semana del Cambio como parte de su campaña Comida para el cambio (Food for Change), que empezó el 24 de septiembre y que continuará hasta finales de este año.

Durante la Semana del Cambio, los participantes se comprometerán durante 7 días a tres acciones concretas: cocinar solo con ingredientes locales, no comer carne y reducir a cero los desperdicios alimenticios. Se puede escoger un compromiso o todo ellos.

Lo importante es poder transmitir aotras personas que su compromiso es útil calculando concretamente el resultado de sus acciones. «Basándonos en el número de personas que forman parte de este reto y en colaboración con Indaco2 (INDicadores Ambientales y CO2, una spin-off de la Universidad de Siena, Italia), podremos estimar el equivalente de CO2 que se habrá ahorrado gracias a nuestro compromiso colectivo durante la Semana del Cambio», explican los organizadores.

«Si al final de la semana hay unos 5.000 compromisos sobre las acciones concretas, el ahorro de CO2 será de 63 tC02eq, el equivalente a los gases de efecto invernadero que emite un coche en un viaje de 175.000 kilómetros».

Razones para emprender las tres acciones

Cocinar solo con ingredientes locales. Un sistema de producción alimentaria local tiene la ventaja de integrar alimentos nutritivos y sanos con la responsabilidad social, dando prioridad a los sistemas ecológicos, eliminando o reduciendo productos químicos y salvaguardando las técnicas y los conocimientos tradicionales. La comida local es más fresca, protege las variedades y las especies locales (además de los métodos de producción tradicionales), recorre menos kilómetros y necesita menos embalaje. Permite que tanto los productores como los consumidores tengan más información y control sobre la producción y los sistemas de distribución alimentarios.

No comer carne. El consumo de carne se ha cuadruplicado durante los últimos 50 años. Cada ciudadano de la UE consume un promedio de 80,6 kg de carne al año. Según la Organización Mundial de la Salud, una reducción de 25 kg por persona sería suficiente, y reducir esta cantidad a la mitad sería una gran victoria para la salud de nuestro planeta («World Livestock 2011: Livestock in Food Security», FAO, 2011). Más del 95 % de la carne que comemos proviene de las granjas industriales, que son responsables colectivamente del 14,5% de las emisiones de gases de efecto. Producir un solo kilogramo de carne supone la emisión de 36,4 kg de CO2, el equivalente a la cantidad de CO2 que emite un automóvil durante un viaje de 250 km; y no menos de 15.000 litros de agua.

Reducir a cero los desperdicios alimenticios. Cada año en la Unión Europea se desperdician unos 90 millones de toneladas de comida (179 kg por persona). De este desperdicio, el 42% procede de las casas y el 39% del sector de la manufacturación. Los desperdicios alimenticios también implican el desperdicio de recursos como la tierra, el agua, la energía u otros elementos necesarios para la producción, como los embalajes, el transporte y el almacenaje. Producir alimentos que no se consumirán genera emisiones de CO2 innecesarias, además de la pérdida del valor económico de los alimentos producidos.

 

‘Gas no es la solución’, una red estatal por las energías renovables

La red Gas no es Solución, una amplia coalición de colectivos y organizaciones españolas, se ha creado para mostrar el rechazo al desarrollo de este combustible fósil.

Colectivos ciudadanos que luchan contra el desarrollo de infraestructuras de gas en el terreno, organizaciones ecologistas y formaciones políticas han firmado el documento constituyente de la red Gas no es Solución, una alianza informal de actores que se oponen al desarrollo del gas en el modelo energético desde distintos aspectos que incluyen la lucha contra el cambio climático, la promoción de las energías renovables, el transporte sostenible, la democratización de la energía o la defensa del territorio.

Los colectivos implicados en esta campaña consideran que el gas es un combustible fósil y como tal debe abandonarse para poder cumplir con los objetivos de París. «Es parte del problema y no de la solución», dicen y añaden que «la combustión de hidrocarburos es la principal causa del cambio climático global, por lo que es preciso que estos recursos contaminantes permanezcan bajo tierra».

Una de las organizaciones que forman esta red, es Greenpeace que subraya que «la huella climática del gas es muy importante, especialmente si se consideran las fugas de metano que se producen a lo largo de toda la cadena de suministro».

«Las infraestructuras que se proyectan -señalan- tienen una vida media de varias décadas, lo que convierte la apuesta por este combustible en algo incompatible con los objetivos climáticos europeos, que exigen unos tiempos de reacción mucho más inmediatos. Cuestionamos también la idea de que estos desarrollos gasistas estén al servicio del bien común».

Gas no es Solución pretende actuar como un paraguas de lucha contra el gas y está abierta a nuevas adhesiones. La red «estará vigilante» frente al papel que tanto el nuevo gobierno de Pedro Sánchez como el resto de administraciones otorguen al gas en sus planes presentes y futuros, y denunciará cualquier intento de colocar este combustible fósil como una pieza clave de la transición energética.

La red apuesta por una transición energética renovable, transparente, democrática y ecofeminista. Entre sus socios figuran organizaciones como Amigos de la Tierra, Greenpeace, WWF España, Seo/BirdLife, la Fundación Renovables, Ecologistas en Acción o la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.

El nacimiento de la plataforma ha coincidido en el tiempo con la presentación del estudio Market Report Gas 2018, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en el que se anuncia un crecimiento global de la industria del gas en los próximos cinco años.

 

 

Las propuestas de las nuevas economías para el cambio climático

El Foro de la Nueva Economía y la Innovación Social (NESI) organiza a partir del 20 de diciembre y hasta junio de 2018 un ciclo de cinco webinars (seminarios web) sobre  las propuestas de las nuevas economías para mitigar y adaptarse al cambio climático.

En este ciclo de webinars se aprenderá cómo afrontar el gran desafío del cambio climático desde las ciudades y qué buenas prácticas se están haciendo para vivir más y mejor.

El ciclo se enmarca dentro del proyecto Las nuevas economías y la innovación social como herramienta de adaptación al cambio climático, que se lleva a cabo con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio ambiente de España (MAPAMA).

Ilustración de NESI.

Su principal objetivo es la disminución de las emisiones de carbono en el medio urbano y rural y adaptación al cambio climático mediante el desarrollo de políticas y estrategias públicas a partir de nuevos modelos económicos basados en la innovación social.

El ciclo parte de la base de que compartimos una época de grandes cambios en la que el gran reto es el cambio climático que amenaza la vida en la Tierra como nunca otra época en la historia de la humanidad. Considera que las nuevas economías emergen con fuerza y se presentan como la solución y alternativa a un sistema que perpetúa el cambio climático y el agotamiento de recursos naturales.

Para ello, NESI quiere movilizar a los actores clave de las nuevas economías y la innovación social para crear herramientas conjuntas que faciliten poner en marcha iniciativas tendentes a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la adaptación al cambio climático en las ciudades y entornos rurales.

También, informar e implicar a los responsables del desarrollo de políticas públicas (niveles local, regional y nacional) a los agentes socioeconómicos y a la ciudadanía en la puesta en marcha de las nuevas economías.

Imagen de Efe.

Los cinco webinars son:

1ª ¿Qué herramientas ofrecen las nuevas economías para la mitigación y adaptación al cambio climático?

2ª Las economías que cuidan el planeta: Aportaciones de la economía circular y la economía azul frente al cambio climático.

3ª Economía Colaborativa y Ciudades en transición. La colaboración como herramienta contra el cambio climático

4ª  Economía Social y Solidaria, Economía del Bien Común y finanzas éticas. Su contribución a la mitigación dl cambio climático.

5ª buenas prácticas de aplicación de las Nuevas Economías en el ámbito local como herramienta frente al cambio climático.

Los seminarios parten de la base de que compartimos una época de grandes cambios en la que el gran reto es el cambio climático que amenaza la vida en la Tierra como nunca otra época en la historia de la humanidad. Considera que las nuevas economías emergen con fuerza y se presentan como la solución y alternativa a un sistema que perpetúa el Cambio Climático y el agotamiento de Recursos Naturales.

Slow Food propone atenuar los efectos de la alimentación sobre el cambio climático

El movimiento Slow Food ha lanzado la acción Menú para el cambio, la primera campaña de comunicación y recogida de fondos internacional que vincula la alimentación y el cambio climático y con la que se pretende atenuar los efectos de la alimentación sobre el medio ambiente.  

Slow food es un movimiento internacional nacido en Italia en 1987 que se opone a la estandarización del gusto en la gastronomía, y promueve la difusión de una filosofía que combina placer y conocimiento. Opera en todos los continentes por la salvaguarda de las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y métodos de cultivo, el apoyo a productores locales y un desarrollo rural sostenible.

«Todos estamos involucrados: el cambio climático es una crisis presente que requiere el esfuerzo común de la humanidad. Cada una de nuestras decisiones marcará la diferencia, porque la suma de nuestras acciones individuales es el motor del cambio», señala el presidente de Slow Food, Carlo Petrini, que afirma que el calentamiento global es una realidad, que no compete a un futuro indefinido sino que es una certeza presente: «Para Slow Food es un deber ocuparse del cambio climático: no existe calidad alimentaria, no existe bondad sin respeto por el medio ambiente, los recursos y el trabajo».

Imagen de Slow Food.

Las emisiones agrícolas de producción vegetal y animal se encuentran entre las principales fuentes de emisión de gas invernadero, entre ellas anhídrido carbónico (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O): la agroindustria es una de las primeras causas del calentamiento del planeta, mientras que las primeras víctimas de esta catástrofe anunciada son la agricultura rural, las economías pastoriles y la pesca artesanal.

Con Menú para el cambio, Slow Food quiere demostrar que a partir de la alimentación cada uno de nosotros puede y debe marcar la diferencia para frenar este fenómeno cuyas soluciones no pueden ser pospuestas. Y lo hace difundiendo sus respuestas: «cómo sostiene y da valor a este sistema de producción alimentaria, practicado en armonía con los recursos de la naturaleza, bajando al terreno para defender la biodiversidad, con la educación alimentaria y medioambiental, sensibilizando a todos los actores de la cadena alimentaria y tratando de influenciar la política a todos los niveles».

Slow Food.

«La absurda sequía que sofoca nuestro país, las trombas de agua que nos sorprenden en mitad del sueño, las vendimias anticipadas, el colapso de las producciones, la falta de hierba fresca o el regreso anticipado de los pastos de altura, la acidificación y el aumento de nivel de los mares, la presencia de animales antes inexistentes a determinadas latitudes, la desertificación y el progresivo empobrecimiento de los suelos, son el rostro del cambio climático -dicen-. No son casos récord a registrar en los anales, son la normalidad que nos espera. Y las causas hay que buscarlas en la actividad antrópica y sobre todo en las emisiones de gas de origen fósil».

El sector agrícola es responsable del 21% de las emisiones totales (FAO 2015), frente al 37% del energético, el 14% de los transportes y el 11% de la industria. En el seno del sector agroalimentario la fuente principal de gas invernadero es la fermentación entérica, a causa del metano que se forma en la fase de digestión de los alimentos, que por sí sola totaliza el 40% de todo el sector agrícola. A continuación se halla la distribución de fertilizantes sintéticos: 13% de las emisiones agrícolas (725 Mt CO2 eq.).

«La reducción de emisiones no puede ser ya un asunto que podamos diferir», señala el responsable de Slow Food, para quien ya es una obligación y todos debemos intervenir.

Pide en este sentido eliminar por completo los residuos, sobre todo alimentarios, favorecer los productos de proximidad, comer poca carne y evitar la que nos llega de producciones intensivas. También propone que nos planteémonos unas preguntas: ¿cómo se han producido los alimentos que comparto con mi familia? ¿De dónde vienen? ¿Cuánta energía y cuánta agua han necesitado? Slow Food trabaja para divulgar este conocimiento y para dar valor y sostener aquellas producciones que optan por prácticas agrícolas y productivas resilientes y ecológicas.