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Entradas etiquetadas como ‘silla de ruedas’

La odisea de Barajas para trasladar a sus pasajeros en silla de ruedas

Por Pedro Martínez Romero

A raíz de la queja publicada sobre el servicio «Sin Barreras» en este blog, me gustaría expresar mi desacuerdo con el protocolo que usa AENA para dar solución a no tener adaptados los trenes en la T4 para situaciones de emergencia y de no emergencia.

Bien, la T4 es la terminal de vuelos internacionales de Barajas y es muy grande con lo cual hay trenes que te acercan a las puertas de embarque (desconozco si es siempre así). Yo he viajado a Nueva York en 2012 y 2015. En 2012 cogí este tren sin ningún problema, aunque efectivamente no había sistemas de sujeción en estos trenes relativamente nuevos.

Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. (GTRES)

Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. (GTRES)

En noviembre de 2015 volví a hacer el viaje y mi sorpresa fue que (iba con 2 acompañantes) para ir a la puerta de embarque debía de ir solo con un acompañante y encontrarme después con el otro. Es una faena porque es un lugar desconocido, pero así lo hicimos.

El otro acompañante fue en el tren normal a la puerta de embarque, nosotros tuvimos que cruzar media T4 para salir a las pistas y coger una furgoneta. La espera de esta furgoneta fue de una hora o más y el trayecto en furgoneta de una media hora.

La explicación de hacer esta chapuza se debe que a principios de 2015 hubo una situación de emergencia por parada del tren de la T4, situación ante la cual un usuario en silla de ruedas no tiene sitio por donde salir. Una faena para ir de viaje.

Menos estatuas de mujeres en silla de ruedas y más ayudas a los dependientes

Por Jesús García

Un hombre en silla de ruedas. (GTRES)

Un hombre en silla de ruedas. (GTRES)

Vivo en Madrid aunque he nacido en Burgos. Allí reside mi madre.

Mi madre tiene un grado 3 de minusvalía, que es el máximo. Hasta el año pasado cuidaba de ella principalmente mi padre, percibiendo una prestación por la Ley de Dependencia. Dicha prestación se redujo en un 62% por los famosos recortes que afectan más a los necesitados. Pero lo más curioso es que al fallecer mi padre, la prestación sufre un nuevo recorte de un 80% pasando a cobrar mi madre la miseria de 30 euros al mes.

¿En qué país vivimos que no se preocupa por nuestros mayores y necesitados, a los que debemos nuestra existencia, bienestar y progreso actual?

¡Vaya clase política que tenemos! Sólo les interesan los intereses privados de la banca y de los ricos y poderosos a base de tener sus bolsillos bien llenos con sobres, comisiones y cuentas en Suiza.

A todo eso al alcalde de Burgos, Fco. Javier Lacalle, famoso por el caso de Gamonal, no se le ocurre otra cosa que perder el tiempo inaugurando una estatua en un paseo de la ciudad de una señora en una silla de ruedas. Por favor, que este alcalde deje de hacer el ridículo y que defienda en el Ayuntamiento y en su partido los intereses de los minusválidos.

Mi madre va en silla de ruedas y me siento ofendido. No queremos ni estatuas ni gastos inútiles. Queremos una Ley de Dependencia en condiciones y que se aplique de forma justa y efectiva.

Lo más querido en esta vida es nuestra madre y queremos para ella lo mejor y más digno. Hoy lo sufre ella y mañana lo puedes sufrir tú.

Las aceras son de todos (incluso en Semana Santa)

Por Sol Duque

Acera de Sevilla en Semana Santa. (S. D.)

Acera de Sevilla en Semana Santa. (S. D.)

Nunca voy al centro de Sevilla en Semana Santa porque todo son obstáculos: gente que va muy perdida mirando al infinito, la cera en el suelo, los palcos desmontados esperando a que recoloquen sus sillas…

Esa zona, para los que vemos el mundo ‘sentados’, puede llegar a ser bastante estresante. Pero cuál fue mi sorpresa, que el otro día por la mañana me quise aventurar a dar un paseo por la zona de La Campana y de repente me vi que la circulación sí que estaba abierta a los coches y me quise montar en la acera para dejar paso sin molestar. En ese momento me di cuenta de que las subidas que tan bien conozco de todo el año las han tapado con asfalto para no perder el hueco para poner 2 o 3 sillas de madera.

Desde entonces, no dejo de darle vueltas a la cabeza. ¿Es más importante de verdad que ahí se puedan poner un par de sillas para ver unas procesiones que duran cinco horas que una persona discapacitada en silla de ruedas pueda pasear durante el resto del día por encima de las aceras como cualquier persona normal? Además del dinero que eso supondrá, ¿no se les caerá la cara de vergüenza, después de lo que nos está costando conseguir una Sevilla «accesible y adaptada», por quitar las rampas de las aceras para darle más importancia a los palcos?

Es cuestión de vergüenza, no de economía

Por Miguel Ángel Morenas

Tren de Renfe. (ARCHIVO)

Tren de Renfe. (ARCHIVO)

Hace unos meses, en la estación de La Serna (Fuenlabrada, Madrid), se cambiaron unos bancos completamente útiles por unos nuevos similares. Esa misma estación es también en la que cada día los discapacitados tienen serios problemas para acceder a los trenes por el mal diseño de los andenes.

Yo no sé de macroeconomía. No sé qué es la deuda externa, ni el déficit tarifario. Dudo que fuera capaz de leer una factura eléctrica y dudo que ni siquiera pudiera defender un sistema económico. Sin embargo, creo que de vergüenza si sé.

Por ello, soy incapaz de entender por qué en este país es necesario embellecer una estación con bancos nuevos mientras ésta sigue siendo inaccesible para los discapacitados. Quizá, como se suele decir ahora para todo, es necesario para la recuperación económica. Quizá el dinero de las arcas públicas deba gastarse en bancos y no en una pequeña subida del nivel del andén para que las personas con sillas de ruedas o las madres con sus hijos en carritos puedan montarse al tren sin tener que hacer malabarismos y con independencia.

Yo no sé de economía, no les puedo decir nada. Pese a ello, creo, desde mi profunda ignorancia, que esto, como tantas otras cosas, es cuestión de vergüenza, no de economía. Lo siento, pero no me creo que la estética rente más que las personas.

Probadores para discapacitados

Por Núria Castellanos

Un hombre en silla de ruedas. (GTRES)

Hombre en silla de ruedas. (GTRES)

Vivimos en una sociedad que afortunadamente cada vez está más concienciada hacia las personas con discapacidad. Pero todavía hay mucho camino por recorrer. Los discapacitados también nos compramos ropa. Pero… ¿Hay en algún sitio probadores para discapacitados? Aunque pueda parecer un tema banal, para las personas discapacitadas es un suma y sigue.

En mi caso, por una escoliosis degenerativa (desviación de columna), llevo 22 tornillos, dos barras de unos 40 cms. e injertos óseos en la columna. Debido a mi “tornillería”, he perdido toda la movilidad a nivel del tronco, podemos decir que soy una pieza sin rotación ni flexibilidad. Entre las ya muchas limitaciones que una tiene, cuando he tenido que ir a comprarme ropa después de la operación, me he encontrado con una limitación más.

Yo necesito un sitio donde sentarme y un espacio amplio para poder vestirme. Sin embargo, me encuentro probadores de menos de 1 metro cuadrado. Cuando necesito que alguien entre conmigo para ayudarme la cosa se complica, porque entonces, el espacio es tan pequeño que se convierte en misión imposible.

Yo por suerte puedo caminar, pero… ¿Y las personas que van en silla de ruedas? En muchas tiendas no tienen ningún probador lo suficientemente grande para que quepa la silla.

Este es un llamamiento para que, de la misma forma que es obligatorio la accesibilidad mediante rampas, también se establezcan normativas que piensen en las personas discapacitadas en asuntos tan cotidianos como este.

Somos discapacitados, sí, y tenemos problemas de movilidad, pero nos gusta comprarnos ropa y disfrutar de vernos bien como al resto.

La grúa retiró el coche (con la silla de ruedas) de la plaza de minusválidos del hospital

Por Mª José Jerez

Sí, es verdad que parecemos un país tercermundista, pero es que además a veces lo somos. ¿Cómo es posible que la grúa municipal de Madrid se lleve un vehículo autorizado con placa de minusválido y totalmente visible, aparcado en su correspondiente plaza de minusválido en el recinto del Hospital 12 de Octubre y que no puedas llevarte al paciente que le dan el alta tras cinco días de hospitalización y tras una intervención quirúrgica?

Claro, dentro del vehículo está la silla de ruedas, la ropa, y como es normal hay que depender de otra persona más para que puedan sacarte de allí. Pero lo mejor de todo es tener que cargar con el enfermo en brazos a tus 67 años desde la calle hasta casa.

GTRES (Archivo)

GTRES (Archivo)

Ahora solo toca ir con la mejor disposición hasta el depósito municipal de vehículos para retirar el ídem y que te expliquen quién ha realizado tan magnífica acción. Por supuesto habrá que pagar la tasa de la grúa, que para eso han realizado su trabajo, aunque sea mal, y después dedicarte con mucha paciencia y tesón a poner las reclamaciones y denuncias pertinentes.

Son cosas que pasan, le puede pasar a cualquiera, hoy a mí… mañana quién sabe.

Pero lo mejor de todo es poder tener cara a cara al agente de movilidad que se ha llevado el coche y que te dice que la placa es falsa, que se la queda como prevención cautelar para hacer las comprobaciones oportunas y encima te amenaza diciendo que si verifica que es falsa tienes que pagar 3.000 euros de multa e ir 3 años a la cárcel. Lástima no poder haber ido hasta allí con el afectado en cuestión, que es mi hermano, cuya minusvalía certificada es de un 80%. Por otro lado, ahora toca demostrar la incompetencia de este agente, y que con tiempo y paciencia se pueda resolver una injusticia de este tipo. Pero el sentimiento de impotencia, rabia e injusticia no me lo quita nadie.

El trato de Metro de Madrid a los discapacitados

Por Francisco Javier Medina Pérez

Normalmente, el ascensor de Metro de Madrid que da a la calle en la estación de Pacífico está siempre averiado. Da igual que vengan los operarios a arreglarlo que a los dos días aparece el letrero de “sin servicio”. Habrá gente que lo llamará sabotaje, otra que dirá que es para ahorrar y otra simplemente dirá que son unos sinvergüenzas. Ascensor del Metro de Madrid averiado

Escribo esto para contar lo que pasó hace unas semanas. Mi pareja y yo estábamos saliendo del metro cuando vimos a un hombre en silla de ruedas hablando por el interfono, estaba pidiendo ayuda porque el ascensor se encontraba averiado, para variar, y no podía salir a la calle. Justo cuando pasamos por su lado, se dio la vuelta enfadado y nos preguntó si le podíamos ayudar a subir a la calle. Le dijimos que claro pero nosotros solos no teníamos la fuerza necesaria así que llamamos a otra pareja que pasaba por allí y entre los cuatro pudimos subirle hasta la calle. Una vez allí le pregunté que si no había pedido ayuda y nos comentó que lo único que le habían dicho era que se montara otra vez en el metro y se fuera a la estación de Conde Casal porque allí había otro ascensor para salir a la calle.

Me parece una vergüenza que recibiera ese trato, que no fueran capaces de avisar a un par de guardias de seguridad o a un par de empleados del metro para ayudar al hombre. En lugar de eso le mandan de vuelta a que coja un tren y se vaya a otra estación. Con todo lo que eso conlleva en una persona en silla de ruedas. Luego tienen la cara de pedir más sueldo y menos horas de trabajo. Pagamos más por los billetes y a cambio recibimos un trato pésimo: ascensores averiados, escaleras mecánicas que tardan semanas en arreglarse, retrasos en los trenes, etc. Basta ya de esta tomadura de pelo.

¿Un viaje o un calvario?

Por Estrella Requeijo Gual

107347Quisiera denunciar a la compañía Iberia. Viajé a Miami el 29 de noviembre de 2012 con mi hija de 17 años, que tiene una minusvalía física, psíquica y sensorial importante. Al llegar al aeropuerto de Miami nos percatamos de que la silla de ruedas la habían inhabilitado: nos perdieron partes que nunca aparecieron y ahí empezó el calvario. Hasta el 18 de enero de 2013 que teníamos el regreso, estuvo con una silla de ruedas del aeropuerto de Miami, que era un desastre. Todo ese tiempo allí, me tuve que buscar la vida sola.

Al regreso a Madrid continuamos en lo mismo. Quieren que les entregue mis originales de tarjeta de embarque, ticket de despacho y parte de reclamación de la silla, de lo contrario no pagan la silla. Les hago una copia ante notario y me dicen que tampoco les vale. Esto último ya no lo quieren enviar por escrito, solo me lo dicen por teléfono. Encima tengo yo que estar llamándoles siempre, ni son capaces de dar una información del trámite ni nada. Estoy harta de todo esto, y quiero denunciarlo públicamente a ver si se llenan de vergüenza y la pagan, esto es increíble que jueguen así con la salud de una persona como mi hija.

Discapacidades reales

Por Manuel Delgado Iriarte

Ha transcendido en los medios de comunicación que Juan Carlos I, hablando con los militares, afirmó que si Roosevelt había podido ganar la Segunda Guerra Mundial en silla de ruedas, sus discapacidades no tenían importancia.

Pero los hechos no pueden ser más elocuentes: Roosevelt tuvo su discapacidad desde su nacimiento, y a pesar de eso no solo la superó ganando la guerra, sino también, previamente, una presidencia votada y tras la cual gobernó muy bien su país. Por el contrario, Juan Carlos I debe sus minusvalías a practicar, siendo ya rey, por puro capricho, múltiples deportes de riesgo. Incluso cuando aún no tenía asegurada una sucesión estable la Corona. Imprudencia personal90537 y social manifiesta a la que debe sus numerosísimas operaciones y múltiples achaques, además de no haber conseguido su puesto como Roosevelt ni haber gobernado ni ganado una guerra.

Más aún, calló como un muerto en la única que hemos tenido durante su reinado, la de Irak. De modo que él sí que merecería su tan tristemente célebre: “¿Por qué no te callas?”.