Las elecciones europeas del 7 de junio tendrán una participación muy baja (entre el 37% y el 40% del electorado acudirá a las urnas, luego entre el 60% y el 63% no lo hará) y el resultado entre los grandes partidos, PP y PSOE, estará muy ajustado. Esto es lo que me pronostican distintos expertos que están trabajando estos días con diferentes encuestas y estudios, públicos y privados.
La mayor encuesta hasta ahora publicada, la del CIS, pronosticaba 42,8% de votos para el PSOE y 42,2% para el PP, y 23 escaños para cada uno de ellos. Los otros cuatro escaños en juego se irían a Coalición por Europa (2), IU-ICV (1) y Europa de los Pueblos-Los Verdes (1). Era una encuesta muy amplia, con 4.692 entrevistas presenciales en 372 municipios de 50 provincias (un consejo: antes de creeros como verdad revelada las encuestas que publiquen pasado mañana domingo algunos medios de comunicación, mirad en la ficha técnica cuántas entrevistas se han hecho y si son presenciales -más fiables- o teléfónicas), pero el trabajo de campo se hizo del 29 de abril al 17 de mayo, algo alejado de la cita electoral. No sabemos si las polémicas de actualidad producidas o recrudecidas después de que el CIS hiciera sus entrevistas (debate del estado de la nación, Camps, píldora del día después, ley del aborto, brote de gripe A en un cuartel visitado por niños, el Falcon de Zapatero, los datos económicos, etc.) estarán pesando mucho, poco o nada en las intenciones del electorado.
Los expertos con los que he hablado me recuerdan que, en todas las elecciones europeas celebradas en España, ha ganado el partido que estaba en el poder salvo en unas, las de 1994. En aquella ocasión, gobernaba Felipe González y ganó las europeas el PP de Aznar. ¿Pasará ahora lo mismo? Gobernando Zapatero ¿ganará el PP de Rajoy? Uno de mis expertos dice que sí, y que Rajoy puede ganar hasta por cuatro puntos porcentuales y por cinco escaños. Otros de mis expertos dicen que puede ganar el PP, pero por muy poco margen, y hay quien sostiene que puede incluso ganar el PSOE.
Los que han estudiado las elecciones europeas de 1994 están de acuerdo en que fueron el primer gran aviso de cambio de ciclo electoral, el primer gran aviso de que se acababa la hegemonía de los socialistas de Felipe González. ¿Serán éstas de 2009 el indicador de que se acaba el ciclo de hegemonía electoral de los socialistas de Zapatero? Los analistas que consulto no se ponen del todo de acuerdo. Uno apunta que no, que no se vislumbra aún un cambio de ciclo electoral: lo argumenta en que al PP le faltan ahora algunas cosas que sí tenía en 1994. Por ejemplo, éstas:
-estar muy cerca del PSOE en voto directo (en la encuesta del CIS, el PSOE saca siete puntos al PP en ese epígrafe: 30,7% frente a 23,7%).
-tener a su líder máximo tan valorado o más que al líder máximo del rival socialista. En 1994, Aznar salía ya tan valorado como González, mientras que ahora, en todas las encuestas, Rajoy sale mucho peor valorado que Zapatero.
La encuesta del CIS tiene dos datos muy curiosos.
El primero: cuando les preguntan a los entrevistados quién creen que ganará las europeas, el 30,9% dice que el PSOE y el 31,5% dice que el PP. Sin embargo, cuando les preguntan quién quieren que gane, el 37,8% dice que quiere que gane el PSOE y el 27,4% dice que quiere que gane el PP.
El segundo: cuando les preguntan a los entrevistados a quién votaron en las elecciones generales de 2008, el 39% dice que votó al PSOE y el 23,5% dice que al PP. Los resultados reales del 9 de marzo del pasado año fueron del 43,6% de los votos para el PSOE y del 40,1% al PP. ¿Está mal hecha la muestra del CIS, y por eso sale tanta desviación, sobre todo en el recuerdo de voto al PP? No, no es eso. Según los expertos, muchos entrevistados reconocen que votaron en unas elecciones anteriores a un partido perdedor sólo cuando atisban que ese partido va a ganar los siguientes comicios. Dicho de otro modo: gran parte del electorado del PP no tiene claro que el 7 de junio vaya a comenzar un nuevo ciclo electoral.
El resultado del 7-J tendrá consecuencias políticas relevantes. Si el PP gana por poco o pierde, probablemente vuelva la discusión interna sobre el liderazgo de Rajoy. Si el PP gana con gran diferencia, la presión sobre Zapatero y su Gobierno se recrudecerá, y parte de la oposición le pedirá al presidente que presente una moción de confianza o que adelante las elecciones generales.
