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Entradas etiquetadas como ‘sangre’

Mi madre tenía posibilidades de curarse en el hospital y la dejaron morir

Por Enrique Estévez

Sala de espera de un hospital (Jorge París).

Sala de espera de un hospital (Jorge París).

El 2 de noviembre de 2014 mi madre ingresó en la UVI del hospital Virgen Blanca de Pamplona. Yo estaba en Francia e inmediatamente bajé y me personé en el hospital. Mi madre había tenido una hemorragia y estaba baja de defensas. No tenía voluntades anticipadas, ni ningún documento que rechazara ningún tipo de tratamiento.

El hospital decidió transfundir sangre a mi madre para poder salvar su vida. Le hicieron seis transfusiones de sangre. Mi hermana y mi cuñado, ambos testigos de Jehová, pidieron que no le tratasen con sangre y derivados, a pesar de que mi madre firmó al entrar en urgencias el consentimiento a este tratamiento, y pidieron que la desconectasen de las máquinas y la dejasen morir.

Ante mi negativa rotunda a dejar morir a mi madre y plantear alternativas (albúmina, solución salina, eritropoyetina, máquina de recuperación de sangre, etc..) y después de una fuerte pelea, mi familia a mis espaldas y varios pastores de la iglesia entregaron documentación al hospital como que mi madre era una testigo de Jehová activa, siendo esto algo totalmente falso.

Pocos días antes había hablado con la doctora y me había dicho que íbamos a luchar por mi madre, que había muchas posibilidades de recuperarse. Me marché a Francia a buscar a mi esposa a las 12 horas, y a las 13 horas llegó una documentación falsa y manipulada al hospital por parte de estas personas.

Le retiraron el tratamiento y las máquinas por orden de estas personas, y mi madre murió el día 9 a las 15.30 horas. El lunes 10 llegué por la tarde al hospital a ver a mi madre y me encontré con que había sido incinerada esa misma mañana. ¿Cómo es posible que el hospital actúe con esta negligencia?

¿Cómo es posible que no prevalezca la voluntad de mi madre y sus deseos en esta situación? Las personas que escribieron y firmaron semejantes absurdeces, ¿permitirían que yo actuase de la misma forma con sus familias?

No voy contra ningún grupo religioso. Voy contra unas personas que utilizan la religión para causar daño. Esto está ya denunciado y en manos de abogados. No puede ser que alguien con cuatro papeles absurdos quiten una vida y se queden sin castigo.

El negocio que hay detrás de la donación de sangre

Por José Ángel Peinado Monteso

Donar sangre es una acción loable y altruista; no se pide nada a cambio. Es dar vida.

Desde que tenía pocos años mi madre me llevaba a las unidades móviles de donación para que ella donara. Yo me sentaba al final del autobús y me atendían estupendamente. Ese buen hábito hizo que una de las primeras cosas que hiciera al cumplir 18 años fuera donar. Llevo casi 20 años donando.

Una donante de sangre (EP).

Una donante de sangre (EP).

El otro día entró en nuestro centro de trabajo un autobús de Cruz Roja para que los trabajadores pudieran donar. Este servicio fue privatizado por la Comunidad de Madrid hace 2 años, eliminando el personal público y cediendo los autobuses propios a la concesionaria, además de rebajar considerablemente las condiciones laborales del personal que prestaría el servicio.

Del autobús bajó una persona que recorrió todo el recinto, oficinas y dependencias ejerciendo labores comerciales para convencer al personal para donar sangre, ofreciéndoles luego una bolsita de comida y bebida. Yo me negué y le dije que si también informaba de que Cruz Roja cobraba a la Comunidad de Madrid 67 euros por cada bolsa de sangre. Me llamó mentiroso. Siguió su labor comercial, incluso con trabajadores externos que trabajaban en una obra. Una compañera con buena intención, pero ajena a lo que hay detrás, le ayudó recorriendo parte del centro para convencer a más compañeros. Intenté informarla, pero también negó la evidencia.

¿Y por qué van mesa por mesa con tanto interés para que dones? Porque no están cumpliendo el número de donaciones del contrato con la Comunidad. El año pasado recogieron un 17% menos de los pactado y esto es un negocio. Donar en la puerta de tu domicilio o trabajo es muy cómodo, ya que no pierdes tu tiempo de ocio; algún vago también pensará que así se libra un rato de trabajar. Eso es verdad, pero la cuestión es que si tú vas a un hospital público a donar, a los madrileños no les cuesta los 67 euros que sí cuesta en una unidad móvil privatizada. No llegará el día en que nos cobren por ponernos sangre (eso espero), pero esos 67 euros se tienen que pagar y ahora se detraen de otras partidas sanitarias.

Yo doy mi sangre altruistamente, no para que otro saque beneficio económico de ello. Para los que no tienen tiempo, les digo que la última vez que doné fui a un centro público y llevé a mi hija que tiene 2 años y medio. Enseñar a mi hija (gracias a tí mamá) que donar es importante para ayudar a los demás no tiene precio, al contrario del negocio con la sangre montado por algunos.

El negocio de la sangre

Por Joaquín Hidalgo

Ejemplo de cómo se monta un buen negocio privado, gracias a la iniciativa pública:

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

La Comunidad de Madrid y Cruz Roja firmaron un convenio por el que a partir de marzo la Comunidad cede gratis sus autobuses de donación de sangre para que sean gestionados por Cruz Roja. A partir de ese momento, la Comunidad pagará a Cruz Roja 67€ por cada donación. En realidad, esto es lo que ya está pagando la Comunidad de Madrid a Cruz Roja por cada donación que consigue en sus centros, pero son pocas, por lo que parece.

Haciendo números, y si las donaciones en autobuses siguieran como hasta ahora, Cruz Roja se llevaría calentitos 9 millones de euros al año, cuando a la Comunidad el mantenimiento de los autobuses y los sueldos del personal le salía por 1,5 millones, aproximadamente. El personal no fijo irá a la calle, claro; a los fijos les recolocarán y les seguirá pagando la Comunidad, con lo que ni eso se ahorran.

Dicho de otra manera: yo doy mi sangre gratis y Cruz Roja gana con ella una pasta… ¡que le estoy pagando yo con mis impuestos! Cada donación de sangre que haga a la Cruz Roja ¡me cuesta dinero a mí! Solución: Nunca más haré una donación en autobuses, me iré a un hospital público y me aseguraré bien que la Cruz Roja ni ninguna empresa privada tenga que ver con esa donación. Y recemos para que no privaticen también los centros de donación de los hospitales públicos.