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¿De dónde surge la expresión ‘hacer un hijo de madera’ y cuál es su verdadero sentido?

A través del perfil en Instagram de este blog (@yaestaellistoquetodolosabe2) recibo una consulta de @anskkar que me pregunta de dónde surge la expresión ‘hacer un hijo de madera’ y cuál es su verdadero sentido.

¿De dónde surge la expresión ‘hacer un hijo de madera’ y cuál es su verdadero sentido?

Es curioso pero la expresión ‘hacer un hijo de madera’ es aplicada por algunas personas para hacer referencia a un gran favor y otras muchas para todo lo contrario, para indicar que se le ha hecho una faena. Pero, si somos estrictos y hacemos caso de lo que opinan la mayoría de expertos, debemos darle el significado literal de ‘hacerle un mala pasada a alguien’ o ‘hacer una jugarreta’… Este es el sentido correcto con el que se debería utilizar dicha expresión.

Lo que ya no está del todo claro es cuándo y dónde surgió la expresión, existiendo diferentes versiones sobre el origen decir eso de ‘hacer un hijo de madera’.

La hipótesis que tiene más posibilidades de estar en lo cierto podría ser la que hace referencia al hecho de parir un niño que nacía sin vida, siendo la mención a la madera una clara referencia al ataúd en el que debería ser enterrado aquel recién nacido. También hay quien opina que se trata de una metáfora (Armando de Miguel lo define como ‘ñoñería’) para no tener que nombrar la palabra muerte al hacer referencia al neonato fallecido.

En la línea del origen de dar a luz a un hijo, hay quien señala que la frase se trataba de un reproche que se le hacía a la esposa que había dado a luz una hembra o a un vástago que tenía algún tipo de discapacidad, debido a que el esposo, que deseaba un descendiente varón, echaba en cara el hecho de que había parido algo que le sería inservible. Un significado algo duro pero, evidentemente, estoy refiriéndome a los tiempos en los que se deseaba un hijo varón que heredase el patrimonio familiar o pudiese ser de ayuda en los trabajos del campo.

También encontramos que ‘hijo de madera’ ha sido utilizado como sinónimo de muñeco o marioneta, tal y como se utiliza en el cuento de Pinocho, dando esta explicación la razón a quienes opinan que se trata de una expresión que hace referencia a hacer un gran favor.

Hay quien señala que ‘hacer un hijo’ puede tratarse del movimiento que se realiza en el juego del ajedrez, en la cual se destroza  la posición adversaria,  haciéndole un dibujo (tal y como explica un diccionario de ajedrez en línea) y la referencia a la madera era sobre el material con el que estaban hechas las piezas.

Los cuentos y leyendas también tienen su hueco en el posible origen de esta expresión, explicando que podría provenir de alguna historia mitológica en el que una bruja se colaba de madrugada en el hogar de un matrimonio, les robaba el bebé recién nacido y en su lugar dejaba en la cuna un muñeco de madera.

Como habéis comprobado, no existe una referencia clara y concisa que señale un origen exacto sobre la expresión, pudiéndonos encontrar infinidad de posibilidades.

Y vosotros ¿Cuál creéis que es el verdadero origen?

 

 

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Fuente de la imagen: publicdomainpictures

¿De dónde surge el mito de que los bebés los trae una cigüeña desde París?

Todos lo hemos dicho o escuchado en alguna ocasión aquella frase típica de que los bebés vienen de París y los trae una cigüeña. Una respuesta que se da a los más pequeños cuando se interesan por saber de dónde vienen los niños (sobre todo cuando llega un hermanito nuevo a casa).

¿De dónde surge el mito de que los bebés los trae una cigüeña desde París?

En realidad, esta recurrente contestación, es una mezcla de diferentes historias, cuentos y leyendas que desde hace muchos siglos se han ido explicando en las diferentes culturas y países y que ha llegado hasta nuestros días en esta forma.

Si nos ponemos a bucear por la red o en libros antiguos podremos encontrar que cada autor nos explica una versión u origen diferente e incluso algunos con detalles en común.

Lo primero que debemos hacer es separar cigüeña y París, ya que ambas cosas se explicaban por separado y con el tiempo acabó unificadas y explicándose en la misma historia.

Por un lado tenemos la milenaria creencia de muchos pueblos y culturas que veía a las cigüeñas como un ave sagrada y que traía suerte y prosperidad. Nuestros antepasados se dieron cuenta de que con la entrada de la primavera regresaban las cigüeñas de su migración y  ¿De dónde surge el mito de que los bebés los trae una cigüeña desde París?con ellas traían los días de más luz y calor, época en la que era tradición celebrar los enlaces matrimoniales por aquel entonces y que, tras la noche de bodas, muchas esposas quedaban embarazadas.

También se fijaron que una de las principales cosas que hacían las cigüeñas, tras su regreso, era hacer su nido en el punto más alto que encontraban (normalmente una torre o campanario) y allí ponían sus huevos y tenían a sus crías, a las que alimentaban y cuidaban con esmero.

Podemos encontrar que tanto en la mitología griega, romana, germana o escandinava hay múltiples referencias a las cigüeñas como un pájaro de buenaventura y prosperidad.

Todo ello hizo que con el tiempo se tuviera el convencimiento de que el regreso de las cigüeñas y noticia de la llegada de un bebé estuviesen relacionas.

Fue a partir de ahí que muchos autores escribieran cuentos y relatos en los que se explicaba que la dicha a una familia llegaba a través de un recién nacido que había sido llevado por una cigüeña. Entre ellos encontramos a Hans Christian Andersen quien, en 1838, publicó un relato corto titulado ‘Las cigüeñas’  y que hacía referencia al mito de que estas eran las portadoras de bebés (aunque ese no era en lo que se centraba dicha historia, que realmente era algo cruel, como otros cuentos de este célebre autor danés).

Hoy en día se nos representa la cigüeña portando un bebé que va cómodamente tumbado o envuelto en una especie de sábana, pero antiguamente se tenía el convencimiento de que los recién nacidos eran agarrados por el pescuezo y transportados por estas aves directamente con el pico. Esto llevó a denominar como ‘mordisco de cigüeña’ a los ‘hemangiomas cervicales’ (Nevus flammeus nuchae), una mancha rojiza que aparece en la nuca de algunos recién nacidos y que suele desaparecer antes de haber cumplido el primer año de vida en el 95 % de los casos.

Sobre la creencia de que los niños vienen de París también se juntan varias historias y creencias.

Por un lado está la costumbre que surgió, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, de ir a la capital francesa en el viaje de ‘Luna de miel’, el cual se convirtió en el principal destino de los recién casados y de ahí que se la denomine ‘la ciudad del amor’ (evidentemente de aquellas parejas que, económicamente, se lo podían permitir). Muchas eran las recién casadas que regresaban habiendo quedado embarazadas, por lo que rápidamente surgió el dicho de que ‘traían un bebé de París’.

También nos encontramos con una antiquísima leyenda que se hizo muy popular varios siglos atrás y que explicaba la historia de un humilde matrimonio de Alsacia (noreste de Francia) cuyo mayor deseo era tener un hijo y que un año recibieron la visita de una pareja de cigüeñas que construyeron su nido en la salida de la chimenea de su hogar; el esposo, al subir hasta allí para ver por qué el humo de la chimenea no tiraba hacia arriba, encontró a un recién nacido que había sido dejado por las aves. Este relato (con numerosísimas variantes) se hizo muy célebre en la Edad Media y, según parece, era común explicar que los bebés provenían de Alsacia.

Muchos son los que opinan que con el tiempo se cambió la localidad de Alsacia por la de París, aunque la mayoría de los expertos señalan que son orígenes diferentes y que es más que probable que el origen real sea el que he explicado un par de párrafos más arriba y que tenía que ver con el viaje realizado por los recién casados a la capital de Francia.

 

 

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Post realizado como respuesta a una consulta que me han hecho llegar desde el legendario programa radiofónico ‘La nit dels ignorants 3.0’ de Catalunya Ràdio a través de Twiter

Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons (1) / pixabay / Wikimedia comons (2)