Tu blog Tu blog

Este es tu altavoz

Entradas etiquetadas como ‘hospital’

Una muerte digna para Andrea

Por Jon García Rodríguez

Padres de Andrea

Los padres de Andrea, ante los periodistas. (EFE)

Tiene que ser horrible ver cómo se apaga paulatinamente la vida de tu hija sin que puedas hacer nada para evitarlo. Y tiene que dar pavor escuchar a diario sus gemidos de dolor y sus estertores, los sonidos que avisan que la niña, tu niña, se está muriendo ma non troppo (poquito a poco).

Leo en los periódicos con tristeza que los padres de Andrea, una cría de 12 años que sufre una enfermedad rara y degenerativa, han pedido «una muerte digna» para su hija tras agravarse su larga lucha vital.

Y leo con indignación que el equipo pediátrico que la trata -Hospital Clínico de Santiago- se niega a medicarla con sedación para que «se vaya» sin sufrir. Desgraciadamente en este caso, como en tantos otros, la ética y las creencias religiosas se vuelven a enfrentar.

Yo, que cuando rezo lo hago en latín y que siento empatía por la teología, creo sinceramente que los galenos están errando con su decisión. La muerte digna debería ser el derecho más básico de las personas. Prolongar el sufrimiento de un desahuciado resulta amoral. Andrea se va ad astra per aspera (a las estrellas por el camino difícil). Ayudémosla a marchar.

Un hospital me obligó a trabajar en un área en la que no tenía formación

Por Sara

‘Castillo de naipes’, en mi humilde opinión esta es la mejor definición de nuestro sistema sanitario, o al menos lo que yo he vivido, en el Sistema Andaluz de Salud (SAS)

Tras seis años de carrera y una oposición, comencé mi trabajando como médico en formación en el Hospital Reina Sofía (Andalucía) y no fue hasta entonces cuando me enteré de que dentro de mis obligaciones estaba responsabilizarme de todas las urgencias de una especialidad (Neurología) que nada tenía que ver con lo que yo realizaba.

Después de un año transmitiéndole a mi jefe que lo que realizábamos excedía con creces mis conocimientos, me di cuenta de que nunca trasmitió mis quejas.

Un estetoscopio en las manos de un médico (ARCHIVO)

Un estetoscopio en las manos de un médico (ARCHIVO)

Comenzó aquí mi lucha de proporcionar a los usuarios de mi hospital el derecho de una asistencia digna, llegando a negarme a incurrir en lo que a día de hoy sigo pensando que es delito de intrusismo laboral.

Fue entonces cuando la dirección gerencia de mi hospital que me obligó por escrito a continuar ejerciendo un trabajo para el que no estaba preparada y para el que no estaba formándome.

Es mi obligación ahora ponerlo en conocimiento de la justicia y de los medios de comunicación, que millares de vidas han sido puestas en riesgo, y siguen estándolo, ante la impasividad de la dirección del hospital.

Es muy doloroso que ante mis esfuerzos de justicia las respuestas hayan sido: ‘Sara, todo los días mueren personas en los hospitales’, cuando pregunto por las muertes evitables. ‘Un familiar mío o tuyo es distinto’, cuando pregunto si fuera él el que acudiera con un familiar, ¿por quién sería atendido?

Desgraciadamente esta estructura basada en intereses económicos siempre deja para el final al paciente. En mi juramento hipocrático decía: ‘Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia’

Animo a mis compañeros a seguir cumpliéndolo y evitar que este castillo de naipes se desmorone.

Trasplantados: jugar con nuestra vida por ser de pueblo

Por Beatriz González Villegas

He presidido la Asociación de Trasplantados de Páncreas desde su creación hasta que dimití el año pasado por cansancio y harta de pelear contra la Administración. Hemos sido la primera y única asociación de pacientes con este tipo de intervención en este país, que de nuevo pasamos a estar sin representación. Los que en España somos trasplantados de páncreas lo hacemos bien por una diabetes (la inmensa mayoría), o bien desde una fibrosis quística. Los diabéticos precisamos un doble trasplante: de páncreas-riñón. Los pacientes con fibrosis quística, un páncreas-pulmón.

Me dirijo a ustedes para explicarles la situación incongruente y anticonstitucional que estamos sufriendo todos los trasplantados de cualquier órgano que vivamos en áreas geográficas donde el hospital que nos corresponda no tenga manera de medirnos los niveles de medicamentos inmunosupresores, ni especialistas que los interpreten.

A modo de ejemplo, les contaré lo que ocurre en la provincia de Sevilla: en Sevilla existen varios hospitales universitarios pertenecientes al SAS: el Hospital Universitario Virgen del Rocío, el Hospital Universitario Virgen Macarena (ambos con el mismo director gerente por eso de la convergencia hospitalaria). Por otro lado tenemos al Hospital Universitario de Valme. Hay otros hospitales como el Hospital La Merced de Osuna. Son un total de seis más, que se entiende que dependen de los tres grandes.

Los trasplantados sobrevivimos gracias a que el estado nos proporciona un órgano donado, una operación de trasplante, y una medicación para que ese órgano pueda sobrevivir dentro de nosotros sin ser rechazado por nuestro propio sistema inmune. Todo esto, gracias a dios, nos lo cubre el sistema nacional de salud (SNS). Una vez que se nos trasplanta volvemos a casa. Se nos insiste muchísimo en la adherencia al tratamiento inmunosupresor, porque nos va la vida en ello. Como no puede haber en cada ciudad un hospital trasplantador, en España se nos trasplanta solo en determinados hospitales, donde luego  pasaremos todas las revisiones. En el caso del trasplante de páncreas-riñón, en Andalucía sólo se realiza este tipo de intervención en los hospitales Carlos Haya (Málaga) y Reina Sofía (Córdoba).

Varios médicos realizando un trasplante. (ARCHIVO)

Varios médicos realizando un trasplante. (ARCHIVO)

Lo que denuncio es que los pacientes que vivimos en zonas rurales, donde no exista un hospital trasplantador (del nuestro o de otro órgano), sobrevivimos en situación desfavorecida porque:

  • Si ingresamos por una afección que afecte al órgano trasplantado nos permiten ingresar en un hospital trasplantador.
  • Si ingresamos por otro tipo de evento, nos lo prohíben.

Volviendo al caso de Sevilla, a los pacientes que vivimos en el Área de Gestión Sanitaria Sur, cuyo hospital universitario de referencia es Valme, no nos permiten ingresar ni en el Virgen del Rocío ni en el Virgen Macarena, salvo que lo hagamos por algo que afecte a nuestro páncreas y/o a nuestro riñón donado.

No denuncio que en Valme no haya Unidad de Gestión Clínica de Nefrología, como ocurre en otros Hospitales Nivel 2 de la Junta de Andalucía, que atienden zonas rurales. Lo que denuncio es que en este tipo de hospitales de pueblo no hay forma de medirnos los niveles de inmunosupresión ni quien los evalúe.

Ejemplificando: si ingreso en Valme por una metrorragia tal que me ocasione anemia, me atenderán con todos sus recursos y toda la humanidad que les caracteriza. Me transfundirán. Me pondrán un dispositivo intrauterino llamado Mirena, porque la otra opción rápida es eliminarme el útero, pero como soy trasplantada, y el riñón lo tengo pegado al útero, descartan esta opción por el riesgo que conlleva… Pues bien, si eso pasase, los niveles de inmunosupresores que me facilitan sobrevivir con mi páncreas y mi riñón injertados variarán, sobre todo teniendo en cuenta que la sangre transfundida viene libre de esos medicamentos y cargada de nuevos anticuerpos. El problema uterino, según gerencia del Virgen del Rocío-Macarena no me afecta lo trasplantado, y me prohíben ingresar en cualquiera de esos dos centros, donde sí existe forma de analizar los niveles, y especialistas (acostumbrados a trabajar con pacientes renales trasplantados) como para interpretarlos y variar la medicación.

¿No es cierto que nuestro SNS habla sobre considerar a los pacientes como el centro de la asistencia clínica? ¿No es cierto que los pacientes, en la literatura médica institucional, somos un todo y no un órgano afectado? ¿No es cierto que el artículo 14 de la Constitución habla de igualdad? Lo mismo estoy equivocada e interpreto estos textos mal porque hoy mismo estoy con una infección grave que me impide ingresar en un hospital como pueda ser el buque insignia de la sanidad andaluza porque no afecta más que a mis dos pies, los mismos pies que me llevarán hasta donde sea necesario para que todos sepan que se está jugando con nuestras vidas solo por ser de pueblo y no vivir a la vera de un gran centro hospitalario.

Descontenta con el trato médico recibido

Por M. C. S.

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Me gustaría transmitir mi indignación y cabreo por el trato de ciertos médicos del hospital 12 de Octubre de Madrid, en concreto de la unidad de infertilidad.

Tengo 36 años y llevo años intentando quedarme embarazada pero por problemas diversos no puedo y he decidido ir a la seguridad social. Primero porque me gusta lo que tenemos y segundo porque no puedo pagarme sanidad privada.

He pasado 14 meses en lista de espera. El primer día de cita me hicieron una ecografía, una citología y me pesaron. Llevaba una carta de mi dietista donde ponía el seguimiento que llevo desde hace cuatro años y los problemas que estamos teniendo para mi bajada de peso. Ahí empiezó el maltrato hacia mi persona: me trató mal y usó un tono intentado imponer y coaccionar.

Me dijo que tenía que bajar peso, que ahora teníamos un objetivo. Le contesté que llevaba años luchando y que mi deseo era perder peso, y más ahora que estaba deseando tener un hijo, pero ella con sus malas maneras no me dejó casi contarle mis problemas y continuaba diciendo que le daba lo mismo.

Volví para otra cita. Esta vez, una prueba para mi marido. En esta ocasión la cosa cambió. Estaba más amable, me dijo otra vez lo del peso y mi marido comentó que hacía todo lo que podía pero que era cierto que tenía muchos problemas.

Este lunes he vuelto para recoger los resultados. Estaba con dos estudiantes y nuevamente me ha recibido de malas maneras y tratándome mal. Me ha preguntado que cómo iba el peso y le he contestado que he perdido. Tras pesarme, me ha dicho que es mentira y que cree que no me estoy esforzando por lo que me ha dado cita para septiembre.

Según he salido por la puerta, me ha preguntado si ya me han hecho una prueba para ver qué tal tengo las trompas. Como no me la han mandado, una de las estudiantes ha empezado a rellenar los papeles pero de repente ha dicho que no me la manda hasta septiembre, en función de si para entonces he perdido peso o no.

Y me planteo: ¿No puede decirme desde en el principio que tengo que pesar un mínimo y no hacerme perder el tiempo con tanto ir y venir? ¿Se piensa que haciendo presión y tratando mal a los pacientes nos vamos más contentos? ¿O quizá, todo esto es porque tienen orden, a raíz de los recortes sanitarios, en tirar a todo el que se pueda con argumentos dañinos y acusar de mentirosos a los pacientes para ahorrarse dinero? Puede ser que sea eso y que el Gobierno esté haciendo recortes para que no podamos tener hijos y optemos por las clínicas privadas para soltar un dinero que no tenemos.

Lo único que sé, e independientemente de quién sea el responsable, es que no es normal que nos tiren para atrás un tratamiento y una ilusión y otras tantas cosas. Y menos, que nos traten de cualquier manera. Somos personas, no cosas, bichos o animales y mucho menos inferiores a los médicos.

Esto es lo que me ha pasado este lunes 7 de abril. Espero que esta carta haga pensar a los sanitarios de este país, esos que nos pedían que firmásemos para que la sanidad continuara siendo pública y algunos de ellos no perdieran su puesto de trabajo.

El negocio de la sangre

Por Joaquín Hidalgo

Ejemplo de cómo se monta un buen negocio privado, gracias a la iniciativa pública:

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

La Comunidad de Madrid y Cruz Roja firmaron un convenio por el que a partir de marzo la Comunidad cede gratis sus autobuses de donación de sangre para que sean gestionados por Cruz Roja. A partir de ese momento, la Comunidad pagará a Cruz Roja 67€ por cada donación. En realidad, esto es lo que ya está pagando la Comunidad de Madrid a Cruz Roja por cada donación que consigue en sus centros, pero son pocas, por lo que parece.

Haciendo números, y si las donaciones en autobuses siguieran como hasta ahora, Cruz Roja se llevaría calentitos 9 millones de euros al año, cuando a la Comunidad el mantenimiento de los autobuses y los sueldos del personal le salía por 1,5 millones, aproximadamente. El personal no fijo irá a la calle, claro; a los fijos les recolocarán y les seguirá pagando la Comunidad, con lo que ni eso se ahorran.

Dicho de otra manera: yo doy mi sangre gratis y Cruz Roja gana con ella una pasta… ¡que le estoy pagando yo con mis impuestos! Cada donación de sangre que haga a la Cruz Roja ¡me cuesta dinero a mí! Solución: Nunca más haré una donación en autobuses, me iré a un hospital público y me aseguraré bien que la Cruz Roja ni ninguna empresa privada tenga que ver con esa donación. Y recemos para que no privaticen también los centros de donación de los hospitales públicos.

El Síndrome de Fatiga Crónica de la Seguridad Social

Por Francisco José García

Administración de la Seguridad Social. (EP)

Administración de la Seguridad Social. (EP)

En marzo del 2012 fui diagnosticado en el hospital Valle Hebrón (Barcelona) del Síndrome de Fatiga Crónica, causado con casi toda probabilidad por el VIH que se me detectó en 2007.

Esta situación me produce severas limitaciones tanto físicas (me despierto cada día ya agotado) como psicológicas. A pesar de que en los sucesivos informes de mi médico especialista se afirma que “el complejo sintomático de la Fatiga Crónica no le permite realizar actividades laborales” y que la Organización Mundial de la Salud la reconoce como una “enfermedad orgánica, severa e incapacitante”, el Instituto Nacional de la Seguridad Social dictamina mi “posibilidad de prestar actividades laborales rentables”, no reconociendo así el derecho a percibir una pensión a causa de “la no existencia de grado alguno de incapacidad”.

 

Un parto triste y angustioso

Por Mª Revenga

El 24 de noviembre de 2013 ingresé en el Hospital de Sanitas de La Moraleja para tener a mi bebé.  Quiero denunciar una serie de hechos que se han ido sucediendo, desde mi ingreso, y que han convertido un momento que debería haber sido inolvidable y único en una experiencia traumática y triste. En primer lugar, desde mi ingreso a las 00:30 hasta la hora del parto a las 06:20, el bebé estuvo sufriendo, ya que en cada contracción que yo tenía, sus pulsaciones bajaban prácticamente a la mitad (de 150 a 70-80). Estuve atendida ese tiempo por varias ginecólogas y matronas que tras cambiarme de posición repetidas veces para ver si mejoraba la situación, y no mejorando en ningún momento, decidieron esperar un poco en lugar de realizar una cesárea, tal y como una de las ginecólogas que me estaba atendiendo propuso al resto del equipo allí presente.

Seis horas más tarde (sobre las 6 de la mañana) el parto se complicó y tuvieron que intervenir rápidamente al sufrir yo una contracción más larga que provocó una bradicardia en mi bebé. Tuvieron que utilizar espátulas y presionarme la tripa para que la niña pudiera nacer, y finalmente pudo salir pero nació con falta de oxígeno, por lo que tuvo que ser reanimada inmediatamente e intervenida por las pediatras de urgencia.

AUBREY KILIAN  / WIKIMEDIA COMMONS

AUBREY KILIAN / WIKIMEDIA COMMONS

Una vez estabilizada, la niña fue llevada a la UCI por mi marido, al cual le hicieron pasar por caja para hacer un depósito de 500 euros para el tratamiento de la pequeña (cada día en la UCI suponían 360 euros), aspecto que no nos habían comentado en los 9 meses de seguimiento del embarazo. Puesto que las complicaciones habían sido culpa de las malas decisiones del equipo médico responsable, no entendimos que se nos obligara a realizar este pago. Tras pasar 4 días en la UCI, nuestra hija fue dada de alta en perfectas condiciones según la pediatra y el informe de alta que nos dieron. Cuál fue nuestra sorpresa cuando 10 días después de su nacimiento la llevamos al pediatra de la Seguridad Social y nada más examinar a la niña nos derivó al hospital de La Paz por una posible fractura de la clavícula. Efectivamente, en La Paz le realizaron una placa y confirmaron que tenía una fractura en la clavícula derecha provocada seguramente durante el parto con espátulas.

Nos parece vergonzosa la falta de profesionalidad y de ética del personal tanto en la toma de decisiones que podían haber evitado el sufrimiento de la niña como en la falta de información sobre su verdadero estado a la salida del hospital.

Mi intención es por un lado denunciar los hechos y, principalmente, informar a futuras madres para que no sean víctimas como yo y, por culpa de la falta de profesionalidad del personal de este centro conviertan un momento único, como es el nacimiento de un hijo, en una experiencia triste y angustiosa. Por suerte mi hija Paula hoy tiene ya algo más de 3 semanas y a pesar de su fractura se recupera favorablemente y se encuentra muy bien en casa con su familia.

La grúa retiró el coche (con la silla de ruedas) de la plaza de minusválidos del hospital

Por Mª José Jerez

Sí, es verdad que parecemos un país tercermundista, pero es que además a veces lo somos. ¿Cómo es posible que la grúa municipal de Madrid se lleve un vehículo autorizado con placa de minusválido y totalmente visible, aparcado en su correspondiente plaza de minusválido en el recinto del Hospital 12 de Octubre y que no puedas llevarte al paciente que le dan el alta tras cinco días de hospitalización y tras una intervención quirúrgica?

Claro, dentro del vehículo está la silla de ruedas, la ropa, y como es normal hay que depender de otra persona más para que puedan sacarte de allí. Pero lo mejor de todo es tener que cargar con el enfermo en brazos a tus 67 años desde la calle hasta casa.

GTRES (Archivo)

GTRES (Archivo)

Ahora solo toca ir con la mejor disposición hasta el depósito municipal de vehículos para retirar el ídem y que te expliquen quién ha realizado tan magnífica acción. Por supuesto habrá que pagar la tasa de la grúa, que para eso han realizado su trabajo, aunque sea mal, y después dedicarte con mucha paciencia y tesón a poner las reclamaciones y denuncias pertinentes.

Son cosas que pasan, le puede pasar a cualquiera, hoy a mí… mañana quién sabe.

Pero lo mejor de todo es poder tener cara a cara al agente de movilidad que se ha llevado el coche y que te dice que la placa es falsa, que se la queda como prevención cautelar para hacer las comprobaciones oportunas y encima te amenaza diciendo que si verifica que es falsa tienes que pagar 3.000 euros de multa e ir 3 años a la cárcel. Lástima no poder haber ido hasta allí con el afectado en cuestión, que es mi hermano, cuya minusvalía certificada es de un 80%. Por otro lado, ahora toca demostrar la incompetencia de este agente, y que con tiempo y paciencia se pueda resolver una injusticia de este tipo. Pero el sentimiento de impotencia, rabia e injusticia no me lo quita nadie.

No a los ‘minijobs’ en la sanidad andaluza

Por Ruth Molina Fuillerat

Cuál ha sido mi sorpresa cuando me han llamado de la bolsa para un contrato en el hospital de Baza (Granada): 15 días y un tercio, pero para ponerle la guinda al contrato más aún debo de ir todos los días de 8 a 10 h. Para mi asombro no ha sido la única oferta de empleo de este tipo; a otra compañera el mismo contrato en el hospital de Antequera (Málaga) de 15 a 17 h todos los días. En el Carlos Haya (Málaga) un compañero médico igual, dos horas todos los días. ¿Quién da más? Sólo me queda decir que seguiré renunciando a esos contratos basura o minijobs del SAS, porque así no se avanza, nuestro sistema sanitario andaluz de salud precisa de profesionales con jornadas dignas para aportar calidad a nuestro quehacer diario y satisfacer a los pacientes.

Como bien promulga desde la Consejería María José Sánchez Rubio [consejera andaluza de Igualdad, Salud y Políticas Sociales], dar un buen servicio sanitario a la ciudadanía es prioritario para la Consejería de Salud a través de estrategias que mejoren la calidad en la atención, la seguridad de pacientes y la transparencia del sistema sanitario público de Andalucía. EnfermerasAsí no, señora consejera, siempre he apostado por nuestro sistema sanitario público, pionero en avanzadas técnicas y cuidados para la mejora, pero si se deciden por apostar por esas contrataciones he de decirle que muchos compañeros nos marcharemos, porque mi profesión lo vale y aquí no se valora.

Seguiré con esa ilusión de que esto se puede mejorar entre todos pero va por mal camino, ¿o usted podría trabajar en esas condiciones paupérrimas que nos están dando? No somos concursantes de un reality sobre quién aguanta más canalladas. En el siguiente contrato a ver si me sorprenden con… una horita. Ruth, vas todos los días, enciendes la luz y el ordenador de la consulta y…. finalizas, gracias por sus servicios, enfermera. No se mofe más de la Enfermería, porque es nuestro comer y vocación. Gracias y espero que de una vez por todas nos considere como profesionales de una salud pública y digna.