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¿Por qué las botellas de vino y cava tienen una capacidad de 75 centilitros?

¿Por qué las botellas de vino y cava tienen una capacidad de 75 centilitros?

Días atrás, mientras estábamos disfrutando de una comida entre amigos, a la hora de los postres el camarero nos obsequió con una botella de cava y uno de los comensales presentes se percató de que su capacidad era de 75 centilitros (la misma cantidad que las botellas de vino que todavía estaban por allí). Evidentemente el siguiente paso fue preguntarme a mí por qué el vino y cava se embotella en esa medida y no en botellas de un litro.

Pues bien, no se sabe a ciencia cierta la verdadera razón, ya que dependiendo a qué fuente o experto le consultes te responderá una cosa distinta (de las varias hipótesis que existen).

Por una parte encontramos que esa cantidad de vino es la que se estipuló que era la adecuada para ser consumida diariamente por una persona durante la hora del almuerzo (sobre todo pensando en los obreros que debían de continuar trabajando después de comer). Si se sobrepasaba los 75cl en una sola ingesta ya era peligroso (tal y como se pensaba años atrás, evidentemente).

Otros defienden que se hizo porque 75cl es la cantidad exacta que cabe en seis copas de vino.

También hay quien asegura que fue tras adoptarse en el siglo XIX la unidad de medida en el Reino Unido del conocido como ‘galón imperial’ el cual equivalía a 4 litros y medio (o lo que es lo mismo 450 centilitros). Cuando los vinicultores franceses empezaron a comerciar con los ingleses vieron que éstos les pedían las cantidades en galones y como debían exportarlo en cajas donde cabían seis botellas decidieron hacer los envases de 75cl que daba como resultado un galón imperial -el que se usa en Gran Bretaña- 6x75cl= 450cl (algunas fuentes apuntan que eran cajas de 12 botellas, por tanto de dos galones).

Pero el posible origen que más personas defienden es el que indica que en los orígenes de hacer las botellas de vidrio a base del método del soplado, la capacidad pulmonar media de uno de esos artesanos era aproximadamente de 80cl y se optó por hacerlas de 75cl para dar un pequeño margen (hoy en día se realizan en cadena, pero antiguamente las botellas eran hechas una por una).

Cabe destacar que hay constancia de botellas de mayor tamaño en décadas posteriores y que la regularización en Europa se realizó a mediados de los años 1970 y posteriormente, a finales de esa década, se adoptó en otros continentes (aunque en lugar de indicar 75cl en algunos países –como EEUU o Australia- pone 750ml).

 

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Fuentes de consulta: wineintro / historiasdelaciencia / wallafaces / quora / vivancoculturadevino
Fuente de la imagen: Alfred López

¿Qué diferencia hay entre el vidrio y el cristal?

¿Qué diferencia hay entre el vidrio y el cristal?

Muchas son las personas que creen que las palabras  vidrio y cristal son sinónimas entre sí, utilizando indistintamente ambos términos para referirse a las mismas cosas.

Pero no, no son lo mismo y, además, si os fijáis bien, en los iglús verdes de reciclaje podréis observar que en ese contenedor tan solo se puede depositar vidrio y hay una advertencia en la que indica que no se eche nada que sea de cristal. El motivo de ello es porque aquello que se considera cristal  (como vasos, copas, bombillas convencionales, una ventana o espejo…) aunque comparta con el vidrio (botellas de vino, licor o refresco, frascos de conserva, cosmética, colonia o alimentación…) la composición se le ha añadido además de óxido de plomo (o en algunos casos óxido de bario) que es lo que le da el aspecto brillante tan característico de los elementos de cristal.

Esa concentración de plomo es la que hace que no sea conveniente echar ningún producto de cristal en el iglú verde, básicamente porque este elemento necesita una temperatura muy superior para ser fundido al que necesita el vidrio (que es de unos 1.500 grados centígrados). De ahí que se recomiende tirar el cristal en el contenedor en el que depositamos el resto de basura (suele ser gris, naranja o de un verde más oscuro).

Evidentemente sería mucho más aconsejable llevar todo aquello que tenemos para reciclar a un punto limpio, en el que se depositará cada cosa en su correspondiente contenedor, pero, lamentablemente, no todas las personas tienen uno de esos lugares cercano a su hogar y no pueden desplazarse hasta ellos; por tal motivo se permite que el cristal (y todo aquello que no termina de encajar en el resto de contenedores: como la cerámica, el corcho, el papel plastificado, pañales y productos de deshecho de higiene femenina e incluso las fotografías) se deposite en el contenedor de basura orgánica.

 

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Post realizado a raíz de la consulta recibida de Paco Sansa a través del apartado de contacto en el que me pregunta ‘¿Qué diferencia hay entre el vidrio y el cristal?’
Fuentes de consulta y más info: ecovidrio / elmundo / twenergy / eco-lab (elpais) / naturarla  / anfevi
Fuente de la imagen: pixabay

¿Por qué en las botellas y envases de vidrio hay unos puntos en relieve?

A través de la página en Facebook de este blog, recibo un correo de Pablo ‘a Secas’ que me pregunta sobre los puntos en relieve que hay en la base de las botellas y envases de vidrio.

Antiguamente cada botella/envase de vidrio era realizado artesanalmente y uno por uno, pero desde hace muchos años se fabrican industrialmente.

Los puntos en relieve grabados en la mayoría de los envases de vidrio son elementos de trazabilidad y sirven para asegurar la calidad del envase.

Para llevar un control exhaustivo de calidad de los lotes de fabricación, cada molde tiene una serie de protuberancias (puntitos) dispuestos de manera diferente en cada uno. En caso de salir alguno defectuoso, rápidamente se puede controlar a qué lote/molde pertenece.

Los envases de vidrio generalmente se producen en máquinas de secciones independientes (IS en inglés). De tal forma que, por ejemplo, una 12 IS de doble gota fabrica en cada ciclo 24 envases. Cada uno de estos envases, una vez fabricado, pasa por una serie de máquinas de inspección y control para comprobar que cumple con todas las especificaciones del cuaderno de cargas de ese envase. Estas máquinas, además de rechazar los envases que están fuera de especificaciones, registran la correspondiente anomalía, que asocian a través de los puntos con la sección que los ha fabricado. Un sistema informático experto, que se retroalimenta en continuo, señala la causa más probable del rechazo y en función de ello, mediante un sistema de regulación automática puede actuar sobre la causa (o incluso bloquear esa sección si el número de rechazos excede del valor prefijado) con el doble propósito de mejorar la calidad y la productividad.

 

Entrada realizada a raíz de la información facilitada vía email por Juan Martin Cano, Secretario General de ANFEVI (Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio)