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Entradas etiquetadas como ‘calle’

Que seas bombero no quiere decir que puedas aparcar en cualquier sitio

Por Ignacio Peinado

Coches invadiendo la salida del parque de bomberos de la Calle Imperial (Ignacio Peinado).

Coches invadiendo la salida del parque de bomberos de la calle Imperial (Ignacio Peinado).

Es vergonzoso el estado en el que se encontraba esta mañana la salida de bomberos de la calle Imperial en Madrid. Les comento que la mayoría de los coches aparcados en batería, doble-triple fila son de los mismos bomberos, quienes además ocupan el parking de motos y la zona reservada para carga y descarga en la misma calle antes de llegar a la calle Toledo. Y no es la primera vez que pasa. Soy vecino de la zona y puedo asegurar que todas las mañanas es la misma historia.

Debe ser que les pagan poco y no tienen para el parking. También se han hecho unos letreros en los que pone «Parque de bomberos». Por lo tanto, yo voy a hacer otro cartel que ponga «Reformas», que así igual también me dejan aparcar por la cara en todos los sitios.

Y es que el día que haya algún incendio por la zona, los bomberos van a tardar en llegar más de la cuenta. Nos están poniendo en peligro.
Por favor denunciemos estas situaciones aunque sean los bomberos, ya que los policías municipales no quieren o no se atreven a denunciarlo por no buscar situaciones embarazosas con este colectivo.

Somos una ciudadanía que lucha por la Champions pero no por nuestros derechos

Por Miguel Fernández-Palacios

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

La vida no es fácil y, en consecuencia, no se debe desaprovechar la ocasión de divertirse en cuanto se presente. Por eso resulta maravilloso que para celebrar la undécima del Real Madrid, miles de personas llenaran calles, plazas y un inmenso estadio, festejándolo en apasionado jolgorio.

O cuando en 1995 los aficionados entendieron que el descenso administrativo a segunda de sus equipos era una decisión injusta, y dos ciudades como Sevilla y Vigo se llenaron de protestas hasta revertir el veredicto.

Sin embargo esa expresividad espontánea se torna en amargo desencanto cuando, en este mismo país, se recortan derechos laborales, libertades, gastos sanitarios, educativos, de dependencia, etc. Cuestiones nada baladíes conquistadas con mucho sufrimiento y que hacen la vida más justa, pero las avenidas y plazas no se abarrotan en igual medida. No cabe duda de que la individualista sociedad moderna es moldeada en gran medida por los políticos, que forjan ciudadanos indiferentes para que no les incomoden en sus turbios enredos.

Y he aquí la piedra de toque: la indiferencia ciudadana es el peor de los males posibles para una democracia, porque la deteriora hasta ponerla en grave riesgo. Esperemos que los nuevos partidos, en un esfuerzo titánico por el bien y la pervivencia de la libertad democrática, reviertan esta perversa tendencia y sepan ilusionar a la gente formando ciudadanos responsables y comprometidos con lo cívico.

El temor a volver sola a casa por la noche

Por Juan Ignacio Britos Solian

Perseguida.

Una mujer siendo perseguida en un aparcamiento. (GTRES)

Muchas de mis amigas me dicen, con naturalidad, que sienten miedo cuando vuelven a casa por la noche y lo hacen solas. Incluso a más de una la han seguido o la han agredido. Yo no lo entendía, diría que porque nunca he vivido algo así. Y al igual que yo, muchos otros hombres (dependiendo de su apariencia y sexualidad) tampoco han sentido este miedo. Y con la misma naturalidad que ellas admiten su miedo, nosotros vemos natural el no tenerlo.

Por esto, creo que debemos ponernos en esa piel que no es nuestra, en esa realidad. Fijarnos en cómo tratan a las mujeres otros hombres y en cómo las tratamos nosotros. Y partiendo de la empatía pasaremos a dejar de tolerar, pasivos, todo esto. Por tanto, a dejar de perseguir, de acosar, de abusar. Me parece que somos nosotros, el género masculino en su conjunto, la causa de este miedo. Y creo que está en nuestras manos el dejar de serlo, que podemos y que debemos.

Como una última reflexión, pregunto: ¿has tenido miedo alguna vez de que te persiga un grupo de mujeres por la calle, cuando vuelves a casa solo?

 

 

El peligroso uso del móvil en conductores, motoristas, ciclistas y hasta peatones

Por Jordi S. Berenguer

Dos chicas mirando sus respectivos móviles (Gtres).

Dos chicas mirando sus respectivos móviles (Gtres).

Tráfico ya alertó en su momento del evidente peligro que supone manejar el móvil mientras se está conduciendo. Se tiene constancia de la facilidad de provocar un accidente por una distracción atendiendo llamadas o, lo que es peor, intentando marcar cifras o letras sin atender a la conducción, lo que puede resultar letal.

Los datos son alarmantes, como demuestra el incremento de siniestros en los últimos tiempos. Yo he llegado a presenciar cómo un motorista en plena carrera se dedicaba a teclear su móvil sin levantar la vista durante los segundos que empleaba en marcar un número o escribir un mensaje. También en algunos ciclistas es frecuente ese abuso, manejando el móvil mientras usan el espacio peatonal sin detener la marcha.

Mención aparte merece la falta de atención al tránsito rodado de muchos peatones que, absortos con el invento, incluso cruzan el semáforo en rojo sin apartar la vista de la pantallita, o deambulando por las calles sin detener su trayectoria en detrimento de los demás viandantes a los que obliga a ir sorteando a tanto urbanita con escasa urbanidad… y en plan zombi.

 

¿Qué conciencia queda tras robar las ruedas de una bici infantil?

Por Marcos A. García

La bicicleta de Eloi (M.G.)

La bicicleta de Eloi (M.G.)

Me llamo Eloi. Tengo tres años y aun no sé escribir. ¡Pero ya sé ir en bici y sin pedales!

Este año he empezado a ir al ‘cole de grans’ (Barcelona) y cada día hago en bici muy contento el kilómetro y medio que hay entre mi casa y el cole junto a mis papis.

Dejo la bicicleta en la calle junto a la de mami porque en casa no tenemos sitio para guardarla.

El caso es que el lunes por la mañana me encontré con que me habían robado las ruedas de mi bici. Y, claro, llegué tarde al cole.

Con tan mala leche que la persona que me las robó cortó el candado y con una llave quitó las ruedas y dejó el resto de la bici donde estaba, cuando se la podía haber llevado entera.

¿Por qué lo hizo? Sólo él lo sabe. Pero ha quedado un niño de tres años sin su bicicleta.

Harta de la avalancha de voluntarios de ONG

Por O. Ukolova

Quería protestar por la avalancha de voluntarios de ONG’s que pueblan las calles más céntricas de Madrid. Que conste que comprendo su labor y que al principio me resultaban muy simpáticos. Pero tras más de año y medio de vivir en Goya y alrededores, y siendo asaltada cada día por chicos y chicas que, a veces, te presionan demasiado para que les des un minuto de tu tiempo, ya resulta demasiado.

Cruce de las calles Goya y Serrano en Madrid. (ARCHIVO)

Cruce de Goya y Serrano. (ARCHIVO)

La gran mayoría te dejan tranquila si les dices amablemente que no, pero algunos insisten, te persiguen, y eso me parece demasiado. Un día me enfadé con uno. Si les atiendes, te envuelven con técnicas tipo márketing para que al final te des de alta en la ONG y colabores. Genial. Pero, por favor, ¿no pueden hacer algo esas ONG para lograr nuevos socios  y a la vez que no te sientas, como peatón, agobiada por el acoso que a veces ejercen estos chicos?

¿Y si habilitan comedores para gatos callejeros?

Por Patricia Peña

Un gato come en la calle. (ARCHIVO)

Un gato come en la calle. (ARCHIVO)

Hay muchas personas que toman como iniciativa cuidar a los gatos sin hogar. Muchas veces es habitual al bajar calle encontrase debajo de los coches, al lado de los árboles o en zonas verdes, depositada la comida para gatos y, muy cercana a ella, se encuentra una colonia de gatos.

En días de lluvia o viento, el papel con el que se envuelve la comida acaba llegado a locales, entradas de portales y aparcamientos. Por no hablar de la comida, que acaba mojándose y esparcida por el suelo.

Desde los ayuntamientos, podrían estudiar la posibilidad de habilitar espacios para que estas personas desinteresadas que cuidan de los animales continuaran con la acción pero de una manera más ordenada, procurando así que días lluviosos o de viento la comida de los animales se mantuviera en buenas condiciones y a la vez mantener el correcto orden en las vías.

La impunidad de los carteristas

Por Carlos Osorio García

Nunca he podido entender por qué se permite que algunos delincuentes puedan vivir exclusivamente de hacer daño a otros ciudadanos. Está bien que tengan sus derechos y sus garantías legales, pero también habría que revisar si sus víctimas se hallan igualmente protegidas. El robo de las tarjetas de crédito, de los documentos o del móvil originan sufrimiento a las víctimas. Algo en lo que no parecen caer jueces y legisladores. Hay personas que después de que les quiten sus pertenencias tienen miedo a salir a la calle. Los turistas lo pasan realmente mal. Solo lo sabe quien ha sido despojado de su documentación y sus tarjetas en un país extranjero.26046

No me parece que baste con dar consejos a la población para que no descuide sus objetos personales. ¿Es que acaso alguien puede estar pendiente de que no le roben durante las 24 horas del día? Si lo hiciésemos, no podríamos pensar, ni conversar, ni ver escaparates, ni hablar por teléfono. Es imposible tener puesta la atención en nuestras pertenencias a todas horas.

Cuesta entender que algunos carteristas sean detenidos cientos de veces y no les pase nada. Eso desmotiva a los responsables de la seguridad, además de tener un enorme coste que pagamos entre todos. Quienes tienen la misión de velar por la seguridad pública deberían revisar unas leyes que garantizan en la práctica la casi total impunidad de los carteristas.

La práctica de la democracia directa

Por Moisés Gómez Díaz

La democracia directa tiene ventajas e inconvenientes, es por ello que su utilización es muy desigual alrededor del mundo. En Suiza es utilizada frecuentemente con gran apoyo popular y con unos resultados muy buenos, pero también existe en otros países como Uganda, Venezuela o Italia, territorios en los cuales es evidente que no ha servido para que la vida política sea modélica. Y es que es muy importante cómo se pone en práctica la democracia directa.Urna

En Sitges se ha realizado una consulta convocada por el Ayuntamiento dirigido por CiU para cambiar el nombre de la plaza de España y de la calle de España en la que ha participado el 3% del censo electoral del municipio. Pese a la mínima participación y al ajustado resultado, la corporación municipal va a realizar el cambio de nombre.

Con los hechos ocurridos da la impresión de que el Ayuntamiento de Sitges ha utilizado la consulta para justificar una decisión que ya tenía tomada. Esto no nos acerca a la democracia directa Suiza, sino a otro tipo de democracia que sirve únicamente para refrendar aquello que los líderes quieren y sólo cuando a ellos políticamente les interesa para reforzar su poder.

Cuestión de bolardos

Por Gabriel Rodríguez Berrueco

Soy un vecino de la calle Juan Salas (Distrito de Usera, en Madrid) que estoy absolutamente repugnado de la situación en la que se encuentra la vía pública. El abandono de las calles es comparable a cualquier «favela» de cualquier país en vías de desarrollo: agujeros en las carreteras, baldosines levantados, aceras llenas de aceite de motor, carreteras agrietadas, no hay papeleras públicas, bordillos totalmente desgastados y absolutamente deteriorados después de muchísimos años sin ningún tipo de mejora. Es absolutamente evidente el abandono por parte del Ayuntamiento de este barrio y esta calle en particular. Bolardo

Me puse en contacto con el Consistorio para solicitar la colocación de bolardos a través de su página de Internet, pues en mi calle aparcan vehículos sobre las aceras y los viandantes tenemos que caminar con nuestros hijos por la carretera al estar las aceras destinadas al aparcamiento de vehículos. Cuál fue mi sorpresa al recibir la contestación del órgano competente en el asunto que me decía que «los bolardos no son elementos de restricción  sino que están destinados para todo lo contrario, es decir, para integrar los diferentes espacios públicos que conviven en la ciudad».

Esta contestación me parece absolutamente una mofa a la inteligencia de los contribuyentes. No solo se ha dejado el mantenimiento de las calles a su suerte sino que se mofan de nosotros en sus respuestas a nuestras quejas pues ahora resulta que un bolardo es un adorno al contrario de lo que dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua: «Poste de hierro colado u otra materia hincado en el suelo y destinado a impedir el paso o aparcamiento de vehículos».

Resulta a la vez que gracioso y ofensivo. Me parece vergonzoso que su único afán es conseguir la candidatura olímpica y no tienen dinero para arreglar los barrios pero pretenden invertir 1.515 millones de euros de las arcas públicas en las olimpiadas de Madrid y luego esperar que por lo menos salga lo comido por servido.