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Entradas etiquetadas como ‘moral’

La hipocresía de algunos cristianos

Por Darío Real

Plaza de San Pedro, en el Vaticano (Claudio Peri/EFE).

Plaza de San Pedro, en el Vaticano (Claudio Peri/EFE).

Me hace gracia la doble moral de aquellos que piensan que es Dios el único que tiene la potestad de dar vida y se rebelan en contra de la ciencia. Los mismos que están en contra del aborto, pero si tienen una hija embarazada con un hijo no deseado por la causa que sea (suele ser el qué dirán), se la llevan a abortar. Los mismos que todo lo arreglan con ir el domingo a misa y echar una propina en el cepillo.

Sepan ustedes que eso no les hace ser mejores personas, simplemente les hace sembrar hipocresía dejando que sus vástagos recojan vuestro testigo.

 

Son ya muchos meses presenciando el dolor de los refugiados sin poder hacer nada

Por Amparo Domínguez

Patera.

Patera rescatada frente a las costas de Gran Canaria. (SALVAMENTO MARÍTIMO)

Después de la entrevista a miembros de Reporteros Sin Fronteras en la presentación de un manual de autoprotección, me han venido a la cabeza las imágenes que me llenaron de preocupación. Primero presencié el desastre de una embarcación de refugiados yéndose a pique, con varios muertos, padres gritando desgarradoramente y niños empapados con agua helada a estas alturas del invierno y llorando sin comprender nada. Acto seguido salieron imágenes de niños felices jugando con sus padres, con sus trineos en la nieve tan esperada.

Hiladas las imágenes sentí como un choque brutal. Como de culpabilidad de esa felicidad, tan legítima por otra parte. Y al oír la entrevista y los problemas de estos reporteros y fotógrafos, he pensado si no habrá ya media humanidad en su situación: con síndrome postraumático. Con posibles enfermedades mentales sin darnos cuenta. Yo tengo que retirar mi vista, cambiar de canal si me da tiempo. Y me queda algo extraño en el cuerpo. Como un vacío, como una incomprensión, como un asomo de culpabilidad al no poder hacer nada, absolutamente nada, por remediar tanta violencia. Y a esos bomberos voluntarios, detenidos por ayudar, quizá presa también ellos de ese mismo estrés, sin poder medir milla más, milla menos, en su afán de salvar vidas.

Imagino que todo eso se nos quedará en el subconsciente y algún día dirá «aquí estoy». Son ya muchos meses, muchos años, presenciando el dolor humano sin poder hacer nada. Desayunamos, comemos, cenamos, nos despertamos, nos dormimos y, si en medio de la noche ponemos la radio por saber qué hora es, siempre hay un ser humano que sufre. La sensibilidad es tan grande que he ido desterrando, por insoportable, toda escena de violencia. Se me saltan las lágrimas al ver un animalito maltratado, me da igual un toro que un galgo. Ya no tolero ni una película donde se desaten esos instintos bárbaros. Aún sabiendo su mentira. Pero me delata la verdad, me recuerda la realidad. Ya no soportamos tanto dolor. ¿No sería posible, por lo menos, acudir a una terapia donde se nos cure este síndrome constantemente lacerando nuestras vidas? ¿Nuestras almas? ¿Que a la vez que nos pasan esas imágenes se nos den pautas para asimilarlas? Si es que es posible que lleguemos a conseguirlo.

No quiero renunciar a mi derecho a estar informada, a disfrutar de mi tiempo como yo quiera. Conozco personas que han decidido no poner televisión ni radio, retiradas desde hace tiempo de la prensa escrita. Pero es tal el bombardeo que ya no te puedes evadir. Porque es demasiado dura la realidad y demasiado abundante el dolor. Quizá todos debamos comprar el libro de auto protección editado por Reporteros Sin Fronteras buscando alguna ayuda. Y favoreciendo la suya.

Una muerte digna para Andrea

Por Jon García Rodríguez

Padres de Andrea

Los padres de Andrea, ante los periodistas. (EFE)

Tiene que ser horrible ver cómo se apaga paulatinamente la vida de tu hija sin que puedas hacer nada para evitarlo. Y tiene que dar pavor escuchar a diario sus gemidos de dolor y sus estertores, los sonidos que avisan que la niña, tu niña, se está muriendo ma non troppo (poquito a poco).

Leo en los periódicos con tristeza que los padres de Andrea, una cría de 12 años que sufre una enfermedad rara y degenerativa, han pedido «una muerte digna» para su hija tras agravarse su larga lucha vital.

Y leo con indignación que el equipo pediátrico que la trata -Hospital Clínico de Santiago- se niega a medicarla con sedación para que «se vaya» sin sufrir. Desgraciadamente en este caso, como en tantos otros, la ética y las creencias religiosas se vuelven a enfrentar.

Yo, que cuando rezo lo hago en latín y que siento empatía por la teología, creo sinceramente que los galenos están errando con su decisión. La muerte digna debería ser el derecho más básico de las personas. Prolongar el sufrimiento de un desahuciado resulta amoral. Andrea se va ad astra per aspera (a las estrellas por el camino difícil). Ayudémosla a marchar.

Autoridad moral inconsistente

Por Alejandro Prieto Orviz

Aunque uno deposite más confianza en los resultados sociales obtenidos a través de la convicción que de la imposición, pues no es lo mismo conducirse bajo el dictado del razonamiento  que entrar por el aro a presión, parece comprensible la decisión tomada por distintos ayuntamientos de denegar la instalación de sombrillas particulares a primeras horas de la mañana para reservar sitio en las playas.sombrilla Muchas de ellas clavadas en primera línea de orilla, con vistas al horizonte y a los cuerpos que se pasean y entran y salen del agua. Y qué decir de la apropiación (desde el alba hasta el ocaso) de las mesas en las áreas recreativas. Censurar  la conducta de los  cargos políticos que anteponen los réditos personales a los sociales, es un ejercicio saludable que está al alcance de cualquier ciudadano,  sin embargo,  se echa  de menos una mayor autocrítica y disposición para encauzar  agudos  comportamientos que, cuando son protagonizados por el prójimo, suelen tener la consideración de desleales, molestos o irritantes. La autoridad moral se debilita, pierde consistencia e incluso se derrite con el calor del egoísmo y la incoherencia.

El comedor social desencajó mis esquemas

Por Patricia Domingo (Barcelona)

Pobreza, vagabundos, gente de la calle, desamparados que pueden comer gratis… En esto piensa la gente cuando preguntas “¿Qué entiendes por comedor social?” Pues yo tengo una idea diferente:

Lugar en el que personas individuales o familias puede ir a desayunar, comer o cenar aportando la compensación económica que les sea posible según sus circunstancias. La semana pasada me acerqué a uno de ellos y la experiencia fue increíble. Desencajó todos mis esquemas, me abrió los ojos en este clima negativo en el que nos encontramos y me hizo creer que España puede ver la luz. Que el cambio debe empezar por la sociedad, por un giro de mentalidad.

Las asistencias a estos comedores sociales se están triplicando y lo mejor de ello es que las ayudas también. Los barceloneses contamos ya con al menos un comedor en cada distrito, sumando un total de 17, y los planes de futuro es que sigan creciendo para el próximo año. Pues bien, ahora ya no hay excusa. Uno de cada 4 niños españoles se encuentra en situación de pobreza y sin embargo Comedor socialen los comedores sociales los más concurrentes son las personas de tercera edad.

Tengo la oportunidad de trasladar la verdadera realidad a toda la población. Quiero hacer un llamamiento a todas las personas, amigos, familiares; estudiantes, trabajadores o parados; solteros, parejas, madres solteras, padres, ya sean jóvenes o ancianos. Es verdad que hay crisis, pero es una crisis tanto económica como de valores. Nos hemos sentido engañados muchas veces y nuestro nivel de confianza es cada vez menor, pero aunque cueste creerlo las ayudas existen.

Hay muchas personas que desean ayudar sin esperar nada a cambio, bueno, en realidad sí que quieren algo, y esa es su propia satisfacción interior. Siempre se ha dicho que después de una gran crisis viene el cambio. Los comedores sociales nos ayudan en todo lo que pueden a salir de las peores situaciones en las que nos encontremos. Hay parte de la sociedad que se está convirtiendo en un círculo de ayuda humanitaria, donde cada uno aporta su pequeña miga de pan, que si se uniesen a todas las demás, formarían la Gran pieza. Ahora es el momento de que cada uno decidamos dónde queremos llegar, qué queremos hacer, qué queremos aportar. Ahora es más que nunca un momento del cambio.

Defendamos la Filosofía

Por Alberto Ramos Agrela

¿Por qué la enseñanza en Filosofía es imprescindible en 4º de ESO, primero y segundo de bachillerato? En primer lugar porque es uno de los pocos lugares, de las pocas asignaturas, en las cuales a las personas se les permite pensar por sí mismas, donde se les induce a que lo hagan de la mejor forma posible.

En segundo lugar, porque aunque puede que cuestiones sobre moral y ciudadanía, política, e incluso metafísica o religión no permitan a los alumnos “hacer más” cosas, adquirir un mejor currículum de cara a su entrada en una empresa, adquirir destrezas en el manejo de instrumentos o saberes instrumentales; sin embargo, la Filosofía les permite una ayuda en su acomodación en la realidaVoltaired, les permite situarse de acuerdo a sus propias creencias, poniendo en cuarentena todo lo dudoso de entre aquello que se les ha inculcado: les permite el cuestionamiento de lo dicho e inyectado permitiéndoles así una mayor capacidad para situarse por sí mismos sin aceptar como verdadero o como aceptable nada por el hecho de haber sido dicho por otro. Esto es lo más importante que la filosofía puede otorgar a sus alumnos: herramientas para la propia libertad y para la propia autonomía en el nivel de la conciencia, herramientas para construir nuevas visiones del mundo que permitan construir nuevos mundos mejores que aquel en el que vivimos –que aquel que se nos ha hecho construir día a día—.

Y ya terminando, la Filosofía es una enseñanza que promueve el desarrollo de la capacidad para redactar de modo adecuado y argumentar defendiendo el propio punto de vista con argumentos racionalmente justificados (ojalá los contertulios de televisión hubieran estudiado más Filosofía). Además, también básico, permite y promueve un entrenamiento en la capacidad de lectura comprensiva, tan mermada en nuestro país, y un llamamiento a la obligación moral de comprender de lo que se habla, sea cual sea el tema o problema, antes de posicionarse.

Es solo un esbozo de las abrumadoras razones que obligan a que no olvidemos que con la práctica eliminación de la Filosofía que está llevando el actual gobierno en las enseñanzas medias no solo se nos está quitando una asignatura, sino que además se nos está negando una posibilidad, un lugar privilegiado, para cuestionarnos a nosotros mismos y así ser un poco menos ingenuos, para cuestionar lo dicho e inculcado desde fuera para así ser un poco menos inocentes frente a los grandes discursos, un lugar para la realización de la libertad individual y de la autonomía personal de cada uno.