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Entradas etiquetadas como ‘donacion’

Carta a Don Amancio Ortega

Por Rosa Gómez

Amancio Ortega, creador de Inditex (Archivo).

Señor Ortega, quiero darle las gracias en mi nombre, y en nombre de todas las personas que han muerto víctimas de cáncer. Mis cuatro abuelos, cuatro tíos carnales, padres y madres de amigos muy cercanos, y lo peor de todo, muchos muy jóvenes. Gracias por su donación.

Actualmente, mi madre está siendo tratada de un tumor en el pecho en el hospital público Miguel Servet de Zaragoza, al cual aprovecho a dar también las gracias, a sus médicos, oncólogos, enfermeras y auxiliares.

Llevo dos días escuchando y leyendo barbaridades, como que somos un país “no necesitado”, “nuestra sanidad no necesita la caridad” o “por qué aceptar una donación cuando hay máquinas y pruebas suficientes”; esto último de boca de una radióloga, a la que con gusto, preguntaría de qué han muerto sus familiares y pacientes en los últimos años.

Para un paciente de cáncer no es justo oír este tipo de barbaridades, ya que alguien con esta enfermedad necesita hacerse muchas pruebas y estaría bien que nuestros médicos e investigadores, tuviesen la suficiente información, estudios, tratamientos, máquinas, y todo lo necesario, para que un paciente de cáncer se cure.

El cáncer es una lacra, y por desgracia afecta a niños y mayores, ricos y pobres, país necesitado o país millonario.

Siento vergüenza ajena de que la misma organización que se formó en defensa de la sanidad pública, no quiera aceptar una donación que puede ayudar a salvar vidas, a curar enfermos.

De nuevo, muchas gracias señor Amancio Ortega.

El negocio que hay detrás de la donación de sangre

Por José Ángel Peinado Monteso

Donar sangre es una acción loable y altruista; no se pide nada a cambio. Es dar vida.

Desde que tenía pocos años mi madre me llevaba a las unidades móviles de donación para que ella donara. Yo me sentaba al final del autobús y me atendían estupendamente. Ese buen hábito hizo que una de las primeras cosas que hiciera al cumplir 18 años fuera donar. Llevo casi 20 años donando.

Una donante de sangre (EP).

Una donante de sangre (EP).

El otro día entró en nuestro centro de trabajo un autobús de Cruz Roja para que los trabajadores pudieran donar. Este servicio fue privatizado por la Comunidad de Madrid hace 2 años, eliminando el personal público y cediendo los autobuses propios a la concesionaria, además de rebajar considerablemente las condiciones laborales del personal que prestaría el servicio.

Del autobús bajó una persona que recorrió todo el recinto, oficinas y dependencias ejerciendo labores comerciales para convencer al personal para donar sangre, ofreciéndoles luego una bolsita de comida y bebida. Yo me negué y le dije que si también informaba de que Cruz Roja cobraba a la Comunidad de Madrid 67 euros por cada bolsa de sangre. Me llamó mentiroso. Siguió su labor comercial, incluso con trabajadores externos que trabajaban en una obra. Una compañera con buena intención, pero ajena a lo que hay detrás, le ayudó recorriendo parte del centro para convencer a más compañeros. Intenté informarla, pero también negó la evidencia.

¿Y por qué van mesa por mesa con tanto interés para que dones? Porque no están cumpliendo el número de donaciones del contrato con la Comunidad. El año pasado recogieron un 17% menos de los pactado y esto es un negocio. Donar en la puerta de tu domicilio o trabajo es muy cómodo, ya que no pierdes tu tiempo de ocio; algún vago también pensará que así se libra un rato de trabajar. Eso es verdad, pero la cuestión es que si tú vas a un hospital público a donar, a los madrileños no les cuesta los 67 euros que sí cuesta en una unidad móvil privatizada. No llegará el día en que nos cobren por ponernos sangre (eso espero), pero esos 67 euros se tienen que pagar y ahora se detraen de otras partidas sanitarias.

Yo doy mi sangre altruistamente, no para que otro saque beneficio económico de ello. Para los que no tienen tiempo, les digo que la última vez que doné fui a un centro público y llevé a mi hija que tiene 2 años y medio. Enseñar a mi hija (gracias a tí mamá) que donar es importante para ayudar a los demás no tiene precio, al contrario del negocio con la sangre montado por algunos.

Trasplantados: jugar con nuestra vida por ser de pueblo

Por Beatriz González Villegas

He presidido la Asociación de Trasplantados de Páncreas desde su creación hasta que dimití el año pasado por cansancio y harta de pelear contra la Administración. Hemos sido la primera y única asociación de pacientes con este tipo de intervención en este país, que de nuevo pasamos a estar sin representación. Los que en España somos trasplantados de páncreas lo hacemos bien por una diabetes (la inmensa mayoría), o bien desde una fibrosis quística. Los diabéticos precisamos un doble trasplante: de páncreas-riñón. Los pacientes con fibrosis quística, un páncreas-pulmón.

Me dirijo a ustedes para explicarles la situación incongruente y anticonstitucional que estamos sufriendo todos los trasplantados de cualquier órgano que vivamos en áreas geográficas donde el hospital que nos corresponda no tenga manera de medirnos los niveles de medicamentos inmunosupresores, ni especialistas que los interpreten.

A modo de ejemplo, les contaré lo que ocurre en la provincia de Sevilla: en Sevilla existen varios hospitales universitarios pertenecientes al SAS: el Hospital Universitario Virgen del Rocío, el Hospital Universitario Virgen Macarena (ambos con el mismo director gerente por eso de la convergencia hospitalaria). Por otro lado tenemos al Hospital Universitario de Valme. Hay otros hospitales como el Hospital La Merced de Osuna. Son un total de seis más, que se entiende que dependen de los tres grandes.

Los trasplantados sobrevivimos gracias a que el estado nos proporciona un órgano donado, una operación de trasplante, y una medicación para que ese órgano pueda sobrevivir dentro de nosotros sin ser rechazado por nuestro propio sistema inmune. Todo esto, gracias a dios, nos lo cubre el sistema nacional de salud (SNS). Una vez que se nos trasplanta volvemos a casa. Se nos insiste muchísimo en la adherencia al tratamiento inmunosupresor, porque nos va la vida en ello. Como no puede haber en cada ciudad un hospital trasplantador, en España se nos trasplanta solo en determinados hospitales, donde luego  pasaremos todas las revisiones. En el caso del trasplante de páncreas-riñón, en Andalucía sólo se realiza este tipo de intervención en los hospitales Carlos Haya (Málaga) y Reina Sofía (Córdoba).

Varios médicos realizando un trasplante. (ARCHIVO)

Varios médicos realizando un trasplante. (ARCHIVO)

Lo que denuncio es que los pacientes que vivimos en zonas rurales, donde no exista un hospital trasplantador (del nuestro o de otro órgano), sobrevivimos en situación desfavorecida porque:

  • Si ingresamos por una afección que afecte al órgano trasplantado nos permiten ingresar en un hospital trasplantador.
  • Si ingresamos por otro tipo de evento, nos lo prohíben.

Volviendo al caso de Sevilla, a los pacientes que vivimos en el Área de Gestión Sanitaria Sur, cuyo hospital universitario de referencia es Valme, no nos permiten ingresar ni en el Virgen del Rocío ni en el Virgen Macarena, salvo que lo hagamos por algo que afecte a nuestro páncreas y/o a nuestro riñón donado.

No denuncio que en Valme no haya Unidad de Gestión Clínica de Nefrología, como ocurre en otros Hospitales Nivel 2 de la Junta de Andalucía, que atienden zonas rurales. Lo que denuncio es que en este tipo de hospitales de pueblo no hay forma de medirnos los niveles de inmunosupresión ni quien los evalúe.

Ejemplificando: si ingreso en Valme por una metrorragia tal que me ocasione anemia, me atenderán con todos sus recursos y toda la humanidad que les caracteriza. Me transfundirán. Me pondrán un dispositivo intrauterino llamado Mirena, porque la otra opción rápida es eliminarme el útero, pero como soy trasplantada, y el riñón lo tengo pegado al útero, descartan esta opción por el riesgo que conlleva… Pues bien, si eso pasase, los niveles de inmunosupresores que me facilitan sobrevivir con mi páncreas y mi riñón injertados variarán, sobre todo teniendo en cuenta que la sangre transfundida viene libre de esos medicamentos y cargada de nuevos anticuerpos. El problema uterino, según gerencia del Virgen del Rocío-Macarena no me afecta lo trasplantado, y me prohíben ingresar en cualquiera de esos dos centros, donde sí existe forma de analizar los niveles, y especialistas (acostumbrados a trabajar con pacientes renales trasplantados) como para interpretarlos y variar la medicación.

¿No es cierto que nuestro SNS habla sobre considerar a los pacientes como el centro de la asistencia clínica? ¿No es cierto que los pacientes, en la literatura médica institucional, somos un todo y no un órgano afectado? ¿No es cierto que el artículo 14 de la Constitución habla de igualdad? Lo mismo estoy equivocada e interpreto estos textos mal porque hoy mismo estoy con una infección grave que me impide ingresar en un hospital como pueda ser el buque insignia de la sanidad andaluza porque no afecta más que a mis dos pies, los mismos pies que me llevarán hasta donde sea necesario para que todos sepan que se está jugando con nuestras vidas solo por ser de pueblo y no vivir a la vera de un gran centro hospitalario.

El negocio de la sangre

Por Joaquín Hidalgo

Ejemplo de cómo se monta un buen negocio privado, gracias a la iniciativa pública:

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

Una bolsa de plasma durante la donación de sangre. Foto: GTRES

La Comunidad de Madrid y Cruz Roja firmaron un convenio por el que a partir de marzo la Comunidad cede gratis sus autobuses de donación de sangre para que sean gestionados por Cruz Roja. A partir de ese momento, la Comunidad pagará a Cruz Roja 67€ por cada donación. En realidad, esto es lo que ya está pagando la Comunidad de Madrid a Cruz Roja por cada donación que consigue en sus centros, pero son pocas, por lo que parece.

Haciendo números, y si las donaciones en autobuses siguieran como hasta ahora, Cruz Roja se llevaría calentitos 9 millones de euros al año, cuando a la Comunidad el mantenimiento de los autobuses y los sueldos del personal le salía por 1,5 millones, aproximadamente. El personal no fijo irá a la calle, claro; a los fijos les recolocarán y les seguirá pagando la Comunidad, con lo que ni eso se ahorran.

Dicho de otra manera: yo doy mi sangre gratis y Cruz Roja gana con ella una pasta… ¡que le estoy pagando yo con mis impuestos! Cada donación de sangre que haga a la Cruz Roja ¡me cuesta dinero a mí! Solución: Nunca más haré una donación en autobuses, me iré a un hospital público y me aseguraré bien que la Cruz Roja ni ninguna empresa privada tenga que ver con esa donación. Y recemos para que no privaticen también los centros de donación de los hospitales públicos.

El gesto social de Xavi Hernández

Por María Faes Risco

Xavi HernándezEl futbolista del Barcelona C.F. Xavi Hernández y su novia entregarán sus regalos de boda a un hospital. Magnífico ejemplo de conciencia social. Lo mismo hicieron en su boda los príncipes ingleses. Un grupo de amigos escribimos a la Casa del Rey antes de la boda del príncipe Felipe y Letizia para sugerirles que hicieran lo mismo en beneficio también del crédito de la Corona. Recibimos sólo una seca respuesta, en un apenas velado menosprecio a nuestra “impertinencia”, misiva que conservo. Quizá eso tenga algo que ver con la cada vez más distinta valoración que ingleses y españoles estamos teniendo a la monarquía.

Recogida de medicamentos para animales

Por Sara Díaz

87739Ante el drástico recorte presupuestario y la grave recesión económica, innumerables organizaciones y proyectos de cobertura social están atravesando uno de sus mayores baches. Por ello, no dejamos de luchar e idear iniciativas para la búsqueda de vías alternativas. Desde el centro de recuperación de fauna salvaje AMUS, situado en Badajoz, y en colaboración con la Asociación Ibérica de Cuidadores de Animales Salvajes (AICAS), hemos lanzado una campaña de recogida de material médico fungible y medicamentos como vendas, gasas, esparadrapos, betadine, suero fisiológico, jeringas, agujas, etc. Aceptamos material a punto de caducarse, o que lo haya hecho en poco tiempo, puesto que este material termina tirándose, y nosotros podíamos seguir dándole uso. Necesitamos material, día a día, para seguir atendiendo a todos los animales que ingresan en el centro.