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Entradas etiquetadas como ‘etica’

Corrupción y elecciones II

Por Jaime Rodríguez Soto

El líder el PP, Mariano Rajoy, tras conocer los resultados del pasado 26-J (Javier Lizón/EFE).

El líder el PP, Mariano Rajoy, tras conocer los resultados del pasado 26-J (Javier Lizón/EFE).

Leo el artículo de Mercedes Gallizo sobre las últimas elecciones, en las que ella traza su propia opinión de que el ciudadano medio tiene sus valores morales y éticos y distingue entre lo que está bien y lo que está mal.

Bien, sobre todo esto que dice, antes de estas últimas elecciones, e incluso después de las del 20D, me habría callado. Pero señora Gallizo, después de estas últimas elecciones no me puedo quedar callado.

Si algo han dejado claro los resultados electorales es que al españolito medio se la trae al pairo la corrupción, y sí, afirmo que muchos si pudieran también robarían.

La victoria en las urnas del Partido Popular, aún subiendo en votos respecto al 20D así lo atestiguan, ya no me valen los criterios templados, las opiniones tibias; después de lo que hemos visto en estos últimos cuatro años de gobierno pepero, con recortes sociales, regresión política y social y corrupción generalizada, y que más de siete millones de españolitos los sigan votando, la dejan sin argumentos, señora Gallizo.

No me gustan los profesores que enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar o violar

Por Elisabet Ruano

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Hay días en los que te encuentras en la prensa algo que no debería permitirse: una clase de futuros médicos ve una serie de diapositivas donde las mujeres nos convertimos para los alumnos, – gracias a la iluminación del profesor- en un cacho de carne, en un objeto. No se entiende muy bien cómo para explicar cualquier teoría o cualquier concepto es necesario exponer una imagen con una serie de palabras que nos convierten a las mujeres en indignas, totalmente denigradas. Una metodología no tiene por qué despojar de la dignidad a ningún ser humano.

A lo largo de mi vida nunca he tenido una experiencia de ese tipo: ver cómo se humilla a otras personas en un contexto académico. Y sigo en el camino del aprendizaje y no han acudido a métodos tan poco éticos y morales para explicarme a teóricos como Hobbes o Hannah Arendt; valga de por sí el modelo androcéntrico de cultura e historia que tenemos como para que además se tenga que acudir a unas formas totalmente fuera de lugar. Estamos en el siglo XXI y la dignidad de la persona se debe transversalizar a cualquier contexto. ¿Cómo es posible permitir eso?

No me gustaría que mi hija, que este año se incorpora a la educación, se encontrara a lo largo de estos años profesores/as que le enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar, abusar o violar. No me gustaría que mi hija se sintiera inferior a otros/as niños/as. No me gustaría que a mi hija por el hecho de ser mujer se le limitara en la escuela o se le denigrara con imágenes como las que se han podido ver. Si no se quiere asumir que eso es un problema, entonces me parece que estamos ante una sociedad enferma.

 

Son ya muchos meses presenciando el dolor de los refugiados sin poder hacer nada

Por Amparo Domínguez

Patera.

Patera rescatada frente a las costas de Gran Canaria. (SALVAMENTO MARÍTIMO)

Después de la entrevista a miembros de Reporteros Sin Fronteras en la presentación de un manual de autoprotección, me han venido a la cabeza las imágenes que me llenaron de preocupación. Primero presencié el desastre de una embarcación de refugiados yéndose a pique, con varios muertos, padres gritando desgarradoramente y niños empapados con agua helada a estas alturas del invierno y llorando sin comprender nada. Acto seguido salieron imágenes de niños felices jugando con sus padres, con sus trineos en la nieve tan esperada.

Hiladas las imágenes sentí como un choque brutal. Como de culpabilidad de esa felicidad, tan legítima por otra parte. Y al oír la entrevista y los problemas de estos reporteros y fotógrafos, he pensado si no habrá ya media humanidad en su situación: con síndrome postraumático. Con posibles enfermedades mentales sin darnos cuenta. Yo tengo que retirar mi vista, cambiar de canal si me da tiempo. Y me queda algo extraño en el cuerpo. Como un vacío, como una incomprensión, como un asomo de culpabilidad al no poder hacer nada, absolutamente nada, por remediar tanta violencia. Y a esos bomberos voluntarios, detenidos por ayudar, quizá presa también ellos de ese mismo estrés, sin poder medir milla más, milla menos, en su afán de salvar vidas.

Imagino que todo eso se nos quedará en el subconsciente y algún día dirá «aquí estoy». Son ya muchos meses, muchos años, presenciando el dolor humano sin poder hacer nada. Desayunamos, comemos, cenamos, nos despertamos, nos dormimos y, si en medio de la noche ponemos la radio por saber qué hora es, siempre hay un ser humano que sufre. La sensibilidad es tan grande que he ido desterrando, por insoportable, toda escena de violencia. Se me saltan las lágrimas al ver un animalito maltratado, me da igual un toro que un galgo. Ya no tolero ni una película donde se desaten esos instintos bárbaros. Aún sabiendo su mentira. Pero me delata la verdad, me recuerda la realidad. Ya no soportamos tanto dolor. ¿No sería posible, por lo menos, acudir a una terapia donde se nos cure este síndrome constantemente lacerando nuestras vidas? ¿Nuestras almas? ¿Que a la vez que nos pasan esas imágenes se nos den pautas para asimilarlas? Si es que es posible que lleguemos a conseguirlo.

No quiero renunciar a mi derecho a estar informada, a disfrutar de mi tiempo como yo quiera. Conozco personas que han decidido no poner televisión ni radio, retiradas desde hace tiempo de la prensa escrita. Pero es tal el bombardeo que ya no te puedes evadir. Porque es demasiado dura la realidad y demasiado abundante el dolor. Quizá todos debamos comprar el libro de auto protección editado por Reporteros Sin Fronteras buscando alguna ayuda. Y favoreciendo la suya.

El morbo en la televisión

Por Juan Afán Muñoz

Juicio por el crimen de Asunta.

Rosario Porto y Alfonso Basterra, padres de Asunta. (EFE/Lavandeira)

Durante los 2 últimos meses todas las televisiones de cobertura nacional nos han bombardeado con extensas y diarias crónicas que narran el desarrollo del juicio por el asesinato de la niña Asunta Basterra, presuntamente cometido por sus padres. Ahora continúa este culebrón con el tema del jurado, su composición, el veredicto y las apelaciones. Después será con una serie para la televisión, imagino que ya rodándose en secreto por una «avispada» cadena, y como colofón se hará una película, por supuesto subvencionada.

Mientras tanto a los televidentes y delincuentes se les ofrece un curso acelerado para delinquir informando de todas las pruebas pormenorizadamente, para que evolucionemos hacia el conocimiento del crimen perfecto; el objetivo es profundizar en el morbo y llevar a nuestra sociedad a interiorizar en el ADN lo más rancio de las crónicas de sucesos y de paso conseguir que no se conozcan y debatan lo suficiente los grandes y graves problemas que tiene la sociedad española, entre los que destaco el paro, la corrupción política, el desafío soberanista catalán, la inmigración, la desigualdad social, etc.

Estoy seguro que cuando este tema se aplaque nacerá otro que nos mantenga «informados» de lo que le interesa al poder establecido y su ministerio del morbo adjunto. Por supuesto en toda esta crónica negra la comunidad andaluza es líder destacado, aportando varios de los últimos grandes «sucesos»: primero el crimen de Mari Luz Cortés, en Huelva (2008); después el de Marta del Castillo, en Sevilla (año 2009); y posteriormente los niños Ruth y Jose en Córdoba (año 2011) entre otros, a los que se les da la notoriedad necesaria para convertirlos en seriales por muchos años.

Dice Bernice Buresh: La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar.

Una muerte digna para Andrea

Por Jon García Rodríguez

Padres de Andrea

Los padres de Andrea, ante los periodistas. (EFE)

Tiene que ser horrible ver cómo se apaga paulatinamente la vida de tu hija sin que puedas hacer nada para evitarlo. Y tiene que dar pavor escuchar a diario sus gemidos de dolor y sus estertores, los sonidos que avisan que la niña, tu niña, se está muriendo ma non troppo (poquito a poco).

Leo en los periódicos con tristeza que los padres de Andrea, una cría de 12 años que sufre una enfermedad rara y degenerativa, han pedido «una muerte digna» para su hija tras agravarse su larga lucha vital.

Y leo con indignación que el equipo pediátrico que la trata -Hospital Clínico de Santiago- se niega a medicarla con sedación para que «se vaya» sin sufrir. Desgraciadamente en este caso, como en tantos otros, la ética y las creencias religiosas se vuelven a enfrentar.

Yo, que cuando rezo lo hago en latín y que siento empatía por la teología, creo sinceramente que los galenos están errando con su decisión. La muerte digna debería ser el derecho más básico de las personas. Prolongar el sufrimiento de un desahuciado resulta amoral. Andrea se va ad astra per aspera (a las estrellas por el camino difícil). Ayudémosla a marchar.

Las noticias no mueren, se silencian

Por Ángel Alonso Pachón

¿Se fue el Ébola? ¿Se acabó el secuestro de niñas en Nigeria? ¿Dónde están los cristianos perseguidos? ¿Dónde los niños de la guerra? ¿Dónde la hambruna de África? ¿Dónde los niños obreros sin años? No, los hemos silenciados por falta de rentabilidad.

Eneko: medios de comunicación

Eneko: medios de comunicación

Lloremos todos, cristianos, musulmanes, judíos, los de izquierdas, los de derechas, comunistas o capitalistas; lloremos todos por nuestros silencios interesados y pidamos perdón al hambre, a la enfermedad, a la pobreza, a los perseguidos, a los degollados, a los secuestrados, a los niños sin futuro, a todos porque nos hemos acostumbrados a silenciar el mundo: La ética no es rentable.

Accidente de Jules Bianchi: No me gusta que me peguen pero me gusta ver una pelea

Por Jorge Labandeira Pastor

El domingo el piloto de F1 Jules Bianchi sufrió un accidente en el Gran premio de Japón. La realización de la F1 no emitió el accidente y no había manera de verlo, dando una lección mundial de ética y profesionalidad.

Todas las cadenas del mundo babeaban por esas imágenes para abrir sus espacios con las “inéditas imágenes del accidente”. Y gracias a la maravillosa tecnología de la que gozamos, una persona del público –como es costumbre en estos momentos– en vez de disfrutar de su entrada y verla con sus propios ojos, prefirió verla a través del móvil.

Comisarios de carrera y servicios médicos del circuito de Suzuka atienden al francés Jules Bianchi tras el accidente sufrido por el piloto de Marussia en Japón. (EFE)

Comisarios de carrera y servicios médicos del circuito de Suzuka atienden al francés Jules Bianchi tras el accidente sufrido por el piloto de Marussia en Japón. (EFE)

La noche del lunes la gente, con su dedito pulgar más ágil que en pasadas generaciones, enviará y enviará el video del accidente a gente que ni conoce. Alimentando esa sensación gozosa de “no me gusta que me peguen, pero me gusta ver una pelea”.

Pues a toda esa gente querría hacerla una pregunta: “¿Os gustaría que todo el mundo viera el accidente de vuestra pareja, padres o hermanos mientras vosotros estáis en el hospital rezando a todas las religiones y energías del mundo para que sobreviva? Os aseguro que no.

Por eso mismo seamos responsables con la tecnología que tenemos y tendremos. Esto va a más y como no sentemos unas bases éticas el mundo va a ser un estercolero de mentes.

Dimisiones (en el PP) y ética política

Por José Carlos Canalda

En el periódico del día 3 de septiembre leí en un titular que Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, abandonaba su partido en protesta por el trato a las víctimas del accidente del tren Alvia del pasado año. Bien, pensé, al fin un político con principios éticos… pero no. Leyendo el artículo nos enteramos de que esta señora viajaba en el tren accidentado, por lo cual se trata, mucho me temo, de una cuestión puramente personal al estilo de cuando Iñaki Anasagasti «descubrió» que la kale borroka también era terrorismo el día que prendieron fuego al autobús en el que viajaba su madre, y no antes. Me gustaría saber si la señora Gómez-Limón hubiera actuado de igual manera de no haber ido en ese tren, aunque a juzgar por el silencio cómplice de la totalidad de los cargos públicos del PP, sospecho que no.

María Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, durante una intervención en televisión. (RTVE)

María Teresa Gómez-Limón, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, durante una intervención en televisión. (RTVE)

Pero aún hay más. La señora Gómez-Limón abandona el PP, pero no el escaño ni, por supuesto, su jugoso sueldo pese a que salió elegida en una lista cerrada bajo estas siglas, por lo que lo ético y lo decente sería que renunciara a ellos si tan disgustada está con el partido que la aupó al cargo.

Por último, resulta que también está muy molesta porque, según ella, se impidió participar a los familiares de las víctimas en un homenaje realizado el 24 de julio en Santiago. ¿No sería, pregunto, porque no pudo salir en la foto? En cualquier caso, este es un ejemplo claro, aunque por desgracia no único, de hasta donde ha llegado la mezquindad de nuestra clase política.

La honradez de Rajoy

Por Ángel Villegas Bravo

He oído en repetidas ocasiones y a distintos periodistas, comentaristas, tertulianos y políticos de la oposición, y en relación al nauseabundo ‘caso Gürtel-Bárcenas-PP’, que Mariano Rajoy es un tipo honrado. No diré yo que el presidente del Gobierno no lo sea pero, francamente, no consigo entender en qué se basan los que tal afirman.

Dejemos de lado si él o algunos de los dirigentes del Partido Popular cobraron, o no, sobresueldos; obviemos si el dinero era, o no, negro; RAjoyignoremos, también, el «horror» de Rajoy a pronunciar siquiera el nombre de Bárcenas; corramos un tupido velo sobre la defensa a ultranza que hizo en su momento del extesorero y sobre el tiempo en que este siguió cobrando del partido, cuando decían que ya no estaba en él; y para no partirnos de risa (o de indignación) no nos acordemos de la indemnización en diferido o simulada.

Capítulo aparte merece el desprecio o falta de respeto del presidente con toda la ciudadanía negándose a dar explicaciones sobre caso tan indecente. Todo lo anterior no implica falta de honradez, pero tampoco contribuye, en absoluto, a suponer la honradez de nadie y, desde luego, lo que si supone es una falta de ética considerable y un descrédito y hasta falta de legitimidad para seguir ejerciendo como presidente de un pueblo al que ignora y al que parece considerar muy poco. Empezando por sus propios militantes y votantes.

La honestidad de Alicia Sánchez-Camacho

Por José Luis Bustabad

La reacción de la presidenta del Partido Popular en Cataluña, Alicia Sanchez-Camacho, me ha decepcionado por considerar que la empresa que la espió se ha declarado culpable y la resarcirá con 80.000 euros, que al parecer serán donados a una ONG.Alicia Sánchez Camacho

Dado el alcance de tal actividad delictiva es impensable que la presidenta, dotada de un gran sentido común, acceda a retirar su denuncia previo acuerdo con los delincuentes. España y los españoles esperamos y deseamos que los políticos sean honestos y coherentes. Dicho esto, el comportamiento de la señora presidenta se aparta muy mucho del de aquella que deseaba llegar hasta las últimas consecuencias en dicho proceso delictivo en pro de esa honestidad que se le supone y que ha dejado en entredicho. Este espionaje debe ser investigado por la Fiscalía para esclarecer a quién afecta, víctimas y presuntos delincuentes, y con qué fondos se ha sufragado.